Español lecturas 6 2013 2014

Page 153

El Señor Embajador persuadido de que su ayuda sobraba. Pidió un automóvil y salió a cumplir tareas. Sin embargo cuando regresó por la tarde, pues a Dios gracias no tenía compromisos pendientes, aún no se solucionaba el problema. Seguía como lo había dejado; aunque la gaviota no perdía esperanzas. Una fuerza mil veces mayor a su tamaño la impulsaba. El Señor Embajador casi se acostumbró a los chillidos con los que durmió a pesar de que llegaban hasta su cuarto. El día siguiente se dispuso a retomar rutinas. Adoraba el silencio y sin embargo sintió inquietud porque el ruido había terminado. Se enrolló rápidamente su bufanda sobre la bata y fue a la terraza. La halló vacía. Se habían ido. El cielo seguía dividido en dos; abajo, algo brumoso; arriba transparente y el sol cumplía citas diurnas imponiendo su boceto rojo con un glorioso ímpetu igual a una pintura abstracta hecha en el taller del cosmos. Además se imponían los diferentes tonos grises y verdes de las casas y las plantas extendidas bajo ellas o trepando bardas. La bufanda del Señor Embajador lo convirtió de pronto en un niño fugitivo de obligaciones ministeriales arropado por una lana ardiente protegiéndolo del frío para observar tanto misterio hablándole a los ojos. Supo que el orden y la bondad regresaban al mundo y se detuvo un rato contemplando. Allá, todavía no muy lejos, madre e hijo iban juntos. Ella cambiaba posiciones, se ponía arriba, a la derecha, a la izquierda enseñándole cómo volar y cuidando que no cayera nuevamente. Ambos fueron dos puntitos cada vez más distantes; pero el amor y la persistencia se besaban uno al otro.

151

AB-Lecturas-6 vers NO BERMAN.indd 151

27/03/12 13:19


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.