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Un sistema de monitoreo de los indicadores deficiente
entre ellas habitualmente: entre el sector académico y actores gubernamentales en Cuba, por ejemplo, o entre actores privados y públicos en el caso de Guatemala (proyecto sobre plataforma ANTAD para PYMES). Esto se debe al enfoque multiactor de los proyectos de CTr apoyados por la cooperación alemana. En casi todos los proyectos, se busca incorporar más de un sector: el sector público, el sector privado, el sector académico… La organización de encuentros como capacitaciones, eventos, charlas constituye una oportunidad para que estos sectores dialoguen entre ellos.
Cabe mencionar que no se observó casos de incorporación de organizaciones de la sociedad civil (ONG). En muchos países, pueden existir ciertas tensiones entre el gobierno y la sociedad civil no alineada (Honduras, Guatemala, Bolivia…) y la CTr podría constituir una oportunidad para reanudar un diálogo a partir de un enfoque técnico.
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En general en los proyectos, el seguimiento de los indicadores de actividades y resultados ha sido muy débil. Ha sido muy difícil para el equipo de evaluación rastrear las actividades, los y las participantes, y verificar los indicadores por la falta de memoria de los proyectos y de sistema de monitoreo.
Sin embargo, no es fácil fortalecer el sistema de monitoreo bajo las condiciones actuales. El presupuesto que aporta cada país del Sur corresponde, en general, a la valorización de las horas de trabajo de su personal dedicadas al proyecto de CTr y de la puesta a disposición del proyecto de salas o insumos para el desarrollo de las actividades del proyecto. En varias ocasiones, estas horas de trabajo no reemplazan sino se adicionan (por lo menos parcialmente) a las horas de trabajo habituales de los equipos de las instituciones involucradas (excepto para los tiempos de intercambios). Por lo tanto, sería difícil pedir mayores esfuerzos a las personas involucradas en la coordinación y la implementación de las actividades.
Se sugieren dos posibilidades: alinear los indicadores sobre metas institucionales de los principales actores involucrados para no generar doble carga de seguimiento o subvencionar (de manera monitorizada) todo o parte del puesto de coordinación del proyecto (del lado del Oferente Sur como del beneficiario). Esta segunda opción, además de asegurar que le proyecto cuenta con los recursos humanos adecuados, implicaría “rendir cuentas” y por lo tanto hacer seguimiento a los indicadores definidos.
Por otro lado, el sistema de monitoreo muestra deficiencias no solamente a nivel de proyecto, sino también a nivel de la coordinación del fondo. Pues no se cuenta con una información centralizada, actualizada, sobre los proyectos, sus alcances, o sus buenas prácticas. Es un eje que se podría mejorar sobre todo porque los equipos de la GIZ a cargo del seguimiento de estos proyectos también tienen un nivel alto de rotación (cuando no son personal de planta). Si los datos de seguimiento de los proyectos no quedan registrados y centralizados, la memoria se pierde cada vez que una persona sale de su puesto.