Mambo 3

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GACETA BIMESTRAL DE CASA TALAVERA

Chuchumbé...pág. 21 Hip-Hop en México...pág. 22 mayo-junio 2005 * Distribución Gratuita

Chava Flores:

La inseguridad...pág. 8

entrevista a su hija y textos originales... pág. 12

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Universidad Autónoma de la Ciudad de México


¿Por qué Casa Talavera programa grupos de son jarocho y Hip Hop

en un mismo evento?¿Qué tienen que ver entre si estas dos expresiones culturales nacidas en puntos tan distantes como los barrios de Nueva York y el sur de Veracruz? Pongamos las cosas en su contexto: en el caso del son jarocho; la tradición implica al canto, la versada y el baile, además de la integración de instrumentos antiguos y olvidados, todo esto a través de un movimiento vital, que ha sabido recrearse y sostenerse como un hito de la cultura popular. Por otro lado, el hip hop tiene como base la cultura afro-americana, que se remonta desde los “gospel ó spirituals” hasta el blues, cantados por los esclavos negros como una herramienta para construir su libertad y dignidad, denunciando su explotación. Muy pronto, su campo de acción se extendió a las comunidades latinas de las grandes ciudades gabachas y de allí a los barrios de las ciudades fronterizas del norte de México, de donde pasó a los suburbios de nuestras urbes, como un canal de voces jóvenes, en abierto contraste con la exclusión social y económica que les impone el sistema. Cada uno desde su propio estilo, ambos géneros plantean la resistencia de sus culturas a través de la copla, la rima y el verso improvisados, característica que provoca el respeto y la admiración del grupo, e identifica tanto a los buenos Mc’s (cantantes de hip-hop), como a los soneros de hueso colorado. Fue así que Casa Talavera programó “Cantar la Denuncia”, este encuentro entre soneros y hip-hoperos que intenta subrayar las características comunes de los dos géneros, aparentemente lejanos, pero afines en su cercanía con el espíritu popular. La libertad para improvisar, el carácter crítico de sus mensajes, el carisma y la personalidad de los intérpretes que, interactuando con el público, pasan de la denuncia a la confesión, del albur a la crónica cotidiana, de la caricatura política a la lúcida introspección de sentimientos, son el común denominador entre ambos estilos y lo que nos induce a replantear nuevas formas de comunicación, relación y valoración de las diferencias, a través de la cultura y el arte. En nuestro Mambo, no podemos menos que hacernos eco de estas alternativas, propuestas que en nuestro entorno del Centro Histórico y La Merced, pródigos en guapachosos contrastes y sabrosos e inesperados diálogos, adquieren una festiva repercusión al integrar conciencia, danza, música y canto. Diversas vías de celebrar el sentir popular, abriendo nuevos horizontes en este eterno reventón que es la vida.

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¿Dónde se paró el águila? Capitulo 1

Plaza . 3 en la , o id e 189 d o per una foto d t n e en num El mo Domingo, o t n a S

Los vecinos de La Merced ateso-

ran uno de los más grandes misterios que encierra la Ciudad de México. Todos sabemos que la mítica historia de los mexicas declara que fundaron la Gran Tenochtitlán en el lugar donde los peregrinos vieron un águila devorar una serpiente. Pues bien, ocurre que durante cientos de años, diversos testigos han afirmado que ese legendario sitio coincide con el de la actual plaza que, no por coincidencia, los vecinos insisten en denominar: “de la aguilita”, desafiando la opaca historia oficial y los sordos letreros que, desoyendo la voz popular, la han rebautizado como Plaza Juan José Baz. Cuentan los que saben, que la metálica escultura de un águila servía de recordatorio de aquel hecho memorable. Pero desde hace poco más de un siglo, esa águila ha desaparecido, para desasosiego y desorientación de colonos y amantes de historias y leyendas que contribuyen a forjar la identidad de nuestros barrios. ¿Dónde está? ¿Quién se la llevó? Ante la incertidumbre y la duda, los investigadores de Mambo La Merced se calzaron su boina detectivesca y munidos de lupa y pipa, muy a lo Sherlock Holmes, comenzaron a indagar su posible paradero.

Los habitantes de La Merced aseguran que fue en su barrio donde los peregrinos de Aztlán avizoraron el águila que se convirtió en símbolo patrio, pero la ingrata historia se ha confabulado para arrebatarles un monumento que era señal y testimonio de la veracidad de esa leyenda. La primer prueba fue aportada por nuestro buen amigo Javier Roca, vecino de la plaza de la Aguilita, que halló en sus baúles de recuerdos una antiquísima fotografía. Se trata de una imagen que data del año 1893. Ahí se puede observar a un grupo de moradores de la época, con sus palanganas, a la espera de tomar agua de una fuente, que ostenta un pedestal sobre el cual se encuentra, orgullosa, la aguilita de marras. Esto sucede en lo que es la actual Plaza de Santo Domingo, en el Centro Histórico. Para responder al misterio del traslado del monumento desde la Merced, nos acercamos a la historiadora Alberta Hernández Arrieta “Según mis indagaciones —explica Alberta— , la última vez que se vio a la aguilita en lo que hoy es la plaza Baz, aquí en la Merced, fue en el año de 1867. En aquel año, a iniciativa del Lic. D. Juan José Baz, quien fuera gobernador de la ciudad en aquellos años y con la finalidad de ampliar el estrecho e irregular Callejón de Curtidores, se mandó trasladar la aguilita a la Plaza Santo Domingo”. Por tal motivo —dicen— se cambió su antiguo nombre de Plaza la Aguilita por el del gobernador Baz, se mandó hacer una lápida y entre músi-

ca y cohetes de verbena popular, el 5 de mayo de 1868 quedó establecido el nombre oficial de Plaza Baz. “Según mis informantes —Alberta baja la voz— la aguilita estuvo hasta los primeros años del siglo XX sobre su nuevo pedestal en la Plaza Santo Domingo, cuando el sacristán y sus ayudantes de la Iglesia de Santo Domingo decidieron trasladarle al interior de la iglesia con la excusa de detener su deterioro”. Dicho esto, Alberta nos recomendó acudir al templo y hablar con uno de sus sacristanes, fiel testigo de esos lejanos acontecimientos. No tardamos en trasladarnos de nuestro recinto de Casa Talavera a la Iglesia de Santo Domingo, donde Francisco Pérez García, Panchito, el sacristán de la Iglesia de Santo Domingo, nos recibió con esa gentileza que tienen los indígenas de la sierra del norte de Puebla. “El águila estaba aquí afuera, junto a los portales, pero de repente un día desapareció ya no estaba… ’ora si que se fue volando —comenta maliciosamente—, habrá desaparecido por el año de 1988 o 1989. “Tiempo después llevé a pasear a mis hijos al Castillo de Chapultepec. Originalmente fuimos al zoológico pero se nos ocurrió subir al Castillo para ver si mirábamos la >>>

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¿Dónde se paró el águila?

a Ulises Cerón s evista i no e n tr F s le stro del taller de Bai m ae asa Talavera de C

>>> ciudad desde arriba. Al entrar al museo le pregunté a mi esposa: ¿No es esa la misma aguilita que estaba en los portales de la Plaza de Santo Domingo? Los dos estuvimos de acuerdo: era la misma escultura, lo que los historiadores confirmaron después, colocando un letrero que daba fe de que esa escultura había estado en Santo Domingo”. Al salir de la Iglesia de Santo Domingo, satisfechos con las pistas obtenidas, decidimos ir a dar un breve vistazo a la última morada en donde se encontraba el objeto de nuestros desvelos y casualmente nos topamos con Isaías García Franco, un tipógrafo que lleva más de treinta años en el mismo lugar. Su versión, ligeramente divergente, nos brindó nuevos indicios y sembró de dudas el aparentemente ingenuo relato del religioso: “El águila se cayó en el temblor de 1985. Recuerdo que unos niños me la trajeron y la tuve brevemente en mi poder. Era de bronce y lámina. Entonces vino un funcionario del gobierno central. Me la pidió y se la entregué, desde entonces ya no supe nada. Ese funcionario se la llevó quién sabe para donde, a lo mejor p’a su casa, —respondió en forma irónica don Isaías y antes de dejarnos recordó—: la escultura era la atracción de la gente y de muchos turistas que la venían a ver desde muy lejos”. ¿Estará la aguilita todavía en el Museo del Castillo de Chapultepec? Y si está, ¿Será la misma aguilita que originalmente estuvo en lo que hoy es la Plaza Baz de la Merced? Mambo La Merced se compromete a brindarle el desenlace de esta historia en el siguiente capítulo.

