R E P O RTA JE
Llegamos a otro taller en medio de la nada en donde había esculturas y artefactos que pesaban toneladas. La gente se acercó atiborrando a mi entrevistado de preguntas a las que respondió brevemente concediendo una pequeña audiencia a cada uno. Volvimos a su casa y nos recibió su maestro particular de yoga. De esa manera pasé de morir de miedo y casi quedar abandonado en una especie de favela recóndita de la Ciudad a un relajante ejercicio en un gran salón con el techo dorado y un olor exquisito a comida mexicana que seguro era la cena que preparaban en algún rincón de aquella burbuja excéntrica. Al día siguiente fui invitado a cenar. En el salón donde estaban las bicicletas había una mesa de madera con arreglos florales y una vasija de barro de más o menos un metro de diámetro y un base que la inclinaba (una de las aficiones de Generoso es coleccionar barro mexicano). Estaba llena de tamales de queso, champiñones y carne que más tarde supe los habían hecho en su casa por chefs traídos de Oaxaca. La vajilla, otra pieza de arte en barro, estaba acomodada alrededor.
GENEROSO SERÁ RECORDADO COMO EL HOMBRE QUE DECIDIÓ HACER ACERO ARTE.
Mientras me comí aquellos exquisitos tamales envueltos en hoja de acelgas, Generoso me platicó sobre la exposición “Generoso Villarreal Garza: 25 años de Hacer Arte en Acero” a realizarse el día 16 de febrero en el Museo El Centenario y coordinada por su director, Antonio Pichardo y que presenta una muestra del trabajo realizado en su estudio o taller durante los últimos 25 años. Artistas nacionales de la talla de Rufino Tamayo e internacionales como Ana Mercedes Hoyos, Mimmo Paladino y Gerzo han desfilado por el taller y trabajado mano a mano con Generoso, quien comenzó hace 25 años con una escultura llamada “La Puerta de Monterrey” y que será recordado como el hombre que decidió hacer acero arte.
Febrero 2, 2012. C H IC M AG A Z I N E . | 57