DOSSIER E L RE G RE S O A C A S A . . . Brugnot. Embarco de los restos de El Libertador en la bahía de Santa Marta. Colección Museo Bolivariano.
20 de noviembre de 1842 Las comisiones de Colombia y Venezuela acuerdan realizar la exhumación este día. A las cuatro de la tarde, las campanas de la iglesia anunciaron que la ceremonia iba a comenzar. Estaban presentes, la comisión colombiana presidida por el general Joaquín Posada Gutiérrez e integrada por el obispo doctor Luis Josó Serrano y el señor Joaquín Mier; por la comisión venezolana fueron invitados el doctor Alejandro Próspero Reverend y Manuel Ujeta. Ellos identificaron el cuerpo y la comisión neogranadina pidió que le otorgasen el corazón de Bolívar, lo cual les fue concedido.
21 de noviembre 1842 La batería del puerto y los buques hicieron un tiro de cañón cada cierto tiempo hasta que se ocultó el sol. Se celebró una misa y, a las cuatro de la tarde, marineros venezolanos trasladaron los restos hasta el puerto en la falúa venezolana Constitución.
22 de noviembre de 1842
ME MORIAS D E VEN EZU ELA N° 15 / septiembre 2010
Las naves parten rumbo a Venezuela a las 10 de la mañana. En el puerto una gran cantidad de personas despidieron a las naves agitando sus sombreros y pañuelos.
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15 de diciembre de 1842 Llegan los restos del Libertador al puerto de La Guaira, mientras el pueblo se esmera en embellecer la plaza con ramos de palma, pintan las casas
LOS TESTIMONIOS DE BELLERMANN 15 DE DICIEMBRE 1842: “Después del recibimiento del cuerpo hubo una salva de artillería y todos los barcos enarbolaron sus banderas, el bote con el féretro de Bolívar estaba hermosamente decorado y el féretro iba rodeado por los primeros oficiales de marina; detrás del bote iban las chalupas de otros barcos de guerra, haciendo un semicírculo. Una vez efectuado felizmente el desembarco, colocaron el féretro en el catafalco y se ordenó el cortejo fúnebre; al frente estaba una p a r te de la milicia, mientras el resto formaba dos filas hacia la iglesia (…) El momento del desembarco fue muy solemne aunque no hubo ningún discurso, el viejo general Von Uslar derramó lágrimas. El silencio, la seriedad y el orden con que se comportó aquí la clase baja del pueblo eran particularmente dignos de admiración, especialmente tomando en cuenta que a todos se les permitió ver el desembarco en el muelle y, sin embargo, no se vio absolutamente ningún desorden y todo transcurrió mucho más decorosamente de lo que hubiera sido en Europa, de darse el caso.”
17 DE DICIEMBRE DE 1842: “En Caracas, durante esta festividad, reinó un lujo como nunca había visto; se dice que algunas familias vendieron sus casas sólo para poder brillar en ese día. Es notable la diferencia entre este tipo de festividad y las de Europa; aquí no se trata de una celebración cerrada, que se exhibe frente a los curiosos, no, aquí todos participan en la celebración y todo el que quiera se puede unir a cualquier desfile. Me dicen que la inhumación de Bolívar en su panteón familiar, que vino después, transcurrió más o menos en el mismo estilo. Cuando colocaron el catafalco en la catedral había en el altar varios grupos de banderas de las guerras de independencia, entre ellas la de Pizarro, que él tuvo durante la conquista de Perú y que le habían regalado a Bolívar cuando acudió en ayuda de los patriotas y de allí sacó a los españoles.” > Ferdinand Bellermann. Diarios venezolanos. 1842-1845. Caracas, GAN, 2007.