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Golpe de Estado consumado
GOLPE DE ESTADO CONSUMADO
Con su decisión de habilitar la candidatura del binomio del MAS, el Tribunal Supremo Electoral (TSE) corona el ciclo de golpe estatal1 abierto por el TCP en noviembre de 2017, y liquida su propia legitimidad y capacidad para dirigir creíble, legítima y legalmente las elecciones de 2019, o cualquier otra.
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Se cumple de esta manera la lenta pero pertinaz deriva hacia el predominio de la fuerza en las confrontaciones políticas y sociales, al compás de la caída de la convocatoria y credibilidad del régimen y del Estado, en primera instancia, y también del sistema de representación política del país.
pRimaRiaS y acRobaciaS
Según García Linera, el empeño gubernamental para forzar la realización de las primarias, cuatro años antes de lo recomendado por los redactores de la ley de organizaciones políticas (LOP) y del propio TSE, se debería a que los estrategas electorales oficialistas vieron la oportunidad de “obligar al candidato [Mesa], que podría haber aglutinado a la oposición, a lanzarse prematuramente y tener más de un año para dejar que “afloren sus defectos2, ya que cree que “[si aparecía] como outsider en julio de 2019 le hubiera ido muy bien”. Pero, gracias a la astucia y habilidad vicepresidencial de adelantar las primarias, “tuvo que hacerlo en noviembre de 2018”.
1 Denomino así al conjunto de acciones y disposiciones con las que el régimen instituido burla, soslaya o anula ilegalmente la vigencia de parte o del conjunto de la Constitución, para satisfacer sus necesidades u objetivos particulares. 2 Véase: http://www.eldeber.com.bo/bolivia/Vice-revela-plan-que-el-MAS-uso-para-impedirque-Mesa-sea-el-aglutinador-20181207-6592.html
Solo puede estarse de acuerdo con esa apreciación si uno cree que durante los diez meses que median entre hoy y las elecciones de octubre la única voz que se escuchará o tendrá validez será la de la campaña oficial, que así podría reducir a cero la intención de voto de su principal competidor. Pero incluso si ese deseo se pudiera materializar y la incompetencia del candidato opositor y su campaña alcanzaran tal extremo3, esa previsión omite que quien estará en la posición más expuesta en ese período será el propio régimen.
El espeso silencio del segundo al mando sobre el verdadero efecto —y el más evidente, también— de llevar tan apresuradamente a binomios únicos a primarias, deja entrever que la cúpula masista espera una gran concurrencia de militantes y afiliados en la votación del 23 de enero, frente a la menor que puedan acreditar sus competidores. Esta es probablemente la principal motivación para haber pisado el acelerador a fondo, dejando como víctima mortal la capacidad y legitimidad del TSE para presidir las elecciones de 2019.
Con relación a este hecho, la poca claridad de las consignas del movimiento 21F en el paro y movilizaciones de la primera semana de diciembre podría rectificarse si la manifiesta parcialidad del TSE conduce a que las próximas movilizaciones pidan la remoción de los vocales, titulares y suplentes. Y es que la conducta de estos, junto con el hecho de haber sido elegidos por el Parlamento —tal como los candidatos a cargos judiciales—, asegura su completa subordinación a la política dictada por el Ejecutivo. Por tanto, disminuye su imparcialidad y confiabilidad para presidir las elecciones nacionales.
En busca de un conjuro que pueda neutralizar la casi unanimidad de los sondeos de las últimas semanas, en sentido de que la intención de votos del binomio del MAS está en el rango del 30%4, y el predominio de quienes pronostican su segura derrota en una segunda vuelta, las primarias tratarán de proyectarse, desde el lado oficial, como una suerte de votación anticipada.