El que Baila último ríe r o j e m Después de haber dejado el baile por 15 años para dedicarse al trabajo, como empleado en una imprenta, y a su familia, Ulises Cerón tuvo que reconocer que “algo” le faltaba a su vida. Fue así como otra vez se calzó sus zapatos de charol y retornó a las pistas, esta vez sí, convencido de que cada paso, cada meneo, cada quiebre de cintura, constituía su vocación y su destino.

“Soy

de Ciudad Hidalgo, Michoacán, pero a los 5 años vine a vivir al Distrito Federal, a Tacubaya –afirma Ulises-. Desde la adolescencia me atrajo el baile. En esos momentos había tíbiri, y cumbia brincada, hacían pocas vueltas pero las chavas no querían bailar conmigo porque les torcía la mano. Se reían de mí... pero no me desmoralizaron, al contrario, eso me incentivó para aprender”. “Tenía amigos que bailaban y los seguía a todos lados. Mi primer salón de baile fue el Náder, aquí en La Merced. En los años 73, aquí tocaba la Sonora Veracruz, Estrellas de Plata, La Cruz Roja de Acapulco, Acapulco Tropical. Aquí también en La Merced estaba el Casino Oaxaca, donde se bailaba pura cumbia”. En ese momento el baile para Ulises “era la conquista, la liberación de problemas, la relación humana. Los grandes bailadores tenían muchas novias y claro, yo quería ser de esos”. Pero el tiempo pasó. “Me casé, tuve familia, me dediqué al trabajo, en una imprenta, donde estuve 35 años y me alejé del baile. Hubo momentos, yo no sabía por qué, sentía un gran vacío. Sólo mucho tiempo después comprendí la razón: me faltaba el baile”.


Ulises Cerón en sus clases de Casa Talavera

El regreso de Ulises “Quince años después de haber dejado de frecuentar las pistas de baile, unos amigos me llevaron al Salón Los Ángeles. Allí vi a un bailarín buenísimo. Me acerqué a felicitarlo y se presentó: me llamo Jesús Delgado, dijo, y yo era de esas sombras en el rincón, que no se animan ni a pararse y nadie las toma en cuenta. Yo me sentí así en ese momento. Era una sombra de lo que había sido. Pero resolví recuperar el tiempo perdido. Comencé a salir con el grupo de Chucho y sus Traviesos, que estaban en el Cosmos 2000, por la Romero Rubio. Desde el 84, ya no dejé de tomar clases. Entré a unos talleres del Seguro Social, por la Unidad Santa Fé. Conocí al maestro Salvador Villanueva...” —¿Qué aprendió de cada maestro? —De Jesús Navarro, Chucho el travieso, aprendí su capacidad de liderazgo, de motivar a la gente. Él siempre le decía a todo mundo: ¡Vamos, tú puedes, muévele, écha-

le, aquí no se viene a veranear! Él mantenía un equilibrio entre la actitud crítica y la motivación, pero siempre es respetuoso. Al maestro Salvador Villanueva, en cambio, le aprendí su gracia, su humor. A veces él utiliza palabras altisonantes, pero la gente lo sigue. Hasta los niños corren a abrazarlo. Ambos tienen muchísima presencia. Luego estudié con el maestro Miguel Vázquez y su esposa Alicia López, de la Academia Tezozómoc. Ellos son versátiles: paso doble, tango, mambo, danzón... Todo saben. —¿Cree que un maestro siempre debe seguir formándose? —Claro. Eso se lo aprendí a Jesús Delgado, que es mi inspiración en

el baile. Por su elasticidad, su coordinación, su estética. Él es capaz de bailar con ocho damas, perfectamente coordinado, todo dentro de la música. Es como el malabarista que maneja varios elementos. Y él no da clases, porque según él mismo, no tiene paciencia. Él también me dijo que uno debe meterse de lleno en lo que hace y actualizarse permanentemente. Sin embargo, Jesús trabaja de mecánico. No vive del baile, pero el baile lo hace vivir. —¿Qué diferencia hay entre los que bailan y los que no? —La persona que baila ríe más. Y esto no es poco, porque la risa es terapéutica.

Divina mujer... De acuerdo con su experiencia en el baile, Ulises Cerón está en condiciones de afirmar la diferencia radical entre hombres y mujeres, de la que la mujer... sale ganando: “La mujer es más analítica, más detallista y más constante. El hombre es muy impulsivo y se frustra muy rápido. La mujer aprende más rápido. Es muy observadora.

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La his

toria de México los niños r o p contada Un taller de reflexión histórica participativa para niños, se está transformando en una obra inédita

En el mes de abril y mayo se llevaron a cabo encuentros entre los niños de la escuela Areté y los de Casa Talavera. Guiados por las maestras Francesca Gargallo y Mariana Berlanga, de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México, realizaron discusiones sobre temas históricos, acudieron a visitas guiadas y en suma desarrollaron a través de sus pláticas un libro que se publicará muy pronto.

¿Cómo aprenden la historia los niños del taller que coordina la maestra Francesca Gargallo en la escuela Areté? Mariana Berlanga lo explica así a sus alumnitos:

“Todos decimos que cuando seamos grandes vamos a ser arquitectos, futbolistas o doctores. Todos soñamos con ser famosos una vez que tengamos la edad de nuestros papás. Pero ¿han pensado en hacer algo grande sin tener que esperarse a ser adultos, algo como, por ejemplo, escribir un libro de historia? “Aunque no lo creas —nos comenta Mariana—, en la Ciudad de México existen 22 niñas y niños que están haciendo realidad su sueño, pues por más imposible que parezca, están escribiendo una serie de ocho libros que contarán la historia de México y del mundo desde su muy particular punto de vista. “Seguramente te estarás preguntando, ¿cómo es que un grupo de chavos que tiene entre 6 y 14 años está llevando a cabo tremenda tarea? La respuesta es sencilla: con un salón de clases, dos maestras y toda la disposición para compartir ideas y sacar adelante un trabajo en equipo”.

Para saber exactamente la fórmula, sólo tienes que imaginarte a las niñas, los niños y las maestras teniendo una conversación como esta: — ¿Por qué al Árbol de la noche triste se le conoce así, si los aztecas le habían ganado la batalla a Hernán Cortés? — Pues, porque hubo muchos muertos. — Es cierto pero, ¿si hubieran ganado los españoles también se le conocería de esa manera? — No, es que los que escribieron la historia eran españoles. — Exactamente. Todo depende desde dónde se mire el suceso...

En las sesiones de los miércoles, donde se reúnen para la realización de lo que pretende ser una gran obra, las maestras Francesca Gargallo y Martha Reyes conversan con los alumnos, les dejan investigar capítulos de la historia, los invitan a platicar del tema y los cuestionan para que sean finalmente ellos los que acaben contando su propia versión. Al respecto hay que decir que la idea inicial no fue de la escritora, sino de seis niñas y niños que participaron durante tres años en el Taller de Narración de Historia Universal de la Escuela Areté, que por cierto, ha dado todo su apoyo para que se lleve a cabo esta aventura.

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Según Francesca Gargallo, que entre otras cosas es autora de libros como Marcha seca y La decisión del capitán, se trató “de una propuesta de narración participativa, donde se contará la historia desde un punto de vista no sexista ni xenófobo. Muchos chavos se preguntarán: ¿qué diablos es eso? Pues simplemente, relatar los hechos sin poner énfasis en la supremacía de un sexo o de un pueblo sobre el otro”. Los ocho libros que, entre todos ellos, se comprometieron a escribir son: Historia de la Conquista de México, Historia de la Independencia de México, Historia de la Revolución mexicana, Historia de la pintura, Historia de los mayas desde la antigüedad hasta nuestros días, Historia de

Roma antigua, Historia del antiguo Egipto y La modernidad. Escritores de literatura infantil como Mario Rey y Óscar Martínez Vélez participan en la corrección de estilo, aunque seguramente lo más divertido de todo es el mismo proceso de realización. “A mi lo que más me gusta del taller es que la maestra habla mucho”, dice Yumi, niña de 13 años con parálisis cerebral, integrante del taller. “Yo ya puedo decir que escribí un libro”, opina Sofía, que dibuja un cielo azul con mariposas al mismo tiem-

po que opina que, “la historia de México ha sido escrita por los españoles”. Por lo pronto, todos estos chavos ya pudieron ver terminada la primera parte del sueño: el libro número uno, titulado La Revolución Mexicana.

