El Libro Azul - Ramtha

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consciente de este individuo, los pensamientos comunes salen en forma de potenciales de energía consciente y comienzan a girar en espiral a nuestro alrededor. Estás dejando caer estos elementos —aquí hay una ameba— y ni siquiera sabes que lo estás haciendo. Cada pensamiento que se está irradiando ahí afuera (las bandas), está haciendo esto (Fig. 8), y luego gira en espiral hacia ellas (las bandas), y así es como creamos la realidad. Y cuando vienes a la escuela y comienzas tus estudios de maestría, empiezas a ver que esto es lo que siempre has hecho, y que el motivo por el que no has visto cosas extraordinarias en tu vida es porque siempre han estado a tu alrededor. Es un poco —cómo te diría—, como un pez que quiere tomar un trago de agua. ¿Qué le dirías a un pez que dice «tengo sed»? Bueno, eso es lo que empiezas a entender; empieza a tomar forma. Y realmente empiezas a tener una noción de esto en el Plano Sublime. Como todo lo que te rodea ya está formado, no lo ves como milagroso, pero de hecho, todo esto ha estado formando tu realidad continuamente. Así que si decimos: «¿Por qué mi vida es de esta manera?», entonces tenemos que buscar y encontrar la semilla, justo aquí (en el cerebro), que está causando que esto suceda. Ahora, si sabemos que el pensamiento común es el poder manifestador, cuando venimos a la escuela aprendemos la aplicación de la disciplina: concentración enfocada y largos periodos en el campo (Trabajo de Campo SM), hacer tu Lista, atravesar el laberinto. Todas las disciplinas que hacemos aquí consisten en crear la realidad intencionadamente. Estamos haciendo deliberadamente algo que para nosotros es un estado natural. Pero lo que es tan maravilloso de ello, es que consiste de ideas, pensamientos —yo te los doy, y tú empiezas a dibujarlos—, y que cuando te enfocas en ellos intencionadamente, comienzan a irradiarse desde ti. No estaban ahí por su propia cuenta; no estaban estimulados por sí solos; porque tu manera normal de actuar es un motivo que está ahí, y el cerebro está conectado para pensarlo todos los días. ¿Entiendes? Y la enseñanza estaba en que cada vez que encontrabas tu tarjeta de algo maravilloso que habías dibujado, había una gran felicidad dentro de ti, porque la veías como algo milagroso. Lo que quiero decir es que hay tal alegría en ti al ser capaz de hacer eso, tú sabes lo que es cuando encuentras esa primera tarjeta —y te enfocas tanto, has sido impecable y encuentras esa tarjeta—, y ahí está; y te has quedado sin aliento. Lo hiciste, de verdad; pero lo haces todos los días. Nada más hemos introducido artificialmente una idea que nunca habías pensado. ¿Lo entiendes. Pero la grandeza de esto es esa idea manifestada en el campo. Ahora, si esa idea se hubiera asentado como motivo ulterior, tú estarías irradiándola todos los días. . Entonces, ¿por qué te enseñé a hacer la Lista? La lista, para el estudiante sincero, se convirtió literalmente en una manera de reconectar la red neuronal, y al hacer esto, reorganizar la intención, excepto que, lo que empieza a suceder en la mayoría de la gente, es que su intención o motivo ulterior está tan profundamente arraigado en lo que se refiere a diferentes cosas de la lista, que ellos no creen en ella. Así que cuando vienen aquí, hay un motivo ulterior que no está apoyando la lista, y eso también se ve así (Fig. 8). Es casi una negación intencionada de algo maravilloso para ti. Ahora, el estudiante que trabaja seriamente en esta escuela, puede mirar su lista y decir: «Bueno, he sido capaz de manifestar estas cosas de mi lista, y mientras lo haga con constancia, estoy irradiando ese pensamiento que va a hacerse realidad. ¿Por qué ciertas cosas de mi lista no se han realizado?» Esto es un indicador de cuál es el motivo ulterior, y tiene que ver con el autodescubrimiento. ¿Y por qué no has sido capaz de hacer una curación extraordinaria? Porque no crees en ello; ese es el motivo ulterior. Y no puedes confiar en que puedes hacerlo cuando no crees en ello. En otras palabras, tienes una casa dividida contra sí misma. Tienes una oportunidad para hacer lo milagroso, pero hay una decisión que ya está tomada dentro de ti que no lo cree, así que no puedes depender del trabajo del Cuerpo Azul®, porque no es tu modo de operar. ¿Lo entiendes? ¿Y qué haces con eso? Bueno, ésta es la tarea. Tienes que decirte a ti mismo: «Si mi tarjeta se manifestó en el campo y estas otras cosas se manifestaron, entonces tengo un estado de aceptación por ellas. Si esto no sucede, no tengo un estado de aceptación.» ¿Y por qué? Ahí es cuando tienes que sacar de un tirón al motivo ulterior y verlo. Y dices: «¿Traje esto del Plano Sublime?» Sí. ¿Porqué? Quizás has programado el no curarte. Quizás has arreglado padecer esto. Tal vez necesitas sufrir. Quizás así es como lo has dispuesto todo, porque nada te sucede por casualidad; todo es intencional. Todo pensamiento común es intencional. Y sentado junto al mar de la tranquilidad, en ese hermoso lugar, la contemplación irradia desde ti como un gran sol central. Entonces, ¿qué fue eso? ¿Qué es esa cosa sentada ahí arriba que dice: tú puedes tener esto, pero no puedes tener aquello? ¿Puede cambiarse? Hoy puede cambiarse. Dite a ti mismo revisando este momento: «Cambia esto. Yo soy merecedor de una salud espléndida. ¿Sabes por qué voy a ser merecedor de ella? Porque me amo a mí Misino y amo mi vida. Quiero amar mi vida de principio a fin, y simplemente no tengo lugar para ninguna otra cosa más que la vida». Tienes que verlo de esa manera. ¿Y qué haces entonces? Sacas eso de tu lista y pones ahí el motivo ulterior. Cambias el motivo. En vez de: «Yo acepto la curación del Cuerpo Azul®», tú pones: «Yo ahora acepto la vida. Yo soy merecedor de salud». Y cada vez que dices eso y encuentras una negación en ti, lo repites cien veces más hasta que se dé por vencida. ¿Lo entiendes? Porque es fácil hacerlo en el Plano Sublime sin el cuerpo. Aquí sin embargo, la negación está arraigada y es un programa en el cuerpo, y tienes que cambiar el programa. Esto es parte de ser un maestro. La otra parte es que si no lo haces, siempre estás irradiando que no eres merecedor de la vida, y eso debilita todo. Y ese es el pensamiento común que sale hacia fuera, ya que tenemos un amargado sentado ahí arriba que es odioso y vengativo. Bueno, durante todo el tiempo que pases sentado ahí con terror, cólera y malicia, observa eso. No importa lo que pase durante el día: puedes levantarte por la mañana, los pájaros estarán cantando, y desearás al instante que estén muertos. ¡Sáquenlos de ahí! Tu niño se despierta contento, y tú no lo quieres ver. Y todas las cosas tienen ese lado tan feo. Eso es pensamiento común. ¿Qué es eso? Algo que está sentado ahí arriba. ¿Cuándo vas a cansarte de eso? ¿Entiendes? Esto también trata de la alegría. Dios te libre de que seas feliz. Que Dios no permita que seas feliz. Él no quiere que tengas un día realmente feliz. «Yo sufro, mira esto.» Ya sabes, las palomas se cagan en su cabeza. Bueno, ésta podría 63


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