El libro de la sabiduría osho

Page 83

experiencia. Y si no viene de la experiencia, no es verdadero. La Verdad es una experiencia, no una creencia. A la Verdad nunca se la encuentra estudiándola: a la Verdad hay que confrontarla, a la verdad hay que encararla. La persona que estudia el amor es lo mismo que la persona que estudia el Himalaya mirando los mapas de las montañas. ¡El mapa no es la montaña! Si te obsesionas demasiado con el mapa, puede que la montaña esté justo enfrente de ti y que no seas capaz de verla. Y así es en realidad. La montaña está enfrente de ti; pero tus ojos están llenos de mapas... mapas de la misma montaña, mapas acerca de la misma montaña, trazados por diferentes exploradores. Unos han escalado la montaña por la cara norte, otros por la cara este. Han trazado mapas diferentes: El Corán, la Biblia, el Gita... Mapas diferentes de la misma verdad. Pero tú estás demasiado lleno de mapas, demasiado cargado con su peso; no puedes avanzar ni una sola pulgada. No puedes ver la montaña que se eleva justo enfrente de ti, no puedes ver sus nevadas cimas virginales, su relucir dorado al sol de la mañana... No tienes los ojos para verlo. El ojo con prejuicios es ciego, el corazón lleno de conclusiones está muerto. Demasiadas conclusiones a priori hacen que tu inteligencia pierda su agudeza, su belleza, su intensidad. Tu inteligencia se embota. Y a la inteligencia embotada se le llama intelecto. La denominada intelligentsia no es realmente inteligente, es tan sólo intelectual. El intelecto es un cadáver. Puedes decorarlo. Puedes adornarlo con maravillosas perlas, con diamantes, con esmeraldas; pero aun así, un cadáver es un cadáver. El estar vivo es una cuestión totalmente diferente. La inteligencia es la cualidad de estar vivo; la inteligencia es espontaneidad, es permanecer abierto, es vulnerabilidad, es imparcialidad, es la valentía de operar sin conclusiones. Y ¿por qué digo que es valentía? ¡Porque es valentía!, porque cuando operas basándote en conclusiones, la conclusión te protege, la conclusión te ofrece seguridad, garantía. Tú la conoces bien, sabes cómo llegar a ella, eres muy eficiente con ella. El operar sin conclusiones es operar con inocencia. Ahí no hay seguridad, te puedes equivocar, te puedes extraviar. El que esté dispuesto a emprender la exploración llamada Verdad tiene también que estar preparado para cometer muchos errores, muchos fallos; tiene que ser capaz de arriesgar. Uno puede perderse; pero así es como se llega. Perdiéndose muchas veces, uno aprende a cómo no extraviarse. Cometiendo muchos errores, uno llega a saber lo que es un error y cómo no cometerlo. Sabiendo lo que es un error uno se acerca más y más a lo que es la Verdad. Se trata de una exploración individual; no puedes partir de las conclusiones de los demás. Por eso Atisha dice: Ejercítate imparcialmente en todas las áreas; es importante haberse ejercitado con gran intensidad en todos los aspectos de todas las cosas Lo segundo que él dice es: vive la vida de forma tan multidimensional como te sea posible, no vivas unidimensionalmente. Los monjes, las monjas y los llamados sacerdotes han vivido desde siempre unidimensionalmente. Viven una vida muy estrecha, marchan al igual que los trenes: sobre raíles fijos. Continuamente realizan el mismo ritual, continuamente rezan la misma oración, día tras días, año tras año, vida tras vida. Continúan repitiendo. Su vida entera se mueve en círculos. Y no son personas florecientes, no lo pueden ser. El florecimiento viene de vivir la vida en

83


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.