Otra forma de narrar la historia Por Francesca Gargallo

De septiembre de 1999 a julio de 2003, una vez a la semana, conté la historia del ser humano a las niñas y los niños de la primaria “Areté”, del sistema de educación activa, en la Ciudad de México. Narré un inmenso relato cuyo principio era la vida humana y la trama, el desenvolvimiento en el tiempo de pueblos, habilidades, actitudes, costumbres. A la vez, ofrecí a las aproximadamente treinta y seis niñas y niños de 6 a 12 años que me acompañaron durante los tres años escolares, los mapas geográficos, los datos climatológicos y de historia de la alimentación, las reflexiones sobre las tecnologías y las anécdotas acerca de los elementos culturales (religiones, mitos y literaturas, ciencias, artes, etcétera) con que entender a una humanidad que se ha desenvuelto en mundos equivalentes. Para ello fue necesario prescindir totalmente de cualquier punto de vista nacional y desconstruir los datos acerca de la supremacía occidental, que muchas veces las niñas y los niños asimilaron de la educación informal (televisión, cine, literatura, publicidad, comentarios familiares, conceptos estéticos difusos).

Como lo ha subrayado Hayden White, toda narración está impregnada de una visión moralizante; la mía explicitaba esa visión convirtiéndola en un medio educativo. Yo quise contar una historia no sexista, no xenófoba y no militarista, para provocar un cambio en la percepción de la realidad y las personas en las niñas y niños, cambio que redundara en una actitud más abierta hacia las demás personas y culturas. No conté una historia teñida de nacionalismo ni de ninguna jerarquía que implicara una siquiera vaga noción de superioridad e inferioridad. No escondí ningún dato, sólo que no los funcionalicé para justificar o impulsar la continuidad de la sociedad dada. Para lograr semejante relato, no podía narrar una historia de la que fueran excluidas las mujeres ni considerados inferiores los pueblos sin desarrollo industrial ni, menos aún, etiquetadas como primitivas las naciones nómades, pues estas marcas intervienen en nuestra apreciación de los migrantes, de los roles de géneros y de la construcción de jerarquías sociales.

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Temas y temores uro Art z, a e a vist rnánd e e r t En lar Fe lar d n e itu el Cu esor t iminal ias f pro gía cr Cienc e sd de iolo soc ultad ociale S . ac la F ticas y M, CU í Pol a UNA l

La inseguridad nuestra de cada día por Mariano Andrade

Relata Arturo Cuéllar, maestro en Política Criminal, Criminología y Criminalística que en México el estudio de estas disciplinas es relativamente nuevo. Por eso, después de concluir su carrera como sociólogo, a fin de especializarse, se incorporó para trabajar en reclusorios, en 1982. “Ahí me fui formando. Antes no había una programación educativa en este sentido, ni siquiera había materias especializadas.

“La investigación no obstante, resulta esencial si queremos dejar de jugar a policías y ladrones

—juego, de más está decir, violento y socialmente letal— para pasar a estudiar a fondo las causas y raíces de la inseguridad que cotidianamente constituye una de las principales preocupaciones de los capitalinos”. Con esa preocupación, Mambo La Merced se acercó a dialogar con Arturo Cuéllar, de cuyas informaciones y reflexiones surgen alternativas interesantes para tratar este problema, quizás uno de los principales en la agenda pública de nuestros gobernantes, que, no obstante la urgencia, muchas veces no dan en el clavo en el momento de escoger las soluciones. Mambo La Merced: ¿Cuáles problemas llevan a la gente a delinquir? Arturo Cuéllar: Hay dos tipos de factores que causan la criminalidad: los exógenos, son sociales, políticos, económicos y culturales. La pobreza está entre ellos. Sin embargo, no todas las personas que tienen carencias económicas son delincuentes, entonces estamos hablando de factores que denominamos endógenos. Valores que fueron inculcados en el seno familiar y otras características de la personalidad, como la tolerancia a las frustraciones o el control de impulsos.

—MM¿Cómo se caracterizan los delitos y alrededor de qué porcentajes se producen en el DF según cada tipo? —AC Alrededor de un 75 % de los delitos que se conocen son de índole patrimonial, es decir, vulgares robos, los que, volviendo a la pregunta anterior, sí obedecen en su gran mayoría a una problemática social de desigualdad económica. No ocurre tanto así con los otros tipos de delitos, cuya incidencia presenta porcentajes mucho menores: un 5% fraudes, un 8% homicidios y un 10% lesiones. Al mismo tiempo esta diferencia también nos habla de diversos tipos de delincuentes, ya que los robos, asaltos y hurtos, son más comunes en gente humil-

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de, con escaso nivel socioeconómico y de educación. El ladrón convencional tiene un tipo muy identificable, y con frecuencia, debe robar cotidianamente para subsistir, por lo que resulta incluso reconocido por su propia comunidad. No ocurre lo mismo, por ejemplo, con los fraudes. En esos casos se trata de otro perfil. Los que los practican son de clase media para arriba, tienen un buen nivel de educación y conocimientos suficientes para conocer el medio donde se mueven y engañar a sus colegas. Por ejemplo, es muy practicado por contadores, políticos y abogados, que pueden manipular información con resultados millonarios. El fraude en este sentido, es un robo elegante y los porcentajes que sugieren los índices publicados no son fidedignos, porque frecuentemente pasan desapercibidos.

Imagen: Francisco Ruíz Velazco

Distintos perfiles criminales

licita estudios de personalidad y en caso, por ejemplo, de un crimen atribuido a un indígena, la defensa tiene derecho a una serie de consideraciones basadas en las diferencias culturales, que también implican otros valores, otra percepción de la realidad. —MM ¿En este sentido no sería mejor optar por políticas que tiendan hacia la despenalización de la droga, como una forma de poder legislar y controlar su venta y consumo de una forma institucional? —AC Creo que, aunque este tipo de cosas, por sus implicaciones morales y sociales debe hacerse de manera consensual, teniendo en cuenta diversas organizaciones de la sociedad civil, de la universidad, de partidos políticos, sí es necesario avanzar en ese sentido. Como también resulta necesario tratar de fondo problemas estructurales, que si bien están relacionados con la dependencia, no son causados por la misma, como por ejemplo, el de los 2 000 niños en situación de calle que habitan el Distrito Federal. Este tipo de problemas, en 10 años, puede ser realmente catastrófico.

—MM ¿Qué sucede con el crimen organizado? —AC El crimen organizado resulta de una fusión entre estos dos perfiles de delincuentes. Los intelectuales en este caso, usan, como mano de obra, a los menos calificados. Un ejemplo, La criminalidad en este sentido, es el negocio del narcotráfico, en el que pueen el Centro Histórico den verse desde profesionales, —MM¿Qué tipo de delitos se químicos, farmacéuticos, ingecometen más en barrios como La nieros, abogados, contadores, Merced y el Centro Histórico? hasta quienes transportan la —AC En los últimos tiempos el droga, los sicarios que conforfenómeno del crimen organizado man el ejército de los grandes ha complejizado la situación. Hay nombres, pasando por quienes que tener en cuenta que la Delela venden al menudeo o el misgación Cuauhtémoc, junto con Iztamo campesino que cultiva la El crimen organizado recluta tanto profepalapa y la Venustiano Carranza, sionistas como delincuentes comunes. materia prima. que también limita con La Merced, —MM En este sentido también constituyen las tres primeras en inpuede hablarse de una economía informal, muy ligada cidencia delictiva del Distrito Federal. De todos modos, a la formal, por ejemplo, en el lavado de dinero. el delito más común sigue siendo el robo a transeúnte, —AC Definitivamente, hay una integración de lo inforsegún la tipología que hemos descrito anteriormente, en mal con instituciones socialmente aceptadas. Y esto los asaltantes comunes. ocurre no sólo en lo económico, sino con otras ligadas —MM ¿Cómo se caracteriza legalmente la prostitución? al funcionamiento de las instituciones, como la política, —AC Legalmente no se trata de un delito sino de una la justicia, la policía, el ejército y otras. falta adminstrativa, es decir, del mismo orden que, por —MM¿Con tal variedad de diversas funciones y resejemplo, el orinar en la vía pública, situación por la ponsabilidades, cómo hace la ley para determinar qué cual uno puede ser arrestado por 48 horas, aunque no pena les corresponde a los inculpados? constituya en sí un crimen. —AC En general se sigue el criterio de evaluar el daño —MM¿Cómo funciona en su opinión el tema de la insocial provocado. La magnitud del castigo debe estar formalidad en relación con el delito? en función del mismo. Sin embargo, también es nece—AC Lamentablemente creo que el comercio inforsario conocer las circunstancias específicas del que mal es la antesala de la criminalidad. Se trata de una actúa, especialmente sus características culturales, la población excluida de otros circuitos económicos que conciencia respecto de lo que hace. Por eso, la ley sorecurre al comercio de forma inconstante, como una

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Temas y temores

forma de supervivencia. Al mismo tiempo la corrupción enriquece a los líderes que muchas veces extorsionan a los agremiados, todo desde un marco de descontrol.

