✓ Usar un lenguaje incluyente en el tratamiento de las diversas disciplinas de los campos de formación, desmitificando que el lenguaje masculino es neutro si se trata del estudio de la lengua; del conocimiento del cuerpo, si se trata de biología; del contenido sexista, racista o machista en las propuestas literarias; visibilizar el papel de las niñas, adolescentes y mujeres adultas en diferentes tiempos y sociedades, si se trata de historia; el contenido misógino y sexista de las letras de canciones o videos musicales, si se estudia Música; plantear problemas, porcentajes, gráficas donde los enunciados visibilicen realidades concretas de la diversidad sexual o de género.156
4.4.5 Vida Saludable
El desarrollo de las niñas, niños y adolescentes en las últimas décadas se ha visto mermado considerablemente en el ámbito de la salud en la medida en que éste ha respondido a un sistema segmentando, diferenciado
y
profundamente
desigual,
que
sólo
administraba
oportunidades de acuerdo con las posibilidades económicas de las madres y padres de familia o de los tutores legales.157 Esta política fortaleció una visión individualista, mercantilizada y fragmentada de la salud pública158, que ha modelado la visión, valores, 156
Mercedes Sánchez Sáinz, op. cit., pp. 132-134.
157
Olivia López Arellano, José Blanco Gil y José Alberto Rivera Márquez (2015), “Determinantes sociales y derecho a la salud”, en Carolina Tetelboin Henrion et al (coords.), Debates y problemas actuales en medicina social, México, UAM-Xochimilco, p. 61. 158 De acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud: “Las funciones esenciales de la salud pública se entienden como las capacidades de las autoridades de salud, en todos los niveles institucionales y junto con la sociedad civil, para fortalecer los sistemas de salud y garantizar un ejercicio pleno del derecho a la salud, actuando sobre los factores de riesgo y los determinantes sociales que tienen un efecto en la salud de la
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