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Energía para miles de hogares

La construcción de centrales fotovoltaicas se ha vuelto la mejor opción en muchas zonas del país

Por DANG XIAOFEI

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LAS centrales fotovoltaicas, las cuales producen energía verde y limpia, se encuentran distribuidas por toda China. Los paneles fotovoltaicos convierten la luz solar en electricidad limpia y las torres de alta tensión la envían a lugares alejados, iluminando así miles de hogares. Con el avance continuo de la tecnología fotovoltaica, la vida de un mayor número de chinos ha ido mejorando cada día más.

La central fotovoltaica de 250 MW que usa el sistema “Longi Smart Pro+” en la ciudad de Tongchuan, provincia de Shaanxi.

Energía eléctrica limpia

Los habitantes de la aldea de Dayangqi, en la región autónoma de la etnia hui de Ningxia, pueden iluminar sus hogares gracias a una central fotovoltaica de 228 MW. La electricidad generada por dicha central tiene un bajo costo y no contamina, por lo que la gente está muy satisfecha. De hecho, no fue sino hasta que se completó dicha central y se conectó a la red de suministro central hace tres años, que los aldeanos se dieron cuenta de que existía una forma más ecológica para la generación de electricidad, en lugar de la quema de cientos de millones de toneladas de carbón cada año.

En el pasado, el uso del carbón hacía que las carreteras aledañas a las centrales eléctricas se llenaran de hollín, de modo que la gente bromeaba diciendo que era la “tierra negra” característica del noroeste del país. Ningxia es una de las principales zonas de extracción de carbón en China, por lo que es el principal método de generación de electricidad en la región. Sin embargo, su excesiva explotación ha dañado la producción agrícola e industrial. Por lo tanto, construir centrales fotovoltaicas se ha convertido en la mejor opción en muchos lugares.

A la vez, Ningxia es una de las regiones con mayores recursos solares en China. Cuenta con ventajas únicas como su elevada altitud, pocos días lluviosos, largas horas de sol, una alta intensidad de radiación solar y una buena transparencia atmosférica. La central fotovoltaica en la aldea de Dayangqi tiene una superficie de unos 4,66 km², está equipada con más de 770.000 módulos PERC monocristalinos de alta eficiencia y cuenta con casi 200 inversores centralizados. “Su capacidad de generación de electricidad anual es de unos 331 millones de kWh. Si un hogar gasta 5 kWh al día, dicha capacidad puede satisfacer la necesidad diaria de más de 180.000 hogares”, apunta Yu Shanshan, gerente de comunicación de marca de Xi’an Longi Clean Energy, la constructora de la central.

Yu señala que desde que la central fotovoltaica comenzó a operar al conectarse a la red de suministro, se han ahorrado 115.000 toneladas de carbón cada año y reducido las emisiones de dióxido de azufre en 9902 toneladas, las de dióxido de carbono en 287.000 toneladas y las de hollín en 89.800 toneladas.

El uso de centrales fotovoltaicas se ha extendido ampliamente en Qinghai, Gansu, Mongolia Interior, Shaanxi, Hubei, entre otras provincias y regio-

nes de China con abundantes recursos solares. Pese a que la industria para la generación de electricidad fotovoltaica se implementó recién en la década de 1970, para fines de 2019 ya se habían acumulado 204 millones de kW de capacidad instalada. En 2020, la capacidad fotovoltaica alcanzó los 48,2 millones de kW, lo que sentó un récord. Se estima que durante el período del XIV Plan Quinquenal (2021-2025), el aumento anual de la capacidad instalada nacional de energía fotovoltaica será de entre 70 y 90 millones de kW.

Restauración del ecosistema

Hace nueve años, la playa Tala en el distrito de Gonghe, en Qinghai, era un territorio baldío afectado por la desertificación, lo cual impedía la ganadería. Hoy en día, el suelo está cubierto de pastos verdes y cultivos ecológicos, por donde se desplazan tranquilamente los animales en busca de comida. Esta transformación se debe a la construcción de un parque industrial fotovoltaico.