3 No puede descartarse que el cálculo de García Linera se base en que el actual responsable de la campaña de Mesa no pueda mostrar un historial de triunfos en las campañas presidenciales de las que se hizo cargo y que haya incurrido en errores de apreciación tan chocantes como predecir que Bolsonaro perdería las elecciones la noche antes de la segunda vuelta en Brasil. Véase: https://twitter.com/ricardopazb/status/1056337821475266560 4 Los ejemplos de los estudios realizados en octubre son bastante sugestivos. La encuesta de IPSOS, para el canal RTP de La Paz (26 de octubre), es la única en la que el MAS supera el 40%. La de Página Siete, del 21 de octubre, lo sitúa en el 32%, pero el verdadero techo correspondería, en mi opinión, al 37% que en ese estudio afirma que “las cosas irán peor si el actual presidente no es reelegido”.
Se busca que en ellas el partido de gobierno ostente una ventaja apreciable de los miles de adherentes (voluntarios y forzosos) que ha ido amontonando en sus libros durante más de 13 años, para compararlos con los que a toda marcha e improvisadamente han registrado sus contrincantes, a veces en apenas semanas, como es el caso de la sigla que utiliza Carlos Mesa Gisbert, quien, según varias encuestas, puede doblegar al binomio masista5 .
El TSE acaba de publicar el número de adherentes que reconoce a cada partido o coalición (gráfico 1), donde se verifica que el MAS tiene acreditadas cerca de un millón de firmas, mientras que la de los demás ronda el mínimo indispensable. Con las primarias, el MAS se propone explotar al máximo esta diferencia, con mensajes respecto a que la diferencia de votos que consiga Morales Ayma frente a los otros candidatos sería un adelanto de los resultados de octubre próximo.
Dicha propaganda omitirá, obviamente, el hecho de que gran parte de la feligresía oficialista que concurrirá a votar por el binomio oficial en las primarias está compuesta por funcionarios, obligados a anotarse so pena de perder sus puestos, y por afiliados a organizaciones sociales secuestradas mediante prácticas clientelistas. Esto, sin olvidar que las inscripciones probadamente falsas afectan al conjunto de partidos inscritos en el OEP6 .
Tratar de mostrar un mayor respaldo para el binomio del MAS es un acto de ilusionismo: no logrará modificar, por sí mismo, la intención de voto que vienen registrando las encuestas. Las posibilidades de atraer nuevos votantes son parecidas a las campañas para persuadir que la sentencia 084/2017 del TCP (que habilita la reelección indefinida) “no reforma la Constitución” 7, respeta el referéndum de 2016 y beneficia a la humanidad en su conjunto con el descubrimiento de un nuevo derecho humano.
5 Aún no se conoce las realizadas después del registro de binomios. Ninguna ha sondeado al 30% que representa la población rural dispersa, donde la inclinación por Morales Ayma es ampliamente mayoritaria en todas las elecciones desde 2005. 6 El TSE ha comunicado públicamente que ha detectado más de 30.000 inscripciones falsificadas detectadas en todos los partidos y sobre cuya investigación y penalización no ha proporcionado novedades hasta la fecha. 7 No solo en el art. 168 y en otros referidos a reelección, sino alternado los valores y fines del Estado, como ocurre con el art. 7: “La soberanía reside en el pueblo boliviano, se ejerce de forma directa y delegada. De ella emanan, por delegación, funciones y atribuciones de los órganos del poder público; es inalienable e imprescriptible”, que resulta objetiva e incuestionablemente suspendido al concederle capacidad al TCP de anular de facto los resultados del 21F. Desde luego, todo el articulado referido a la reforma de la CPE no da margen a que las interpretaciones del TCP reformen la Constitución, ni le otorguen facultades para interpretar la Carta de San José.
Los agentes del gobierno todavía albergan la esperanza de que maniobras tan toscas puedan serles de alguna utilidad, apostando a la muy discreta capacidad de respuesta que sus contendores han exhibido hasta ahora.
