Elsol50

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Enero 2014

N煤mero 50 - Buenos Aires - Enero 2014

El Sol de San Telmo - 1

ISSN: 2313 9722 - DNDA 5037872 - Ejemplar gratis

Nuestros mejores deseos desde el coraz贸n del barrio


Cuidemos los pocos espacios verdes que tenemos.

2 - Enero 2014 Nuestra Misión:

El Sol de San Telmo es un periódico no-partidario dedicado a fortalecer y celebrar el barrio de San Telmo y el Casco Histórico de Buenos Aires. Definimos nuestra visión editorial como periodismo comunitario. Valoramos toda comunicación que genere un foro abierto de participación y diálogo para las muchas voces que constituyen la comunidad de San Telmo. Reconocemos que vivimos en una época en la cual los medios (tanto masivos como independientes) ocupan cada vez más el espacio de intercambio y comunicación que antes ocupaban nuestros espacios públicos-las plazas, parques y veredas donde nuestros abuelos se juntaban para conectarse con el mundo y con sus comunidades. Por eso queremos revalorar el intercambio y la conexión humana a través de un periódico cuya identidad, contenido, y espíritu se definen a través de la participación activa de sus lectores y colaboradores. Todos los que viven o trabajan en el barrio, o simplemente le tienen cariño, están invitados a formar parte del debate sobre San Telmo: su patrimonio tangible e intangible, su pueblo y su futuro.

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Fundadores: Catherine Mariko Black y Marcelo Ballvé Administrador y Propietario: Hugo M. Del Pozo Dirección/ Edición: Isabel Bláser Carlos Calvo 717 - CABA - Tel. 4307 9704 isabel.elsol@yahoo.com.ar Sumario/Web: Clara Rosselli Redacción: Clara Rosselli, Isabel Bláser, Diana Rodríguez Diseño: Mónica G. Seoane Fotos: Edgardo “Super 8” Gherbesi Publicidad: Diana Rodríguez Colaboraron en este número: María Ángela Varela - Lilita Vives - Carolina López Scondras - Cecilia Calderón Dirigir consultas al: 155-043-3590 elsol.desantelmo@yahoo.com.ar www.elsoldesantelmo.com.ar El arte de nuestro logo es un fileteado del maestro Martiniano Arce www.martinianoarce.com ISSN: 2313 9722 DNDA: Expte. 5037872 Impresión: Editora del Plata S.R.L. Gualeguaychú, Prov. de Entre Ríos El Sol de San Telmo es una publicación cultural de carácter comunitario y distribución gratuita, orientada a la difusión de la historia y actividades barriales de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Se autoriza la reproducción total o parcial de las notas citando la fuente. Los artículos firmados son de exclusiva responsabilidad de los autores.

Dónde retirar El Sol: Panadería Cosas Ricas Perú 1081/85 Restaurant Manolo Bolívar 1299 Librería Fedro Carlos Calvo 578 AlmaZenArte Balcarce 1056 Dietética Harlem Perú 910 Granja Mharley Mercado de San Telmo Ferretería San Juan Av. San Juan 574 Maxikiosco “Lo de Thomas” Garay 529 Pizería La Moderna Humberto I° 699 Inmobiliaria Giesso Cochabamba 360 Salud Nikkei Brasil 602 Di Mitrio Carlos Calvo 691 Vinelli Hipólito Yrigoyen 710 Bomberos Voluntarios de San Telmo Balcarce 1249 Mercado de San Telmo Puesto 54 - Granja Mharley

La Simbólica Carlos Calvo 708 Ferretería Centro Sud Carlos Calvo esq. Chacabuco Nonna Bianca Estados Unidos 425 Bar La Poesía Chile 502 Bar Británico Brasil 399 Bar El Federal Carlos Calvo 599 Autoservicio Rodríguez Cochabamba 728 Pamela Biazzi Piedras 1055 Kioscos de Diarios: Carlos Calvo y Perú Piedras y Carlos Calvo Piedras y Chile Perú y México Defensa y Brasil Independencia y Piedras Perú e Independencia Carlos Calvo y Defensa San Juan y Defensa Humberto I y Bolívar Carlos Calvo y Chacabuco

