El Sol de San Telmo 43

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Número 43 - Buenos Aires - Junio 2013

• El guardián de la Plaza • Familias santelmeñas •El croto a las diez, cuento • Los “telos” • San Telmo siempre nos sorprende con alguna historia • Seguir trabajando con pasión • Resaltar lo mejor del otro • Juguetes / Popurrí • Culturales • Comunitarias

ISSN: 2313 9722 - DNDA 5037872 - Ejemplar gratis

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Mirilla de la entrada de la subestación de transformación (detalle)


2 - Junio 2013 Nuestra Misión:

El Sol de San Telmo es un periódico no-partidario dedicado a fortalecer y celebrar el barrio de San Telmo y el Casco Histórico de Buenos Aires. Definimos nuestra visión editorial como periodismo comunitario. Valoramos toda comunicación que genere un foro abierto de participación y diálogo para las muchas voces que constituyen la comunidad de San Telmo. Reconocemos que vivimos en una época en la cual los medios (tanto masivos como independientes) ocupan cada vez más el espacio de intercambio y comunicación que antes ocupaban nuestros espacios públicos-las plazas, parques y veredas donde nuestros abuelos se juntaban para conectarse con el mundo y con sus comunidades. Por eso queremos revalorar el intercambio y la conexión humana a través de un periódico cuya identidad, contenido, y espíritu se definen a través de la participación activa de sus lectores y colaboradores. Todos los que viven o trabajan en el barrio, o simplemente le tienen cariño, están invitados a formar parte del debate sobre San Telmo: su patrimonio tangible e intangible, su pueblo y su futuro.

g Fundadores: Catherine Mariko Black y Marcelo Ballvé Administrador y Propietario: Hugo M. Del Pozo Dirección/ Edición: Isabel Bláser Carlos Calvo 717 - CABA - Tel. 4307 9704 isabel.elsol@yahoo.com.ar Editorial/Web: Clara Rosselli Redacción: Clara Rosselli, Isabel Bláser, Diana Rodríguez Diseño: Mónica G. Seoane Fotos: Edgardo “Super 8” Gherbesi Publicidad: Diana Rodríguez El Sol de San Telmo: Isabel Bláser, Hugo Del Pozo, Clara Rosselli, Carolina López Scondras, Diana Rodríguez, Edgardo -Super 8- Gherbesi, Mónica G. Seoane Colaboraron en este número: Grégoire Fabre, Tatiana Michalski, María Belén Rivero, Pamela Biazzi, Alumnos 2do. grado Escuela Valentín Gómez, Maestra Adriana Morelli y Darío Carlos Mosso Dirigir consultas al: 155-043-3590 elsol.desantelmo@yahoo.com.ar www.elsoldesantelmo.com.ar El arte de nuestro logo es un fileteado del maestro Martiniano Arce www.martinianoarce.com ISSN: 2313 9722 DNDA: Expte. 5037872 Impresión: Agencia Periodística Cid Avda. de Mayo 666 (1084) Buenos Aires, Argentina El Sol de San Telmo es una publicación cultural de carácter comunitario y distribución gratuita, orientada a la difusión de la historia y actividades barriales de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Se autoriza la reproducción total o parcial de las notas citando la fuente. Los artículos firmados son de exclusiva responsabilidad de los autores.

Dónde retirar El Sol: Panadería Cosas Ricas Perú 1081/85 Restaurant Manolo Bolívar 1299 Librería Fedro Carlos Calvo 578 AlmaZenArte Balcarce 1056 Dietética Harlem Perú 910 Granja Mharley Mercado de San Telmo Ferretería San Juan Av. San Juan 574 Maxikiosco “Lo de Thomas” Garay 529 Pizería La Moderna Humberto I° 699 Inmobiliaria Giesso Cochabamba 360 Salud Nikkei Brasil 602 Di Mitrio Carlos Calvo 691 Vinelli Hipólito Yrigoyen 710 Bomberos Vol. de San Telmo Balcarce 1249 Mercado de San Telmo Puesto 54 Granja Mharley

Antoninno Bolivar 1087 La Simbólica Carlos Calvo 708 Ferretería Centro Sud Carlos Calvo esq. Chacabuco Nonna Bianca Estados Unidos 425 Bar La Poesía Chile 502 Bar Británico Brasil 399 Bar El Federal Carlos Calvo 599 Autoservicio Rodríguez Cochabamba 728 Pamela Biazzi Piedras 1055 Kioscos de Diarios: Carlos Calvo y Perú Piedras y Carlos Calvo Piedras y Chile Perú y México Defensa y Brasil Independencia y Piedras Perú e Independencia Carlos Calvo y Defensa San Juan y Defensa Humberto I y Bolívar Carlos Calvo y Chacabuco

¿Quiénes

somos los santelmeños? ¿DónDe vivimos?

Estas son las preguntas que propone el número 43. Para responder una y otra charlamos con varios vecinos con el objeto de que nos cuenten sus historias de vida. Todas resultaron ser distintas, pero con un mismo denominador común: saber más sobre San Telmo. Es de conocimiento que el barrio “tiene sangre” de varias nacionalidades. No solo italiana y española, como podrán leer en Familias santelmeñas. Remontaremos el barrilete de dos de ellas: la de Emma, nieta de libaneses y la de Linda, hija de descendientes de australianos, que comparten sus recuerdos de las calles, los colegios, el Parque Lezama y los lugares que las vieron crecer. También está la historia del Dr. Luis Dubini -ferviente simpatizante del Club San Telmo- y su esposa, descrita en Un Popurrí de historias… y la de Matute, en El guardián de la Plaza Dorrego, un vecino más en el paisaje barrial. Claro que su historia es especial, ya que ha hecho de las calles su hogar y eso no le ha impedido criar a sus hijos. Tal vez un lugar poco convencional para vivir, pero ¿Convencional para quién?. San Telmo es un barrio que da para todo. No será el único, pero que tiene ciertas particularidades no se puede negar. Vivir el barrio y en el barrio puede ser una experiencia muy singular. El cuento El croto a las diez es un simpático relato que nos acerca un pedacito de la vida de un hombre y vecino, que se mezcla con el día a día de un negocio de antigüedades. Los “telos” -lugares de paso- pueden, a veces, convertirse en una extensión de nuestro propio dormitorio. Convencional o

no, vivir por un rato o toda una vida… miremos el caso de Jorge de Vasconcelos, quien eligió como hogar un edificio de la antigua Compañía Ítalo Argentina de Electricidad. Les contamos más en San Telmo siempre nos sorprende… Como pequeños habitantes del barrio, las muñecas de Antonio Cellone también tienen sus historias. La Shirley Temple, la Mariquita Pérez, la Marilú, la Linda Miranda, entre otras han pasado por su local. Sabrán más si leen Juguetes de ayer, de hoy y de siempre. Las buenas costumbres se aprenden -desde que somos chicos- en el hogar y en la escuela, pero también se aprenden -quiéranlo o no los padres- las malas palabras y las burlas. Una maestra decidió cambiar estas últimas, por halagos. Si quieren saber cómo le fue, lean Resaltar lo mejor del otro. Todavía no saben los niños que el Código Civil habla, en algunos de sus artículos, de la obligación de no dañar al otro. Del tema les explicamos más en Veredas rotas ¿Quién se hace cargo?. De tinte cultural y artístico son las notas sobre la Biblioteca Juanito Laguna y Glodier Biedma, mozo-artista del Bar Británico. Como siempre, los invitamos a participar de nuestras reuniones abiertas una vez al mes donde podrán aportar ideas e historias del barrio, a escribirnos a elsol.desantelmo @yahoo. com.ar y, a visitar nuestra página web: www.elsoldesantelmo.com.ar

¡¡M uchas G racias !! A Marta Caniete, del puesto de la esquina Brasil y Defensa por ayudarnos a difundir El Sol entre los vecinos de la zona.


