garcia-canclini-nestor-diferentes-desiguales-y-desconectados

Page 170

formas análogas a la exclusión o el aislamiento juveniles: se habla en muchos países y lenguas de «barrios cerrados», «Bronxs», «guetos», para identificar «islas urbanas, dice la misma autora, con alta concentración de índices de desempleo, pobreza, fracaso escolar y déficit de expectativas [que] alimenta la desintegración social con violencia, delincuencia, frustración y rabia» (ibíd.: 62). Advertimos una vez más que «la itinerancia», señalada como rasgo de estas formas extremas de desintegración y baja pertenencia, no se comprende como mero nomadismo. Tiene formas específicas en los homeless, los desempleados temporales, los niños y adolescentes, que deambulan o viven en espacios públicos. N o es lo mismo estar sin trabajo que sin escuela o sin familia o sin comunidad nacional. Las coincidentes condiciones de exclusión - y su dilatada expansión recicnteapuntan a una tendencia sistémica de un Estado y una sociedad que olvidan las responsabilidades colectivas; las particulares formas de desamparo, desintegración y errancia refieren a modos diferentes de experimentar la marginación.

Preguntas culturales sin respuestas políticas El presente y el futuro de los jóvenes se configuran, entonces, como el de muchos otros, al modo de un paisaje desencantado. Pero no para todos idéntico, como sabemos. Una diferencia clave pasa por los modos en que las nuevas generaciones se conectan o quedan desconectadas. Para decirlo de otro modo, según aprendan a presentar sus preguntas y demandas del modo adecuado en los nuevos escenarios. Es frecuente, aquí y allá, oír quejas porque los gobiernos no escuchan a los intelectuales, los científicos ni los jóvenes, recortan el presupuesto de la educación, las investigaciones y los programas sociales. En este mismo libro vinculé esa desatención con la agonía de las instituciones públicas por la mercantilización de la vida social y la tendencia neoliberal a reducir los intercambios entre las personas a su rédito económico. Sin negar la validez parcial de esta explicación, quiero ensayar otra lectura de lo que está cambiando. Se me ocurre que si las preguntas culturales no tienen respuestas políticas es porque ahora son otros quienes formulan las preguntas y también fueron reemplazados los que daban las respuestas. Hagamos un esfuerzo de memoria para evocar los tiempos fundacionales o de desarrollo de las repúblicas modernas. Las preguntas radicales las hacían intelectuales humanistas, que podían llegar a ser políticos, como Domingo Faustino Sarmiento en la 171


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.