Resumen cartas

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Resumen ¨Cartas a quien pretende enseñar¨. Primera Carta: Enseñar- Aprender. En esta carta Freire nos habla de cómo podemos aprender de nuestras experiencias y más cuando se es maestro, ya que Freire recalca que quien enseña al mismo tiempo aprende, ya que mediante sugerencias y preguntas el maestro puede aprender algo que quizás nunca antes había percibido. Si bien el enseñar enseña al educador este debe estar en un constante aprendizaje y capacitación, ya que este no puede enseñar algo de lo cual no tenga conocimiento. Otro punto que Freire recalca en este capítulo es el acto del estudio, que para el ¨Siempre implica leer¨, pero no aprendiendo de memoria lo que se lee, si no más bien logrando una comprensión de la lectura y para Freire ¨leer es comprometerse a una experiencia creativa¨

Segunda Carta: No permita que el miedo a la dificultad lo paralice. En esta carta Freire parte haciendo mención a que algo es difícil para nosotros cuando nos representa una dificultad mayor y al mismo tiempo esta se convierte en un obstáculo, uno de esos obstáculos es la inseguridad para enfrentar dicho obstáculo. Lo que aquí Freire plante es no negar el miedo, si no, más bien, no dejar que este nos paralice, con esto Freire trata de explicar ¨que la difícil esta siempre relacionado con la capacidad de respuesta del sujeto¨, es decir, si mi capacidad puede superar el desafío planteado o si simplemente mi capacidad no está a la altura del desafío, y es aquí donde Freire hace gran realce sobre todo al primer erro frente a un obstáculo, y es que no debemos retroceder, si no que este debiese ser un impulso para la continuidad del estudio, y mientras más asumimos esta disciplina más nos fortalecemos para superar obstáculos que vendrán más adelante. Freire nos destaca la lectura como una herramienta a la superación, pero una lectura comprensiva, no podemos tener nuestro cuerpo en el libro y nuestra mente andar ¨paseando¨ en otro lugar, es decir, que el estudio debe verse como una herramienta y no como una simple obligación.

Tercera Carta: Vine a hacer el curso de magisterio porque no tuve otra posibilidad. Aquí nos hablan de como la educación es algo muy serio, no debe verse ni mucho menos estudiarse como una segunda opción, ya que de nosotros depende el futuro de nuestros educandos, de los cuales nosotros como maestros participamos en su formación, en la


cual podemos contribuir de forma negativa con nuestra incompetencia o con nuestra responsabilidad de forma positiva, y esto es capaz de ser logrado mediante vocación, un maestro debiese tener sus valores bien definidos. Además Freire destaca el termino ¨tía o tío¨ como una falta de respeto, como una denigración de la profesión de maestro o maestra, y es aquí donde quisiera detenerme en un análisis más personal, ya que esta es una idea la cual no comparto, ya que si yo tengo clara mi calidad de maestro el ¨tía o tío¨ no debiese ofenderme, si no, más bien mirarlo como una forma afectiva de ser llamada por los educandos.

Cuarta Carta: De las cualidades de lo indispensable para el mejor desempeño de los maestros y maestras progresistas. En este capítulo Freire nos habla de cómo los maestros debemos tener ciertas cualidades, un buen maestro debe ser humilde, debe entender que no siempre va a saberlo todo y debe aceptar todas aquellas sugerencias, ya sean de colegas como de los propios alumnos; otra cualidad es la amorosidad, pero no solo a sus alumno, si no, más bien amorosidad por el enseñar, hacerlo con entrega y mucha dedicación. Otra de las cualidades que se mencionan en la valentía para hacer las cosas que los demás no se atreven, no temerle al cambio; otra de las virtudes destacadas por Freire es la tolerancia, ya que sin ella es casi imposible alcanzar una ¨experiencia democrática¨, pero ser tolerante no debe significar volverse intolerante, si no, más bien es aprender a vivir con lo diferente siempre con respeto y responsabilidad. Otra virtud importante es la capacidad para decidir, pero no desde un punto de vista autoritario y no mostrando in decisión frente a los alumnos, porque puede ser vista como una debilidad del maestro y deja a la vista una gran inseguridad del maestro y por el contrario, para Freire la seguridad es una cualidad indispensable, la cual requiere ciertas competencias científicas, ya que no se puede estar seguro de algo si no se tiene una base fundamentada y no caer en el cinismo o la invención de algo que no tenemos conocimiento. Otra virtud para Freire en la paciencia e impaciencia, y en el libro se menciona a la paciencia como inmovilidad e inacción, y por otro lado la impaciencia nos puede conducir al actuar sin pensar, y es ahí donde se debe mantener un equilibrio constante, y se debe asumir la ¨paciencia impaciente¨ dice Freire, la cual da vida a la ¨parsimonia verbal¨, la cual para Freire es otra virtud, que consiste en controlar lo que hablamos, es decir, cuando podemos y cuanto podemos hablar, y la última virtud (y para mí la más importante) es la alegría de vivir, es decir, tener las ganas de superarnos y enfrentar nuestras debilidades.