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MATUTE, EL “GUARDIÁN” DE LA PLAZA DORREGO Por Isabel Bláser Cuando los vecinos nos paramos a conversar en cualquier esquina o negocio del barrio, hablamos sobre los personajes que lo habitan, como para que no se pierda la memoria histórica. Por eso, para nosotros, la Plaza Dorrego no es solamente la Feria de Antigüedades de los domingos. También pertenece a ella un personaje que apareció en los años 70’, haciendo de esas cuadras “su” lugar. Cada uno de los que pasábamos por allí, lo observábamos e íbamos viendo cómo fue

transformando su imagen primero desalineada, descuidada, para luego -quizás con la finalidad de sentirse identificado con algo o con alguien- semejarse, con su vestimenta, a un militar camuflado incluso con charreteras, gorra, bastón y esposas. Los policías de la Federal, que ya lo reconocen como parte del paisaje de la Plaza, lo saludan pero no burlonamente sino con un cierto respeto ganado por su constante presencia en el lugar y porque saben que no es una persona “peligrosa” para la comunidad, sino un habitante más del barrio. Años atrás se lo vio en pareja con una mu-

jer de rasgos orientales con quien tuvo dos hijos, un varón y una mujer. Pero con el tiempo se fue, dejándolo solo con ellos. El los crió a su manera y con sus “armas”, pero siempre los protegió y nunca los abandonó. Se los veía -hace muchos años- viviendo dentro de una carpa donde los chicos jugaban con juguetes que él les conseguía o que los vecinos le daban, acompañados de un perro que formaba parte de esa familia que Matute -así se lo conoce- defendía “con uñas y dientes” contra la adversidad que la vida le iba presentando y que él desafiaba, día tras día, con la convicción de saber que sus hijos dependían de él.

Pasó el tiempo, la niña se casó y le dio dos nietos que cada tanto lo visitan y el muchacho, a veces, recorre las calles con él. En una oportunidad se lo vio quitándose la bufanda para ponérsela en el cuello a su padre y así protegerlo del frio. Todo un mensaje afectivo para aquellos que creen que la calle solo trae miserias humanas y malas conductas. Matute es parte de nuestro paisaje barrial que queremos rescatar y por ese mismo motivo es que desde El Sol saludamos su presencia y lo reconocemos como un santelmeño más.


4 - Junio 2013

FAMILIAS SANTELMEÑAS Emma, nieta de libaneses

“Bernardino Rivadavia” -Bolívar 1235- donde se recibió de Maestra en 1962, para seguir estudiando en el Instituto Superior del Profesorado Inicial “Sara C. de Eccleston” obteniendo el título de Maestra Jardinera.

Por Isabel Bláser Voy al encuentro de Emma Bolos, vecina del barrio desde hace 68 años. Camino derecho por Defensa y cuando llego a la altura del 600 comienzo a buscar la entrada de su casa. Edificio antiguo, con paredes sólidas, bronces bien lustrados y todo lo que destaca la arquitectura de épocas pasadas que no escatimaba materiales para que las estructuras no tuvieran problemas de humedad, ni filtraciones, ni fisuras ni nada que pudiera preocupar a sus habitantes, salvo el lógico paso del tiempo. Toco el portero de su departamento y siento su voz amigable a través de él. Ya sé, solo por este detalle, que va a ser un placer escuchar la historia de su familia.

De pronto se para y va a buscar al dormitorio una caja de madera donde guarda las fotos atesoradas de la familia. Cada una que saca de ese cofre, es acompañada con un relato amoroso y sentido de cada personaje que aparece en ellas. Cuando hacemos un recorrido imaginario del barrio en esos años, recuerda que “en la calle Balcarce 458 había un corralón que pertenecía a la empresa de transportes y mudanzas Villalonga Furlong S.A.. Eran tiempos en que se usaban carros Miguel Bolos y Juana Jacob

Así fue. Emma es docente por vocación y, entonces, usa la pedagogía en cada frase para transmitirme el pasado familiar. Me cuenta que sus abuelos paternos eran libaneses; Emma Vicente y Abraham Bolos. Con ellos, sus padres y tíos vivieron en la calle Balcarce 458, arriba de lo que ahora es la Trastienda. Antiguamente esa edificación era un conventillo típico de la época, con habitaciones y patio que unían tanto a los de la misma familia como a los vecinos que lo compartían.

Patio del conventillo de Balcarce 458 Abuela Emma con sus nietas Emma y Silvia (1948)

tirados por cuatro caballos enormes. Estamos hablando de 1949/1950”. También menciona que donde está Michelangelo -Balcarce 443- “había una oficina de Despachante de Aduana, donde todavía existe el reloj que -en aquel tiempo- marcaba la hora para todo el barrio”.

Miguel Bolos, apoyado en su Colectivo de la línea 59 Abraham Bolos

En un viaje que el abuelo hizo a Mendoza con dos de sus hijos -Miguel y Eduardo- se encontró con un paisano de su pueblo natal en El Líbano. Era don Mario Jacob casado con Elena Tanus. Ellos tenían cinco hijas mujeres y un varón. Ambos hermanos se enamoraron de Juana pero ella eligió a Miguel, con el que se casó en 1938 y tuvieron dos hijas -Emma y Silvia-, las que también compartieron la infancia en esa casa. Cuando Emma tuvo 11 años se mudaron a la calle Paseo Colón y México, edificio de departamentos más moderno, sobre el que fue el Mercado Bullrich, actualmente en desuso. Su padre, fue uno de los fundadores del Club General Belgrano -Cochabamba 444- aunque, por algún motivo desconocido, no figura en las actas fundacionales y también de la línea 59 de colectivos, siendo -con el tiempo- representante legal de la misma. Emma cuenta que fue al jardín de infantes de la escuela de las monjas Vicentinas, que aún está en Paseo Colón entre Belgrano y Venezuela, luego cursó la escuela primaria y secundaria en el Normal Nro.3

Emma y Silvia Bolos en la plaza frente a la Aduana

“La conversación fluye con anécdotas familiares de abuelos, tíos, padres y hermana viviendo juntos formando la típica familia donde todos colaboraban”.

