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QUE TE HACE MÁS FELIZ?

Podemos decir que existen cuatro niveles de felicidad, por tratar de poner en un contexto lo complejo de este tema. Me gustaría cuestionar al lector sobre cuál de estos niveles cree que es más importante para ser feliz, o cómo los acomodaría, para que cada quien, de acuerdo con sus prioridades, los practique para que se acerque lo más posible a lo que podríamos decir que es la felicidad. Iniciemos con el primero: éstas son todas las cosas externas que nos rodean, tener dinero para comprar una buena casa, o un buen auto, o buena ropa, o joyas o viajes, tecnología; en fin, todo lo que se pueda comprar y genere un nivel de felicidad; aunque efímera, pero la genera. Igualmente, otro tema externo es tener salud: es difícil sin salud tener felicidad y, por esto, en la actualidad se favorece mucho este tema; a través del ejercicio, de la nutrición, de suplementos, etc. También podríamos decir que a través del conocimiento o la cultura se llega a la felicidad; mucha gente podría pensar que teniendo estas cosas externas ya estamos del otro lado.

Pero te encuentras con el segundo concepto y sería el tema de las relaciones. El estudio más extenso sobre este tema fue elaborado por una universidad ( Harvard), después de 70 años de estudiar a muchos tipos de personas durante sus vidas: gente que tuvo poder (entre ellos 2 expresidentes de Estados Unidos y directores de grandes empresas), gente con trabajos comunes, con diferentes tipos de familias, gente que vivió casada, muchos otros que se divorciaron; en fin, más de 700 personas estudiadas a lo largo de años, todo para llegar a la conclusión de que lo que hace más felices a las personas son la calidad de las relaciones que tienen con

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sus más cercanos: con su pareja, hijos, padres, hermanos, amigos, etc. ¿Qué opinan?, ¿será ésta la clave de la felicidad?

Tenemos el tercer concepto que consideran los genetistas hoy en día: y es que los genes determinan el nivel de bienestar o felicidad y, a lo que más que se puede aspirar, es a topar el nivel predeterminado con el que nació la persona; es decir, si alguien nació con una genética para ser feliz de entre 3 y 5, quizá viva en su promedio de 4 aspirando a máximo 5; y otros que nacieron entre 6 y 8 aspiren máximo al 8 ¿será la genética entonces la que rige nuestro estado de felicidad?

Después tenemos otro concepto; y será el que nos enseña muchas de las religiones: ¿Qué sentido le das a tu vida? a todas esas cosas cotidianas que te suceden, incluso el dolor, el sufrimiento, el cansancio; puedes a través de darle un sentido a tu vida lograr la felicidad, aunque las cosas que te estén sucediendo no sean buenas; puedes a través de tener un sentido cambiar el signo negativo de las cosas por positivo.

No cabe duda de que en el punto en el que enfoquemos nuestro interés se podrá mejorar. Hay que tener en cuenta que en algunos casos los beneficios son aparentemente inmediatos, como cuando compras algo; y en algunos otros los beneficios serán a largo plazo, como construir una familia.

Aquí les dejo diferentes claves para que el lector piense qué es lo que le parece que tiene más fuerza para llevarlo a una felicidad continua, o si ya no hay nada qué hacer. Una vez que lo piense y reflexione, invito al lector si está convencido a que empiece a practicar ese concepto o conceptos y los ponga en marcha; para que pueda acercarse y acercar a sus seres queridos a este estado de felicidad que, al fin, sin querer o conscientemente, todos estamos buscando de forma permanente.