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El modelo de la CTr optimiza los recursos -tangibles e intangibles- en un marco de eficiencia y transparencia y aprovechamiento de las capacidades instaladas

Si bien todos los proyectos conocieron retrasos en su ejecución y se extendieron más tiempo del previsto -por distintas razones (demora en el arranque efectivo de las actividades, cambio/ rotación de funcionarios y actores involucrados, conflictos político-sociales, objetivos / metas sobredimensionados y otros)-, se cumplieron los objetivos previstos y se honraron los convenios establecidos entre las partes, en un ambiente de confianza y flexibilidad. Aunque, en varios faltó tiempo para validar y consolidar los resultados alcanzados.

El modelo de la CTr optimiza los recursos -tangibles e intangibles- en un marco de eficiencia y transparencia y aprovechamiento de las capacidades instaladas.

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Los proyectos evaluados tienen -en su mayoría- antecedentes de proyectos previos ya sea bajo la modalidad de la CTr o bilateral. Con la CTr se capitalizaron experiencias y aprovecharon y movilizaron capacidades construidas en sus específicos ámbitos de acción (institucionales, de especialistas y actores involucrados).

Los proyectos de la CTr se ejecutan con recursos monetarios relativamente pequeños en comparación a otro tipo de modalidad de cooperación; pero tienen la virtud de apalancar, especialmente de los países del Sur (oferente y receptor) importantes aportes no monetarios (en especie, infraestructura, logística, recursos humanos) con un alto valor intangible, especialmente en experiencias, conocimientos y capital social y humano. Se aprovechan capacidades instaladas (físicas, conocimientos y otros) que se dinamizan y revalorizan con los proyectos de la CTr, donde los actores involucrados del Sur desarrollan y comparten sus capacidades y competencias sin considerar sus tiempos y recursos monetarios disponibles.

La valoración monetaria en el diseño del proyecto es un referente que permite definir las contribuciones de cada uno de los socios en el proyecto. En el caso de la GIZ el aporte al presupuesto del proyecto es monetario. En el caso del oferente y receptor del Sur, en una mayor parte sino en su totalidad -especialmente en el segundo caso-, se trata de aportes materiales y en especie valorados. Sin embargo, existe en los socios concurrentes de la CTr, un valor intangible importante que se intercambia de experiencia, destrezas, conocimientos, saberes y capacidades instaladas que se incorpora y se comparte en el proyecto y que no son valorizados. Este intercambio de experiencias y conocimientos viene a constituir el aporte/patrimonio intangible más importante de la CTr.

Por lo general, estos aportes y contribuciones no se registran de manera explícita y sistemática en los informes de avance, intermedios y finales de los proyectos. Cada uno de los socios administra y contabiliza – en un marco de mutua confianza - su aporte de acuerdo con sus propias normas y sistemas administrativos, lo que facilita la gestión financiera de los proyectos; pero, que invisibiliza los costos reales finales -tangibles e intangibles- de las acciones. No se pudo acceder a información sobre la ejecución presupuestaria de los diferentes socios y no se cuenta con el dato del costo global de la ejecución de los proyectos, aspecto que impide precisar su realización y peso según las líneas de acción y actividades; sin embargo, se aprecia -a través de las entrevistas realizadas- que se ha logrado gestionar y apalancar más recursos de los previstos.

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