Opinión
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I Quincena Octubre 2018
La astucia de la mentira vs. la verdad desnuda “Cuenta la leyenda, que un día la verdad y la mentira se cruzaron. - Buen día. Dijo la mentira. - Buenos días. Contestó la verdad. - Hermoso día. Dijo la mentira. Entonces la verdad se asomó para ver si era cierto. Lo era. - Hermoso día. Dijo entonces la verdad. - Aún más hermoso está el lago. Dijo la mentira. Entonces la verdad miró hacia el lago y vio que la mentira decía la verdad y asintió. Corrió la mentira hacia el agua y dijo... - El agua está aún más hermosa. Nademos. La verdad tocó el agua con sus dedos y le confirmó que la mentira decía la verdad. Ambas se sacaron las ropas y nadaron tranquilas. Un rato después salió la mentira, se vistió con las ropas de la verdad y se fue. La verdad, incapaz de vestirse con las ropas de la mentira comenzó a caminar desnuda, sin ninguna ropa y todos se horrorizaban al verla.
E
l sistema del mundo enseña que las personas más felices son las que logran el éxito en sus relaciones, en los negocios, en sus estudios, en sus profesiones; eso ha causado que tanto hombres como mujeres vean la vida como una carrera con altos niveles de competitividad. Día tras día corren, saltan obstáculos, se afanan intentando superar a otros para conseguir la realización personal. Lo cierto es que en su galopante búsqueda por el éxito, terminan vacíos e insatisfechos. La verdadera satisfacción no se encuentra en lo que el mundo considera valioso, sino en una diáfana relación con Dios. Cuando maduramos en el amor de Cristo entendemos que la vida no es una carrera para alcanzar el éxito y la felicidad, al contrario, es
Es así como aún hoy en día la gente prefiere aceptar la mentira disfrazada de verdad y no la verdad al desnudo”. Jean-Léon Gerôme, 1896. El problema radica en el hecho de que la mentira se ha convertido en un estilo de vida para la mayoría. La mentira no tiene forma de sostenerse en el tiempo, a no ser que se digan otras mentiras para sostener la anterior y así sucesivamente. Eso nos conduce a la triste realidad de vivir en un mundo donde lo que importa no es la verdad sino la apariencia de la verdad. Es así como en un tribunal se dicta sentencia no por la verdad de los hechos sino por la verdad procesal que puede manipularse por los tecnicismo del sistema. Es así como el marketing se basa en la mentira y no en la verdadera necesidad de las personas, el objetivo no es ayudar a la gente sino cerrar una venta para cumplir un objetivo. Es así como se legaliza la
mentira y se cancela lo verdadero, para legitimar el ataque contra la familia, basada en la idea original y verdadera del creador, y todo en nombre de la libertad, la igualdad, el progreso, los derechos individuales y la preferencia de algunos confundidos, diciéndole a un niño en el colegio que él no nació con un sexo definido, que experimente tanto con niños como con niñas y luego escoja si quiere ser mujer o hombre (varón o hembra)
ignorando la biología natural que define perfectamente su género sexual. De la misma forma se promueve y se legaliza el matrimonio homosexual, para luego decirle a ese niño o niña que su mamá es otro hombre o que su papá es otra mujer, aun cuando sus ojos ven todo lo contrario. Es así como contra todo pronóstico, ignorando la historia, violando la naturaleza y el sentido común, se aprue-
ban leyes para autorizar la adopción de niños por parejas homosexuales, violando el derecho natural del niño a tener un padre y una madre, para así crecer en una familia normal. Todo con la venia de políticos corruptos y jueces y abogados inmorales. Cuando los medios descubrieron que la información era un buen negocio, la verdad perdió todo su valor práctico y dio paso a la mentira con la etiqueta de: LA VERSIÓN OFICIAL. Es sorprendente descubrir cómo la historia oficial es reescrita una y otra vez para ajustarla a la mentira de turno de quien detenta el poder. Esto nos conduce a una sociedad controlada por la mentira, que poco o casi nada hace para descubrir la verdad, estamos tan habituados a mentir, que engañar a otros es muy fácil, lo realmente difícil es convencerlo de que fueron engañados. Cuando la mentira toma el lugar de la verdad, estamos en presencia de una sociedad controlada por la mentira y los
mentirosos, y todo se basa no en lo que realidad es, sino en lo que aparenta ser. “Nada es lo que aparenta, la verdad casi siempre se encuentra oculta detrás de lo aparente”. La mentira está por doquier, pero la verdad hay que descubrirla, no encontrarás la verdad si no escarbas un poco para buscarla, si a todo le dices sí sin cuestionarlo es porque la mentira ha anulado tu pensamiento crítico y reflexivo. “La verdad que no soporta el cuestionamiento es una mentira” Jesús dijo: “Conocerán la verdad y la verdad los hará libres”, nuestro enemigo a vencer es la ignorancia, el problema se presenta cuando creemos que lo sabemos todo, pero ignoramos que la fuente de nuestro saber es la mentira. Llegó la hora de despertar de la mentira en que vivimos, después de todo la mentira tiene un final, porque no hay nada oculto que no se manifieste, todo un día saldrá a la Luz. Es mejor una verdad incómoda que te lastime un momento, que una mentira conveniente que te lastime toda una vida. Miguel Ángel León R. Pastor y sicólogo
