la providencia del Guayas denominada Taura, "llamada así por el río de ese nombre y por los cerros que la circundan. Es una sabana pantanosa, poco apta para la agricultura, siéndolo más bien para la ganadería. Desde el pueblo de Taura cambia el río su rumbo al sur y entra en el estero navegable que sale a la Boca de Taura. Entre el Taura y el río Suya surge un grupo de cerros de todo independiente de la cordillera de los Andes…" (30) En la jurisdicción descrita, vivían los negros en condiciones infrahumanas. Su gran talla y contextura física robusta, eran explotadas por los hacendados que los tenían de esclavos, engrosando su servidumbre. Fueron a estos elementos cuando ya libertos, a quienes seleccionó el general Urbina para convertirlos en sus unidades de confianza e instrumentos armados, que acallaban feroz y cruelmente las voces de la oposición. Robalino Dávila nos narra el comportamiento irracional de los Tauras: "Eran de instintos feroces, brutales, sin Dios ni ley, y llevaban a cuestas la lascivia tropical de su raza… Los Tauras dejaron en Quito un recuerdo imborrable de terror… fueron los sayones con que Urvina escarneció a la Capital donde tuvo más enemigos que en el resto del Ecuador". Sin embargo de los crímenes, arbitrariedades y robos comprobados, el General auspiciante disimulaba conocer aquellos atropellos, porque los negros libertos constituían para él la fiel guardia de choque, y la consumación de su estrategia para acallar a sus enemigos políticos. LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA DEL GENERAL URBINA Una obra de enorme importancia social que se adjudicó el general Urbina fue decretar la manumisión de los esclavos; pero aprovechándose de esta circunstancia organizó a los temibles escuadrones de los "tauras", unidades conformadas con soldados negros, cuya crueldad y 105