Ciberactivismo

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edad, también es verdad que logran integrar a otras más jóvenes, de alrededor de 40, que es el promedio de edad de Cí-Género, constituida hace solo dos años. En el caso de Luna Creciente, por ejemplo, que se organizó en los inicios de la década actual, su fundadora pertenecería a la generación de “inmigrantes digitales”, definida en páginas precedentes, pero cuentan con integrantes, hombres y mujeres, desde 21 años de edad. La Asamblea de Mujeres de Quito, con cuenta con un blog, es una agrupación variopinta en edades, pues la constituyen desde mujeres de 30 años en adelante. En otras palabras, no se podría afirmar que todas las organizaciones de mujeres no se han renovado generacionalmente, y que ese hecho es decisivo para su ausencia en la red. Desde otro punto de vista, sin embargo, el hecho de que todas se asumieran como organizaciones políticas, contribuye a afirmar la paradoja que existe entre concebirse como tales pero, en su mayoría, no utilizar las herramientas tecnológicas que les permitirían llegar a más personas para difundir y posicionar sus conceptos y actividades y reivindicar los derechos de todas, incluso el acceso a la tecnología. 2. Falta de recursos económicos y tiempo: los motivos En este punto de preguntas se confirmó el hecho de que ninguna organización dispone de una página web propia, aunque el Foro la tendrá próximamente gracias a una voluntaria canadiense, perteneciente a una organización con la que tiene convenios de pasantías; que tampoco tienen blog -salvo en el caso que ya vimos, de la Asamblea de Mujeres de Quito-, de otra que sí pero es para intercambio interno, de la nacional con las filiales de provincias (CPME), y la tercera que está próxima a crear uno (Luna Creciente); pero aparecieron las razones de la ausencia, y también la existencia de sitios personales: una cuenta en el Facebook, otro blog personal, y el uso del YouTube para colgar vídeos institucionales. La cuenta de Facebook pertenece a Liliana Durán, presidenta nacional del Foro, quien la utiliza también, y con énfasis, para difundir actividades de su organización e invitaciones a eventos, que publica en su muro. Esto se debe a que ella trató, hace tres años, de abrir una cuenta de Foro, pero “no me aceptaron como adhesión institucional; ahora sí y voy a inscribir al Foro”. En su perfil de Facebook, no separa su vida personal de su activismo político, pues ella se define como “Lidereza (sic) feminista y actualmente represento al Foro Nacional Permanente de las Mujeres Ecuatorianas”; sin embargo, de sus tres conexiones con otras cuentas, ninguna es con alguna organización similar, y sus ‘amigos’ no llegan a 150. Por otra parte, Es pertinente señalar que el Foro, entre 2007 y 2009, mantuvo un blog de una red temática, la Coalición contra la violencia a las mujeres, que dejó de funcionar porque no se actualizaba, “debido a la falta de gente que se dedicara expresamente”. Y ahí surge uno de los motivos enunciados por casi todas las organizaciones en lo que respecta a su ausencia en la web: falta de recursos económicos para crear y mantener una página web y/o para crear un blog o participar de una red social y actualizar sus sitios de manera sostenida, como veremos más adelante. Activista y fundadora de la CPME e integrante de la directiva nacional, Jenny Londoño tiene un blog personal en el que se presenta, además, como parte de la organización. Su evidencia de activismo político es la difusión de algunos contenidos de la Coordinadora, pero sobre todo usa su blog para publicar sus producciones ensayísticas como historiadora, también sobre mujeres (aproximaciones históricas a la participación política y al trabajo doméstico y reproductivo). No obstante, la última

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