VIDA EN LA PALABRA
No dejes para mañana el bien que puedes hacer hoy un encargo donde debemos procurar el bien de los demás antes que el propio. El apóstol Pablo enseñó: «No se preocupen por su propio bien, sino por el bien de los demás» (1ª Corintios 10:24. NTV). Qué difícil es ubicar las necesidades ajenas por sobre las propias, especialmente cuando se vive separado de Dios. «¡Cada uno que resuelva sus problemas», declaran los corazones endurecidos, así cierran sus oídos al cla-
mor del pobre y callan sus conciencias. Nadie se lleva su título universitario, su empresa, su automóvil, su casa, sus trofeos, ni su cuerpo fitness al cielo. Lo único que podemos llevar al cielo es el amor que damos y recibimos. «Solo el amor vive para siempre» (1ª Corintios 13:8). Jesucristo reveló la razón por la que cada uno de nosotros vino al mundo. Vinimos a amar a Dios por sobre todas las cosas
y al prójimo como a nosotros mismos. (Mateo 22:37-39). Pero humanamente es imposible amar a todas las personas, incluyendo a nuestros enemigos, Dios es quien hace nacer en nosotros el amor hacia los demás. Dios es quien nos lleva a empatizar con el dolor y la necesidad ajena. Dios es quien nos mueve a ser misericordiosos con los demás. Si tú no sientes amor hacia tu prójimo, no has conocido a Dios; porque Dios es amor.
Jesús afirmó: «El amor que tengan unos por otros será la prueba ante el mundo de que son mis discípulos» (Juan 13:35. NTV). Si eres seguidor de Cristo, «no dejes de hacer el bien a todo el que lo merece, cuando esté a tu alcance ayudarlos. Si puedes ayudar a tu prójimo hoy, no le digas: ‘Vuelve mañana y entonces te ayudaré’» (Proverbios 3:2728. NTV). ¿Has visto la necesidad de tu prójimo? No ores para
que Dios lo ayude. Ayúdalo tú. ¡Hazlo hoy! No esperes mejores circunstancias. No esperes hasta que sea más conveniente. No postergues lo que debes hacer por alguien hoy mismo. Aprovecha el momento, mañana podría ser tarde. Dios está contigo.
Liliana Daymar González Periodista lili_vidaenlapalabra@ hotmail.com
Liderazgo
I Quincena Octubre 2018 Sabiduría de los dichos de salomón N° 23
El valor de la reprensión para la corrección «Mejor es reprensión manifiesta que amor oculto» (Proverbios 27:5). El rey Salomón enseña que en el área de las relaciones personales, es de más beneficio la reprensión manifiesta, comunicada con franqueza y firmeza, que el amor que no se expresa y permanece oculto. La palabra reprensión traduce queja, amonestación, corrección e incluso castigo. La palabra reprensión viene del hebreo tokákjat que significa corrección, refutación, prueba, razonamiento, argumento, amonestación. La idea implícita es contribuir con la corrección del comportamiento de la otra persona. En ocasiones, la confrontación y la amonestación pueden ser herramientas necesarias y, por demás, útiles para generar cambios positivos en los comportamientos de otros. El objetivo de esta confrontación es la corrección, el cambio positivo en la conducta o actitud del otro. La reprensión, en el contexto que lo utiliza Salomón, no es confrontación para generar contiendas, conflictos disfuncionales, denigrar de otros, sino para provecho de la persona reprendida y la relación. La reprensión es una oportunidad para la reflexión y el crecimiento de la persona que es confrontada; una oportunidad para la rectificación, dependiendo de la actitud con que reacciona la persona que es reprendida. En este sentido hay dos respuestas posibles ante la reprensión: lo del sabio y la del necio. El necio actúa con orgullo y terquedad, y deshecha la corrección, instrucción y amonestación. «El necio desdeña la corrección de su padre; el que la acepta demuestra pru-
dencia» (Proverbios 15:5). El necio se sobrestima y no es capaz de aceptar sus propios errores, ni es capaz de reconocer su mal camino. «El necio piensa que va por buen camino, pero el sabio presta atención al consejo» (Proverbios 12:15). En consecuencia, la actitud del necio le atrae calamidad y resultados negativos. «El hombre que reprendido endurece la cerviz, de repente será quebrantado; ni habrá para él medicina» (Proverbios 29:1). Por el contrario, el hombre sabio es aquel que atiende a la reprensión y ama la corrección, porque entiende el beneficio que de ella se deriva. «El que oye consejo y acepta que lo corrijan acabará siendo sabio» (Proverbios 19:20). En consecuencia el sabio es capaz de enderezar su camino y rectificar. «Camino de vida es guardar la instrucción; pero quien desecha la reprensión, yerra» (Proverbios 10:17). El hombre sabio desarrolla un corazón enseñable - corregible: con apertura y actitud humilde para recibir consejos, exhortaciones, amonestaciones y enseñanzas. Se requiere de humildad para recibir la instrucción y la corrección con buena disposición y diligencia para aceptarla y aplicarla. A muchos no les gusta la instrucción y la reprensión a causa de su orgullo y altivez; pero quien no recibe la corrección y amonestación se hace necio e insensato al menospreciar el consejo. El que se niega aceptar consejo se condena a sí mismo a quedarse en un callejón sin salida. Por el contrario, como dice Proverbios 17:10: «La reprensión aprovecha al entendido, más que cien azotes al necio».
