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Relato del caso Un perro macho raza Shih tzu de ocho meses fue atentido en el Hospital Veterinario de Univiçosa (ciudad de Viçosa - Minas Gerais – Brasil), por presencia de pelos en el ojo derecho y un cuadro de epífora de siete días de evolución. Durante el examen oftalmológico no se observó inflamación, queratitis, conjuntivitis o quemosis. El test de secreción lagrimal de Schirmer 1 mostró valores dentro de los parámetros normales. Se pudo observar una secreción de aspecto purulento y la presencia de un tejido pigmentado en la córnea del ojo derecho, de aproximadamente 1 cm de diámetro, que contenía pelos y que estaba situado entre las 8 y 10 (referencia horaria) (Figura 1). La falta de antecedentes familiares de lesiones similares caracteriza la no heredabilidad de estes tipos de lesiones. En base a
Kelly Cristine de Sousa Pontes
Introducción El tumor o quiste dermoide es una masa de origen congénito, de tejido microscópicamente normal pero que posee una localización anómala 1; es también considerada una masa benigna y congénita, que raramente afecta a los párpados, inclusive el tercer párpado 2. Los quistes dermoides pueden contener tejido cartilaginoso y muchos de los elementos de la piel normal, como epidermis, dermis, tejido adiposo, glándulas sebáceas y pelos, que acaban provocando irritación corneal y conjuntival, epífora y queratitis. El tratamiento de los quistes dermoides corneales consiste en una cuidadosa extirpación quirúrgica, con posterior realización de un flap de tercer párpado. Cuando la córnea es el tejido involucrado, el pronóstico en relación a la extirpación del tumor (sin que queden cicatrices u opacidades residuales) es reservado. No obstante y dependiendo de la profundidad de la lesión, esa opacidad puede ser minimizada mediante la utilización de injertos 1,3. Se han estudiado varios tipos de membranas biológicas para procedimientos quirúrgicos de reconstrucción oftálmica. Entre ellas, la membrana amniótica ha mostrado excelentes resultados 4,5. Esta membrana ayuda en la proliferación y migración del epitelio corneal, previene la apoptosis epitelial (resultando en una cicatrización más eficiente), y posee propiedades antiinflamatorias, aportando un efecto positivo en el proceso de reparación de lesiones corneales 6. La membrana amniótica de origen bovino debería ser utilizada con mayor frecuencia en oftalmología, por ser un material fácil de obtener y manipular (también por su tipo de conservación – glicerina 99%), y por ser efectiva y de bajo costo 5. Este trabajo tuvo como objetivo documentar un caso de quiste o tumor dermoide en un perro, que fue tratado a través de una queratectomía superficial, y posterior queratoplastia con membrana amniótica bovina conservada en glicerina al 99% a temperatura ambiente.
Figura 1- Fotografía de la córnea de un perro Shih tzu de ocho meses con un quiste dermoide. Observar la formación pigmentada con presencia de pelos, situada entre las 8 y 10 (referencia horaria), además de la presencia de epífora en el canto medial del ojo
estos datos, el diagnóstico fue de un quiste o tumor dermoide corneal, indicándose la realización de una queratectomía superficial y posterior queratoplastia (con membrana amniótica bovina conservada en glicerina al 99% a a temperatura ambiente). Despues de haber sido realizado el ayuno del paciente y una vez efectuada la evaluación preanestésica, el paciente fue llevado a quirófano. La medicación preanestésica se realizó con morfina b (0,5 mg/kg, IM) y la inducción con propofol c (6 mg/kg, EV)); para el mantenimiento se utilizó isofluorano d y oxígeno 100% en un sistema semiabierto. El paciente fue colocado en decúbito lateral izquierdo, con la córnea paralela a la mesa; en esta posición se realizó la tricotomía y asepsia de la región periocular derecha, y colocación del campo quirúrgico. Fue utilizado un blefarostato para inmovilizar los párpados. La placenta bovina se obtuvo a través de una cesárea. Posteriormente se realizó un lavado para la extracción de coágulos, utilizando para el mismo solución salina e; enseguida se sumergió la placenta en solución tampón de fosfato estéril, con 1.000 UI/mL de penicilina f, 20 mg/mL de estreptomicina g y 2,5 mg/mL de anfotericina B h. La membrana amniótica fue separada manualmente del corion, extendida sobre el papel de nitrocelulosa (con la cara epitelial hacia arriba), y cortada de un tamaño de 3 cm2 (Figura 2). Posteriormente se la sumergió en un frasco de vidrio estéril con glicerina al 99% (cantidades suficientes para cubrir la membrana), y se la mantuvo a temperatura ambiente por un período mínimo de 30 días; antes de su utilización se realizaron exámenes microbiológicos 5-7 (Figura 3).
Clínica Veterinaria, Año XIX, n. 109, marzo/abril, 2014
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