El Sol de San Telmo

Un nUevo comienzo

Para comenzar el 2014 a pleno, El Sol tiene varias novedades: en este número, aprovechando que inauguramos un nuevo año calendario, quisimos hacer otro diseño -aunque algo más pequeño que el que saldrá el resto del año- coincidiendo también con la salida de nuestro número 50, cifra que nos parece muy importante. No vamos a negarlo, nos enorgullece estar donde estamos. No creemos que sea “la mitad de nuestra vida”, aunque sí nos sentimos más “maduros”. Vemos este momento como un tiempo para revisar lo pasado y sobre ello seguir “construyendo” un futuro mejor.

Desde su primera publicación, El Sol ha tenido cambios -de diseño, de tapa-, han escrito en él muchos vecinos, otros tantos nos han seguido y algunos se fueron incorporando de a poco. Probablemente esos cambios sigan sucediéndose pero, sin importar cuáles sean, algo se mantendrá inalterable, eso que existió siempre desde el origen del periódico: ser comunitario, estar abierto a todos los vecinos, los “de siempre” y los nuevos y contar con su participación. Ese ha sido, invariablemente, el deseo de El Sol. Hablando de deseos en un año que recién comienza y remontándonos a fines de 2012 -momento en el que le preguntamos a los vecinos cuáles eran sus deseos para el 2013, hacemos un pequeño balance de los que se han cumplido y los que no. La intención, entonces, no solo era compartirlos con nuestros lectores sino acercarlos a las autoridades para informarlos de lo que los santelmeños sienten y quieren para su lugar. Lo más pedido fue tener las veredas y calles reparadas, más limpieza y mejor iluminación. Al día de hoy, la situación permanece bastante similar a lo que era en aquellos días: los contenedores rebalsan de basura, las veredas intervenidas por las empresas de servi-

cios nunca se arreglan, a pesar de los continuos reclamos y si bien se hicieron obras para la mejora de los adoquines, hay calles donde se retiraron hace meses y todavía no se han repuesto. En cuanto a la iluminación, sigue siendo defectuosa. El Parque Lezama da lástima y la situación de la plaza de la calle San Juan al 600, es aún peor. También hubo algunos más “alegres” que, podemos decir, se cumplieron: que el barrio continúe con su espíritu original o que continúe siendo bello. Eso se ha mantenido. ¡Hurra porque así fue y porque siga siéndolo!

De todos esos deseos a lo que sucedió realmente en 2013, no muchos se hicieron realidad. ¿Por qué? ¿Eran acaso muy ambiciosos? No lo creemos, como tampoco creemos que sean inalcanzables. Simplemente sucede que los deseos son las ganas de que algo ocurra, pero a veces no depende de nosotros. Entonces, le pedimos al “Universo” que “manipule” sus energías para que ocurra lo que nosotros estamos queriendo. Pero como los deseos son, en algún punto, esperanzas que no deben perderse sin importar cuánto tiempo trascurra hasta que se materialicen, lo que tenemos que lograr es juntar toda la energía de nuestras ganas y enfocarlas en lo que queremos y, más que nada, hacer. Entonces, no le dejemos toda la responsabilidad el “Universo”, seamos artífices de su realización. Esperamos que disfruten de este número estival. Como siempre están invitados a participar de las reuniones abiertas, a escribirnos a elsol.desantelmo@yahoo.com.ar y también a seguirnos en nuestra página web: www.elsoldesantelmo.com.ar