Gráfico 1. Militantes acreditados oficialmente por partido o coalición
1.200.000
1.000.000 991.092
800.000
600.000
400.000
200.000
0 95.391
92.210 88.122 58.377 38.421 28.717
MAS MTS (*) PAN-BOL CC MNR UCS PDC
Beni 2.766 39.325 473 959 1.724 17.401
Chuquisaca 5.414 71.734 3.058 1.751 1.617 2.551
Cochabamba 18.068 235.366 10.796 4.680 4.618 4.292
La Paz 20.600 266.470 39.546 9.633 4.938 4.498
PAN-BOL MAS CC PDC UCS MNR MTS(*)
* La delegada de MTS no quiso mostrar el detalle del número de sus militantes por región.
Nota 1: el TSE entregó la nómina final de militantes a cada uno de los partidos que participarán en las elecciones primarias de enero. Nota 2: el delegado de “Bolivia Dice No” no llegó al TSE y se prevé que hoy se le entregue la nómina de militantes. Fuente: infografía del diario Página Siete, basada en datos del TSE.
muRallaS exteRnaS y pReSioneS inteRnaS
Si en el cuatrimestre transcurrido los elementos que dominaron la escena noticiosa y definieron la tónica del debate público se concentraron en las escaramuzas libradas sobre la habilitación de Morales Ayma y su acompañante, en el pago del aguinaldo extra y en la proliferación de indicadores de la perspectiva de una ralentización económica —a contramano de la oficializada información del crecimiento del PIB—, la realización de las primarias y el desenvolvimiento de una feroz campaña son las que tienden a prevalecer al inicio del año siguiente.
El telón de fondo estará dado por una economía que soportará el descenso de precios de los productos exportables, de la demanda de gas por parte de Brasil y Argentina y, como consecuencia, de las reservas internacionales netas (RIN). Al mismo tiempo se incrementarán las presiones corporativas para obtener cada una su tajada8 a cambio de asegurar respaldo electoral, y varias guerras y guerrillas sucias, incluyendo las internas del oficialismo, para afianzar o eliminar competidores.
La gravitación de la coyuntura internacional sobre la nuestra no se limita a las variaciones que experimenta el mercado del gas natural de petróleo en el Cono Sur —a partir de que Argentina ha empezado a movilizar, todavía preliminar e incipientemente, sus reservas de 800 trillones de pies cúbicos (tcf)—, sino que incluye el cambio de relación regional de fuerzas9, impulsado enérgicamente por Brasil, donde Bolsonaro, como nuevo presidente, ha anunciado una actitud de distancia y reserva con nuestro gobierno y su respaldo a fracciones ultraderechistas de la oposición boliviana.
La atención que nos dedica concuerda con la declarada tendencia del régimen de carácter cívico-militar entronizado en las elecciones del país vecino. En esta línea, estrecha al nivel más íntimo sus relaciones con la administración Trump, secundándola tanto en su apasionamiento antimigrante, cuanto en sus excesivamente optimistas expectativas de reducir la gigantesca influencia económica que China logró durante el repliegue de EE. UU. en América Latina10 .
8 Esto incluye tanto a organizaciones sociales como a las empresariales, buscando beneficios como el que ha concedido el gobierno a los productores de caña, según los datos que presenta Francesco Zaratti. 9 Véase: https://www.bbc.com/mundo/noticias-43235076 10 Véase: https://elpais.com/internacional/2018/12/11/argentina/1544485462_147936.html. La
El ministro boliviano de Economía reconoce que estos rápidos cambios del entorno nos impactarán, pero confía que “el mantenimiento de una alta y creciente inversión pública y el dinamismo del mercado interno alcanzarán para sortear la brecha”.
