CLACSO_CROP_Féliz2005

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Mariano Féliz

1991 y 1998, mientras el ingreso per cápita del decil más rico de la población aumentó un 21,7%, el decil más pobre observó la reducción del ingreso por persona en un 15%. Durante el período completo de la convertibilidad, entre 1991 y 2001, los números son más dramáticos aún: 9,6% y -36,8% respectivamente. El incremento en el ingreso medio del decil más rico de la población es una estimación “de mínima”, pues entre sus integrantes se incluye a los propietarios de los grandes medios de producción y recursos naturales, cuyos ingresos “no distribuidos” aumentaron fuertemente en el período bajo consideración y cuyo registro se pierde en esta estimación. En efecto, el indicador es aproximado, pues no toma en cuenta la evolución de los ingresos no declarados en la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) de Argentina. Esta encuesta registra adecuadamente los ingresos provenientes de la venta de la fuerza de trabajo (o utilización cuentapropista de la misma) pero no capta bien los ingresos producto de la propiedad de los medios de producción, los cuales se concentran en los estratos de mayor ingreso. En particular, durante la década del noventa estos ingresos han crecido mucho más que los ingresos provenientes del trabajo (a modo de ejemplo: mientras que entre 1993 y 1998 los salarios reales cayeron un 2%, la utilidad neta de las grandes corporaciones creció un 51%)6. Así, el cálculo usual del “crecimiento económico” tomado como vara de medida de éxito de las reformas estructurales por parte de sus promotores involucra una determinación política clave: valorar a las personas según cuánto (ingreso) tienen. Bacha sugería como alternativa a la ponderación usual una estructura de ponderadores que refleje el sentido de la democracia: “un hombre, un voto” (Bacha, 1986: 14). Un indicador más adecuado de la evolución del “bienestar material” de la población sería valorar en la misma medida la evolución en el tiempo de los ingresos de los sectores más ricos y de los más pobres. En el caso de esta ponderación “democrática”, el ponderador bi sería, en términos matemáticos, n/N donde es el número de personas dentro de cada grupo, clase o estrato social y N la población total del país. A partir de la información disponumerosas oportunidades como criterio positivo de distribución. Al menos desde el famoso debate “Cambridge vs. Cambridge” se reconoce que la distribución de los ingresos no puede asociarse en condiciones generales a un criterio de remuneración según la “productividad marginal de los factores” (Nell, 1972). 6 Según datos del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC) de Argentina.

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