vamos a ser generosos Si pudiéramos ser absolutamente objetivos con nosotros mismos, no viviríamos creyéndonos el centro del mundo. Disfrutamos de muchas cosas, por las cuales no hemos movido ni un dedo. La luz del sol, sale para todos, es democrática, no tiene costo alguno y todos podemos usarla para leer un buen libro al aire libre. La tierra generosa y sabia, es la que devuelve sus frutos sin preguntar a quién. El agua, la gran maravilla, que permite la vida y su belleza en todos los rincones del planeta. El aire, intangible e imprescindible, está siempre ahí dejándose llevar y traer por la brisa. Y en medio de todo eso estamos nosotros, los humanos, que ni somos todos iguales, ni actuamos todos iguales y eso también

es natural. Están los mezquinos, soberbios, intolerantes, resentidos, envidiosos, prepotentes, etc. que creen que el mundo les debe algo y evitan el esfuerzo propio apoyándose en el esfuerzo ajeno. Celebran las victorias de los otros como si fueran de ellos, intentando tontamente desvirtuar la realidad. Los vemos proliferar y hacer muy poco el bien, lamentablemente. Hay otros, sencillos, cálidos, sabios, rectos, humildes, solidarios, etc. que agradecen lo que les da la naturaleza, pero también lo que reciben de sus pares, con gestos, palabras o actos. Pueden valorar lo que el otro hace para apoyar sus ideas o sus proyectos, porque también tienen el don de la generosidad. No saben especular, dan por dar.

Agradecer y dar, tienen todo a favor porque son acciones compatibles entre si y siempre van de la mano. Hagámoslo un hábito, puede ser el camino más simple para vencer la desconfianza que nos aleja de nuestros semejantes. La vida nos une a todos, cerrando otro año más. Dejemos atrás los resentimientos, venzamos la desconfianza, recuperemos la solidaridad. Así podremos preparar el terreno para la tan ansiada felicidad. Depende de cada uno. ¡Feliz año nuevo! María Ángela Varela


La buena vecindad es un antídoto para la violencia.

Enero 2014

El Sol de San Telmo - 3

“aterrizar” en san telmo En la reunión de El Sol, me escucharon hablar de San Telmo y, como siempre que hablo de mi barrio -como si fuera el de mi infancia-, me sugirieron escribir este artículo para transmitir la experiencia, la sensación de vivir acá y contar algo sobre el patrimonio “intangible” que nos ofrece este sitio. Lo cierto es que hace relativamente poco tiempo que “aterricé” en él, pero fue tan intensa mi conexión con este lugar que me fui metiendo cada vez más y casi sin darme cuenta, en sus calles, ferias, antros, centros culturales, museos, casas, gentes, negocios y se podría decir, mal y pronto, que estoy “hasta las manos”. Me costaba decidir cómo empezar para transmitir lo que siento y, entonces, me acordé del mail que le escribí a mi mejor amiga en Madrid, días después de mudarme. Creo que no hay palabras mejores que describan lo que fue para mi: “Aterrizar en San Telmo”, por eso lo comparto con ustedes: Hola amiga: Perdón por haberme borrado este tiempo pero, finalmente ¡¡ME MUDÉ!! El departamento quedó hermoso, te va a encantar. Lo que más me gusta es un balconcito divino que tiene a la calle, típica callecita de adoquines y faroles de luz naranja. Si fuera mi tía diría: este barrio es para “alquilar balcones” y yo tengo uno propio… imaginate. Me mudé un sábado a la mañana, día de sol increíble y al subir las cosas me crucé con: una viejita media loca que no paraba de hablar del clima, con un gringo buena onda y un flaco que tiene cosas de umbanda colgadas en el cuello ¿una mezcla no? Pero TODOS me saludaron y me miraron