Si se toma en cuenta que algunos proyectos de inversión (el camino por el TIPNIS, con 400 millones de dólares, por ejemplo) tienen períodos tan prolongados de maduración que resultan simplemente imprevisibles, otros, como el Chepete/Bala (que con 7.000 millones de dólares viene a ser las estrella del programa electoral del MAS), están objetivamente inviabilizados11. Por ello quedan en pie las preguntas sobre si el plan de inversiones crecerá realmente, o si la creciente brecha entre lo planeado y lo ejecutado continuará ensanchándose, como ha pasado sistemáticamente en cada gestión y presupuesto. Y, principalmente, si el impacto del siguiente plan de inversiones permitirá mitigar el gran déficit y generar crecimiento real, y no simplemente estadístico, como lo esperan y argumentan los conductores de la política económica.
bravuconería, la ignorancia y el desparpajo de Trump pueden seguir caldeando la guerra comercial con China, y también dar cuerpo a la posibilidad de un impeachment que sobrevuela su reinado desde el mismo día de su inicio, ya sea por sus escabrosas relaciones con Rusia o por una admirable acumulación de actividades irregulares detectadas por la investigación del fiscal especial Mueller. 11 Lo que en principio carece de toda novedad, es que desde la presidencia de Rosset a la de Temer no hubo una sola señal favorable para acoger el megaproyecto hidroeléctrico del gobierno masista, por razones que expusimos en análisis previos, y que son básicamente: i) la visión geopolítica prevaleciente en Brasil es, por principio, adversa a la compra de energía que se genere lejos de sus fronteras; ii) la contracción económica interna y los malos resultados financieros y ambientales de grandes hidroeléctricas —como Santo Antonio, que bordea la quiebra— llevan a cancelar la acometida de nuevos megaproyectos hidroeléctricos (incluso dentro de sus fronteras) y iii) el modelo de generación y distribución adoptado por Brasil se basa en subastas abiertas y no admite, en principio, acuerdos intergubernamentales. El arribo de Bolsonaro refuerza esas condiciones previas, y agrega la alergia que siente por el gobierno boliviano, al punto de que, antes de hacerse cargo formalmente de la administración, ha lanzado una sombra importante sobre el tren bioceánico. Con respecto a este tren, de todas maneras, sus predecesores no establecieron ningún compromiso en firme, pese a la propaganda interna que aquí circula. El giro más negativo que podría presentarse es que el gobierno de Bolsonaro, consciente de la desesperación con que el régimen boliviano quiere embarcarse en el megaproyecto Chepete/Bala, incluso sin contar con ningún compromiso por parte de Brasil, aliente su avance mediante gestos y guiños, pero evitando la formalización de cualquier compromiso, para disponer de una fuente adicional de 3.300 MW estimados de potencia al precio que este país imponga, que necesariamente será de subvención a nuestro gigantesco vecino. Los beneficios propagandísticos del régimen presidido por Morales Ayma, y la seducción de inéditas cuotas de ilegales y beneficios colaterales podrían dar lugar a que nos embarque en la más peligrosa aventura inscrita en la Agenda 2025.
La red de gobiernos vecinos amigos ha terminado por disolverse. En su lugar se está construyendo una muralla de vecinos suspicaces, cuando no sencillamente hostiles, alimentada por la intrépida política internacional propalada por el presidente Morales en persona, toda vez que alienta y respalda, solidaria e internacionalistamente, la represión abierta que ejercen Maduro y Ortega. Con estas actitudes dice querer construir “la última frontera” contra la oleada de gobiernos liberales, neoliberales, conservadores y pronorteamericanos que están ganando elecciones en el continente.
una nada patRiótica y máS impRacticable
Dedicado a mostrar la completa ausencia de propuestas opositoras, más allá de las reivindicaciones democráticas y las que ha generado el movimiento del 21F, el MAS parece olvidar que el avance de la economía mundial con base a los cambios tecnológicos provenientes de la robótica, la nanotecnología y la ingeniería genética, entre los más importantes, hace cada vez más arcaica e impracticable su propuesta electoral de la Agenda 2025.
