Garaje donde Paquita, Filo y sus ayudantes confeccionan las palmas de Semana Santa
Trenzar la palma es un proceso complejo, y el tiempo que lleva en hacerse varía también del modelo con el que se trabaje. Cada palma es diferente y especial, con un signiQicado que solo conoce quién la ha confeccionado. Existe una gran variedad de adornos con los que decorar la palma, como margaritas, rulos, cadenas, rosas, caracoles, etc., en los que se invierte mucho tiempo, pues los pequeños detalles son los que marcan la diferencia. Tradicionalmente, el día de Domingo de Ramos, las niñas llevan palmas rizadas, por su complejidad así como por sus adornos, mientras que los niños llevan palmas lisas, sin Qlores ni decorado. En el mundo del trenzado de palma es más frecuente encontrarse con mujeres, pues como antaño, este arte pasaba de generación en generación. Actualmente, no es tan inusual encontrar a algún hombre interesado en ello. Un arte que implica mucha tradición familiar, y que gracias a ello, comenta Paquita, “siempre habrá alguien que se dedique a este oQicio, ya que es muy importante para Elche, porque es el lugar donde más palmeras hay y la palma blanca seguirá haciéndose toda la vida”. En la familia de Paquita, los hombres siempre se han dedicado al cultivo de la palmera, los famosos palmereros, quienes gracias a ellos, hoy en día pervive la tradición. Una tradición que se ha convertido en costumbre desde que los árabes trasladaron el palmeral a Elche, siendo actualmente el más grande de toda Europa.
Manos de una alumna del taller municipal de palma blanca, trenzando un detalle para añadirlo a una de sus palmas / Chloé Gallais
MAYO 2014
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