Scott, joan género e historia(2)

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GENERO Y CLASE

tracion en algunas historiadoras feministas, cuando no a pesimismo sobre el tipo de cambios que podemos esperar de la historia del trabajo. La re­ ciente ola de articulos de historiadores del trabajo sobre el "lenguaje" es una prueba de ello, porque reduce este importante concepto al estudio de las palabras. 1 Las palabras, cuando se toman por su valor externo, como enunciados literales, se convierten en un dato mas que colectar, y se pierde la idea de construccion del sentido como una forma compleja de compren­ sion e interpretacion del mundo. Con la perdida de la interpretacion del sentido, tambien desaparecen la importancia y la utilidad de pensar sobre la historia del trabajo en terminos de genera. Nos han dejado con estudios aislados sobre las mujeres y sobre las palabras, que pueden constituir nue­ vas materiales pero que por si mismos nunca transformaran la forma en que nosotros pensamos la historia que escribimos. Entre los historiadores del trabajo, la atencion que se presta al lengua­ je esta al orden del dia. Palabras como discurso y retorica aparecen cada vez con mas frecuencia en las revistas y libros, y los analisis sobre las ideo­ logias han adquirido una renovada preeminencia. Y como los historiadores resisten las demoledoras crfticas que les dirigen los escritores posestruc­ turalistas sobre sus practicas (quiza como parte de la resistencia) aquellos han acabado por apropiarse de la terminologfa que emplean sus criticos. En consecuencia, "lenguaje", "discurso", "simbolico" y "deconstruir" aparecen de repente en las conversaciones historicas comunes, despojadas de las aterra­ doras consecuencias relativistas que tales terminos tienen en los escritos de Saussure, Foucault, Lacan, Althusser, Barthes o Derrida. Esta transforma­ cion del sentido, que tan facilmente se ha dado por la nueva colocacion de las palabras en campos discursivos diferentes, deberia damos una leccion sobre las dificultades de establecer definiciones claras y estables y, por consi­ guiente, de analizar las operaciones de los sistemas lingtiisticos, pero no sucede asf. En vez de eso, el lenguaje se ha convertido en otro elemento sus­ ceptible de ser investigado, y las palabras en una especie de datos que deben recolectarse. El hecho de estudiar el lenguaje deberfa permitir que salieran a la luz cuestiones familiares. Algunos historiadores han cuestionado por eso el estatus de las categorias de clase o experiencia como fenomenos trans­ parentes, reales, no mediatizados. Pero las operaciones del sentido perma­ necen notablemente fuera de todo problema en sus usos y, como resultado, el lenguaje pierde su interes teorico y su fuerza analitica. Volvere mas adelante sobre este punto, pero primero quisiera introdu­ cir el segundo tema que esta en relacion con el anterior.


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