Sobre todo, en el contexto del cada vez más riguroso y acechante cambio climático. Quedan completamente desfasadas sus concepciones e ideas sobre el rumbo en que debe encaminarse nuestra economía para no volver a hundir en la pobreza a quienes la han superado en estos años, o a engrosar rápidamente la cantidad de pobres y miserables, como está sucediendo en Venezuela, Argentina o Brasil.
Ya ha quedado establecido que la presunta fortaleza del plan electoral oficial se afinca en simplemente transcribir y hace aparecer como suyos los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), de Naciones Unidas, que expresan metas universalmente reconocidas para enfrentar la pobreza, incrementar la educación y la salubridad, disminuir las desventajas que padecen niñas y mujeres y cualquier otra forma de discriminación, enfrentar los impactos del cambio climático, etcétera.
La verdadera esencia de la llamada agenda patriótica no es esa lista, a disposición de todos los gobiernos y candidatos, sino la manera en cómo alcanzar esos objetivos. El MAS tiene una respuesta perfectamente definida que se resume en mantener y profundizar la matriz productiva vigente; vender más hidrocarburos y empezar a vender energía eléctrica a los veci-
nos, autoproclamándonos centro energético continental; extender las áreas de exploración y explotación minera, especialmente a cooperativistas, sacrificando reservas naturales y bosques primarios; multiplicar por tres la deforestación actual para producir más soya transgénica y, además ahora, biocombustibles.
El problema es que la claridad de sus objetivos colisiona con la realidad, ya que llevar adelante un plan de desarrollo basado en las premisas del año 1940 (industrialización de materias primas, neocolonización de la Amazonía y el Chaco) en un contexto de economía mundial del siglo XXI y en pleno avance del más grave desequilibrio ecológico planetario, tiene más posibilidades de estancarnos y retroceder, sin importar que el protagonista sea estatal.
Esperar que en 20 años más de extractivismo (cifra fijada por el vice) acumulemos el capital que nos permita transitar a una economía del conocimiento es pedirle a la Historia y al mundo que se detengan para esperar los resultados de una nueva variación del mismo ensayo, con diferentes libretos, que estamos experimentando desde la época de la Revolución Nacional.
el club de loS nuevoS vip y RutaS hacia la confRontación
Lo que no se han atrevido a pronosticar, y ni siquiera a mencionar, ni el vice ni cualquier otro productor de narrativa gubernamental, es que el sujeto histórico que guiaría esta nave serían las nuevas burguesías de origen popular, cuya acumulación originaria de capital ha sido favorecida por el gobierno del proceso de cambio.
El presidente tampoco se refiere a este tema. En todo caso, responde a él sin mayores aspavientos teóricos cuando descubre y proclama que los más grandes y prósperos cocaleros ya no se dedicarían a cultivar coca, actividad relegada ahora a los peones12 .
Los empresarios cocaleros se dedicarían ahora, según Morales, al cultivo de frutas, piscicultura y otras actividades (transporte, comercio y em-
12 Véase: https://www.paginasiete.bo/seguridad/2018/12/11/evo-el-cato-de-coca-del-chapare-yaes-para-peones-202803.html
presas constructoras, de las que no habla, pero que son bien conocidas en el Chapare). La ampliación y diversificación de actividades de las burguesías de origen popular, que proclama el presidente refiriéndose a su propio sector, podría tomarse como un augurio sobre la proyección de los resultados que ha traído el proceso de cambio.
La verdad es que, incluso si resulta cierto que los cocaleros más prósperos han empezado a diversificar sus actividades y la inversión del capital que han acumulado13, es muy difícil creer que eso los lleve a renunciar a sus cultivos de coca (que, ciertamente han rebasado eso de un qhatu por familia). Lo más probable es que se inclinen a incrementarlos, comprándoselos a (o alquilándolos de) otros colonizadores, por ejemplo. Y es que, a pesar de su sincera decisión de diversificar sus inversiones, actividades y utilidades, jamás se privarán de una fuente tan segura y rentable de ingresos, aunque a la postre llegue a ser secundaria.