Quinta Carta: Primer día de clases.


En esta carta se habla sobre el principal miedo del maestro(a) al exponerse por primera vez frente a sus alumnos, y este miedo es la inseguridad, Freire dice que no debemos esconder este miedo, si no, más bien saber sobreponerlos a él, y como dice Freire ¨el asumir el miedo es el comienzo a la valentía¨. Freire hace referencia a que el miedo debe superarse en conjunto con los alumnos, reflexionando sobre el que ser maestro no implica necesariamente saberlo todo, y al asumir aquello la confianza entre alumno y maestro ira aumentando. Una de las sugerencias que nos hace Freire, es el llamado a ser autocríticos, poner atención a nosotros mismos con el fin de mejorar la labor de maestro.

Sexta Carta: De las relaciones entre la educadora y los educandos.t En esta carta se da a conocer la relación entre educadores y educandos (maestros y alumnos), además Freire establece ciertos conceptos como aprendizaje, libertad, identidad, cultura y el respeto con el alumnado. Freire nos habla sobre la sensibilidad de los niños para percibirá la maestra, por lo cual nuestro discurso debe ser coherente con nuestro actuar, y tal discurso debe generar respuesta por parte del alumno, debe ser un discurso abierto, aceptando todas las opiniones. La imagen del maestro debe generar cierta curiosidad a sus alumnos, ser guiada por el principio de justicia y libertar, ya que estos valores son necesarios para establecer una relación de maestro y alumno. Muchas cosas pueden influir en esta relación, como lo es la cultura, realidad social y otros factores que establecen en dicha relación.

Séptima Carta: De hablarle a educando a hablarle a él y con él, de oír al educando y ser oído por él. En esta carta se habla de cómo siendo autoridad (maestro/a) se deben establecer relaciones con el educando, pero nunca dejando de lado la libertad. Por un lado el maestro puede adoptar una posición ¨mandona¨ con cero experiencias democráticas. También se habla del derecho a tener voz, que no puede ser un derecho limitado, y por ende tal derecho da lugar a la ¨escuela democrática¨, en la cual se debe desplazar al autoritario, ya que es ¨una negación a la libertad del ser humano¨ como dice Freire.

Octava Carta: identidad cultural y educación.


Todos estamos hechos para aprender y nuestra identidad tiene mucha importancia en este proceso. La identidad es resultado de muchos factores y muchos de estos factores son decisiones que vamos tomando a lo largo de nuestras vidas. La escuela debe promover democráticamente valores y es aquí donde entra el juego de la libertad de cada individuo para adoptar o no la herencia cultural, pero el adoptar dicha herencia implica una postura de respeto ya que tendemos a pensar que lo diferente a nosotros muchas veces es inferior.

Novena Carta: Contexto concreto-contexto teórico. Lo principal de esta carta es descartar que existan disciplinas separadas. El contexto concreto se asocia a lo que hacemos de manera cotidiana e incluso ya lo hemos por inercia. ¨Eso es lo que caracteriza nuestro operar en el mundo concreto de lo cotidiano¨ dice Freire, ya que actuamos como si hiciéramos algo que ya damos por aprendido y lo hacemos de forma automática, y como maestros no debemos caer en este contexto, porque nos deriva a una imperfección de nuestra labor de mantenernos en una constante mejora. Por otro lado el contexto teórico busca la reflexión del porque hacemos las cosas y en el ámbito del estudio implica la lectura crítica, ya que da una mejora al conocimiento.

Decima Carta: Una vez más, la cuestión de la disciplina. La disciplina nos ayuda a crear trabajo intelectual, con la ayuda de la educadora y colaboración y disposición de los educandos. Freire plantea que no hay inmovilismo en la autoridad, al contrario solo hay disciplina en el movimiento sin pasar al libertinaje, por lo cual se debe mantener un equilibrio entre el autoritarismo y libertad para el beneficio de todos. Vivimos en una sociedad la cual necesita disciplina y por ello debiese partir en la escuela, en la cual hay que mantener respeto entre alumnado y maestro.


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