La necesidad de un cambio profundo —MM Entonces, más allá de las posturas idealistas ¿qué se puede hacer? —AC La criminalidad al igual que la informalidad no son problemas legales, son problemas sociales y la manera de encarar el problema es actuando en sus causas estructurales. Me refiero a la necesidad de una reforma del Estado que conlleve nuevas formas de participación y relación entre diversos actores sociales. Ya no es posible tomar decisiones unilaterales. En cualquier decisión de fondo debe estar incluida la participación ciudadana.

La raíz de la delincuencia Como vecino de La Merced observo que se ha hecho costumbre ver la inseguridad como algo normal y cotidiano. Absurdo sí, pero real, mirar a otro lado al ver al ladrón, al policía durmiendo, al carro del judicial a las puertas de la tiendita, al que recibe soborno, al proxeneta, al que vende chueco… Todo es parte del folklore urbano y no es privativo del barrio de La Merced. Nos acostumbramos a ver injusticias y a cerrar los ojos ¡Total! ¿Qué puedo yo hacer? ¡Así es el mundo! Todo está bien mientras yo no sea el afectado. El viejo dicho del hampa: ver, oír y callar, se ha trasladado a todo el mundo. Es la ley no escrita, pero más respetada. ¿Pero dónde inicia? En la pobreza, en la promiscuidad, en el gobierno, en la sociedad, en el hogar… ¿Dónde se dan los principios y valores? ¿Dónde empieza lo bueno y lo malo? ¿Dónde se mama la educación? Les voy a relatar una historia al respecto: Juan nació en el seno de una familia muy numerosa, con una situación económica desahogada. Era el más pequeño y recibió la misma educación que los demás. Unos hermanos se realizaron como profesionistas, otros fueron comerciantes. Juan era algo alocado, soberbio, inquieto, pero su simpatía hacía que fuera protegido por todos. Terminó la secundaria con buenas calificaciones y según algunos profesores, hasta pintaba para genio. Algo sucedió sin embargo en la preparatoria. Conoció el alcohol, la droga después, y más o menos simultáneamente, el robo y la violación. Fue a dar al tutelar para menores y se calmó. Imagen: Francisco Medina

Regresó a la prepa y la terminó. Se hizo abogado y ejerció algún tiempo su profesión. Pero lo llamaba otra cosa. Ya que como ladrón no la había hecho, se hizo judicial. Volvió entonces a la tiendita, no para comprar, sino para surtir y proteger el negocio. Así, con buena lana, regresó al jolgorio: vino, mujeres y canto; droga, vicio y alcohol. Se perdió a sí mismo en su torbellino de sexo, poder y dinero. No sabemos qué tornillo se le soltó, pero lo cierto es que enloqueció. Ahora vaga como un zombi y duerme sucio donde lo encuentra la noche. El barrio donde nació es su testigo, igual que algunos otros, que asistimos a sus peripecias como ser humano. Roberto Solís B., vecino de La Merced

1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16Un1775%18de19 20 21 22 23 24 los delitos que se conocen son vulgares robos.


... viene del núm. 2

Hace búuuti tiempo, pero el resto, aquí en México, cuando todavía ni siquiera se llamaba México, aparecieron unos cuates bien chipócles. Unos fueron los “Olmecas” y más después de estos mismos, aparecieron otros que se llamaron “Toltecas”. Olmecas quiere decir la pura pinicilina o sea, los que hicieron tocho morocho y Toltecas quiere decir los meros chilindrinas o sea, los que le dieron forma a lo que hicieron los primeros...

Muchos sabihondos de estas rolas no saben cuántas miletas de añejos pasaron para que un día aparecieran otros cajetas más que, amachinando toda la picudísima sabiduría de los Olmecas y de los Toltecas aumentarían y corregirían todavía más todo ese conocimiento. Estos cábulas fueron los Mayas, que se aventaron el tiro de inventar el cero y diái, hasta infinito. Aunque a muchos no les cuache, los Mayas fueron los primeros más pirinola...

4 Textos y monos de Daniel Manrique “Tepito Arte Acá”

Una crónica de la condición humana

La discriminación en México

nomás pica: estos son los MAYAS

... Y luego los Teotihuacanos. Estos compas fueron los que construyeron Teotihuacán que fue otra civilización más a todas emes. En su chompetoa tuvieron todo el conocimiento de los Olmecas, de los Toltecas y de los Mayas, más el suyo propio. También le metieron sabor a las matemáticas, a conocer el universo... Pero estos cuates, además, se soplaron el boleto del choro más peliagudo pa los humanos: la tenebra que es “la vida y la muerte”... ¿aaaguilita de limón?... ira, estos son los Teotihuacanos.

5 Y por último, de esta parte de la historia antigua de lo que fue México, llegaron los Mexicas o Meshicas o Aztecas, como más popularmente se los conoce. Agarra la onda que cuando los Mexicas llegaron a lo que ahora es México, los Olmecas, los Toltecas, los Mayas y los Teotihuacanos ya hacía el resto de ayeres que habían desaparecido. Pero los Mexicas, como ya tenían historia, que además eran su rola, pos sabían que todo ese pasado era su más chido tesoro: el conocimiento y la sabiduría.

Nadie sabe la neta de todo el tiempo que anduvieron buscando el lugar en donde amachinarían su ciudad. Se dice que vinieron de Aztlán, Aztatlán que significa: “el lugar de las garzas blancas” o de Chicomoztoc, que quiere decir “la cueva de donde salimos todos los humanos”, sin albur, ñero...

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continuará... 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24


le dijo Chava a su hija

“Mi obra es tu herencia”,

En sus

manos yace un libro grueso de forma alargada; la portada sobresale por el azul turquesa de su fondo. Con letras grandes de tipo manuscrito dice: El Cancionero de Chava Flores; y a un lado hay una caricatura de Gabriel Vargas que sintetiza la obra de un escritor y compositor que trascendería más allá de los barrios defeños que lo vieron nacer y que retrató con gran pericia y suspicacia. Con la vista en sus letras impresas, su hija María Eugenia lo hojea pensativa. Repentinamente, fija su mirada en mí y dice: “mi padre comentaba que cuando muriera, su obra sería más reconocida. Mi obra es la herencia que te dejo, me decía, ella te abrirá muchas puertas”.

Entrevista a María Eugenia Flores de Velásquez por Alejandro Semo

Chava, en sus comienzos como compositor

Una cosmovisión desde el barrio Con más de dieciocho años de intenso trabajo por impulsar la obra de su padre, la publicación de El Cancionero de Chava Flores es la cúspide de una larga y constante labor de María Eugenia en el impulso y la difusión del trabajo artístico de Chava Flores; en el libro se hallan todas sus canciones con sus partituras musicales, una extensa relación de comentarios y notas que acompaña la prosa; una relación discográfica completa y un sugestivo vocabulario de palabras y albures y su significado.

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“Se trata —comenta María Eugenia— de recuperar las costumbres, la idiosincrasia de la gente y su cosmovisión del mundo, porque al fin y al cabo son historias reales de la gente común, las mismas historias que el maestro Vargas contó a través de la Familia Burrón. Así, los dos pesos de Bartola, los gorrones, los quince años, y el bautizo son temas comunes y actuales, como “Sábado Distrito Federal” o “A que le tiras cuando sueñas mexicano” . María Eugenia no está de acuerdo con quienes afirman que la obra de su padre está basada en el albur mexicano. “La obra de mi padre está compuesta por más de 200 canciones, y sólo en cinco recurre al albur. Un ejemplo es ‘La tienda de mi pueblo’. Curiosamente, mucha gente piensa que toda su obra está hecha a partir de albures pero es una apreciación errónea. La obra es mucho más compleja que eso, se trata de una radiografía histórica y psicológica de nuestra cultura, donde, por supuesto, también incluyó el albur como parte de un contexto general, porque una cosa es el albur y otra la picardía”.

La inspiración de Chava “En mis recuerdos de infancia están todavía la señora que zurcía medias y la que ponía inyecciones —relata—. Mi papá afirmaba haber nacido en la calle de la Soledad, en el barrio de la Merced, hasta creo que hay una placa ahí todavía. En ese barrio se inspira para escribir canciones como ‘La misma Cara de Julia’. Lamentablemente vivimos en el tiempo de lo desechable. Estas canciones son expresiones que, si bien no están presentes en la mayoría de los jóvenes de hoy en día, a algunos sí les llama la atención”. Chava Flores fue un crítico, un observador agudo de nuestra realidad, y lo que hizo fue plasmar una fotografía de nosotros mismos. Lo realizó con tal claridad que cualquier persona de habla hispana lo podría entender. De ahí que su

trabajo es permanentemente estudiado en diferentes ámbitos académicos, tanto nacionales como internacionales. Otra característica que distingue la obra de Chava Flores es sus diversas vertientes. Sin duda fue uno de los artistas más polifacéticos: abordó la prosa, la poesía, la música, el periodismo. “Recuerdo que uno de sus mayores anhelos era publicar una revista con las canciones de los compositores –señala María Eugenia-. Pasó muchas horas en la XEW conociéndolos. Esa era una de sus mayores pasiones, llegó a conocer la historia de cada uno de los más famosos compositores y cantantes de México. Coleccionaba sus discos, libros y revistas. Alguna vez nos platicó que, de esa afición, salió el gusanito de ser compositor y ya con cierto éxito dijo algo muy cierto: ¿Cómo voy a escribir canciones de amor si Agustín Lara, Pepe Guisar y Chucho Montes ya lo hicieron? Por eso buscó su propio estilo y lo encontró, en forma muy personal. La primera canción fue un éxito y de ahí para delante”.

