2 minute read

todo entre las de un mismo país

o el país “receptor”, sino también de la coordinación interna con las distintas instituciones técnicas con las cuales se genera un acuerdo para formalizar los compromisos. Por otro lado, los equipos de AMEXCID tienen las capacidades adecuadas para formular o hacer seguimiento a los proyectos (en muchas ocasiones se tratan de personas que trabajaron para la GIZ). Es claramente en aliado “like minded” de la GIZ, y un socio histórico de la cooperación triangular alemana.

La presencia de AMEXCID ha tenido impactos positivos como una mejor calidad en la definición de los proyectos, una mejor calidad en la coordinación de los proyectos, una mayor velocidad en las validaciones, y la continuidad de las actividades a pesar de los cambios de autoridades. Pues cuando cambia una contraparte técnica (cambio de ministro, cambio de gobierno de turno…), los equipos de AMEXCID se encargan de presentar la cartera de proyectos a las nuevas autoridades, de presentar los planes de trabajo y los compromisos de sus instituciones en el marco de estos proyectos de cooperación.

Advertisement

Hubo sin embargo un momento de incertidumbre con el cambio de gobierno a fines de 2018 con respecto a la continuación de la política de cooperación al desarrollo de México (tanto como “receptor” de fondos de la cooperación como “oferente”) que se aclaró en 2019 (continuación, pero con un enfoque restringido a América Central y el Caribe).

La experiencia con AMEXCID abre una reflexión sobre la oportunidad de apoyar la estructuración y el fortalecimiento de las agencias de cooperación en otros países (por ejemplo Colombia y El Salvador) tomando como modelo la larga trayectoria de cooperación entre la GIZ y AMEXCID.

La generación de mayor confianza y cooperación entre instituciones involucradas, sobre todo entre las de un mismo país

Se observó en los seis proyectos un buen nivel de confianza y cooperación entre instituciones involucradas de los países “oferentes sur” y “receptores”, a pesar de ciertos desacuerdos que pueden existir entre las diplomacias de ambos países (por ejemplo, entre México y Argentina antes de las elecciones de 2019). El enfoque técnico de los proyectos permite concentrar el diálogo sobre problemáticas muy concretas, entre profesionales de una misma área. También se destaca la buena disposición de los países “oferentes” que siempre se han muestro muy buena disposición para compartir y “transferir” sus conocimientos y capacidades.

Para llegar a generar esta confianza, los encuentros – digitales, pero sobre todo físicos – han sido muy importantes para crear estos enlaces entre profesionales de los distintos países involucrados.

Sin embargo, excepto cuando el proyecto tiene una segunda fase, es difícil que se mantengan los enlaces entre instituciones del país oferente sur y del país beneficiario Sur después del término del proyecto ya que los actores no cuentan con una hoja de ruta por implementar y no tienen presupuesto para realizar nuevos encuentros.

Otro resultado quizás no esperado de los proyectos de CTr observados es la generación de mayor confianza y cooperación entre instituciones involucradas de un mismo país que no dialogan

This article is from: