Es por esto que la investigación no es labor exclusiva de unas cuantas personas con perfiles de académicos o intelectuales, sino que en últimas debe pretender contribuir al desarrollo de los pueblos, dando cuenta como proceso dialógico de construcción continua, de sus dos objetivos principales: por un lado aportar a la generación de nuevos conocimientos destinados a enriquecer el acumulado cultural de los pueblos, y por otro, dar cuenta de las necesidades y problemáticas sociales considerando las formas de entender, sentir y vivir el mundo.
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