a los OJOS. En el edificio del otro barrio, la gente ni “bola”, nadie con nadie y esta vez me dije: esto va MUY BIEN. Después de acomodar todo salí a comprar unas cosas de limpieza que me faltaban, como no conozco los negocios me mandé al mercado a ver qué onda y te juro que iba caminando, el sol me pegaba en la cara, se veía el cielo casi por completo y azul (por suerte y no sé hasta cuando, no hay casi edificios altos) y amiga: sentí la FELICIDAD, sentí la sensación de estar en mi lugar. Pensé que quizás era la emoción de la mudanza pero con el correr de los días me sorprendí de que esa sensación se fuera afianzando. San Telmo es increíble, salís a andar los adoquines una tarde y no sabés qué te espera a la vuelta de la esquina. La otra noche salimos con Juli y terminamos escuchando cantantes de ópera en la Scala de San Telmo, un hombre que estaba en la puerta nos vio muy chusmas espiando y nos invitó a pasar. La gente TE IN-VI-TA. No me hago la mística pero San Telmo te abre las puertas más insólitas y fascinantes. Acá en la cuadra ya me conocen casi todos y me cuidan, conseguí plomero, electricista y guardaespaldas en un día. Lugar diverso y cosmopolita si los hay, donde convive el viejo vecino de toda la vida, el gringo viajero, el borracho de la esquina, los pibes cuidacoches, el músico, la artista plástica, el estudiante y yo… ¡ja! ¡ja! Estoy ansiosa por que vengas, quiero mostrarte esto, llevarte a pasear por la feria, a comer una pizza de molde como las de antes y a escuchar blues a un antro de acá a la vuelta donde tocan unas bestias que te morís.

Cecilia Calderón en su balconcito

En fin una mezcla rara, hipnótica, a veces creo que retrocedió el tiempo y estoy en los años 30 o que nací acá, no sé… camino entre las sombras de los faroles y me imagino historias y en las noches me llega por la ventana un tango, a lo lejos, del bar de la esquina. Otras veces escucho gritos, peleas y la calle pintoresca se convierte en inframundo. El cielo y el infierno se juntan en Defensa y Carlos Calvo. Estoy muy feliz, monotemática pero FELIZ. Un beso.

Pasaron unos 3 años desde esta carta, sumé unos cuantos amigos, crucé varias puertas abiertas, desde mi balconcito vi lunas y riñas, perros y lluvias. Acá jam ás se puede sentir haber visto, escuchado, bailado, ni entendido TODO, siempre hay más. Y cuando me preguntan qué es para vos San Telmo, digo que “es como ese bar, el tuyo, al que llegas y siempre están los amigos”. Cecilia Calderón


¡El barrio está muy sucio, limpiemos nuestras veredas!

4 - Enero 2014

El Sol de San Telmo

Mantener las tradiciones populares es, sin lugar a dudas, un valor agregado en la vida que nos rodea. Tal es el caso de Teresa y Susana Gargiulo, dos hermanas que a través del tiempo han mantenido una hermosa costumbre digna de ser tenida en cuenta, cuando lo rápido, lo inmediato, lo material parece ser la ley que domina las circunstancias. Ellas con tesón, cuidado, esfuerzo y, como decimos siempre, mucho amor arman el Pesebre Navideño en la sala de su casa (Brasil 460), que se ofrece a través de las ventanas abiertas como ofrenda a los vecinos y caminantes que se sorprenden y deleitan viendo a los personajes, montañas, lagos, plantas y todo lo que rodea al espíritu en los días navideños. Si nos remontamos en el tiempo, sabremos que los abuelos de estas dos hermanas llegaron de Italia allá por el 1900, con todo el bagaje de esperanzas puestas en la “Tierra Prometida”, este pedazo de América donde se convirtieron en verdaderos forjadores del destino argentino. ¿Y qué tal si seguimos haciendo un poco de histo-

ria familiar? Porque sabemos que familia y barrio se abrazan siempre en las historias de amor. Aquí lo hubo y, por eso, lo hay. Los abuelos, los tíos, los padres de las protagonistas, lucharon muy duro desde su llegada: Hotel de Inmigrantes, viviendas precarias, viviendas mejores… y, como detalle tan del barrio de ese entonces, nos enteramos que toda la familia ingresó a trabajar a la fábrica Canale, baluarte laboral de la época, erigida en el medio de lo que era “puro campo”. El padre llegó a Jefe de Personal y en los años 30´ compró la casa donde viven. La mamá, vivía en Banfield (dicen que era una avanzada para la época) y, como detalle que asombra, cuentan que tomaba el tren todos los días tan temprano que el maquinista la esperaba que llegara al andén. Pasó el tiempo, don Cayetano Gargiulo se casó con Analía y -en 1943- se instalaron en esta casa que, según dicen, perteneció a la familia Argerich. Allí comienza a armarse el pesebre. Una pequeña mesa con pocos elementos que fueron aumentando con el correr del tiempo y siempre ante la mirada atenta de la “nona”, que veía con agrado que la tradición se perpetuara en su

