28 | CULTURA
LUNES 20 DE MARZO DE 2017
REDACCIÓN TIBISAY MAZA
VENEZUELA Y SUS TRADICIONES> LEYENDAS>
Nuestra riqueza mitológica El moriche no solo está presente en los alimentos, accesorios y artesanías sino también en la riqueza mitológica de nuestro pueblo, y una historia muy particular se centra en la figura de Amalivaca. Este mito, original de la comunidad Tamanaco, cuenta que hubo una gran inundación que ocasionó la destrucción, muerte y hundimiento de poblaciones en las tierras de lo que hoy es Venezuela. A raíz de las consecuencias generadas por esta catástrofe natural, apareció la deidad llamada Amalivaca, representada por un hombre alto y de ojos brillantes, acompañado por su hermano Vochi y sus dos hijas. Amalivaca comenzó a reorganizar el mundo, desahogando a la tierra de la devastación que sufrió durante el gran diluvio. Al culminar su tarea encontró en la montaña de Tepu-mereme a un hombre y una mujer que sobrevivieron a la catástrofe. Él les explicó que debían arrojar por encima de sus hombros unas semillas de moriche y que de ahí surgirían los nuevos hombres que repoblarían la tierra. Cuando la deidad cumplió con su cometido les fracturó las piernas a sus hijas para que se quedaran en la tierra y se unieran a los hijos que surgieron del moriche para procrear la nueva generación de los tamanacos. Esta leyenda tiene otra versión que cuenta que Amalivaca había llegado a la montaña del Waraira Repano y ahí dejó a su hijo Kurakas. En aquel entonces Caracas era un lago y Kurakas creó a un hombre y a una mujer a base de maíz. El hombre y la mujer de maíz se disolvieron en el lago tras no escuchar las advertencias de su padre. Kuraka, en medio de la tristeza, subió al Waraira Repano y a partir de sus lágrimas nacieron dos quebradas, Tocome y Caurimare. Posteriormente el hijo de Amalivaca arrojó semillas de moriche por doquier, y eso dio vida al pueblo de los mariches y a otras comunidades indígenas.
Las bondades del moriche El pueblo warao ha producido alimentos, herramientas y accesorios con esta planta Venezuela es una tierra rodeada de inmensas riquezas naturales que llenan de belleza y esplendor a nuestra Patria. Es así como el pueblo indígena de los warao, originarios del estado Delta Amacuro, han rendido respeto y provecho a la palma de moriche. El moriche es una planta que alcanza una altura de 30 metros con un tronco de hasta 40 centímetros de diámetro, produce muy pocas hojas que tienen más de 5 metros de largo y más de 100 lóbulos, los cuales miden más de 1,5 metros. La textura de estas hojas se asemeja al plástico, con bordes lisos y nerviación paralela. Esta planta produce un fruto redondo de color rojo oscuro y amarillo en su interior, cuando está madura. El racimo de moriche lleva más de 200 frutos, con un peso aproximado de 20 kilos, cada fruto está formado por una gran semilla, cubierta de una delgada capa carnosa y cerrada por un exocarpio escamoso. La palma de moriche era el árbol de la vida de los Warao, ya que de ella extraían la madera para construir sus casas y curiaras (transporte marítimo). De esta palma también se extrae la fibra de los chinchorros y cestería, así como también de almidones para acompañar la carne de pesca. La fibra de la palma se extrae solamente de la última hoja que ha emergido del moriche. En su estado de madurez la hoja es muy tierna, posee un color verde claro y es perfectamente delgada, ideal para trabajarla. Una vez completado el proceso las fibras o pliegues se van extrayendo una a una, posteriormente se agrupan
De la fibra de moriche se crean todo tipo de artesanías, como por ejemplo los chinchorros. y se hierven de forma inmediata, luego las fibras se ponen bajo el sol y cuando ya están secas se empieza a torcer la fibra para formar una especie de hilo, además de eso sirve para realizar astas de flechas, escudos, cestería, accesorios de vestir y ornamentales y los techos de las chozas El tronco de la palma también tiene otra utilidad, de él se obtiene una harina llamada yuruma con la cual se prepara una especie de pan. PLATAFORMA PARA LA DIFUSIÓN En la novena edición de Artextil 2015 cultoras y cultores de todo el país explotaron su talento, pasión y creatividad en el Concurso Nacional El Mori-
che, la Fibra de un Pueblo Libertario. El objetivo de esta iniciativa era que la ciudadanía comprendiera la importancia estratégica, cultural, económica e identitaria de esta planta criolla, para que así pudieran contribuir con su fortalecimiento y protección. En ese entonces se diseñó un stand especial para mostrar la variedad de artículos elaborados a base de esta fibra, con rótulos que contenían suficiente información acerca del origen, características, evolución y aprovechamiento de este material. Es así como el pueblo venezolano pudo disfrutar de las maravillas creativas que ofrece el moriche y conocer un poco más de las tradiciones de los pueblos originarios de América.
ARTE CULINARIO> Otros datos interesantes
El moriche hizo que la humanidad renaciera.
MÁS INFORMACIÓN Los waraos y la cultura del moriche: Identificación etnohistórica y elementos culturales. www.iartes.gob.ve
Antonio Vaquero Rojo reseña datos interesantes sobre la extracción del moriche a través de su libro Los waraos y la cultura del moriche: Identificación etnohistórica y elementos culturales. En el tronco del moriche se pueden encontrar unos gusanos largos y gruesos que miden 5x1,50 cm, cuya cabeza y extremidades delanteras son rojizas. Estas larvas tienen la particularidad, son dulces y mantecosas . “Son consideradas un alimento exquisito, a partir de ellas se pueden hacer golosinas para los niños”, explica el autor. Estas larvas proliferan bajo la corteza de los troncos. “Una vez que se cosechan pueden comerse crudos (vivos), tostados o freírse con manteca de pescado. También son utilizados en los rituales que dan origen a na-
De las larvas surgen golosinas. rraciones legendarias. Por otra parte, los waraos producen una bebida a partir de la savia del tronco. “Cuando la palmera es adulta la savia se asemeja al vino rosado. Una vez que se bate el tronco, el warao hace una incisión profunda y longitudinal junto al arranque de la palma y el
líquido que emana es fresco y espontáneo. Se recoge con totuma para tomarlo de inmediato o para envasarlo y dejarlo fermentar”. Vaquero Rojo considera que la cultura de los waraos es interesante, ya que saben aprovechar los beneficios de la madre naturaleza. “Abordar este tema equivale no sólo a introducirse en el corazón del morichal, sino en la propia comunidad indígena. De esta manera uno puede adentrarse a todo el conocimiento que ha sido almacenado durante siglos, a través de la transmisión de conocimientos hacia las diversas generaciones de warao. Por estas razones la cultura warao es considerada la cultura de la madera”. Los interesados pueden consultar esta obra literaria en la Biblioteca Nacional, que está abierta de lunes a sábado desde las 8:00 am.