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La conversación fluye con anécdotas familiares de abuelos, tíos, padres y hermana viviendo juntos formando la típica familia donde todos colaboraban compartiendo lo que les iba presentando el destino. Emma se casó y fue a vivir a Adrogué donde crió tres hijos y se desempeñó como Directora del Jardín Nro.6 para, después de más de treinta años, volver al barrio de su infancia y enriquecer con su presencia y sus recuerdos a la comunidad santelmeña. Ya es tarde pero ninguna de las dos tiene ganas de terminar el encuentro, sabemos que podríamos quedarnos todo el tiempo del mundo recordando a nuestros viejos queridos. Pero sé que compartiremos muchos momentos como este, a partir de ahora. Por eso, le agradezco su tiempo, el rico café y, sobre todo, el exquisito pan casero que me convidó como para hacerme sentir que su casa conserva la herencia comunitaria de su niñez. Y lo logró.


El Sol de San Telmo - 5 Fuente del Parque Lezama: Jorge, Linda y Cynthia con compañeritos de la primaria

La hija de “la inglesa” Conocí a Linda Molinari hace alrededor de 20 años cuando las dos, siendo secretarias de dirección, hablábamos por cuestiones de trabajo pero siempre le agregábamos a nuestras conversaciones algún comentario personal que, sin darnos cuenta, nos iba uniendo desde un lugar más humano. En unas de esas charlas breves pero amenas, Linda me comentó que vivía en San Telmo y en ese momento entendí por qué teníamos esa especial conexión que nos había llevado a “conocernos” sin conocernos personalmente. Esto se reafirmó cuando, al fin, nos encontramos en una reunión de amigos en común. Por eso buscando familias con historia en el barrio, me acerqué a ella, que lo habita desde su nacimiento -en 1958-, con el objeto de saber más sobre la decisión familiar de vivir en San Telmo.

Jorge Molinari (hijo) en la puerta de Bolívar 1011 donde vivió hasta el año 83

Lima Walker de Molinari con sus tres hijos y un amiguito, en la vereda del bar/restaurante de Carlos Calvo y Bolívar

porque allí no había secundaria. Era laica y tengo los mejores recuerdos de mi paso por ella. Luego fui al colegio Jesús María -Carlos Calvo 922- donde terminé la secundaria en 1976. El cambio fue fuerte: pasar a una escuela religiosa, solo de mujeres, fue duro”.

Linda -entre mate y mate amargo compartidome cuenta que su abuela Rubí Helen Andrews de Walker, maestra, de origen australiano como su abuelo Edward Harild Walker -ingeniero que trabajaba para el gobierno australiano y uno de los que construyó el Canal de Panamá-, salieron de su país para radicarse en Perú donde nacieron dos de sus tres hijas: su tía Guerita, luego Dorothey Elena -nacida en Santa Elena, Ecuador-, y su madre Lima (nombre elegido en honor a la ciudad homónima de Perú), en 1921. En 1932 fallece su abuelo por lo que la abuela Rubí decide -contrariamente a la lógica de volverse a su país natal, para encontrarse con su familia de origen- viajar a la Argentina para radicarse. Una vez aquí, se instalan en un pensionado de Suipacha y Juncal y su madre Lima asiste al colegio Northlands y luego al colegio bilingüe San Andrés de la ciudad de Buenos Aires, con el objeto de conservar -a través de la educación- sus orígenes. Al poco tiempo de recibirse, entró a trabajar en la Oficina de Reclamos de la empresa Pan American donde se desempeñó hasta su casamiento. Por otro lado, en 1943 -hace setenta años-, la familia se muda al departamento sito en la calle Bolívar 1011 piso 1 “D”, arriba de la farmacia que está en la esquina y que, en ese entonces, pertenecía a la familia Soba. Estando de vacaciones en Mar del Plata, Lima -a quien en el barrio le decían “la ingle-

Lima Walker con una amiga en la vereda de enfrente a Bolívar 1011, detrás se ve la entrada del cine Carlos Gardel

sa”- conoce a Jorge Molinari, siete años menor que ella, con quien se casa en 1956 y van a vivir en la casa materna, ya que su hermana mayor se radica en San Pablo, Brasil y la del medio, ya casada, vivía en Lomas de Zamora. Del matrimonio de Lima y Jorge, nacen Jorge, Linda y Cynthia. Linda recuerda que “al lado de mi casa había un almacén con vivienda, cuyo patio nosotros veíamos desde una de las ventanas de la habitación de nuestro departamento y, también, había una mercería y peluquería frente a lo que era el cine

Carlos Gardel donde ahora hay un supermercado chino (Bolívar al 1000)”. Y agrega “en la esquina de Carlos Calvo y Bolívar, hoy una casa de té, estaba el kiosco de Doña Luz con vivienda atrás y, por la entrada del Mercado de San Telmo de esa esquina, el primer negocio era una fiambrería donde mi mamá nos mandaba a comprar huevos”. Me cuenta que hizo la escuela primaria “en la Escuela Británica - Distrito Sur que estaba en Perú y Garay, que funcionó desde 1947 a 1977,

En ese entonces, cuando tenía 12/13 años “había amigos ´de la esquina´ y los míos paraban en Defensa y Carlos Calvo. También nos juntábamos para hablar de todo en la de Carlos Calvo y Perú. Las chicas hacíamos collares con mostacillas y los vendíamos en la Plaza Dorrego, alquilábamos las bicicletas en Mila -Defensa 402- e íbamos mucho al Parque Lezama” y agrega “en mi etapa mística formé parte del grupo Prioridad Juventud, de la Iglesia de San Telmo que, entre otras actividades, daba misa en el Hospital Borda”. Varios años después de la muerte de su abuela, se mudaron a la calle Garay y Defensa. Posteriormente conoce al padre de sus hijos Tomás y Pablo, con quien vive un año en el barrio de Belgrano, pero deciden regresar a San Telmo para estar más cerca de sus padres. Desde entonces habita la casa de departamentos de la calle Carlos Calvo al 400 donde en otra unidad vive su madre, “la inglesa”, quien -con 92 años- logró dejar su huella familiar en las baldosas queridas de nuestro barrio.


