Fotografía de Juan José Benzo, Colección Audiovisual de la Biblioteca Nacional. >Fotógrafo que a partir de 1890 se dedicó a registrar una serie de locales comerciales y negocios caraqueños con sus dueños y empleados cuya colección es de gran valor histórico y social.
Un oficio útil Las pulperías vinieron a ser en América lo que en Europa representaba el “Zoco” o mercado árabe, pero adaptándose a las necesidades particulares de cada región. Con la legislación indiana, el oficio de pulpero va adquiriendo más consistencia jurídica. En
efecto, la Instrucción de intendentes del Virreinato de la Nueva España, publicada en 1680, establece que toda persona podía ejercer este oficio; lo que no significaba, claro está, que un miembro de la clase criolla, esclavista y terrateniente deseara ejercerlo, pues este era visto en términos generales como una actividad “vil” e “indigna”. Por lo tanto, los pulperos procedían de las clases subalternas, aunque algunos podían inclusive acumular grandes fortunas y su influencia en la dinámica social podía ser más importante que cualquier otra. El pulpero fue eje fundamental de esos centros de abastecimiento propicios para el intercambio social. Volviendo a la Instrucción, en el artículo 160 se estipula que a los “vasallos” que estuviesen involucrados en algún problema con la justicia se les reinsertaría al quehacer social como despachadores, bajo la supervisión de las autoridades reales. El ejercicio comercial más que subsistencia económica representaba la consolidación de un acto de “utilidad pública”. Este cuerpo de ley también decidía los sitios idóneos para la construcción de
> LOS VIAJEROS OPINAN La mayoría de los extranjeros que visitaron el país luego de la caída de la Gran Colombia relataron sus experiencias acerca de esta particular “industria”. Por ejemplo, el naturalista alemán Karl F. Appun, en su obra En los trópicos, señalaría que estas servían, no sin riesgos y limitaciones, como sitio de alojamiento. Allí la hamaca o el chinchorro esperaban para reanimar a los viajeros hasta el día siguiente. Aparte del descanso, la pulpería era un espacio para el refrescamiento del alma con el agua de panela y otros “caratos”. El geógrafo alemán Wilhelm Sievers afirmaba que “eran como la arena en el mar”, porque brindaban el oxígeno de una estimulante parada.
memor ias DE V ENEZUELA N° 28 / mayo-junio 2013
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a aparición de las pulperías en el territorio venezolano se remonta a la época colonial. Junto a la construcción de la cuadrícula se idearon especies de factorías comerciales —además de los cabildos, iglesias, plazas— para que los habitantes pudiesen adquirir los principales productos de consumo básico en la Provincia. Con el paso de los años, estos establecimientos se consolidarían como centros sociales importantes: alrededor de ellos giraba la comunicación política y cultural de la sociedad; era un lugar de intercambio. Según relata el historiador Rafael Ramón Castellanos, entre los primeros vecinos de cada pueblo fundado debía haber un alguacil, un misionero y un pulpero, es decir la ley, la religión y la economía.
Arthur Hoffman, Retrato de Karl Ferfinand Appun. 1925, en Eduardo Röhl, Exploradores Famosos de la Naturaleza Venezolana. Caracas, Tipografía el Compás. 1948.
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