
12 minute read
Historia y Origenes
Notas del presidente
Amigas y amigos del Club Suizo de Santiago:
Advertisement
A más de un año de la llegada (a Chile y al mundo) de un virus desconocido y con un alto nivel de contagiosidad, creo que nunca pensamos cuán larga sería esta pandemia y cuánto dificulta la sustentabilidad de las economías y del soporte sanitario. Evidentemente, esto ha tenido un fuerte impacto para el Club Suizo, pero agradecemos a nuestros socios por haber mantenido el apoyo y espíritu suizo de resistencia en estos momentos.
Este año se inició “Buscando Nuestras Raíces”, un taller literario liderado por Enrique Ceppi -socio que se integró al club hace un tiempo- y que ha sido una muy buena instancia de acercamiento y conversación en la situación actual, en el cual la distancia física nos impide compartir deportes, celebraciones, eventos musicales y reuniones familiares. Esto resalta la importancia del Club Suizo como un espacio que permita valorar y resguardar el patrimonio histórico familiar de los suizos que llegaron a Chile a través del proceso de colonización y de otras coyunturas. La idea es implementar una biblioteca en el salón de Los Cantones, la cual contaría con patrimonio fotográfico y documentos históricos del club. En paralelo, también se fomentaría, por medio de talleres literarios, la investigación y el desarrollo de estas historias. En los próximos meses, comenzaremos con nuevas actividades para niños, jóvenes y adultos, las cuales se desarrollarán a través de una plataforma digital, pero, en cuanto sea posible, se dará inicio a la instancia presencial o mixta. Implementaremos el invernadero y la preparación de semillas y esquejes. Los llamamos a integrarse y proponer ideas para estos talleres. En este sentido, estaremos esperando cualquier sugerencia.
Los invitamos a disfrutar de este nuevo número de S´Alpenrösli (otoño-invierno), visitando paisajes, relatos y temas relacionados con nuestra historia. Esperamos que sea un aporte en medio de la actual pandemia que, como club y país, estamos viviendo.
Refugio en la cordillera
los suizos en Lagunillas
La historia de la fundación del refugio Lagunillas comienza en 1939, cuando tres de sus socios (Eugenio Kunz, Enrique Fleischli y Osear Ronc) se lamentaban de que el club no contara con una rama de esquí. En ese momento, surge la idea de reunir a todos los esquiadores en una sección de esquí del Club Sportivo, la cual tuvo una gran aceptación en la colonia suiza.
La propuesta tardó más de un año en concretarse. Durante dicho período, estos socios se juntaban todos los miércoles para darle forma al proyecto. Sin embargo, los gestores de esta iniciativa estaban a punto de dejar de lado sus planes. El objetivo era tener un refugio propio, para así no depender de los demás clubes, pero esto era un proyecto muy ambicioso y costoso.
Luego de varias reuniones con el directorio y cambios de ideas y opiniones, lograron juntar cerca de 50 firmas. El 14 de agosto de 1940, se aceptó el reglamento de la sección de Esquí y Andinismo, cuyo primer presidente fue Emil Stutz. La nueva rama era muy activa y organizó varias excursiones, de las cuales aquella realizada en el Piuquencillo se convirtió en una experiencia inolvidable para los 19 socios que participaron en ella.
Para poder reunir el dinero necesario para adquirir un terreno e iniciar la construcción del refugio se llevaron a cabo fiestas. En paralelo, otros socios apoyaron esta idea