Fotos: Clara Rosselli

Un pesebre con tradición

descendencia. Y así fue. Hoy, 70 años después de aquél pesebre pequeñito ubicado en una mesita, nos encontramos con personajes que habitan el ámbito completo del lugar. Se calculan alrededor de 300 piezas que lo componen y que siguen aumentando año tras año. Visitarlo es una fiesta para los sentidos, para el recuerdo, para la nostalgia dulce de la infancia. En época navideña están las ventanas abiertas, como lo está el corazón de quienes lo han armado todos estos años. ¡Gracias Teresa y Susana, por el hermoso aporte a nuestro querido San Telmo! Lilita Vives


Los balconcitos llenos de plantas, son un bálsamo para la vista.

Enero 2014

El Sol de San Telmo - 5

Juan Pablo Barrientos y Meghan Stone

Una historia “de película” La técnica, paso a paso

Corría el año 2001. Cuando Juan Pablo Barrientos (39), quien era director de arte de la revista “Cinemanía”, se quedó sin trabajo, se puso a vender sus fotos en la feria de la calle Defensa. Meghan Stone (33), una trabajadora social neoyorkina, vino a Buenos Aires como parte de un viaje por Latinoamérica. Ella enseguida se enamoró de San Telmo. “Me gustó la onda del barrio. Me encantan los artistas, los cafés, los edificios, tiene mucho que ver conmigo”, cuenta Meghan en un perfecto castellano. El destino quiso que un domingo Meghan pasara por la feria y viera las fotos de Juanpi. “Eran muy distintas al resto” –recuerda-. Entre tantas parejas bailando tango y sifones de colores, las fotos sobre la represión de las manifestaciones populares de entonces llamaron su atención. Le compró una foto y quedaron en contacto. El resto es historia. Después de unas cervezas, se dieron unos besos y comenzó el amor. Al tiempo ya tenían proyectos juntos. Hoy comparten una actividad original: hacen ambrotypes, retratos con unas placas de vidrio, de la misma manera en que se hacían en el 1800. “En una época de tecnología digital, nosotros rescatamos lo artesanal, es como volver a los principios

de la fotografía”, explica Juan Pablo. Este sistema fue inventado por el inglés Frederic Scott Archer en 1851, quien hacía retratos familiares e hizo que la fotografía fuera accesible a la gente común. Básicamente, utilizan una cámara de gran formato, vidrio normal emulsionado con un líquido y un baño de nitrato de plata, que lo hace sensible a la luz (ver recuadro). Por el momento, solo sacan retratos de personajes de San Telmo. “Es una experiencia que comienza cuando la persona llega al estudio, luego ve todo el proceso y termina cuando se va con su retrato que es original y único”, sostiene el artista. “Nos gusta mucho hacerlo porque es muy artesanal. En otros países se vende todo el kit para producir la foto, pero nosotros realizamos todo el proceso acá: desde comprar el vidrio, cortarlo, hasta los químicos, que no se fabrican aquí sino que la fórmula la hacemos nosotros”, asegura el fotógrafo también autor de la tapa del libro de Miguel Bonasso: “El palacio y la calle”. La pareja contagia el entusiasmo por lo que llaman “lo mágico” de la fotografía. Diana Rodríguez

