Capítulo II. La crisis y sus salidas
1*
Retorna después de una semana y me dice que ha pasado mucho tiempo “escuchando su cuerpo” y que ha tenido “la sensación de estar viva”. “En realidad después que he dejado la comuna he pasado mi tiempo haciendo cuentas con mi pasado. Me he dado cuenta que todavía no he empezado a vivir. Esta semana por primera vez he tenido la impresión de haber terminado”. Me habla por primera vez “del deseo de muerte” que ha aparecido después de su salida del grupo y hace una alusión velada a su tentativa de suicidio. No me da otros elementos y yo no le pido más. “El periodo que ha seguido la ruptura y que ha precedido mi enfermedad fue un periodo de muerte espiritual. Mi cuerpo estaba allí, pero vivir para mí no tenía importancia”. Tengo un frío intenso y un nudo en la boca del estómago. Le digo a Anna y le propongo partir de esa muerte “encuentra la posición de la muerte”. Se pone de espaldas, cierra los ojos y abre lentamente los brazos hacia lo alto. Tengo la imagen de una víctima sacrificial. 2*
En este preciso momento Anna comienza a contarme una experiencia de estupro. Ha sido violentada a los quince años por un hombre mucho mayor que ella del cual estaba enamorada. “Después de este episodio me morí. Es allí donde han comenzado todas mis dificultades sexuales, el hecho es que no llego a tener un orgasmo. Para no perder este hombre continúe durmiendo con él, y me he hecho incluso un aborto. Fue una experiencia terrible”. “¿Y cómo te sientes?”. “Mi vientre esta contraído como si se hubiera metido para adentro”. “Ahora eres Anna y tienes quince años”. Llora desconsolada y después se queda en silencio un rato largo. “Cuando he sentido que te movías he pensado que estuvieras por tocarme. He sentido nuevamente mi vientre que se metía para adentro”. “En este momento estoy aquí sentado. No tengo ni la intensión ni las ganas de tocarte...descríbeme qué cosas sientes en la panza”. “Es como una pelota... una pelota roja...”. “Soy una pelota roja...”. Anna repite y se larga a reír. “¿Qué edad tienes en este momento?”. “Tres años...”, continúa con una risa infantil, plena. “¿Cómo eres a los tres años?”.
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