La corrección conlleva instrucción Proverbios 12:1 dice: «El que ama la instrucción ama la sabiduría; mas el que aborrece la reprensión es ignorante». La palabra instrucción usada en este pasaje es la palabra hebrea musár que significa advertencia, reconvención, consejo, castigo, disciplina, enseñanza e instrucción. Apunta al todo el proceso de disciplina -educación con miras a generar información-formación-reformación. Corrección y reprensión están asociadas a un proceso de disciplina. La disciplina guía a la sabiduría, y quien la recibe en amor y como un acto de amor (aprecio, buena disposición, gracia) se hace sabio. El que ama la disciplina (corrección, instrucción, reprensión, amonestación) ama el conocimiento y la verdad. Por el contrario, el que aborrece la disciplina se embrutece, se hace necio y falta de entendimiento. No en balde dice Proverbios 1:7: «Los insensatos desprecian la sabiduría y la enseñanza».
La instrucción y la reprensión tienen como objetivo corregir y enseñar para que la persona sea instruida en justicia y rectitud, y sea apartada de malos caminos. Rehusar la instrucción y la reprensión representa un grave error que conduce a andar por malos caminos, y acarrea consecuencias negativas. La renuencia a la disciplina no sólo conduce a la necedad y a la falta de entendimiento, sino también al sufrimiento. Así lo recoge Proverbios 5:12-14: «Y dirás: ¡Cómo pude aborrecer la corrección! ¡Cómo pudo mi corazón despreciar la disciplina! No atendí a la voz de mis maestros, ni presté oído a mis instructores. Ahora estoy al borde de la ruina, en medio de toda la comunidad». Pero la corrección e instrucción, aunque incómodas e inclusive dolorosas, su fin es para provecho. «Camino a la vida es guardar la instrucción», dice Proverbios 10:17. Y agrega el libro de Proverbios (13:18): «Pobreza y vergüenza tendrá el que menosprecia el consejo; mas el que guarda la corrección
recibirá honra»; Proverbios 15:31: «El oído que escucha las amonestaciones de la vida, entre los sabios morará. El que tiene en poco la disciplina menosprecia su alma; mas el que escucha la corrección tiene entendimiento»; Proverbios 29:1: «El hombre que reprendido endurece la cerviz, de repente será quebrantado, y no habrá para él medicina». El sabio Salomón nos anima a ser sabios y prontos en aceptar la reprensión. También nos exhorta a cultivar un espíritu humilde. El hombre humilde es más proclive a aceptar la reprensión y corrección que el altivo y soberbio. El soberbio y altivo toma el consejo y la corrección como un ataque o afrenta, no importa que haya sido dada con amor y tacto, porque su propia arrogancia le impide ver sus propios errores y reconocer la necesidad de instrucción y corrección. El amor no es incompatible con la corrección Los líderes necesitan entender que el amor no es incompatible con la confrontación. Cuando la reprensión es hecha con amor, respeto y consideración por el otro, la amonestación es más fácilmente aceptada y la corrección más rápidamente adoptada. Para practicar la reprensión – corrección se requiere además: Humildad: para aceptar que quien reprende no está por encima del otro, y que también se puede equivocar,
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aunque en esa circunstancia concreta pueda estar en una mejor posición. Serenidad: para decir las cosas en la forma apropiada, que no genere conflictos ni enojos con la persona reprendida. Amor y calidez: para corregir con amabilidad y consideración, con respeto y comprensión; para proceder con empatía. Queja vs crítica La reprensión es importante, además, darla en forma de queja más que de crítica. Según Daniel Goleman la queja es la afirmación específica de lo que perturba a la persona, con énfasis en el hecho, mientras que la crítica es un ataque que se dirige más a la persona que al acto o situación. Con frecuencia la crítica se convierte en un ataque contra la personalidad de la persona, que mina su autoestima, y lo predispone para la confrontación y el rechazo de la corrección. La accoutability: el contexto donde la reprensión fluye con libertad y aceptación Un contexto de rendición de cuentas ayuda a que las personas sean capaces de asumir la responsabilidad por sus acciones y decisiones. En ese contexto acordado, las personas tienen mayor apertura a la retroalimentación: positiva o negativa. Para algunas personas la accoutability (rendición de cuenta) tiene connotaciones negativas. Se percibe como fiscalización, control, presión de otra persona o posibilidad de ser expuesto. Por el contrario, la rendición de cuenta, en el contexto de la reprensión que define el rey Salomón, es un sistema de apoyo, refuerzo, ánimo, motivación, retroalimentación...
Arnoldo Arana Pastor, psicoterapeuta y escritor arnoldoarana@hotmail.com
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