School 02

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dos mil libras cuando un ruido llamó su atención. Apoyado en el marco de la puerta, Sylvain la miraba. Por una milésima de segundo, Allie vio algo en los ojos del chico que la pilló por sorpresa. Una especie de tristeza. Pero casi de inmediato la melancolía desapareció de su semblante para ser remplazada por la inexpresividad que lo caracterizaba. - Tienes mejor aspecto -comentó él. - Me encuentro muy bien -Allie se llevó la mano a la sien sin pensar-. Gracias. - Bien -asintió Sylvain-. Nicole me ha pedido que viniera a verte. Al tiempo que dejaba caer la revista sobre una mesa auxiliar, Allie fingió desperezarse y bostezó. - Parece simpática -opinó al cabo de un segundo-. ¿Cuánto tiempo lleváis juntos? - Nos conocemos de toda la vida -contestó él tan campante-. Somos viejos amigos. - Oh. Allie hizo esfuerzos por no ceder al encanto de su acento. Buscó los ojos de Sylvain un instante antes de apartar la mirada otra vez. Le costaba un poco concentrarse estando él allí. La miraba como si pudiera leerle el pensamiento. Se le ocurrió una distracción. Se irguió y rebuscó bajo la chaqueta, que estaba detrás del sofá. - Tu bufanda. Gracias por prestármela. Sylvain tomó la suave prenda de cachemira pero, en vez de alejarse, se sentó en una silla, enfrente de Allie. - Quería hablar contigo de otra cosa. He estado tratando de verte a solas -jugueteó con la bufanda mientras ella miraba los largos dedos del chico con sus uñas ovaladas, tan distintos de las fuertes manos de Carter-. Tengo algo que decirte. Lo he postergado demasiado tiempo porque creo que no te va a gustar. Un estremecimiento recorrió a Allie. Entretanto, echaba algún que otro vistazo a la puerta que Carter cruzaría en cualquier momento. Cuando devolvió la mirada a Sylvain, este la observaba con curiosidad. Una vez más, la invadió el desasosiego. - ¿Y qué es? - Es solo que… eres tú.


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