El estudio ocupa casi todo el gran living del departamento de Bolívar y Estados Unidos. En el centro, una silla rodeada de luces y reflectores. En la silla, un apoya-nuca para mantenerse lo más quieto posible durante los seis segundos que dura la exposición a partir de la obturación. La imagen aparece al revés en la cámara, pero sirve para poner el foco. Sobre la placa de vidrio, se coloca una base de un químico llamado colodiom. Se le da un baño de nitrato de plata, que lo hace sensible a la luz. El vidrio se coloca en el portapla-

ca de la cámara antigua y se hace la toma. Luego, en el laboratorio, se revela, se fija, se enjuaga y se deja secar. Y ¡vualá! En el vidrio empieza a aparecer la imagen, como por arte de magia. Generalmente, se hacen dos tomas y se elige la mejor. Al cliente se le da el retrato en vidrio (ambrotype) y dos copias en papel, que pueden ser de distinto tamaño. Cada foto es original y única. Los interesados en saber más del tema, pueden visitar la página web, www.studiofotin.com o conectarse vía mail a info@studiofotin.com


6 - Enero 2014

El Sol de San Telmo

Carlos Alberto Pérez

El máximo ganador dE la historia dEl Club atlétiCo san tElmo

6 - Enero 2014

El Sol de San Telmo

Fotos: Cecilia Calderón

De la mano de Juan D´Ambrosio y Cecilia Calderón llegué al bar Aconcagua en la esquina de Estados Unidos y Bolívar. Ese lugar es una fiesta vecinal. Todos se conocen, todos se saludan, todos se cuidan, todos tienen ese dejo de vecindad que no hay forma de disimular. Juan me había prometido presentarme a Carlos Alberto Pérez, ex jugador de Racing y uno de los patriarcas del Club Atlético San Telmo. Y cumplió. Luego de tomarnos un cortado y en plena charla con Cecilia, don Carlos apareció por la puerta grande del bar, como no podía ser de otra manera. La sonrisa iluminaba toda su cara y los ojos sorprendidos por la nota que le veníamos a hacer, hicieron que las presentaciones sean mucho más afectivas de lo que uno podría imaginarse ante un “desconocido”.

“San Telmo debería tener su cancha en Brasil y Paseo Colón”

g Carlos A. Pérez y la barra de amigos del bar Aconcagua

No hizo falta nada más, solo sentarnos a escuchar la historia deportiva de este hombre de 86 años, nacido un 5 de marzo de 1927 frente a la estación Constitución (Lima 1626). Supimos entonces que “cuando era chico jugaba en la calle y ahí alguien me vio y fui a probarme a Racing donde llegué hasta la segunda división”, nos dice don Carlos. Todo estaba bien hasta ese momento pero, en realidad, nosotros queríamos saber cuáles fueron sus glorias en el Club San Telmo. Entonces, con los ojos iluminados seguramente por el recuerdo de las imágenes de esos años, nos dice “debuté en el Club el 23 de mayo de 1948 con un gol que sirvió para el empate. Yo jugaba de 10 inside izquierdo, venía de Racing a préstamo. Después salimos campeones”. Los recuerdos se mezclan entre la memoria que va y viene. Pero con la ayuda de Juan, que parecería que conoce su vida más que la de él mismo, don Carlos dice: “En 1949 salimos campeones y

logrando el ascenso a la B, siendo campeón en los dos años y luego en 1962. Con estos logros, concretos e indiscutibles, selló su trayectoria. Como la fama no es puro cuento, los clientes del bar que lo reconocen, se acercan a saludarlo. Entre ellos Alberto Salazar el hijo del que fuera presidente del Club San Telmo, don Américo Salazar y él responde con un tímido orgullo porque no quiere parecer un “agrandado”. No lo es, pero si lo fuera tiene con qué porque lo respalda su historia de lucha que llenó de éxitos a la camiseta que tienen pintada en la piel los santelmeños de alma. Alberto Salazar y Carlos A. Pérez

al año siguiente pasé a jugar en Flandria (el eterno rival de los Candomberos, como se llama a los de San Telmo)”. Pero la historia grande del club del barrio, la escribió cuando dirigió al equipo en la C ganando el torneo en 1956 y en 1961