La acumulación de capital de las nuevas burguesías que encarna y representa el régimen corporativo del MAS es minúscula frente a las necesidades del país de encarar sin demora el cambio de matriz productiva y energética, así como la transformación de su infraestructura. Conseguirlo es imperativo para sobrevivir y acumular resiliencia ante el drástico y acelerado avance del cambio climático y la mutación de los mercados.
Pero no es su todavía incipiente poderío económico lo que inhibe a nuevos y viejos propietarios de capital, incluyendo a los que tienen ancestros campesinos y populares, a ponerse a la cabeza de las transformaciones. Son sus intereses, completamente amarrados a las caducas matrices y modelos de desarrollo vigentes. Los intereses corporativos (es decir, intereses privados que sustentan ciertos grupos) tienen dificultades intrínsecas para entender y asimilarlos intereses comunes de la sociedad y, menos todavía, sus nuevas necesidades y sus perspectivas de evolución.
Hoy más que nunca queda claro que el futuro común de nuestra especie requiere preservar y regenerar los recursos llamados renovables, cada vez
13 Es altamente posible asumir que se presentan similares inclinaciones y oportunidades para fracciones del bloque de poder corporativo sobre el que se sustenta el gobierno. Ya se ha visto que grandes comerciantes populares, importadores de bienes de consumo de China, asentados desde los años sesenta en Cobija, están invirtiendo en propiedades ganaderas, mientras que los cooperativistas mineros lo hacen, principal pero no únicamente, en el área inmobiliaria, tal como los grandes comerciantes populares en La Paz, Santa Cruz y otras ciudades.
más escasos en el planeta. Las fuentes de vida (agua, oxígeno, biodiversidad) deben ser la base de un modelo alternativo de desarrollo, asentado en una gran producción de alimentos bajo un régimen de cultivos completamente distinto al del agronegocio, ampliando la frontera agrícola en tierras hoy desérticas e improductivas, pero en ningún caso con el sacrificio de bosques (que es de lo que se trata el plan conjunto del MAS y la CAO). Se debe tender a la producción de energías sustentables e impulsar un turismo no depredador, entre otros.
En contraposición, viejas y nuevas elites y VIP multiplicarán sus esfuerzos para que nada se mueva, porque sus ganancias son incompatibles con las inversiones y esfuerzos que requiere la transformación.
Esta defensa de intereses de los poderes económicos y políticos constituidos viene aunada a la necesidad de sus cúpulas políticas y económicas de que no se esclarezca los mecanismos con que transfirieron recursos públicos a sus bolsillos y cuentas, ni se rinda cuentas sobre ellos, blindando la impunidad, que es el motor primario de la relección perpetua y a como dé lugar.
Hasta ahora esa estrategia ha sacrificado leyes, comenzando por la Constitución, igual que derechos y garantías ciudadanas. Pero no se detendrá ahí; se encaminará a incrementar las cotas de choques violentos, como lo prueba el refuerzo de dispositivos represivos, la movilización de bandas parapoliciales y la intensificación de persecuciones judiciales14 .
El gobierno todavía intenta que la situación no se descontrole, pero si le toca dejar fuera de juego a candidatos opositores que le representen verdadero riesgo, apelando a maniobras ilegales —como iniciar, inventar o acelerar juicios y sentencias—, está probado que no vacilará en hacerlo. Tampoco en aplicar mecanismos para desconocer la voluntad popular, como ya lo ha hecho con el referendo de 2016, o desechando el mandato de los votos nulos, que no daban margen para posesionar autoridades judiciales sometidas al arbitrio del Ejecutivo.