El refugio durante el verano. Max Ruh (1975).
con donaciones, las cuales aumentaron el capital disponible. En 1942, se presentó la oportunidad de adquirir un terreno en Lagunillas, ubicado en San José de Maipo, y, el 6 de junio de 1942, se deja constancia de que el directorio está facultado para efectuar dicha compra.
Con la ayuda del arquitecto Copetta y del ingeniero Ganter nació un plano provisorio. El 13 de noviembre de 1942, Otto Pfenniger estuvo en condiciones de presentarlo a la Asamblea, que había sido convocada para la aprobación del proyecto.
Casi un mes después, el 12 de diciembre, comenzaron con la obra de construcción, que estuvo a cargo de Constancio Cortez. En la primera etapa, el material fue transportado (hacia arriba) en forma diaria y sobre el lomo de 35 mulas. Cada fin de semana,
uno o varios socios subían desde San José a Lagunillas, colaborando con el traslado de materiales de construcción, para convencerse de los progresos de la obra y para ayudar con sus propias manos. Este sueño se fue construyendo gracias al esfuerzo de muchos de los socios, quienes contribuyeron con innumerables horas de arduo trabajo. El 27 y 28 de febrero de 1943 se pudo celebrar la fiesta de los tijerales, en la cual participaron alrededor de 50 socios, quienes alojaron en el antiguo refugio del Club Andino.
Como parte de la celebración, se jugó un partido de fútbol entre socios y constructores. “Sir Henry” fue el capitán del equipo suizo, que cayó ante el elenco de los operarios por apenas un gol de diferencia (1-0). La musicalización del evento estuvo a cargo de la orquesta llamada “The Lagunilla High Melodic Band”, formada por los señores Hermann Hess, Emil Alet y Alfredo Heusser.
Los relatos cuentan que, con el fin de tener el refugio listo para la temporada de esquí, se aceleraron los trabajos de las terminaciones interiores. Así, algunos socios trabajaron activamente en dicha tarea, claro que con la ayuda de algunas copas. “En total, 40 botellas
de cerveza, lo que ayudó a proporcionar el entusiasmo necesario”, según relata Max Ruh, en los Apuntes históricos sobre la Colonia Suiza en Chile”.
Como resultado de las generosas donaciones hechas por los socios, el refugio pudo ser terminado durante el invierno de 1943 y, gracias a la abundante nieve acumulada, fue inaugurado, cada sábado, por los entusiasmados esquiadores. Hans Fitze ingresó a la historia, luego de realizar un descenso a través de una bajada directa al refugio, lo que contribuyó a que se comenzara a hablar de los “suizos locos”.

La fiesta para finalizar cada temporada era infaltable, existiendo, naturalmente, los mejores recuerdos de la primera de ellas, celebrada el 4 de octubre de 1943. Con el correr del tiempo, Geny Kunz fue reconocido como jefe de cocina, destacando su tortilla al ron hecha con 36 huevos. Es importante resaltar a las primeras “estrellas” del esquí, las cuales, al principio de la década de 1940, dieron brillo y honores a la rama suiza de dicho deporte. Enrique Fleischli, Erwin Hartmann y Karl Wismer ya habían destacado en un campeonato disputado contra Estados Unidos, mientras que los esquiadores de primera clase de la sección (Anna Goeldi, Pablo Brogle, Ruedi Kuepfer y Hans Stocker) participaron con éxito en varios torneos oficiales realizados en las
canchas de Farellones, Lagunilla y Bariloche. Herman Hess ganó contra Argentina en una de las versiones del certamen de “Langlauf”, sobresaliendo la forma en que lo hizo, ya que se impuso con una vuelta completa de ventaja sobre la selección trasandina, que contaba con un sueco en su equipo. En 1944, destacó Elsita Pfenniger, quien ocupó los titulares de la prensa como “campeona de


Lagunillas, 12 de Julio de 1943. De izquierda a derecha. De rodillas: Bernardo Küpfer, Erwin Hartmann, Eugen Kunz, Birgitt Cachin, Juan Antonini, Leni Hassler. De pie: Hans Moser, Federico Schneiter, Sra. Cachin, Oscar Ronc, Roberto Cachin, Teresa de Peter, Pablo Brogle, Waldermar Keller, Ronc hijo, Anna Goeldi, Jorge Alig, Sra. Egli, Sra. Moser, Rodolfo Küpfer, Hermann Hess y Juan Giron. Max Ruh (1975).
Chile del Combinado Descenso-Slalom”, en
tanto que, en 1948, Heiri Fleischli se quedó con la victoria, por un amplio margen, en el primer campeonato interno. Gracias a la instalación de un ascensor de esquí, la cancha de Lagunillas adquirió nuevos atractivos. A través de los años, el refugio de Lagunillas se transformó en un lugar de recreación para la comunidad chileno-suiza, convirtiéndose en un centro social que permite mantener vivo el espíritu y la tradición de Suiza en Chile. Agradecemos a todas aquellas personas que, con sacrificio personal, contribuyeron a la construcción de este importante espacio, el cual nació a partir del sueño de algunos socios.
Fuente: “Apuntes históricos sobre la Colonia Suiza en Chile”. Max Ruh (1975).


Excursión a Lagunillas, 2020, organizada por el Colegio Suizo de Santiago.







El aporte de la inmigración suiza ha dejado una marca en la historia de Chile y, de hecho, varios chilenos, descendientes de suizos, han sido parte de las crónicas del país que le heredaron sus antepasados.
Ernesto "Tito" Ledermann Astudillo
Destacó desde muy joven en el ámbito de la música chilena y provenía de una familia de origen suizo de gran tradición musical, ya que varios de sus miembros actuaron en la Fanfare Suisse.

