Corría el año 1968. Un joven deportista nos acercó y nos contagió la pasión por este deporte. Los comienzos no fueron fáciles; no era un deporte demasiado conocido, tampoco había un lugar de entrenamiento fijo. Pero incluso con todas esas desventajas frente a otros deportes, poco a poco se fue afianzando y chicos y chicas de Tauste se fueron contagiando del entusiasmo de un maestro que ponía todo su empeño en enseñar a todos estos jóvenes no solo técnicas de defensa, sino también una conducta basada en el respeto hacia el oponente, conducta que sale del tatami para ponerla en práctica en el día a día y que sirve para formar judokas tanto a nivel deportivo como moral. Esta escuela de Judo ha tenido éxito gracias a la entrega y sacrificio de su maestro, Ángel Claveras, que no ha dudado en apostar por su pueblo y no ha dejado de venir semana tras semana, salvando dificultades de todo tipo, dándonos así ejemplo de tesón y compromiso. Está fuera de toda duda tu capacitación profesional, Ángel, una trayectoria merecidamente reconocida dentro y fuera de Aragón, ocupando puestos de relevancia en la Federación. Pero lo más importante, lo que nos ha reunido a tantos hoy aquí es sobre todo tu calidad humana, tu trayectoria personal en la que los valores del Código Moral del Judo: Cortesía, Coraje, Sinceridad, Honor, Modestia, Respeto, Control de sí mismo y Amistad se han visto siempre sobradamente reflejados y que siempre has intentado inculcar en tus alumnos. Es esta Amistad la que, estamos seguros, hará que esta despedida sea un “hasta pronto” y que el merecido descanso del que vas a disfrutar no dejará que te olvides de todos estos años en los que hemos pasado muy buenos momentos y donde has dejado una honda huella en nuestro corazón. Dejas muy alto el listón, como maestro y como persona, intentaremos acercarnos a él todo lo que podamos, porque saltarlo será casi imposible. Gracias por todo.
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