La resistencia civil espontánea, expresada en este momento por un bastante amorfo y muchas veces perplejo movimiento social que defiende los
14 En este análisis de coyuntura y escenarios prospectivos se planteaba hace exactamente un año que: “Con sus decisiones, el régimen está empujando a que la fuerza y su versión más descarnada, la violencia, ocupen un plano cada vez más destacado cuando se trata de dirimir conflictos sociales y políticos”.
resultados del 21F, podría contener las tendencias que nos arrastrarían a reproducir experiencias al estilo de Nicaragua. Sin embargo, no alcanza para dirimir batallas estratégicas. Tampoco basta, hasta ahora, para democratizar y cuestionar a los dirigentes que han puesto a las grandes organizaciones sociales al servicio del régimen, al que rentan sus prestaciones, cuando no se han fusionado directamente con sus mandos.
Pero, incluso con todas esas debilidades, se muestra mejor orientado que los partidos y coaliciones, que tratan de cambiar el curso de los acontecimientos pidiendo mediante cartas al TSE que rectifique sus actos, mientras que en la movilización surgen iniciativas aisladas que apuntan a desconocer a ese tribunal.
La movilización tendría que cobrar mucha más fuerza y presencia respecto a sus niveles actuales para poder defenestrar al TSE e imponer un nuevo mecanismo que permita contar con un árbitro electoral confiable e imparcial. Si se llegase a tal situación —tan inimaginable en este momento como parecía el año pasado la abrogación del Código Penal—, la propia continuidad del TCP, como ente generador del golpe contra la Constitución y la democracia, podría quedar en entredicho. Y con ella, la efectiva capacidad del régimen para torcer invariablemente la situación en su favor, con el uso doloso de las instituciones que subyuga.
En el campo electoral asoma alguna candidatura que podría darle batalla a la fórmula oficial, pero no emite señales de que sea capaz, o de que esté interesada en forjar un programa y un proyecto de la calidad que las circunstancias reclaman. Tampoco de poseer la comprensión histórica y social necesaria para no convertirse en un endeble gobierno revocable, inclusive antes del plazo formal, víctima de la feroz oposición que hará el MAS con sus dirigentes corporativos e incluso dentro del Estado, donde dejará a una gran cantidad de sus cuadros en puestos clave.
La idea de que es suficiente ganar y mantener un gobierno de transición, que recupere las libertades recortadas e institucionalice la Justicia o la Policía, es carta segura de derrota a la vuelta de las elecciones. La transición, en los términos que prevalecen entre los opositores, está sesgada hacia la noción de provisionalidad y de limitación de su propio horizonte.
Para sobrepasar los planes del régimen e iniciar un avance democrático sólido, así como un cambio de matriz productiva y modelo de desarrollo,
reformas radicales en la administración de justicia, educación y salud públicas —para mencionar las más urgentes e importantes—, es necesario atraer y ganar al menos a la mitad del electorado que confió en el MAS en 2014, incluyendo ciertamente un fuerte respaldo campesino. Tarea difícil, pero no imposible para una opción electoral que se desvincule de ataduras señoriales y se interese genuinamente en buscar y lograr una representación popular profunda.
Si no se entiende la magnitud de las tareas a encarar, los mayores resultados que puedan obtenerse no trascenderán el espacio de una frágil victoria electoral, más endeble inclusive que la que podría lograr el MAS si permanece en el poder recurriendo a cualquier tipo de maniobra fraudulenta. El costo de cualquiera de esos desenlaces implicará un duro castigo a los más vulnerables, sumiéndonos en un período convulso y autodestructivo de duración imprevisible.
El horizonte de gobiernos revocables en dos o tres años se impondrá si no se estructura una fuerza capaz de comprender que las próximas elecciones, cualquiera sea el resultado, marcan la decadencia del MAS, pero también la de todo el sistema de representación política, tanto partidaria (vieja o flamante) como sindical, corporativa o de cualquier otro organismo que cumpla funciones, formales o informales, en ese espacio.
Diciembre de 2018