6 - Junio 2013

Los “telos” Por Tatiana Michalski y Grégoire Fabre Los albergues transitorios u hoteles alojamiento (vulgarmente; telos - hotel alverre) son algo bien típico de Buenos Aires. ¿Pero qué son exactamente? ¿De dónde surgieron y cómo se manifiestan en el barrio de San Telmo?.

noche. En algunos de estos hoteles, los domingos el tiempo es irrestricto, ya que es un día tradicionalmente familiar y con menos clientes. Hasta los hoteles más baratos tienen una puesta en escena que puede sorprender al cliente que no lo conoce. Espejos en todos lados, un control remoto dentro de la pared con opciones de cambio de color y intensidad de la luz, canales de música para todos los gustos, servicio de bar y otras cosas. Le preguntamos al recepcionista de uno de ellos, si se acordaba de una anécdota graciosa y nos contó que “una vez una mucama salió corriendo y llorando de un dormitorio, gritando que había un muerto adentro. Después se dieron cuenta que una pareja había dejado las almohadas por debajo de una sábana y que solo era producto de su imaginación”.

Un “telo” es un establecimiento que tiene mucho que ver con un hotel convencional, pero las habitaciones se alquilan por turnos cortos que suelen ser de dos horas o, por turnos largos que pueden ser de hasta doce horas. El objetivo es bien claro: ofrecer un espacio discreto, privado y propicio para las relaciones intimas de la gente que no tiene donde encontrarse. El universo de los “telos” está lleno de fantasías, pero también de reglas estrictas. Las parejas no pueden quedarse varias noches; no se puede dejar equipaje en la habitación; no se puede entrar solo ni salir solo, eso lo pide la habilitación del GCBA. En muchos albergues no se permiten entrar a más de dos personas en cada dormitorio. La persona de recepción solo tiene que mirar y hablar con el hombre, costumbre que sigue existiendo porque –tradicionalmente- es el hombre quien paga. Y si uno se olvida del tiempo y pasan más de las dos horas estipuladas, empezará a sonar una alarma insoportable.

Los “telos” de Buenos Aires fueron una invención de la comunidad gallega, que ya era muy conocida por emprendimientos como bares y restaurantes abiertos muchas horas. ¡Porque el “telo” está abierto las 24 horas! Hace 20 años los jóvenes “venían a morir’” en los hoteles de este tipo, porque en la casa de los padres las parejas no podían dormir juntas. Pero ahora, como los padres son más permisivos, la población

que va a estos albergues no es necesariamente tan joven. No se pide identificación, lo que permite una mayor discreción y según algunos gerentes, “que venga de todo”… Según la zona donde está, el albergue tiene horas picos que pueden variar. En San Telmo, por ejemplo, como hay bastantes oficinas, los albergues se llenan a la tarde en la semana y los viernes y sábados, a la

Estuvimos visitando los tres “telos” de nuestro querido barrio: Los Duendes, Las Brujas y Osiris. Cada uno es “un mundo aparte”. Salimos de ellos con la cabeza mojada en medio de noches frías, para escribir esta nota y darles a los vecinos una idea de lo que está escondido detrás de estas paredes oscuras, con estacionamientos gigantes y puertitas apenas iluminadas.

El croto a las diez Cuento de Pamela Biazzi

Hoy empezó el otoño en el calendario y, en la realidad, también amaneció frío y ventoso. El viento entró hasta el alma y cuando esto sucede, la gente se vuelve más gris y triste. La realidad nos lleva a estar así.

cortos y las medias ya no se las vi, pero mañana se las miraré y te contaré bien. También le traeré ropa para renovar el atuendo. Hoy el otoño lo hizo estar en esta realidad, fue el frío que también esta sintiendo.

Mientras preparaba el mate una voz en tono fuerte me puso en alerta. Me acerqué a la puerta. Era él, el croto de las diez de la mañana. Pero hoy, aparte de hablarme de alguna noticia de algún diario italiano o de Batistuta, me pidió un chalequito de lana que -por supuesto- mañana le traeré.

Siempre tiene una sonrisa y está de buen humor. Una mañana encontró cerca de un cesto de basura unas maderas, las levantó y dijo “hoy estuvieron haciendo carpintería”. Su tono de voz es muy fuerte, enérgico y pide unas chirolas. Viene con un bolso… creí que pedía para el vino pero ahora lo dudo. Puede ser solo para sobrevivir hasta mañana y mañana pasar a pedirme otras chirolas, que por ahora no le di.

Hoy lo observé mejor, su saco bordó (o lo que quedó de él) es más corto que la remera oscura que tiene abajo, tiene unos pantalones grises que le quedan

Me cuenta siempre que Batistuta toma vino italiano o

lo que pasó en algún partido de la Juventus u otra noticia que dice leyó en “algún diario italiano”. También comienza sus frases con “¡Cómo anda el anticuario!” (mi local). Es muy puntual, siempre pasa unos minutos antes de las diez de la mañana, lo escucho y lo miro con curiosidad para saber cómo se llama, cómo llego a estar así…lo dejo pasar, hacer sus comentarios y luego sigue su camino. Es un hombre de unos 60 años, alto, flaco y sano y por algunas explicaciones que da parece tener un buen nivel de cultura, porque conoce de lo que habla. Mañana, cuando le traiga la ropa, tal vez le hable y te lo cuente.


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San Telmo siempre nos sorprende con alguna historia Texto y foto: Clara Rosselli “Ingresando por la puerta hay un pasillo, luego un living, dos habitaciones, la cocina y un patio. Arriba tiene otro living y una habitación que supongo sería de servicio” así, Jorge de Vasconcelos, sobrino del escritor brasilero José Mauro de Vasconcelos, describe su hogar con aires de bonhomía. En apariencia sus palabras se refieren a una vivienda común y corriente, hasta que Jorge agrega el detalle que lo cambia todo: “…detrás del portón verde, a la izquierda de la puerta de entrada, hay un trasformador en uso, está algo que ahora llaman“trafos” y los tapones. Cuando se corta la luz en la zona, el móvil de Edesur viene, abre las dos hojas del portón y reparan desde allí”. Lo atípico de la casa de Jorge es que es la subestación estática N°48 que la Compañía Ítalo Argentina de Electricidad (CIAE) construyó entre 1914 y 1916 en Buenos Aires junto con otras cientos. La mayoría de las usinas, subusinas y subestaciones estáticas fueron construidos por el arquitecto Giovanni Chiogna, quien las dotó de un aire neomedieval italiano o revival románico. Muchas tienen fachadas de ladrillos rojos donde se recortan ventanas, puertas y portones rematados por arcos de medio punto o escarzanos. La propiedad donde vive Jorge y su esposa está revocada en material y en el frente se ve escrito el nombre de la compañía junto con el número de la subestación (S E 48). Las subestaciones eran uno de los tantos puntos desde donde se distribuía -y se distribuye aún- energía eléctrica. Si bien los edificios de la Ítalo están declarados “edificios representativos” por la Dirección General de Patrimonio, muchos no se han inventariado. Jorge adquirió la propiedad a fines de los años 80´s cuando Segba, luego del fin de una etapa de estatización, vendió sus activos, la mayoría con su uso amortizado. “Las subestaciones eran propiedad de la empresa y, en ese momento, las vendía y el precio era módico”. Simplemente así dio con ella. Esta situación es casi única ya que no son muchas las subestaciones que comparten su estructura con una vivienda. Jorge nos cuenta que su casa conserva todo lo original del edificio: baldosas, escalera de madera, puertas, ventanas; entre otras cosas. Sin embargo, convivir junto a un trasformador eléctrico tiene sus riesgos: “En dos oportunidades hubo principio de incendio”, acota. Jorge, quien simpáticamente me comenta que de su

