121979304 campbell joseph el poder de mito

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LOS PRIMEROS NARRADORES

III

Los enviados animales del Poder Invisible ya no sirven, como en los tiempos primitivos, para enseñar y guiar a la humanidad. Osos, leones, elefantes, íbices y gacelas están en jaulas en nuestros zoológicos. El hombre ya no es el recién llegado en un mundo de praderas y bosques inexplorados, y nuestros vecinos más cercanos ya no son las bestias salvajes sino otros seres humanos, compitiendo por bienes y espacio en un planeta que gira sin cesar alrededor de la bola de fuego de una estrella. Ni corporal ni mentalmente habitamos el mundo de esas razas cazadoras de los milenios paleolíticos, a cuyas vidas y estilos de vida les debemos, sin embargo, las formas mismas de nuestros cuerpos y las estructuras de nuestras mentes. Los recuerdos de sus enviados animales deben seguir dormidos, de algún modo, dentro de nosotros; pues se despiertan un poco y se agitan cuando nos aventuramos en terreno silvestre. Se despiertan aterrorizados cuando suena el trueno. Y vuelven a despertarse, con un sentimiento de reconocimiento, cuando entramos en cualquiera de esas grandes cuevas pintadas. Sea cual sea la oscuridad interior a la que descendieron en sus trances los chamanes de esas cavernas, la misma sombra debe habitar dentro de nosotros, y la visitamos de noche cuando dormimos. JOSEPH CAMPBELL The

Way ofthe Animal Powers MOYERS: ¿Crees que tenía razón el poeta Wordsworth cuando escribió «Nuestro nacer no es sino sueño y olvido: / el alma que surge con nosotros, la estrella de nuestra vida, / se ha puesto en otro horizonte / y ha venido de muy lejos»? ¿Crees que es así? CAMPBELL: Sí. Pero no creo que haya un olvido total, es decir, los nervios de nuestro cuerpo transportan los recuerdos que dieron forma a la organización de nuestro sistema nervioso de acuerdo con ciertas circunstancias 100


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