Manual para padres de familia con niños con tdah

1.

Nombres y apellidos de las autoras:

Cecilia del Carmen Costa Samaniego.

Sabina Marlene Gordillo Mera.

2.

Tema escogido:

Manual para Padres de Familia para el

manejo adecuado del TDAH.

3.

Desarrollo del Tema:

1.

Índice

Contenido

Página

Manual para Padres de Familia

1

Datos generales

1

Introducción o presentación

2

Componentes claves en el TDAH

3

Diagnóstico adecuado

4

Comorbilidades del TDAH

5

Procedimientos para el diagnóstico

8

Claves para empezar el tratamiento

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Estrategias de apoyo en la escuela

12

Estrategias de apoyo en el área social

13

Estrategias de apoyo en casa

20

Tips de manejo de crisis

23

Bibliografía

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2.

Introducción o presentación junto a tu fotografía

El trastorno por déficit de atención con o sin hiperactividad conocido por sus siglas como el (TDAH), es un trastorno de origen neurobiológico, el cual se inicia en la edad infantil y siendo sus características fundamentales la impulsividad, actividad y atención no adecuadas a la edad de desarrollo y la hiperactividad.

En la actualidad so conoce que el TDAH es producido por una alteración neuroquímica de las vías de la dopamina y serotonina en los lóbulos pre frontales y ganglios basales del cerebro, los mismos que producen alteraciones en el sistema de procesamiento de la información, propiciando una carencia ausencia de estímulos e incapacidad de distinguir entre qué es significativa y qué es irrelevante.

Para su oportuna detección, los padres de familia, docentes y especialistas, juegan un papel muy destacado, para lograr una mejoría en la situación de los niños con TDAH.

De los estudios realizados sobre este importante tema se determina que entre un 80 y 90% de los casos presentados con TDAH, su causa primordial es genética, razón por la cual muchos padres de familia se identifican con el problema, siendo más enraizado el problema en varones que en mujeres. Otra de las causas para la presencia del TDAH se menciona cualquier daño a nivel neurológico producido durante el embarazo, el parto o la primera infancia de los niños o niñas así como el consumo de estupefacientes y narcóticos tabaco, durante el embarazo de la madre Además hay factores de riesgo psicosociales como los problemas en la relación familiar.

En lo que respecta a su sintomatología se puede evidenciar claramente tres aspectos primordiales siendo el primero de ellos el déficit de atención en los pacientes el mismo que se presenta entre un 20 y 30% de los casos; otro aspecto fundamental es la presencia de una actitud hiperactiva-impulsiva en el paciente, aspecto detectado entre un 10 y15% de los casos; y finalmente el de tipo combinado, es decir con características de los dos antes 2

descritos siendo su detección entre un 50 y70% de los casos. Cada uno de ellos tienen sus propios y característicos trastornos. Para su oportuna detección los padres de familia deben contactar con un profesional idóneo para que con la suficiente información se realice el diagnóstico y el tratamiento respectivo

No debemos olvidar lo importante que es evaluar la posible asociación de otras patologías ya que el TDAH tiene una alta prevalencia de comorbilidad en un 60% aproximadamente, acompañando a estos trastornos la ansiedad, los trastornos de afectivos, trastornos de conducta, del espectro autista, tics, así como trastornos del aprendizaje.

Lo importante es que en el tratamiento del TDAH, se puede incluir un adecuado tratamiento farmacológico y/o psicoterapéutico acompañando a ello un abordaje psicoeducativo del niño, su familia y el contexto en el que desenvuelve. La institución educativa es el lugar en donde más dificultades provocan los niños y niñas con TDAH, naciendo aquí la importancia la importancia de que se efectúen variadas intervenciones que puedan facilitar al niño la adquisición de conocimientos y así mejorar su calidad de vida.

Con este breve antecedente, nos permitimos dejar a vuestra consideración el planteamiento del siguiente Manual para Padres de Familia para el manejo adecuado del TDAH, el mismo que a nuestro modesto criterio consideramos será de gran ayuda para direccionar el manejo de este delicado trastorno.

