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Los imprescindibles

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Sabías qué…?

Sabías qué…?

Jaime Pérez Lopez:

"Las carreras que recuerdo con más cariño son las de Altea, porque prácticamente nos juntábamos todas las semanas. Estábamos muy activos en este sentido"

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Nacido en Madrid en 1943 y con nº de socio 187, Jaime se crio en Altea, donde más adelante descubrió su afición por la motonáutica. Junto a otros socios del CN Altea, formaron un grupo de competición de motonáutica y juntos recorrieron gran parte de España, obteniendo buenos resultados, haciendo muy buenos amigos y dejando siempre al CN Altea por bandera.

Además de ser campeón del mundo y dos veces subcampeón en la modalidad OffShore 1, fue presidente de la Federación de Motonáutica de la Comunitat Valenciana durante 20 años y de la española durante cuatro. También perteneció al Comité Olímpico nacional e internacional como vocal de seguridad.

- ¿Cómo empezó tu vinculación a la moto náutica? Fue a raíz de que me nombraran concesionario de Mercury para la comarca, y de ahí empezó mi afición por las lanchas, venía cogido de la mano. Con el tiempo formamos en Altea un buen grupo y recorrimos toda España con buenos resultados. Éramos gente de Altea, pero también de Alfas del Pi y Benidorm, ya que por entonces solo había club náutico en Altea. Empezamos en 1975.

- ¿En qué clase corríais?? Lo que hoy se llamaría la clase 3. En principio competíamos con material medianamente bueno, pero con el tiempo la gente se empezó a espabilar y a comprar sus propios motores, quedando así en los mejores puestos. De ahí pasamos a dar el salto a otras categorías superiores, algunas personas se quedaron en el camino porque no querían pasar a barcos más grandes, pero yo seguí y obtuve buenos resultados a nivel internacional.

- ¿Cómo eran los barcos con los que empezasteis? Eran barcos de 6 metros con motores de 50 caballos, después en la categoría grande nos pasamos a barcos de 8 metros y 7 litros de cubicaje, eran barcos de poco calado porque estaban pensados para competir en ríos. Con ellos llegamos a competir en los ríos más grandes del mundo, obteniendo muy buenos resultados. -Entonces, ¿las carreras se hacían principalmente en ríos?

Bueno, aquí en España nos dedicábamos a hacer varios récords de velocidad en trayectos de mar como Altea-Ibiza en 1 hora y 2 minutos, Bilbao-Santander en 45 minutos, pero estos barcos por lo general se defendían mejor en ríos por lo que las competiciones más importantes no se hacían en mar.

- ¿Qué implicar navegar en ríos a tanta velocidad? Los ríos en los que corríamos solían ser muy amplios, pero todos con muchos bajos, como por ejemplo el Magdalena, el Usumacinta, el Paraná, el Amazonas, etc.., por lo que antes había que leer muy bien el rio para identificar las zonas en las que el barco pudiera tocar con el fondo, así como conocer muy bien las diferentes divisiones del rio para evitar perderse y tener que dar la vuelta.

- ¿Participabas solo en las carreras? Yo competía casi siempre en una modalidad en la que cada tripulación estaba formada por dos personas, navegante y pilotó. Siempre llevé de navegante a Álvaro Bultó. Era un deportista muy disciplinado y muy buena persona.

Como navegante, sus funciones eran leer el río e ir indicando el camino que había que tomar, era tarea difícil porque estos ríos tenían varios brazos, sobre todo al acercarse a la desembocadura, por lo que podrías tener hasta 100 posibilidades de equivocarte. Si te pasabas y llegabas a una laguna cerrada, tenías que dar la vuelta y regresar al rio madre para poder retomar la carrera. Yo tuve suerte y no nos despistamos nunca, porque Alvaro era muy bueno estudiando los ríos.

- ¿Alguna experiencia destacable en competición? C u a n d o competimos en el rio Paraná, tuvimos la grata sorpresa de ver al Alteana, un yate grande del CN Altea que coincidió que estaba por allí de travesía. Nos dio mucha alegría leer el nombre de Altea tan lejos de casa. - ¿Cuál fue tu primer barco de motonáutica? ¿Y tú favorito? Fue un MareSport con un motor de 50 caballos, pero el que más satisfacciones me ha aportado es con el que participaba en las pruebas de récord de velocidad en Altea, una embarcación tipo batman del astillero Scorpio, con un casco de Kevlar que aguantaba muy bien las condiciones del mar. Este barco pertenecía a una serie que sacó Volvo, se construía por encargo dentro de la misma fábrica de Volvo en Suecia, yo tenía el número cuatro de todo el mundo.

- ¿Como fue formar parte de la Unión Internacional de Motonáutica? Es el organismo con sede en Mónaco que dictaba las normas del deporte, por lo tanto, fue una experiencia muy bonita de la que formar parte, sobre todo por cómo se tomaban las decisiones. Por ejemplo, se puso como norma que las carreras y campeonatos del mundo se celebraran allí donde realmente hacía falta mover la economía y el turismo, porque el celebrarlas en una ciudad grande como Mónaco, que tiene de todo, no iba a aportar gran cosa a la economía local.

- ¿Has colaborado en alguna regata de vela del club? Si, en todas las ediciones de las 200millas a2 que he podido he puesto mi barco para llevar a los jueces a Formentera, no volvíamos a tierra hasta que no pasaban todos los barcos y yo encantado. A parte de hacerlo porque me gustaba, lo hacía porque pienso que es algo casi obligatorio cuando perteneces a un Club Náutico, porque todos debemos poner un granito de arena para fomentar nuestros deportes.

- ¿Cuáles han sido las competiciones de motonáutica más importantes para ti? Las carreras que recuerdo con más cariño son las de Altea, porque prácticamente nos juntábamos todas las semanas. Estábamos muy activos en este sentido, me acuerdo de que en varias ocasiones hacíamos carreras por la mañana en Benidorm y luego repetíamos por la tarde en Altea. Recuerdo también la prueba de las seis horas de Paris, una carrera mítica que se celebraba al pie de la Torre Eiffel. Quede el octavo de 100 barcos de todo el mundo.

- ¿Se sigue practicando esta modalidad en España? Si, pero menos que antes, y lo poco que se está haciendo se esta haciendo en Asturias porque se quedaron allí un remanente de 8 o 10 barcos, y con ellos se juntan y hacen sus regatas. Pero ya no tenemos tanta participación internacional como antes que venían los portugueses, los alemanes, los franceses…se ha ido perdiendo.

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