Si nos vamos más atrás, rastreando la historia energética de Buenos Aires, vemos que la CIAE nace en 1912, cuando recibe una concesión por cincuenta años para suministrar de energía eléctrica a la ciudad. Desde 1961 el Estado comienza a adquirir acciones de las empresas privadas de abastecimiento de energía y, finalmente, en 1979, obtiene los bienes de la CIAE integrando su infraestructura a la de SEGBA. A fines de los años 80´s y principios de los 90´s, la empresa se privatiza nuevamente y pasa a llamarse Edesur.

vida se podría escribir un libro de anécdotas, me cuenta una historia que tiene que ver con la usina. Hubo una época en la que él tenía cinco perros San Bernardo que sacaba a pasear en tandas de a dos porque, de otra manera, no le hubiesen alcanzado los brazos. En uno de esos paseos perrunos un señor de unos noventa años que lo había visto entrar a la casa luego de la primera tanda de paseo y lo vio salir con la segunda, se le acercó y le preguntó si él vivía allí. Ante el asentimiento de Jorge el viejito quiso saber más y le preguntó si conservaba el lugar como era originalmente. “Sí, todo original” respondió Jorge. Entonces el anciano le contó que él había vivido su infancia en esa subestación cuando su padre era supervisor de la Ítalo. Recordaba -cuando era pequeño- haber estado sentado en el escalón de mármol de la puerta de entrada, junto a su hermana, viendo pasar al ex presidente Hipólito Yrigoyen. “Imaginate que si vio a Yrigoyen tendría que ser cerca de 1919. Antes los presidentes manejaban sus autos, no es como ahora que

Las subestaciones estáticas son el punto de distribución de la energía, antes de llegar a los hogares. Antiguamente el recorrido comenzaba en una gran usina de vapor, en la calle Pedro de Mendoza 501, que producía energía trifásica. De allí se distribuía a seis subestaciones, donde se trasformaba la energía de alta tensión a corriente continua de baja tensión. Luego había cuatro usinas que producían corriente continua y ciento treinta subestaciones estáticas que repartían la energía trifásica de baja tensión. Todas estas pequeñas obras de infraestructura fueron quedando obsoletas, abandonadas, funcionando como comodato, vendidas a particulares, utilizadas como centros de arte y -en el peor de los casos- demolidas. tienen guardaespaldas” acota Jorge, quien agrega que nunca más vio al viejito. Y me voy con la sensación de que el haber hablado con el propietario de una vivienda/subestación fue como si hubiera sido una verdad relevada y pienso: Vivir en una usina es poco convencional pero que se puede, se puede.

Qué fue de las usinas de las que hoy solo quedan recuerdos y qué fines se les dio, es un misterio. No existen inventarios certeros de la ubicación y construcción de los edificios de la Ítalo. Todo queda librado al azar y a la mirada experta de quien reconoce en ellos los trazos que ha dejado la historia.


8 - Junio 2013

resaltar lo Mejor del otro Por Carolina López Scondras Alumnos de 2do. grado, Escuela Valentín Gómez, Maestra Adriana Morelli Es increíble ver cómo los niños tienen mucha facilidad para decirles a otros los defectos y también la costumbre de recibir agresiones en lugar de halagos. Por eso en la escuela, con la señorita Adriana -entre otras-, fomentamos el reconocimiento entre compañeros. Es decir, por cada cosa agresiva que se dicen corresponde un piropo o elogio. Las reacciones son muy divertidas. Por ejemplo, primero se niegan a hacerlo, después acceden o los que reciben las adulaciones no saben qué responder. Las contestaciones son, desde “Yo no pienso cosas lindas” -como me dijo un alumno de 3er. Grado-, hasta declaraciones de amor a la compañera de banco. Como todo, se aprende con el hábito. Aquí les damos una muestra de lo que escribieron sobre la escuela y sus propios pares: Lo lindo de mi escuela “Lo lindo de la escuela, comer sano y salud y salud tener buena amistad con los compañeros. Lo más lindo de la escuela es estudiar mucho y plantar y jugar mucho con nuestros amigos. Es lindo que la maestra es linda y que la maestra se perfume. Aprender, divertirse y jugar y tener amigos Lo que más me gusta de la escuela es que nosotros

queremos aprender y seguir estudiando y me gustaría tener dinosaurios y que nos quisiéramos el uno al otro con los niños. Lo lindo es plantar plantas y también me gusta ir a la biblioteca. Yo voy a aprender a la escuela. No tirar basura en el suelo, estudiar mucho, no pegar no robar ser amigos, no correr, me gusta estudiar. Los recreos, me gusta la comida.” Lo lindo de mis compañeros “Candela es buena y linda, es graciosa, tiene lindos ojos, es amable e inteligente. Sos linda y mi amor. Valentina es mi amiga y la quiero como amiga. Ivan tiene linda ropa y mochila. Piero tiene un lindo cabello. Joaquín tiene una cartuchera hermosa. Lo que me gusta de los compañeros es que se tratan bien y ayudan a otros desafortunados. Valen es mi amiga. Es inteligente, lo quiero porque es un buen compañero todos los días y es muy bueno. Tomy tiene linda la carpeta y las zapatillas. Daniela es muy gentil porque es muy genia conmigo. Ronaldo: mejor no nos peleemos más. Te quiero. Sé feliz. Santi es mi amigo. Cata es linda porque se peina lindo, se viste lindo, su mochila es linda y escribe lindo. Que presta cosas”.

seGuir trabajando con pasión

En un barrio tan antiguo como San Telmo uno puede cruzarse con vecinos que hace años viven en él, como es el caso de Beatriz Rojas “una vendedora de plantines y repasadores”, según sus propias palabras. Pero ella es más que eso, es una de las vecinas que le ha aportado y le aporta sus vivencias al barrio.

zona. Así fue, hasta que se dio cuenta que lo que más amaba era estar con los chicos y empezó a trabajar en la escuela N°1 de Independencia 758 (y Piedras). Fue la encargada de la cocina por más de 15 años y su tarea era hacer la comida para más de 500 alumnos, cosa que hizo hasta que se jubiló. Hoy sigue capacitándose y vende en la vereda de un supermercado de la calle Brasil y Perú para “pasar el rato y ganar unos pesos más”.