Fue primer violín en la Orquesta Sinfónica Nacional de Chile. Entre 1952 y 1953, Tito llegó a organizar las bandas de la Fuerza Aérea de Chile. Esto último, incluyendo a su gigantesca banda instrumental y por medio de la música marcial y composiciones adaptadas por él, siempre con la calidad técnica de una orquesta sinfónica.

Fuente: https://www.geni.com/
Fue intérprete y director en el Teatro Municipal de Santiago, mientras que en la Universidad de Chile ejerció como profesor.
En los últimos años de su vida, se dedicó a la gestión cultural y al desarrollo de actividades turísticas relacionadas con la música. En ella, generó diversas actividades culturales y turísticas, las cuales fueron un agrado para todos.
Lo más importante de Ledermann ha sido su aporte musical. El folklore chileno le debe el hecho de haber sido uno de los primeros que incursionó en la orquestación de nuestra
música folklórica, algo que adquiere aún más valor, ya que lo hizo en una época en la cual no existía el apoyo a los compositores. Un ejemplo es la versión orquestal de “Bajando pa’ Puerto Aysén”, que constituye, para quienes vivieron en el Coyhaique de los años 60, un inolvidable recuerdo. Esto, pues, durante años, fue la característica apertura y cierre de la Radio Patagonia de Coyhaique, que fue fundada el 25 de enero de 1960 y que es una de las más antiguas radioemisoras regionales. La Radio Patagonia Chilena de Coyhaique (fundada el 25 de Enero de 1960).

Tras su fallecimiento, el diario “La Segunda” publicó, el 15 de diciembre de 1973, el siguiente homenaje:

Fuente: https://www.facebook.com/bandafach/
“Los artistas chilenos perdieron a un amigo muy querido con el que convivieron en muchas facetas de su vida, recibiendo la amistad sincera, enseñanza sin limitaciones,
ayuda en los momentos difíciles y sobre todo un modo siempre optimista de enfrentar la vida”.
Fuente: “Apuntes históricos sobre la Colonia Suiza en Chile”. Max Ruh (1975).

Suizspacio: un nuevo capítulo de la historia de la comunidad suiza en Ñuñoa
En 2019 la Embajada de Suiza junto a Metro de Santiago dieron el puntapié inicial a Suizspacio, un proyecto inédito y probablemente el de mayor envergadura del que se tenga registro que Suiza haya realizado en Chile en el ámbito cultural.
Suizspacio surge de un juego de palabras entre Suiza y espacio, y se define como la nueva plataforma de intercambio cultural y artístico entre Suiza y Chile, alojada en pleno corazón del metro Ñuñoa. Una iniciativa única, que ofrece una oportunidad para dar a conocer más la cultura suiza en Chile y estrechar aún más los lazos que unen a nuestros países.

Su objetivo principal es crear un espacio de encuentro e intercambio cultural atractivo, en una de las estaciones más grandes y modernas de toda la red de Metro y por la que transitan cerca de 18.000 pasajeros diarios en periodos de afluencia normal. Con esto se generará interacción con los pasantes y se cultivarán lazos más estrechos con la comunidad, en particular con las instituciones suizas que se ubican a proximidad.
© Felipe Ugalde

La ubicación de Suizspacio no es casualidad. Ñuñoa representa un área emblemática para la comunidad suiza en Chile, puesto que hace casi 100 años se fundaron, a solo unas cuadras de allí, el Club y el Colegio Suizo de Santiago, dos instituciones que han marcado la historia de los suizos en Chile y que, a pesar de los múltiples cambios, han permanecido en el barrio, comprometiéndose con su desarrollo. Por eso, con el inicio de Suizspacio se abre también un nuevo capítulo en la larga historia de los suizos en Ñuñoa.
Mostrar a Suiza en sus diferentes facetas y demostrar que esta no es solo chocolates y relojes, sino también innovación y modernidad, es también uno de los objetivos del proyecto. Por último, Suizspacio también contará la historia que une a nuestros países, conformada por las muchas historias individuales tanto de suizos como chilenos que emigraron por diversas razones para forjar un destino otro país. Gracias a instalaciones permanentes y temporales, este innovador espacio dejará la impronta suiza para la posteridad. Su primera etapa consistió en una instalación lumínica en la galería principal y un gran signo en el acceso, que marcaron el inicio de este proceso creativo. Desde entonces, instalamos dos relojes Mondaine, emblema de casi todas las estaciones de tren en Suiza, y construimos la galería de arte central, destinada a acoger diversas muestras culturales y artísticas.
Instagram: @suizspacio_