¿Las canciones, sus verdaderas hijas? No sin celos, María Eugenia recuerda que las canciones eran para Chava como sus hijas. “Nos quería por igual... pensándolo bien a lo mejor quería más a sus canciones —aunque en seguida se retracta— no es cierto, nosotras éramos su adoración. Él siempre fue un hombre muy apegado a su familia. Quizá los momentos de más intensa convivencia suceden cuando administraba un pequeño bar que se encontraba en las calles de Niza y Reforma, yo le ayudaba en la caja. Eran las épocas de Ernesto P. Uruchurtu quien fue regente de la ciudad de 1952 a 1966, cuando los negocios no podían estar abiertos después de la una de la mañana. Después de cerrar seguían las bohemias hasta la mañana siguiente. Ahí se reunió gente como Amparo Montes, Vicente Garrido, Irma Carlón José Alfredo Jiménez, Miguel Aceves Mejía y otros muchos más... Y pensar que yo fui testigo de la historia, de cómo nacieron muchas canciones que después los hicieran famosos a todos ellos”.


“a que le tiras”... cuando sueñas mexicano por Chava Flores

Los mexicanos somos muy dormilones. Aunque somos más roncadores que dormilones; hay gente que ronca más de lo que duerme. Hay que verles la cara. También hay gente que va despierta y va rocando. Roncamos más los casados que los solteros, eso está comprobado. ¿Cómo, que por qué? Porque el matrimonio es la única guerra, en la cual nos esta permitido acostarnos con ese que le llaman el enemigo y al enemigo hay que roncarle fuerte en las orejotas para que se acostumbre a desevelarse, para que, cuando lleguemos tarde de los negocios; nos antienda con el cafecito, acaso que, no somos bien transas, bien abusivos, ¿cierto o no cierto? Todo mundo lo sabe en la colonia, pa’ que ocultarlo, somos así. Pero no es malo dormir, hay que descansar. ¿Lo malo de todos nosostros saben qué es? Que no hemos abierto bien los ojotes, no nos hemos quitado las “chinguillas” cuando empezamos a soñar. “A ver si ‘ora sí conozco al Lic. López Portillo y me da un hueso”. Pues solo que sea de perro te van a dar, sabueso. “Ojalá y al menos conozca a una viejita milloneta que le caiga yo bien y me dé para comprar mis petrobonos”. “A ver si me saqué los pronósticos deportivos”. Le fui al Atlante y ganó Nueva Zelandia 4 a 0. De seguro que ustedes no tiene lana pero las bolsas las traen llenas de billetes de lotería para el 15 de septiembre. A ver quién se ha sacado los 100 millones. Además de pobres, mentirosos, qué bonito. O al menos un segundo premiecillo, tercero, último reintegro y luego luego, lo pierden en el siguiente sorteo. “Estoy de buenas , ahí va la renta, y va el gasto y va toda la quincena...” Nada de que se van a sacar la loteria, compran en dos y cae en cuatro, compran en cuatro y cae en siete, compran en siete cae en nueve, compran en nueve. No hay sorteo ¡ahhhhhh!, no dan una y hay quien compra en todos los números y cae en letra. Según el último censo, somos 70 millones de mexicanos; 35 venden billetes de lotería y pronósticos deportivos y los otros 35 esperan sacárselas. A que le tiráis cuando soñáis, no es mejor que ya no os hagáis, mejor quedaos donde estáis, así no la regáis, ya váis....

¿A qué le tiras cuando sueñas mexicano? ¿a hacerte rico en loterías con un millón? Mejor trabaja, ya levantate temprano; con sueños de opio sólo pierdes el camión. ¿A qué le tiras cuando sueñas mexicano? Con sueños verdes no conviene ni soñar, Sueñas un hada... y ya no debes nada, tu casa está pagada, ya no hay que trabajar, ya está ganada la copa en la Olimpiada soñar no cuesta nada... ¡qué ganas de soñar! ¡Ah ¡Pero eso sí... mañana sí que lo hago! ¡Pero eso sí... mañana voy a ir! ¡Pero eso sí... mañana si te pago! ¿A qué le tiras cuando sueñas con cumplir? ¿A qué le tiras cuando sueñas mexicana? ¿que faltan niños pa’ poblar este lugar? Sigue soñando que ya no hay contribuciones que ya no hay mordelones, que ya puedes ahorrar, sigue soñando que el PRI ya no handa en zancos, que prestan en los bancos, que dejas de fumar. ¡Ah! ¿Pero eso sí... manaña nos casamos! ¡Pero eso sí... mañana te lo doy! ¡Pero eso sí... la última y nos vamos! ¡A qué le tiras cuando sueñas, soñador?


De cómo me hice compositor Por Chava Flores

Recuerdo con cierta tristeza las tribulaciones que pasó mi madre para que mis estudios siguieran su curso. Y lo repito: lo recuerdo con cierta tristeza porque nunca como en ese entonces había visto en mi casa tanta penuria y carencia. A la mano que nos sirve para sopear ya se le estaba olvidando para qué servía. Po’s de ahí nació la purita inspiración. Muchos años después, estaba agobiado por las deudas y ya por ese entonces tenía cuatro hijas. Había que hacer más, pero no más hijas, sino más esfuerzos para sostenerlas. Hice las dos cosas, no es más que la verdad. Siempre fui un bohemio y quizá ése fue el momento en que lo supe. Mi amor por las canciones de México y sus compositores fluyó a mi mente. Me sabía miles de ellas aunque no conociera personalmente a ningún autor, y de mi mente desesperada por el infortunio nació El Álbum de Oro de la Canción.

¡Ahí estaba todo! Una revista quincenal que desahogara mis ansias guardadas por ese hermoso arte que tanto amé. Hacer algo por él, era una excelente idea. Había mucha gente como yo, deseando tener en sus manos un álbum con todas sus canciones preferidas...

Y me dediqué a escribir canciones Años después, Ramón Inclán, ya compositor y periodista, junto con una entrañable muchacha que se llama Ruth Olivares, al ver mis ansias se unieron para llenarme de estímulo y evitar a toda costa que el álbum muriera. Gracias a ellos tuvo unos meses más de vida, hasta que materialmente fue imposible continuarlo. Dos años de publicación fue la vida del Álbum de Oro de la Canción. El 8 de noviembre de 1951 nació mi niña María Teresa. Ya mi álbum estaba por completar su cuar-

to tomo, con el que se finiquitaría, cuando casualmente me encontré por la calle a un amigo. Entré con él a cierto banco donde iba a cobrar un cheque, le platiqué con tristeza que mi álbum terminaría en tres números más y el me dijo burlonamente: “¿Por qué no publicas ahora el diario de tu vida?” Yo me lo quedé viendo, con esa mirada que padezco y ya le iba a contestar “¡Por qué tú no vas y... !”, cuando él me interrumpió soltando la carcajada. “No, no lo hagas —me dijo—. El que escribe el diario de su vida es como aquel que va al excusado y se voltea a admirar su obra. Ahora dime, en serio ¿a qué te vas a dedicar?” Inconscientemente y con toda naturalidad le contesté: Me voy a dedicar a componer canciones. Todavía no puedo olvidar la cara de mi amigo, que se despidió de mí sin contestarme, porque todavía tenía la bocota abierta.


ta i u q a P la de

La Merce

d

Entrevista a Francisca Reyes Castellanos, fundadora del Centro Escolar “La Semillita”

