Revista CICdeCh No. 159 Marzo-Abril 2018

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Morfología fluvial Si se considera la hidrología fluvial como el estudio de las secuencias en que se presentan los escurrimientos en un río; además del régimen anual los ríos experimentan avenidas extraordinarias en las cuales la atención se fija en el caudal máximo instantáneo que debe ser estudiado estadísticamente con el fin de caracterizar su ocurrencia (período de retorno Tr) de manera que permita hacer un análisis beneficio costo para su encauzamiento. De forma natural es difícil encontrar cauces rectos y de sección transversal regular, de manera que existen dos tipos de morfologías fluviales (Meunier, 1991): cauces trenzados (anastomosis) y cauces sinuosos o con meandros (meandriforme). Los primeros son cauces muy anchos formados por varios cauces menores que se entrelazan entre sí dejando islas al unirse y posteriormente separarse nuevamente; su presencia se asocia a un cauce con gran capacidad de transporte de sedimentos, un ejemplo típico son los cauces en los abanicos aluviales provenientes de pendientes altas y sedimentos gruesos. Los cauces sinuosos son corrientes únicas, pero forman curvas en su trayectoria longitudinal acompañada de una asimetría en sus secciones transversales, aumentando su profundidad en el estrado cóncavo de la curva y menor en la orilla convexa o interior. En la orilla interior se depositan los sedimentos arrastrados por la corriente formando barras alternadas. El ritmo de evolución de los meandros es función de la resistencia del suelo en las orillas expuestas a la erosión. La evolución final de un meandro es cuando termina formando un estrangulamiento (atajo) y el abandono de las lunas que quedan como lagos (Figura 1).

25 Existen relaciones empíricas que permiten establecer porque un río adopta tales formas. Según Martín-Vide (2001) la primera relación para establecer en qué condiciones un río forma un cauce meandriforme o un cauce trenzado es: S*Q0.44 = 0.0116 Donde S es la pendiente del río y Q el caudal (m3/s). Si: S*Q > 0.0116, el río es trenzado y en caso contrario es meandriforme. Esta relación no diferencia de forma muy clara el comportamiento, ya que muchos ríos son trenzados y sinuosos al mismo tiempo, trenzado en el tramo alto y meandriforme en las planicies. Condicionantes para un encauzamiento. Secciones tipo La sección tipo depende de variados condicionantes, para lo cual se pueden establecer ciertos criterios generales de aplicación, según las zonas del encauzamiento. • Con carácter general se proyecta una sección tipo doblemente trapecial, con un canal central que garantiza la circulación de los caudales de estiaje. Se excava el cauce natural para conseguir la profundidad necesaria para evacuar el caudal de proyecto, lo que exige actuar a cotas inferiores a las de cimentación de pilas de puentes y muros y socavar taludes, obligando a realizar recalces y obras de estabilización del terreno. Entre el canal central y el de avenidas se disponen unas “banquetas” que, aparte de servir de acceso para conservación y uso del cauce, tratan de aliviar la problemática enunciada, alejando la excavación de los puntos conflictivos (Figura 2).

Figura 2. Sección tipo doble trapecial.

Figura 1. Meandro estrangulado y su media luna abandonada. Fuente: Nowitna river retusche.jpg. 2002.

• Las márgenes no rocosas se protegen de la erosión con una capa de enrocamiento (escollera) que se coloca formando sobre el talud un manto de una sola capa con bloques del orden de una tonelada, la escollera no pretende estabilizar el talud, sino que su misión es la de impedir la erosión. Este tipo de defensa, con excelentes resultados contrastados por avenidas posteriores a su ejecución tiene la ventaja adicional de que, en breve tiempo permite el crecimiento de la vegetación que integra la obra en su entorno.

Año 26, Núm.159/ marzo- abril 2018


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