Beatriz, oriunda de Salta, llegó a Buenos Aires cuando tenía 17 años. Empezó trabajando de moza en lo que hoy es el barrio de Palermo Hollywood y se capacitó en cursos de gastronomía, incluso realizó un profesorado de comida naturista. Gracias a esto pudo entrar a trabajar en la empresa S.I.A.L donde se encargaba de cocinar para escuelas y hospitales. Viajó por toda la región ayudando en las cocinas. Estaba entre seis meses y un año en cada lugar y después la transferían a otra

Hace más de 20 años que está en el barrio y lo vio cambiar y crecer como tantos de los alumnos que pasaban por los comedores que ella atendía. Le da pena la mugre que ve por las calles y la inseguridad que está tan presente. Pero nada de eso la detiene para seguir haciendo lo que le gusta: estar en contacto con la gente y seguir aprendiendo para “abrir la cabeza”, porque para Beatriz “no hay nada que te detenga cuando amás lo que haces”.

Por Maria Belén Rivero


El Sol de San Telmo - 9

JUGUETES DE AYER, DE HOY Y DE SIEMPRE Por Diana Rodríguez

El Sol: ¿Y cuándo llegaron a Buenos Aires?

Antonio Cellone, coleccionista de muñecas y juguetes antiguos desde hace veinte años, está al frente de “Los juguetes de Tati” (nombre que le puso en honor a su madre). Se reconoce como discípulo de Antonio Caro, el último restaurador de muñecas antiguas al que llamaban Petete “porque sabía todo”. El Sol lo entrevistó en su local del Mercado de San Telmo.

A.C.: Alrededor de 1920. Eran rústicas y venían de Europa, principalmente de Alemania, Francia y España. En 1936 ingresa al país la primera “Marilú” (especie de Barbie de la época). Era una muñeca muy cara, por lo tanto solo accesible para las niñas de cla-

se alta. La vendían exclusivamente en una boutique dentro de Harrods (centro comercial de la época, sito en Florida 877) y, en algún lugar de Mar del Plata. Después compraron la licencia y se empezaron a fabricar en Argentina, hasta finales de los ’40. En el mundo estaban: “Mariquita Perez” en España;

El Sol: ¿Cómo y por qué empezó a coleccionar juguetes antiguos?

Por esa época apareció “Linda Miranda”, cuyo slogan era “Es linda, mira y anda”. A partir de la década del ’60 hubo una “explosión”de muñecas de goma, como la Rayito de Sol, Pielangelis o Kuklin, por citar las más comunes. Se podían peinar y bañar. Tenían pelo sintético, antes se hacían con cabello humano. Hoy en día las muñecas hablan, lloran, bostezan, entonces hay poco espacio para la imaginación. Nosotros trabajamos con la memoria emotiva de la niñez, que es la etapa más linda de la vida. Trato de educar a mis nietos con juguetes que no sean virtuales, para desarrollar su creatividad.

A.C.: Empecé cuando conocí a Antonio. Después fui por primera vez a una compraventa y compré dos muñecas antiguas. Con él aprendí a reacondicionar los juguetes. Ya no quedan restauradores como Antonio. Actualmente hay algunos que maquillan a las muñecas y les cambian la expresión o le sacan “el espíritu”. El Sol: ¿Dónde aparecieron las primeras muñecas? A.C.: En Inglaterra. Al principio eran de madera, después se hicieron de cera, luego de cuero. Alrededor de 1850 surgieron las primeras muñecas de porcelana, que eran para una elite. Eran muy caras, se las veía en los palacios en Francia. A principios del siglo XX descubrieron el celuloide, un plástico muy finito que se podía lavar, pero era muy endeble y extremadamente inflamable.

El Sol: ¿Y sus hijos van a continuar con el negocio familiar?

Muñecas antiguas y juguetes de antaño

un popurrí de historias,

para refrescar la MeMoria Por Clara Rosselli Con “casi ochenta años” en el barrio, es difícil que un santelmeño no atesore esas historias que retratan nuestras calles y gentes y que atraen más por añoranza que quizás por su acercamiento a la realidad, debido al paso del tiempo. El doctor Luis Ángel Dubini, vecino de San Telmo desde siempre, es uno de esos casos en los que sentarse a charlar con él es toparse con un popurrí de sus vivencias que seguramente nos llevará varias horas de conversación. Luis vivía en el Nro.918 de la calle Defensa. “El elemento principal en esa cuadra que me tocó vivir era el Mercado de San Telmo. Allí mi padre tenía un negocio con frente sobre la calle Defensa y daba la vuelta sobre el ingreso por esa calle, que ahora es un restaurante: era carnicería, chanchería, fiambrería y rotisería. En ese tiempo la gente se paraba a ver los pollos cocinándose al spiedo. Mi papá se levantaba muy temprano, a las 3 de la mañana y hacía lo que ellos llamaban el “despatizamiento” para tener la carne lista a las 7 de la mañana. En el lugar hay una rejillita, que todavía se puede ver, por donde el camión solía tirar al sótano la leña que traía para hacer el spiedo. En esa misma cuadra “Había negocios de todo tipo: panadería, florería, chancherías, lechería, una especie de supermercadito que se llamaba ´La Superiora´, juguetería, óptica, una perfumería chiquita donde iban las señoras del barrio a acicalarse y, en las esquina noreste de Estados Unidos había una joyería y en la noroeste un negocio de gente que arreglaba radios. Además, enfrente de mi casa vivía el apoderado de la orquesta de Pugliese, que se llamaba Soto”. Otro recuerdo “comercial” de Luis es el almacén de “la Zulema”, en la esquina de Balcarce y Pje. Giuffra, que fue pulpería. “Tenía una argolla puesta en el cordón de la

“Shirley Temple” (o “Ricitos de oro”) en Estados Unidos y “Marilú” en Argentina. En esos días las muñecas (y los juguetes en general) eran solo para ser exhibidas. Recién en la década del ’50, la Fundación Eva Perón empezó a regalarlos para Reyes y el Día del Niño. A partir de ahí, los chicos pobres o de clase media supieron de autitos con pedales y muñecas. Cambió toda la manera de jugar. Algunas nenas querían bañarlas y, como las muñecas estaban hechas de cartón piedra, se deshacían en el agua lo cual era traumático para ellas.

vereda, donde se ataban los caballos”. En tiempos en los que no existían los e-mails o los mensajes de texto, los amantes tenían una peculiar forma de declarar su amor. Luis nos especifica: “Al lado de lo de Zulema había un inquilinato donde vivía la familia Izzo que se dedicaba al transporte de pescado. Uno de ellos tenía un camión que nosotros llamábamos “La Chancha”, que usaban para dar serenatas”. La costumbre obligaba a que, luego de que un grupo de músicos -llevados en el camión- tocara en la puerta de la casa de la homenajeada, canciones románticas “la señorita saliera al balcón y arrojase flores”. En ese entonces Luis era parte del “piberío” que acompañaba a la procesión, por lo que sobre él cayeron florcitas y hasta hojas de malvón. Luis y su esposa Delia -quien compartió nuestra charla-

son amantes del deporte.“Mi sangre es azul celeste”dice Luis en referencia a los colores del Club San Telmo. “El Club era algo de barrio que se sentía mucho”. Luis sabe, por demás, los avatares del Club y todos los momentos en los que hubo que “arremangarse” para que siguiera funcionando, aunque los recuerda con satisfacción. Luis y Delia fueron parte de la Comisión que recibía a las Comisiones de “visitantes” que jugaban partidos con el equipo azul celeste. Para agasajarlos, les obsequiaban y servían con todo tipo de artículos donados por los socios: termos con mates, masitas secas, sándwiches, etc. Para concluir su visión del barrio de antaño Luis comenta que “La gente del barrio era muy buena, muy solidaria” y su esposa agrega -como recreando con su sonrisa un tiempo pasado- “Y los chicos jugaban en la calle”.