En su semblante se dibujan

las huellas de una ardua vida de servicio y trabajo. Francisca Reyes Castellanos despertó desde temprana edad a la lucha por la dignidad de la gente. Ya en sus primeros años de juventud se afilió al Partido Comunista Mexicano y desde su ciudad natal, Torreón Coahuila, como obrera de la empresa Altos Hornos de México, combatió al lado de sus compañeros por mejores condicionales laborales. Ahí aprendió que la integridad se logra apoyando a quienes más lo necesitan. Hoy, a sus ochenta y un años de edad, lo sigue haciendo, impulsando a pequeños niños de madres solteras y comerciantes ambulantes con la fuerza de su entrega para otorgarles un horizonte más amplio y digno. Su vida cambió el día que le exigieron su renuncia en Altos Hornos. Sin las mínimas prestaciones y en las condiciones más adversas, decide llegar a la capital y aquí consigue un empleo como asistente de un director de Secundaria oficial que después se destacaría en las luchas del magisterio, Dionisio Encinas. A su lado conoce la lucha de los maestros por mejores condiciones de trabajo. Ahí también aprende a motivar a la gente. Gracias a esa experiencia no le resultó difícil fun-

dar Centro Escolar La Semillita, en la Plaza de La Aguilita, en el barrio de La Merced, donde hoy coordina a veinticinco educadoras: “La mejor satisfacción que tengo en mi vida —nos dice Paquita— es encontrarme a quienes fueron mis alumnos ya titulados o a sus padres que me saludan con mucho cariño. Eso es lo que vale, si hay algo que no me interesa es la ambición o el protagonismo.” Sin duda la mayor entrega de su vida ha sido la lucha por la dignidad de la mujer. A principios de la década de los sesentas impulsó la creación de la Unión Nacional de Mujeres, desde ahí organizó talleres de apoyo en diferentes ámbitos. En el psicológico, en el médico, de capacitación laboral. “Es importante —nos comenta— impulsar programas para las mujeres, porque si queremos que estén al mismo nivel que el hombre tienen que educarse y educar a su compañero. Me opongo a las posiciones de las feministas radicales, que impulsan el desarrollo de la mujer desde una posición exclusiva de ellas”. Además de su labor educativa y formativa en la Merced, Paquita también asesora a un grupo de jóvenes mujeres de Chalco para que organicen una sociedad civil. “Estoy convencida y así me lo de-

muestra mi experiencia, que sólo de manera colectiva se logran objetivos. Trabajo con adolescentes que oscilan entre de los 14 a los 16 años de edad que ya tienen hijos que mantener. Ahí aprovechamos toda nuestra experiencia dentro de la Unión Nacional de Mujeres para que logren su asociación civil”. Su mayor orgullo son sus cuatro hijos, todos ellos con carreras y estudios que en algunos casos han completado en el extranjero. Pero a ellos seguramente no les ha dedicado el tiempo que le dedica a sus ocho nietos.. “La crianza es un trabajo que nunca acaba siempre me doy el tiempo para atenderlos y estar junto a ellos”. En cuanto a los jóvenes, Paquita les dedica dos consejos: “que estudien y se formen pues sólo así hay futuro, y que todo aquello que se propongan lo realicen con entusiasmo. En la vida no hay metas inalcanzables”.

Varias generaciones de niños crecieron a su cuidado


cantina El Africa

sis a o Un a jungla l n e o m t e n e c de

A lo lejos se divisa el nombre: cantina El

África. Es en la calle de las Cruces, un rincón de la Merced que tiene una larga historia que relatarnos. De frente, dos puertas de madera que la brisa mece son los testigos mudos de un devenir de personajes que han visto pasar. Quizá los más asiduos son los comerciantes de arraigo, que ahí encuentran un oasis para degustar su néctar preferido. Ahí se reflexiona los alcances del trabajo cotidiano, o se cierran negocios. Hoy la casa paga —nos dice Víctor Castillo—, el encargado del negocio, un joven esbelto. A sus espaldas yace una larga estantería de licores; los hay desde los importados hasta los más comunes: Vodka, Ron, Brandy... Pero, el momento es de innovación. El África incluye por primera vez cerveza de barril, que en estos días de calor se vende en cantidad y se sirve en una gigantesca copa redonda. A mi lado se encuentra Antonio Roa, un joven comerciante que asiste regularmente al África. —¿Qué le sabes a esta cantina? le pregunto. —Surge en 1890. Todavía recuerdo al antiguo dueño, Don Max, decidió cambiar la barra, que antes estaba enfrente. Hasta donde yo sé siempre tuvo el mismo nombre porque, como tú sabrás, las licencias llevan un número y ese siempre es el mismo. Hoy en día, la delegación ya no está otorgando licencias, lo que otorga son permisos o amparos. —¿Y el nombre, cómo surge? —Según entiendo, había un antiguo ron que tenía una etiqueta muy atractiva —afirma Víctor—, su nombre era África y por aquel entonces se había hecho muy popular

la botella, así que su primer dueño, como una simple ocurrencia, le puso el nombre de ese ron. Más atrás se encuentra un personaje de gestos pronunciados, que no deja de observar nuestra plática. Se trata de Jorge Durán, un comerciante de camisas deportivas que desde siempre ha tenido su negocio en el mercado de Mixcalco. —¿Cuáles son los personajes más famosos que visitan la cantina? —Yo creo que el personaje más distinguido de por aquí es José Balduvino Fonseca, es compositor y de los buenos. Se dedica a componer música ranchera, ha trabajado para Lola Beltrán, Lucha Villa, Amalia Mendoza, viene aquí por los viernes. —¿Y del menú qué es lo mejor? — Para eso pregúntale a la co-

Tigres y tarzanes en la barra de El África

cinera. Ella es la especialista. Sin pensarlo subo unas escalerillas de caracol y al fondo encuentro a Rosalía Martínez. Concentrada en su faena diaria, Rosalía me recibe con una amplia sonrisa. —¿Qué le gusta más a los clientes? —Creo que los mariscos. Caldo de camarón, paella, mojarras fritas, pulpos en su tinta. Otra especialidad es el conejo enchilado. Aunque también la barbacoa da buenos resultados… Me voy del África con el ánimo ligero y agradecido. El safari, amenizado por los personajes del lugar, constituye toda una experiencia, un claro de mansedumbre y compañerismo, en medio de la agotadora jungla de cemento.

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ios entar m o c , ones) s i a s t u r c a s (c s di y otra A la memoria del Centro Histórico:

Joseph Ratzinger: el Imperio contraataca

Por Amorhak Ornelas Vázquez Estudiante de la UACM. Plantel Iztapalapa

Por Ángel Garrido

Sólo quien ha tenido la experiencia de vivir en el Centro Histórico de la ciudad de México sabe que éste es más que el comercio ambulante, pues en cada rincón hay una historia grabada en corazón de quien la vivió. Esa historia va más allá del escenario urbano que sirvió para su acontecimiento. Cómo no recordar que en esas calles uno podía perderse para llegar a una fiesta desconocida y ahí encontrar el amor. Dentro de todo ese bullicio en el que se conjugan los gritos de los comerciantes, los olores de los tacos, el ruido de las cantinas, la música de los mariachis, aparece un origen que me pertenece. Y ese origen va más allá de lo enterrado por los edificios coloniales, va hacia un misterio que me cautiva cuando llego al Templo Mayor. Veo que ese misterio aún vive en sus habitantes. Lo podemos sentir en La Merced, cuando se acerca a hablarnos. ¡Oh Centro! Corazón de mi ser, tantas cosas han ocurrido dentro de ti y las desconozco. Sólo puedo contar algunas historias en las que soy parte de ti. Como aquella historia de la que sólo son testigos los fantasmas del Claustro de Sor Juana. Ellos pueden decir que el amor recorrió sus pasillos. Recuerdo cuando llegué a tus librerías, esos pequeños y escondidos locales en los que encontré los textos más viejos y extraños que he leído. Cómo no recordar la variedad de tus hoteles que cobijaron la desesperación de mis aventuras más de una noche. A ti te debo algunas de las experiencias más hermosas que haya tenido, como esa en la que tuve que ayudar a recoger el puesto de frutas de una señora, para que los granaderos no se lo llevaran, o aquella otra en la que entré por casualidad al Palacio de Minería y escuché uno de los mejores conciertos de música barroca. Cómo no recordar el escape que me dejó exhausto, de los ladrones que me querían robar. O aquellas faenas diarias de los vendedores en las que concebí la metáfora de que en esta vida, las adversidades se torean. El Centro, alimento de mi alma, recuerdo aquellos tiempos de pobreza, en los que uno podía comer en tus changarros y quedar satisfecho con diez pesos. Todo barato, todo accesible, se podía parrandear el día entero en la cantina de doña Lucy con muy poco - ¡A doce pesos la caguama y botana gratis, mejor, ni el paraíso!-. El Centro, pequeña ciudad de mestizos, lo llevo tan dentro de mi, que no dejo de presumírselo al extranjero. Centro de la Ciudad de México, espejo de mi alma, en el que viví alegrías tan íntimas... Nunca te olvidaré, estaré en el más allá y seré parte de tu susurro...

