En el devenir de transformaciones que se están realizando en la vida pública de México, la educación representa la condición y posibilidad para la mejora, emancipación y felicidad de las niñas, niños y adolescentes de nuestro país. Esto requiere que el Estado garantice las mejores condiciones para que las y los estudiantes aprendan conocimientos y saberes significativos para todos los ámbitos de su vida, en tanto que son sujetos de derechos que pueden desarrollar todas sus potencialidades de manera individual como colectiva. Motivado por este principio ético, jurídico y educativo en favor de las niñas, niños y adolescentes, el Estado mexicano se ha planteado un profundo cambio en la educación básica nacional que, sin desconocer las mejores prácticas pedagógicas del sistema educativo, propone un conjunto de transformaciones epistémicas, metodológicas, axiológicas, pedagógicas y estructurales, expresadas en el Marco Curricular y Plan de Estudios 2022 de la Educación Básica Mexicana. De manera general, se plantea que sea la comunidad en su sentido más amplio la que se constituya en el espacio que articule los procesos educativos para que las niñas, niños y adolescente tengan la posibilidad de formarse de manera efectiva en sujetos de derecho, en un marco de interacción entre la escuela y la comunidad. Asimismo, se reconoce la autonomía curricular de las maestras y los maestros, en tanto profesionales de la educación y la cultura, para decidir sobre su ejercicio didáctico, los programas de estudios y para establecer un diálogo pedagógico en los procesos de enseñanza y aprendizaje. Igualmente, se plantea una estructura de campos formativos, en lugar de asignaturas, que favorecen la integración del conocimiento. Al mismo
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