A.C.: Acá trabajo con mi sobrino, Hernán Cravero (25), a quien le fui pasando esta pasión por preservar nuestro patrimonio histórico. Vivo de esto, lo disfruto plenamente. No me gustaría que esto se pierda.


10 - Junio 2013

CULTURALES

biblioteca infantil y juvenil juanito laGuna Por Carolina López Scondras Juanito Laguna (Perú 482) está dentro de la UTE (Unión Trabajadores de la Educación) aunque por fuera nadie podría adivinarlo. En 2011 Roberto Sotelo, Marta Polimeni y Marcela Carranza idearon el proyecto de biblioteca infantil y les pareció que era bueno que se encontrara dentro de un gremio docente. Todos tienen una gran experiencia en este tema: Roberto es bibliotecario y maestro de grado y dirige una de las más prestigiosas páginas sobre literatura infantil “Imaginaria”. Marta es bibliotecaria especializada en literatura infanto-juvenil y Marcela es Magíster con estudios en Barcelona, formadora de docentes y bibliotecarios. Repleta de libros-álbum, literatura nueva, almohadones y mesas para trabajar, la biblioteca abre sus puertas al público en general e invita a hacerse socio, sin costo, para poder retirar los ejemplares. Dos días a la semana convocan a escuelas primarias a conocerla, hacen actividades, narran y luego dejan que cada niño explore por su cuenta en las estanterías abiertas. La demanda para esto es tal, que entre marzo y abril se cubren los turnos de todo el año. Pero no solo niños recurren a su colección. Estudiantes, especialistas y docentes recorren

sus estanterías. En cierta oportunidad llegó una visita del plantel docente de todos los jardines maternales de la Ciudad. En el lugar se exponen maquetas de castillos y escenografías de cuentos. Entre los cuadros se puede ver el original del logo de la biblioteca, diseñado por el vecino y amigo de El Sol de San Telmo, el ilustrador Juan Lima. En el piso tercero del mismo edificio funciona el Centro Formación Profesional Nº14 -Tel. 4331.3509- donde se dicta la Tecnicatura Su-

Glodier Biedma,

mozo-artista del Por Diana Rodríguez La primera pregunta tiene que ver con el nombre. ¿De dónde viene Glodier? Él mismo quiso saber su origen y, buscando en la web, se enteró que es uno de los cinco Glodier que hay en el mundo. Pero en realidad el apellido Glodier se remonta a un médico español del siglo XIII. Por otro lado su padre, José Francisco, fue uno de los fundadores de la ciudad de Viedma. La particularidad de su nombre siempre le sirvió como una manera de comenzar un diálogo. Nacido en Bahía Blanca, de los 10 a los 16 años fue cantante de tango. “Canté con Goyeneche, Jorge Valdés, María Graña y Enrique Dumas”, nos cuenta con orgullo. A los 18 vino a probar suerte a Buenos Aires por primera vez. Trabajó como asistente de Nelly Raymond y formó parte de la movida tropical hasta los 20. Cuando regresó a Bahía Blanca recibió La Lira de Plata, premio que se otorga al artista sobresaliente de Bahía Blanca en “La Noche de las Liras”, como reconocimiento a su labor artística. Dos años después se fue a Mar del Plata, donde trabajó como transformista. Allí se relacionó con el diseñador de ropa y vanguardista Pablo Forte con quien volvió a Buenos Aires. Aquí debutó en televisión (en el canal Much Music) e hizo el programa

Bar Británico

de radio “Opus Gay”, en FM Palermo. Trabajó como RRPP de boliches, organizador de eventos, asistente de prensa; entre otras actividades. En 2005 invirtió todo su dinero en una productora y lo estafaron, fue entonces cuando conoció a Agustín Souza, actual dueño del Bar Británico (Brasil y Defensa), a quien le propuso aprovechar el espacio para organizar ciclos de arte. Comenzó exponiendo sus propias obras, en diciembre del 2012. Con una amplia sonrisa, asegura que está comenzando una nueva vida: “Dejé de fumar y vuelvo a cantar tango”, dice, al tiempo que sueña con convertir el tradicional bar de San Telmo “En un café concert para gente del barrio, sin cobrar entrada”. En abril inició los Ciclos de Arte 2013 y “Para junio y julio, estoy armando espectáculos de jazz, blues y folclore”, se entusiasma Glodier. “Espero ir mejorando la calidad de la gastronomía y -al mismo tiempo- crear un espacio para disfrutar buenos shows, exposiciones artísticas e intercambio cultural”. Director artístico y mozo, al mismo tiempo, consulta con la gente su visión como espectador. “Programo lo que me gustaría ver y atiendo como a mí me gusta que me atiendan”, explica y termina diciendo: “San Telmo tiene esa impronta tan especial, todo está cerca, es mágico”.

perior en Pedagogía Social con orientación en Derechos Humanos e incluso se imparten cursos de perfeccionamiento docente, con puntaje. Sus alumnos también son frecuentes usuarios de la biblioteca. Un espacio para compartir en San Telmo con los más chicos, incentivar la imaginación y pasarla bárbaro. Abierta al público: Miércoles de 14 a 18hs / Jueves de 9 a 13hs y de 15 a 20hs / Viernes de 15 a 18hs


El Sol de San Telmo - 11

NOTICIAS COMUNITARIAS

veredas rotas

¿Quién se hace carGo? Por Darío Carlos Mosso Todos sabemos lo mal que están las veredas en Buenos Aires. No solamente rotas, sino muchas veces surcadas por zanjas y canaletas, que las diversas empresas de servicios realizan para sus reparaciones, aumentando el riesgo con señalizaciones precarias, sembradas con piedras, alambres y cintas de diverso tipo. Lo que en todo lugar es un peligro para el peatón, en el Casco Histórico y en San Telmo concretamente dado el ancho menor con que se construyeron, es un verdadero desafío a la integridad física. Todas las autoridades -nacionales y del gobierno local, como así diversas ONGs- suelen hacer gala de tratar de evitar las “barreras arquitectónicas”, de facilitar la “accesibilidad”, para que los discapa-

Carlos Calvo al 600

citados de diverso tipo tengan derecho a una vida ciudadana que los incluya y que no los “recluya” en sus domicilios.

denanzas vigentes o leyes de seguridad e higiene en obras públicas o privadas- a tales demandas.

