Cuentos de Navidad

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Es Navidad Había una vez un niño que era pobre. Se llamaba Carlos. No tenía hermanos ni tíos. Sólo tenía a su padre. No tenía para comer. Cuando alguien pasaba le pedía dinero. Algunas personas no les daban nada y otras sí. A la noche contaba lo que había recogido. Algunas noches podían comer pero otras no. Cuando querían dormir se tapaban con mantas. Un día, Carlos, se levantó temprano. Miró si quedaba dinero pero no había nada. Siguió pidiendo dinero para conseguir algo para desayunar. No sabía que era Navidad. Pasaban muchas personas con regalos y él deseaba un regalo. Como no tenía dinero no podía comprar regalos. Un día, al levantarse, encontró un dinero. Levantó a su padre, le enseñó lo que encontró, desayunaron, comieron y cenaron. El padre compró regalos y para Carlos ese día fue el mejor de su vida y se sintió muy feliz. Mauro Tomás Argumedo Sullca – 5ºB



Sara y la Navidad Erase una vez una niña llamada Sara que, cuando era un bebé, se le murió su madre. Al cabo de un tiempo su padre se volvió a casar con una mujer que se portaba mal con ella. La educó con la idea de no creer en la Navidad. Cuando fue al colegio, sus amigas, le hablaban de las fiestas de Navidad. Le contaban lo bonitas que eran y como las personas, en esas fechas, solían juntarse con sus familias a comer turrón, peladillas, polvorones, etc. Sara llegó a casa y le contó a su padre y madrastra lo que sus amigos le habían contado sobre la Navidad. Su madrastra se enfadó mucho con Sara y esa noche se acostó sin cenar y le dijo: “Nunca más quería escuchar hablar de la Navidad”. Al otro día, por la mañana, se fue a la escuela muy triste y las amigas le preguntaron qué le pasaba. Ella le dijo lo que le había ocurrido y sus amigas se pusieron muy tristes. Le dijeron que el día de Navidad le invitarían a una de sus casas pero que primero irían a hablar con su padre.


Pasaron los días. Un día antes de Navidad fueron al taller donde trabajaba su padre y le contaron lo que le había pasado a Sara con su madrastra y como se portaba ésta con Sara. El padre se mostró muy afligido. Cogió a Sara entre sus brazos y le dio un beso. Le dijo que nunca más iba a estar triste porque de ahora en adelante todo cambiaría. Vivirían solos, sin la madrastra y así podrían celebrar la Navidad juntos. Las amigas de Sara podrían venir a la casa y haría un Belén todos juntos y también un árbol de Navidad y prepararían los regalos que se suelen dar en esas fechas. Sara fue feliz con su padre y conforme fue creciendo el espíritu de la Navidad siempre estuvo con ella.

Alba Pérez García – 5ºC


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