La TV y los comentaristas del mundo entero siguieron paso a paso todo el despliegue del Vaticano. No se trataba una emisión crítica, que ponderase objetivamente los diversos factores en juego de un momento histórico. Lo que se presentaba al espectador era más bien una fascinación hacia esa moda tan romano germánica, siglo XII o XIII: capas, púrpuras, báculos, oro, procesiones, fastuosos cónclaves, orden ceremonial, senecta parsimonia, minucioso acatamiento de antiguas normas y procedimientos. Los mismos medios de comunicación, que ante cualquier nimia declaración de un ayatollah estallan en ácidas pirotecnias criticoides, esgrimiendo en su contra ilustrados conceptos occidentales y humanos, callaban soprendentemente ante la curial ostentación de verticalismo, exclusión de minorías, culto al poder y la fastuosidad, total ausencia de representatividad y de otros muchos valores usualmente reputados como occidentales, humanos y hasta cristianos, en un acontecimiento que tiene para esta parte del mundo, mucha más relevancia que el discurso de cualquier islámico. ¿Se trata de condescendencia con un público sensible y sensibilizado?¿de obsecuencia respecto de las normas tácitas de convivencia en un país devoto, cristiano y siempre fiel?¿Acaso era parte de la estrategia de obscurecimiento de las noticias del desafuero? Conociendo la escasa ingenuidad con que se manejan los medios de comunicación, el regodeo con la pompa Vaticana huele a algo peor: la utilización, por parte del Imperio, de un modelo político y social quasi perfecto; ninguna crítica, ningún exceso, manejo total de las emociones y la muchedumbre que pasó sin problemas de la tristeza a la algarabía. Por parte de la institución: todo en su lugar y cada uno en su puesto, haciendo lo que se debe. Un modelo, antirepublicano, antimoderno, antidemocrático y absolutamente excluyente, pero por otra parte, glamoroso, mediáticamente popular, donde la escrupulosidad ritual deja fuera toda expresión espiritual que no sea la de los símbolos consagrados, alegorías y rutinas ceremoniales. El ritual del Estado global presentado ante el público masivo como consumación y punto más alto del orden, la bondad y la justicia. De tanta parsimonia no podía surgir otra cosa que lo que muchos temían y todos, secretamente, aún en la farsa del suspense, esperaban: la continuación de lo mismo: Joseph Ratzinger, definido por una de sus víctimas, el ex cura, teólogo de la liberación, Leonardo Boff, como: “uno de los representantes de los intereses del Imperio que se benefician con la globalización”. Todo un signo –quiera Dios que me equivoque- de los tiempos que se avecinan.

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José Luis, “El Inge”. Asesor de la Gaceta “Mambo la Merced”

Directorio de Mambo La Merced Emma Messeguer RESPONSABLE DE CASA TALAVERA Mariano Andrade Alejandro Semo COORDINACIÓN EDITORIAL Alejandra Galicia DISEÑADORA Nadia García María de Jesús García COLABORADORES

CONSEJO ASESOR Ing. José Luis Arteaga Sr. Daniel Manrique Sr. Javier Roca Sr. Jorge González Torres Sr. Antonio Ruíz Sr. José Bustamante Sr. Luis Damian Ruíz Sr. Fernando Monroy Paulín Sr. Jorge Sahagún Sra. Alberta Hernández Arrieta Sra. Dora Alicia Sra. Norma Moreno Lara Sr. Francisco Roa López Mujeres Independientes

Difusión Cultural y Extensión Universitaria, UACM Fray Servando Teresa de Mier núm. 92, 2do. piso Col. Centro Tel: 51 34 98 04 ext. 1502 y 1616 Casa Talavera Talavera núm. 20 esquina República de El Salvador Col. Centro Tel: 55 42 99 63

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Escríbenos a:

Somos anteriores a la televisión, a la penicilina, a la vacuna contra la polio, a los alimentos congelados, a las máquinas copiadoras, al fax, a la computadora, a los plásticos, a los lentes de contacto y a la píldora anticoceptiva Nacimos antes del radar, la bomba atómica, la tarjeta de crédito, el rayo láser y los bolígrafos; vivimos antes de que hubiera pantimedias, lavadoras de platos, secadoras de ropa, cobijas eléctricas, aire acondicionado, hornos de microondas, cámaras polaroid y ropa wash and wear. Nosotros nos casábamos primero y después vivíamos juntos. Nos quieren más anticuados... En nuestros tiempos, las conejitas eran unos animalitos de cuatro patas, y las cucarachas no eran Volkswagens. Jeans solíamos decirles a las Juanitas, tener una relación íntima significaba una gran amistad. No se viajaba en jet, ni se soñaba con la guerra de las galaxias y el hombre había caminado en la luna sólo en las novelas de Julio Verne. Cuando nacimos, los papás no cambiaban los pañales, ni cocinaban, ni planchaban y la educación sexual se limitaba a decir que los bebés venían de París traídos por la cigüeña. No había mujeres peluqueras, ni peluquerías unisex. No se hacían citas ni matrimonios por computadora, ni tampoco existían guarderías de niños, terapias de grupos, ni traumas psicológicos, ni hogares de ancianos. No se hablaba de radio FM, máquinas de escribir eléctricas, corazones artificiales, grabadoras, videos, procesadores de palabras ni de alimentos, condominios, ni se veían hombres usando aretes. No existían Mac Donalds, pizzerías, ni café instantáneo. De niños íbamos a las tiendas con 5 ó 10 centavos a comprar cosas; por 5 centavos viajábamos en tranvías, hacíamos una llamada telefónica

por Ericcson o Mexicana, tomábamos refresco o comprábamos sellos de correos suficientes para una carta y dos postales. Por un centavo adquiríamos dos caramelos, goma de mascar o una tacita de café. Podíamos comprar un auto por 600 dólares pero ¿quién podía afrontar el gasto?... Era una lástima porque la gasolina valía alrededor de quince centavos el galón. En nuestros días, fumar cigarrillos era elegante; la hierba se cortaba, no se fumaba. La salsa se comía y no se bailaba. La coca se tomaba, no se inhalaba. SIDA no significaba nada y AIDS en inglés sólo significaba ayudante de oficina. Conocíamos la diferencia entre los sexos, pero a nadie se le ocurría cambiarlos. Nos conformábamos con el único que teníamos... Y, viéndolo bien... No la pasábamos tan mal.

mambolamerced@yahoo.com.mx

Sobrevivientes (los que pasamos los sesenta años)


Actividades en tu

mayo

Casa Talavera

junio Café-arte Talavera Todos los viernes Día 3, 16:00 hrs.

Café-arte Talavera, Todos los viernes

Danza Contemporánea con Isabel Romero

Día 20, 16:00 hrs.

Día 10, 16:00 hrs.

Concierto de Clavecín con el músico Santiago Álvarez Campa

Día 27, 16:00 hrs. “Cantar la denuncia”, encuentro de Son Jarocho y Hip-Hop. Participan en este mano a mano, los grupos de hip-hop y Mc’s, y la presentación especial del grupo Chuchumbé

exposiciones y graffiti Viernes 20, 18:00 hrs.

Exposición del Taller “Toma la Parte del Mundo que te corresponda” jueves 26, 19:30 hrs. Exposición de graffiti (revista graffiti, rayarte y black book participará con obras de graffiti en aerosol, bocetos y exhibición de graffiti en vivo.

Cine-Club

ciclo de cine: “Quentin Tarantino”, jueves, 16:00 hrs.

Convocatoria

Primer Festival de Cortometraje en Casa Talavera 23 y 24 de junio. Informes: Casa Talavera 55 42 9963 y 55 22 72 12 y al correo: mambolamerced@yahoo.com.mx

Homenaje a Fernando Pessoa Obra de teatro “El solitario de Pessoa” con la compañía de teatro Drama en Gente bajo la dirección de Cordelia Dvorák

Día 17, 18:00 hrs. Concierto de Música con el grupo de percusiones Tambuco

Exposiciones

Viernes 17, 17:00 hrs. Exposición fotográfica de Gabriela Figueroa “La Espina:.

Cine-Club

ciclo de cine: “cine cubano”, jueves, 16:00 hrs.

Cine-Club-niños jueves, 14:00 hrs.

Salones de baile y centros nocturnos en la época dorada de México (I) Jorge A. Barrientos Silva (Del Sindicato Mexicano de Musicos)

Según los conocedores, los gran-

des años de la música y el espectáculo, fueron a partir de la década de los 40 hasta 1960. En estos años, debido a la incipiente industrialización del centro del país, llegan de todos los lugares de la nación, individuos que conforman un tipo de sociedad muy especial. Es necesario tomar en cuenta la gran diversidad cultural que caracteriza a nuestro país. Es decir, las diferentes músicas de México, contienen esencias peculiares, así podemos apreciar que la música norteña, es diferente a la de Yucatán, así como la de Jalisco a la de Oaxaca.

