80
Clásico: teotihuacanos, mayas y zapotecos
150 cm
Figurilla sonriente de mujer ricamente ataviada; cerámica del clásico.
Este periodo abarcó de 200 a 900 d.C., siglos en que varios pueblos alcanzaron el más alto desarrollo cultural en la historia de Mesoamérica. En esta etapa se acentuaron las características del periodo anterior. Por ejemplo: la población creció y el número de ciudades también; hubo una mayor división del trabajo, por lo que surgieron grupos de artesanos dedicados a elaborar objetos para el intercambio; las diferencias sociales se hicieron mayores, tanto en las aldeas como en las ciudades; y los sistemas de numeración, los calendarios y la escritura se volvieron más difíciles de dominar y comprender, por lo que hubo necesidad de que algunas personas se especializaran en ellos. Una de las grandes diferencias del preclásico respecto al clásico fue que en este último periodo se concentraron en las ciudades la riqueza y el poder político. Las aldeas rurales, en tanto, proveían de alimentos a los centros urbanos. En las ciudades, entonces, se pudieron construir grandes edificaciones, lo que dio al clásico otra de sus características: el urbanismo monumental, es decir, se erigieron enormes basamentos piramidales, como la Pirámide del Sol en Teotihuacan; el Templo de las Inscripciones en Palenque, Chiapas; y el Templo de la Serpiente Bicéfala en Tikal, Guatemala. Durante el clásico se desarrollaron en distintas regiones ciudades de gran tamaño con poblaciones de miles
Ésta es una vista contemporánea, pero en su esplendor Teotihuacan fue una de las ciudades más pobladas de Mesoamérica, con más de 25 000 habitantes.
AB-HIST-6-p001-176.indd 80
12/12/11 11:46