Sin embargo, el estado de las veredas es un continuo aliciente al aumento de las discapacidades. ¡Cuántas fracturas de pie, de tobillo y de cadera, sobre todo en personas de la tercera edad provocan las veredas mal cuidadas de Buenos Aires! En la jurisprudencia de los tribunales de la ciudad, hay continuas sentencias que condenas a los diversos responsables (estado, empresa concesionarias de servicios, propietarios de obras en construcción y consorcios frentistas) a pagar indemnizaciones, en algunos casos, importantes.

Pero el tema no es pagar una incapacidad, sino evitar que se produzca. Y para eso es necesario una enérgica concientización sobre un tema fundamental: las veredas constituyen un espacio público cuya obligación de conservación pesa sobre el Estado, sobre toda empresa que interviene en obras que provoquen modificaciones en su continuidad transitable e incluso sobre los consorcios o propietarios frentistas que al realizar trabajos ya sea de gas, agua o electricidad en favor de sus edificios, se desentienden del estado de las aceras una vez solucionado el problema que hizo contratar el trabajo.

Porque la obligación de no dañar al otro, consagrada en los arts. 1109 y 1113 del Código Civil, da sustento -junto al flagrante incumplimiento de las mismas or-

El acceso a la justicia permite que se tomen acciones “preventivas” frente a las veredas en estado peligroso, basadas estas en la Constitución Nacional -en

¡cuántos años tenés san telmo! Nuestro barrio festejó el jueves 30, viernes 31 de mayo y sábado 1 de junio con: Conciertos, Mesas Redondas, Videos, Festival musical, Concurso de pintura con la participación de las escuelas del barrio, etc. su 207 aniversario. Según datos históricos, la iglesia que deno-

minaron Nuestra Señora de Belén y Parroquia de San Pedro Gonzalez Telmo, Patrono de los Navegantes, se inauguró el 31 de mayo de 1806 y por ese motivo, la Legislatura de la CABA por Ley 2723/2008 instituyó esa fecha como Día del Barrio de San Telmo.

8 ¿lo enrejamos o no lo enrejamos? La reja del Parque Lezama la sacaron en 1931 porque, en ese entonces, los ladrones se escapaban de la policía saltándola para ocultarse entre la vegetación.

al Parque como “el patio” de su casa, cuidándolo como tal, ayudando a su mantenimiento a fin de que sientan que lo que se rompa o se desgaste con el uso es responsabilidad de ellos.

Ahora, en 2013, las autoridades quieren poner otra vez la reja para protegerlo de los vándalos callejeros y de los que merodean el Parque a la noche.

Tenemos que aprender a cuidar y disfrutar del espacio público y eso se logra con educación y participación ciudadana.

Las dos veces el argumento esgrimido es que la medida se toma por seguridad. Pero las rejas no garantizan seguridad. En principio, habría que colocarle un buen alumbrado y luego inducir a los vecinos que utilicen

Los vecinos crearon la Asamblea del Parque Lezama que se reúne todos los sábados a las 18hs en la esquina de Defensa y Brasil, con el fin de recuperar los espacios públicos. Es un buen comienzo.

Para

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el Sol

de

¿Qué es Puerto PamPa? Se refiere al primer emprendimiento multifuncional del Distrito de las Artes, que contará -entre otras cosas- con locales, viviendas, oficinas y hoteles. Está cerca de Puerto Madero, la Usina del Arte y del proyecto bajo autopista, impulsado por el GCBA. La primera etapa comenzará en junio y su finalización está prevista para junio de 2014. “La iniciativa de la creación del Distrito de las Artes convierte a Puerto Pampa en el emprendimiento inmobiliario más importante de los próximos años”, declaró Ernesto Brodschi -director de Qualis Development-.

San Telmo: 15-5869-8674

elSol . deSanTelmo @ yahoo . com . ar

Independencia al 500

cuanto protege al “medio ambiente”, del cual la vía pública es una parte-, en la Constitución de la Ciudad y en las normas del Código Civil que facultan para prevenir un daño temido, que a su vez tiene específicas preceptivas procesales. Hoy que está en debate la democratización de la justicia, es importante que los habitantes de la ciudad sepan que la más genuina “democratización”, es la ampliación de los conocimientos sobre las “armas legales” que le permiten cuidarse de los riesgos antes que estos se conviertan en “daños”. Y si ellos desgraciadamente se producen, que logren una reparación integral. La prevención es fundamental para que transitar las calles de nuestro barrio o de nuestra ciudad, no se convierta en una verdadera carrera de obstáculos similar a un “Dakar” urbano.


12 - Junio 2013

D

C

B

G

San Telmo Recuerda El proyecto de Patrimonio Intangible apunta -entre otras cosasa fomentar la identidad comunitaria, analizar por qué el barrio es como es, su idiosincrasia, lo que une a sus integrantes.

E

F

1- (1894 aprox) Foto familiar en estudio Chute and Brooks. William Mckeniche, Margent Mckeniche, Agres Mckeniche, Jhon Mckeniche y Margaret Robertson Mckeniche. Colección Santiago Elder.

Ercolano (esposa). Colección Francisco Ercolano.

2- Escuela Rawson cuando solamente era de varones.

5- Peluquería que funciona por iniciativa de la Asoc. Cooperadora, en la sala de ilustraciones de la escuela, junio 1962/1974.

3- Despacho de hielo, verduras 1940. Juan Ercolano y trabajadores del mercado, María del Carmen Rosa Ercolano, Rafaela

4- Dos internas en el asilo correccional. En la cárcel del Buen Pastor (actual Museo Penitenciario).

6- Club San Telmo.

“San Telmo Recuerda” es un archivo fotográfico comunitario que comenzó en 2010 por la iniciativa de Catherine Mariko Black, en ese entonces directora del diario “El Sol de San Telmo”. Reúne fotos del barrio previas a 2001, que forman parte de la colección de más de 600 retratos de -por ejemplo- novias de principios de siglo, en la iglesia, vestidas de negro o posando en el Parque Lezama; fiestas de carnavales; diferentes celebraciones como cumpleaños, bautismos, casamientos; vendedores de pingüinos en el mercado; entre muchas otras. A fin de año la colección estará disponible en la web y, por el momento, se pueden consultar algunos avances en el facebook y los blogs santelmorecuerda.blogspot.com y santelmorecuerda2013.blogspot.com. Te invitamos a escanear tus fotos (son devueltas en el momento) en Defensa 1344, de lunes a viernes de 8 a 17hs., para formar parte de esta histórica recopilación barrial.


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