La Infancia, El Cuerpo, La Estructura Familiar

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La I nfancia, e l c uerpo y l a e structura f amiliar

sario para que esta escritura a la que hacia referencia, que un cuerpo tolere una escritura, que es la escritura del sujeto, pueda tolerar por ejemplo los efectos de las identificaciones instituyentes. Tales identificaciones no son siempre visibles, ya que se trata de operaciones que se evidencian por sus eficacias, por sus efectos. Tal es así que cuando las identificaciones instituyentes se malogran, las precarias inscripciones de la niñez flaquean en lo real y nos encontramos con perturbaciones en la constitución que se manifestarán en síntomas, inhibiciones, o en casos más severos nos encontramos con la psicosis. 2 ) S E P A R A C I O N : Si bien hay un tiempo de dependencia estructural y estructurante , tiempo alienatorio necesario, anida en él la separación y la diferencia. Es decir la posibilidad del anclaje en la libertad del deseo. Una frase popular ilustra esta cuestión. El niño en este tiempo se confronta con la falta en el Otro, es decir se encuentra con que la madre no es todo para él ni puede darle todo. (Este tema será desarrollado en el tercer eje al abordar las funciones parentales en la estructura familiar). Como decíamos, el tiempo lógico se refiere a al universo de significaciones que determinan a un sujeto, al tiempo necesario para la estructuración del psiquismo, dependiendo de la dialéctica con el Otro. De esta manera, cuando el sujeto es atravesado por la palabra de los padres, es dividido. Hablamos de “ s u j e t o d i v i d i d o ” en la medida en que se nace en un baño de lenguaje. El sujeto está dividido en relación a las cosas que son prohibidas y en relación a lo reprimido, es decir, en relación al inconciente. En este punto podemos preguntarnos ¿qué incidencia tiene el inconciente en la constitución de la vida psíquica?. El inconciente es el lugar donde están inscriptas las palabras que registran la historia de cada uno de nosotros, incluida la lengua que aprendemos a hablar como las pautas culturales en las que nos criamos, así como la historia personal. La madre guía su accionar sobre el niño desde lo que le dicta su inconciente. Las palabras escritas en su inconciente, según su propia historia representan lo simbólico que dirigirá la función materna. En sintesis, cualquiera sea la edad, el sujeto desde el inicio está estructurado de la misma manera, más allá de la lengua. Se trata de un sujeto estructurado por el significante, ya que para hacer la diferencia en el manejo de la lengua no impide la ubicación del sujeto en el lenguajeen tanto está atravesado por la palabra del Otro, por el significante. La hipótesis del inconciente estructurado como un lenguaje permite pensar que el niño, hable o no, esté completamente definido por su ubicación en la estructura familiar. El sujeto del inconciente no tiene edad, ni crece, ni madura, ni se adapta. En efecto la teoría del significante implica significaciones que se reprimen para el sujeto y que provocan síntomas como efecto, en tanto son significaciones inconcientes. La relación de significación que se podrá establecer a partir de los significantes que contiene el discurso familiar, marcará para el niño, el orden del placer y del sufrimiento. Pensar entonces la constitución subjetiva es pensar qué se le dice a un niño, lo que va especificando un mundo de significaciones para él, quién se lo dice y desde qué lugar se lo dice. Bibliografía S. Freud. “Psicopatología de la vida cotidiana”. (1901) T.VI. Amorrortu. S. Freud. “La represión”. (1915) T.XIV. Amorrortu. S. Freud. “Lo inconciente” (1915) T.XIV. Amorrortu. Oscar Masotta. “Lecciones de introducción al psicoanálisis”. (1988) Gedisa. Jacques Lacan. “Función y campo de la palabra y el lenguaje”. (1953) Escritos I

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