Las personas que integraron la naciente ciudad capital del siglo XX, provenían de los lugares más recónditos, en donde las prácticas culturales son únicas. En este contexto, la Ciudad de México, fue el centro de espectáculos más importante de Latinoamérica. Asimismo, los mejores estudios de grabación se encontraban en la capital del país. Teníamos cabarets, cafés cantantes y salones de Baile de diferentes categorías. Los habitantes de la “Gran Urbe”, tenían la oportunidad de asistir a los establecimien-

tos mercantiles y escuchar música en vivo, porque los reglamentos de la época así lo exigían. Un lugar importante en este breve relato, merecen los grupos y orquestas tropicales o también llamados “sones”, que interpretaban regularmente música cubana, misma que a través de la aportación de los filarmónicos aztecas, fue enriquecida. Cabe mencionar la participación de los integrantes de algunos colectivos de la época dorada, pero de esto nos ocuparemos en la próxima edición de esta misma columna.


Chuchumbe: la tradicion El grupo se presenta en mayo en Casa Talavera, en el marco de un evento con hip-hoperos, denominado “Cantar la Denuncia”

Quizás

debido a nuestros propios prejuicios, suponíamos que la invitación podía causar algún sacón de onda. Estábamos invitando a un grupo de música jarocha a participar en un evento de Hip hop, bajo la consigna común de “Cantar la Denuncia”. La intención de Casa Talavera, de provocar el intercambio de estilos y remontarse a las raíces mismas de la protesta en las tradiciones musicales mexicanas, era clara, pero los ortodoxos muchas veces consideran impurezas imperdonables estas “innovaciones”.

del Son Jarocho abierta al mundo

Para representar el lado jarocho del evento, habíamos escogido no obstante a un grupo muy especial. Fundado en 1990, Chuchumbé crea y recrea música, canto, versada y baile de la tradición del fandango del sur de Veracruz, pero sus integrantes han consentido formar parte de espectáculos con grupos musicales de tradiciones muy diversas, entre los que se encuentran: Sólo Pueblo (Venezuela), The Cassydis (Irlanda), Vieux Diop (Senegal), Djimo Kuyate (Senega) y Diego “ El Cígala ” (España).

“Para empezar les platicamos qué era Casa Talavera, como parte de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México, con una propuesta de interrelación comunitaria con los vecinos del Centro Histórico —relata Nadia García, responsable de eventos del Centro Cultural—. Para no andarnos por las ramas, de una vez, les dijimos que intentábamos reunir soneros y hiphoperos en un encuentro para hacer un mano a mano entre estos dos géneros, donde se comprobaran sus habilidades para la improvisación”. >>>

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>>> La propuesta, todo un reto, fue aprobada de inmediato y quedó para resolverse el problema logístico de trasladar a los veracruzanos a la plaza de La Aguilita. “Andrés Flores, como representante de Chuchumbé, me platicó que les daba mucho gusto tocar en el D.F. porque hacía mucho tiempo que no andaban por allí —comenta Nadia García—. Les encantó la idea de dialogar en una mesa redonda con los hiphoperos, pero se negaron rotundamente a ensayar alguna rola juntos. Mejor que todo suceda en un ambiente más relajado, me dijo Andrés, y si es posible, con algún traguito que ayude a soltar la inspiración”. En una breve entrevista, Chuchumbé nos comentó que el grupo está especialmente interesado en la investigación y enseñanza del fandango veracruzano, como una forma de “Investigar y difundir la tradición del fandango, impartiendo talleres diversos. Reintegrar sones, versadas, instrumentos y bailes antiguos y olvidados”. Provenientes de familia de soneros, los integrantes de Chuchumbé han llevado la rima y el ritmo jarocho a múltiples foros, con el afán de dar a conocer el aspecto genuino de su tradición. La tradición, sin embargo, no debe entenderse como una estancamiento de la creatividad y las búsquedas musicales, sino como una profundización de las mismas en el seguimiento de las raíces. “La investigación y las experiencias musicales de Chuchumbé, ponen de manifiesto una consciente búsqueda de las raíces africanas y españolas, que se mezclaron con lo indígena a partir de la llegada de los españoles —afirman sus integrantes— y crearon, al igual que en todo el Caribe una manera diferente de expresión con características que la singularizan. Por eso, el grupo muestra esta particular riqueza cultural de nuestro país. “En el son jarocho, los jaraneos

y el zapateado exacto se mezclan en la tarima para dar vida a una tradición de alegría que, lejos de la visión academicista, guarda sus propias maneras de ejecutar el canto, la música y el baile”. Los integrantes de Chuchumbé son Patricio Hidalgo Belli (jarana, voz e improvizacion), Félix José Oseguera, director(guitarra de son, voz), Rubi del Carmen Oseguera Rueda(Zapateado), Andrés Flores Rosas(Percusiones, voz y zapateado), Dalmacio Cobos Utrera(Jarana y zapateado), Zenen Zeferino Huervo (Jarana, voz e improvizacion) y un nuevo integrante Eliel Torres Jeronimo(Guitarra Leona). Aunque no se han dedicado mucho al trabajo de estudio, los Chuchumbé han realizado dos grabaciones de CD titulada “ Caramba niño ” y “ Contrapuntea’o”. En cambio, su principal actividad ha sido en presentaciones y foros, visitando casi todos los estados de la República, compartiendo públicos diversos, entusiasmando nuevamente a los jóvenes con la música mexicana de raíces tradicionales y también concurriendo a numerosos foros internacionales, muchos de ellos vinculados con las raíces afroamericanas, entre los que podemos citar: El mercado Cultural Internacional, en Salvador de Bahía, Brasil, el Encuentro latinoamericano de arpas en Caracas, Venezuela, el Encuentro de Son Mexicano, California, Estados Unidos, el Museo de arte moderno, San Francisco,Estados Unidos, el Lisner Auditórium de la Universidad de Washington, D.C., Estados Unidos, el Festival Iberoamericano de Teatro en Bogotá, Colombia, México, Expo 2000 en Hannover, Alemania.VII, el Festival de arte y cultura por la paz, en San Salvador, El Salvador y el Festival mundial de Arts Midwest en Estados Unidos.

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El Hip Hop en México: los filósofos contemporáneos cantan en las esquinas por Joaquín Aguilar

Al hablar sobre un movimiento cultural cuya cos-

movisión y códigos son creados y dirigidos por y hacia un grupo social claramente definido como el barrio, (el barrio no sólo como lo que significa en Nueva York, sino el barrio de Cuba, de España, de Puerto Rico, de Francia, de México, etcétera) corre uno el riesgo, para los ojos ajenos, de no entender las dinámicas de esos jóvenes de zonas marginadas, que crean y encuentran en su forma de vestir, bailar y hablar, una forma de resistencia hacia un sistema que los niega. La cultura del hip hop aquí y en todos lados, la constituyen cuatro elementos: los Mc´s, los Dj´s, los breakdance, y el graffiti. Fue en 1979 cuando se escuchó un rap en México, una rola que aquí llamaron “El Cotorreo” de Sugar Hill Gang, pero fue el breackdance en 1985, el primero de los cuatro elementos que se introdujo de manera fugaz y masivamente en nuestro país. Pudiera decirse que los primeros grupos de rap y breackdance nacionales fueron Sindicato del Terror y 4° del Tren. Mientras en Cuba, Francia, España y Puerto Rico, principalmente en la frontera entre México y E.U.A. se cocinaba un rap de gran nivel en su métrica y contenido, aquí, en México, en 1991, nuestros empresarios culturales nos metieron a grupos como Caló, Mc Hammer, Vanilla Ice, y el General, contribuyendo a crear una idea muy distorsionada de lo que es el rap. En 1992, en Ciudad Satélite, surge una banda de rock llamada Camposanto, que por primera vez fusiona el rock y el rap, idea que les costó más de una rechifla, pero que los acreditaría como pioneros de éste género. Después llegarían Molotov, Resorte, entre otros, pero sería tal vez, hasta que llega Control Machete que sacan de lo subterráneo a todo este movimiento. Hoy la cultura del hip hop, además de ser un movimiento de resistencia, (nacida en el barrio) es sin duda, uno de los productos más consumidos a nivel mundial, tal vez por ser de los movimientos realmente intensos a través de sus bailes, su obra plástica, su música y quizás, porque su herramienta de resistencia es un instrumento al alcance de cualquier persona: su voz, su hablar o como dirían ellos a micrófono abierto… Nos vemos en el evento de hip-son en casa Talavera del 25 al 27 de mayo.

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LARTSEMIB ATECAG AREVALAT ASAC ED

Hip-Hop en México...pág. 22

La inseguridad...pág. 8

Chava Flores...pág. 12

Imagen: La Jornada, octubre, 2004.

Chuchumbe:

jarochos y universales... pág. 21


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