Antes de irnos, don Carlos insiste en que “la cancha del Club Atlético San Telmo tiene que estar en el barrio, no porque la Isla Maciel no sea un buen lugar sino porque el corazón del Candombero está acá y uno no puede renegar de sus orígenes”. Isabel Bláser


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cUltUrales

El Sol de San Telmo - 7

Nuestra historia y el espacio público

Enero 2014

La idea de revolver y desempolvar las cajas de fotos previas al 2001 para contar las anécdotas de los vecinos tuvo, en 2013, la intención de compartirlas con el resto de la ciudad a través de gigantografías en lona, en la calle. Sinceramente pensé que el desafío radicaría en convencer a comerciantes, amigos e instituciones que conviertan sus fotos en enormes murales fotográficos. Para mi sorpresa, no fue así.

Por otro lado, en este momento, uno de los reclamos más resonantes se refiere a que no es posible usar el espacio público, plazas y calles por el vandalismo. Sin embargo, a la hora de hacerlo, somos nosotros los que nos resistimos por el miedo a lo que pueda pasar, aumentando el problema, dejando las calles vacías de nosotros mismos, de nuestra huella. Y con el espacio público desolado de nosotros, los vecinos, los funcionarios nos cambian el paisaje, los inversores tiran abajo nuestras casas con historia, vienen de otros lugares y escriben nuestras paredes, sacan los colectivos de circulación en el barrio o nos ponen horarios para usar las plazas.

Con la participación de la escuela Valentín Gómez (Independencia 758) más la ayuda y apoyo de la Supervisión de Bibliotecas Escolares del distrito, el proyecto se extendió a las escuelas públicas de otros barrios que trabajan sobre el patrimonio. El resultado fue una colección de 30 gigantografías en las que participaron muchos actores sociales diferentes, entre ellos El Sol de San Telmo. Lo difícil fue convencerlos para que las pusieran en el espacio público, a la vista. O sea, compartirlas. La primera reacción fue decir que estarían expuestas puertas adentro. O bien, solo estarían afuera un día (la Noche de los Museos) para luego quedar en el interior de los locales, escuelas o casas particulares. El motivo: la inseguridad.

El temor a que les pase algo. Solo en los edificios que tienen rejas se atrevieron a dejarlas -detrás de ellas- con vista a la calle.

Los invito a retomar nuestro espacio, para que siga siendo nuestro. De las formas más cotidianas, ocupándolo tomando mate en la puerta, conociendo a los vecinos y juntándose a charlar en la vereda, arreglando nuestras casas, sacando bancos como en otra época, plantando semillas en los recovecos abandonados y, por qué no, compartiendo nuestra singular biografía en fotos, en una lona, en la ventana. Carolina López Scondras

FEstEjo En El Sol de San Telmo - 7 galErna

La revista literaria La mujer de mi vida cumplió diez años y lo festejó con una charla y brindis en la librería Galerna, de Perú 1064. El director de la publicación, Ricardo Coler, destacó lo inusual que resulta que una revista cultural dure tanto tiempo en la Argentina. Al igual que tantos periódicos, estuvo a punto de cerrar varias veces. El último “salvataje” estuvo a cargo de Galerna, que se ocupó de la producción y la distribución de La mujer de mi vida.. Varios colaboradores contaron su experiencia en la revista y la libertad absoluta que tuvieron para escribir. Hubo espacio para agradecimientos, recuerdos y mucho humor. Con un buen vino en la mano, todos coincidieron en que, más que un trabajo, fue divertido “juntarnos con amigos a pensar”.


8 - Enero 2014

El Sol de San Telmo

8 - Enero 2014

El Sol de San Telmo

ViCtoria FalConE

Vecina y fotógrafa recibida en el Instituto Sudamericano para la Enseñanza de la Comunicación. Sus trabajos más importantes: San Telmo “Día D”, “Cobertura Ley de Medios”, “El Mercado” y “ Retratos”, (victoria.falcone@hotmail.com / facebook: victoriafalconeph)


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