Frente al frágil entorno ecológico y gracias a sus abundantes recursos solares, el gobierno local comenzó a desarrollar la industria fotovoltaica en 2012. Actualmente existe un parque industrial fotovoltaico que reúne a decenas de empresas y tiene una superficie de 609 km², cercano al tamaño de Singapur. Se trata de la mayor central de generación de energía fotovoltaica en China, con una capacidad de 3350 MW.

“La instalación de paneles solares en lotes puede impedir el movimiento del aire, reducir la velocidad del viento y disminuir las corrientes de arena. Dichos paneles también pueden bloquear la luz, mitigar la evaporación, aumentar la humedad del suelo, promover la recuperación de la vegetación y repoblar el desierto”, explica Wu Shipeng, operador de la central fotovoltaica.

Se han introducido ovejas para que ayuden a reducir el riesgo de incendios. Además, cuando los paneles solares están cubiertos por el pasto muy crecido, ellas pueden comérselo. Esto ha dado lugar a un círculo virtuoso, en el que el parque industrial se ha convertido también en una granja de alta calidad.

“En el pasado, las praderas se encontraban desiertas, por lo que a menudo mi rebaño no tenía suficiente para comer”, recuerda Wang Yucheng, un habitante de la aldea de Shanghelesi, a menos de 20 km del parque industrial fotovoltaico. “Hoy las ovejas pueden pastar en el parque sin problema gracias a las altas hierbas, que además se pueden vender a buen precio”.

Muchos otros han encontrado trabajo en el parque fotovoltaico. “Además de cultivar la tierra, ahora también trabajo en el parque. Al tener dos fuentes de ingreso, puedo ganar entre 70.000 a 80.000 yuanes (10.750 y 12.290 dólares) al año”, manifiesta Qie Juntai, encargado del mantenimiento de las torres de alta tensión. Los parques fotovoltaicos construidos en las regiones centrales y occidentales de China han generado alrededor de 1,2 millones de puestos de trabajo, en bien del alivio de la pobreza.

Al interior del desierto de Kubuqi en la ciudad de Ordos, Mongolia Interior, hay una central fotovoltaica de 510 MW, de 33,3 km² de superficie y más de 1,6 millones de paneles fotovoltaicos. Sin embargo, solo tiene 28 empleados que se ocupan de las operaciones y el mantenimiento diario. En ese sentido, cabe preguntarse cómo un número tan reducido de personas puede supervisar y limpiar tal cantidad de paneles. La respuesta se encuentra en la aplicación de los datos masivos, el Internet de las Cosas, la inteligencia artificial, además de otras tecnologías de punta.

Elion Clean Energy, la constructora y operadora de la central, ha desarrollado una “plataforma en la nube” que permite realizar un monitoreo remoto en tiempo real. Así, el personal se puede informar del estado operativo de todos los paneles fotovoltaicos a través de la recopilación y análisis de los datos de la red eléctrica, además de monitorear el entorno geográfico, el almacenamiento de energía, el clima, entre otros datos.

Además, la limpieza robótica de los paneles solares y la inspección a través de drones han reducido en gran medida el personal de operación y mantenimiento, y acortado el tiempo de trabajo. Han logrado aumentar también la generación de electricidad en un 5 a 10 %.

El funcionamiento de las centrales fotovoltaicas se puede ver fácilmente afectado por la falta de luz solar, e incluso por pájaros, hojas caídas y sombras parciales. La solución del sistema fotovoltaico “Longi Smart Pro+”, desarrollada por Xi’an Longi Clean Energy, permite superar este problema. Según Yu Shanshan, los macrodatos meteorológicos son utilizados para el pronóstico detallado de las condiciones climáticas a corto y largo plazo. Tras determinar cuándo habrá lluvia o estará nublado, los módulos fotovoltaicos giran automáticamente con el fin de reducir las pérdidas y optimizar la recepción de luz, de forma que la generación de electricidad se incremente efectivamente.

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