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Conceptos Claves en el TDAH

Es un trastorno neurobiológico de carácter crónico, sintomáticamente evolutivo y de probable transmisión genética que afecta a la población infantil entre un 5 y un 10% pudiendo afectar además a personas en su edad adulta hasta en un 60% de los casos.

El Trastorno por Déficit de Atención con o sin Hiperactividad o generalmente conocido como TDAH, es una afección neurobiológica cuyas características básicas son el déficit de atención, la impulsividad, e hiperactividad motora y/o vocal, en los niños y adolescentes, impidiendo su desarrollo adecuado sean en su hogar, escuela o en e contexto en el que se desenvuelva.

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4.

Diagnóstico Adecuado

El diagnóstico del TDAH es de carácter clínico, el mismo que se lo obtiene de la información proporcionada por los niños, adolescentes, padres de familia y/o docentes.

Acompañado o sustentados en la presencia de sus características o sintomatología básica, esto es falta de atención, impulsividad e hiperactividad, aspectos que repercuten en el entorno en donde se desenvuelve la persona afectada.

Cuando se efectúa la entrevista con las personas afectadas o quienes conocen del problema, se debe recabar información de los problemas actuales del paciente y con respecto a su sintomatología la frecuencia, duración y variación, la edad de inicio y alcance en su repercusión en los variados ambientes de la vida del niño/a. Es importante además evaluar los antecedentes familiares (genética), el funcionamiento familiar y los antecedentes personales de la madre del o la paciente durante su embarazo, parto, período perinatal, desarrollo psicomotor, antecedentes patológicos así como la historia de salud mental del niño.

Es importante efectuar una exploración física y psicopatológica del paciente, así como recoger información de su record escolar particularmente en relación a su área académica y socio conductual.

Debemos destacar que la exploración de carácter neuropsicológica y psicopedagógica no necesariamente son imprescindibles para diagnosticar el TDAH, sin embargo, es aconsejable realizar un estudio neuropsicológico cuando exista indicios de la presencia de un trastorno específico de aprendizaje comórbido, dicho en otras palabras es importante valorar el perfil de funcionamiento cognitivista del paciente para valorar su estilo de aprendizaje y establecer de manera clara los objetivos de la intervención reeducativa.

Otro aspecto destacado a considerarse es que no son necesarias para el diagnóstico de TDAH en niños y adolescentes la obtención de pruebas anexas de laboratorio, haciendo referencia estas a neuroimagen o neurofisiológicas exceptuando casos en que la historia clínica y la exploración física pongan en evidencia la presencia de algún trastorno que urja realizarlas.

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No debemos olvidar que es importante considerar que mediante preguntas abiertas, preguntas específicas, preguntas claras y definidas en una entrevista estructurada o semiestructurada, mediante la técnica de cuestionario y de escalas de valoración de los síntomas podemos valorar a los pacientes con TDAH, pudiendo además apoyarnos en la aplicación de escalas más amplias de psicopatología general para detectar si existen otros trastornos asociados.

Es importante acentuar lo que es el diagnóstico diferencial dentro de la exploración y valoración de los pacientes y para ello es necesario considerar que no todo niño movido y despistado tiene TDAH. Por tanto, es básico efectuar un diagnóstico diferencial con otras enfermedades que pueden ser confundidas con el TDAH, no olvidemos así mismo que los síntomas del TDAH pueden aparecer en una amplia variedad de trastornos como el retraso mental; trastornos en su aprendizaje; trastornos que se generan de su desarrollo y en su comportamiento; ansiedad; decaimiento; abuso de sustancias; factores de tipo ambiental; de carácter médico, entre otros. La mayoría de los trastornos a los que se hace referencia pueden ser echados con una historia clínica pertinente y la exploración física adecuada.

Finalmente los médicos pediatras, psiquiatras, neuropediatra, psicólogo clínico o neuropsicología son los profesionales que con sus conocimientos y facultades pueden detectar los casos de TDAH en los niños y adolescentes.

5.

Comorbilidades del TDAH

La comorbilidad es una palabra utilizada para describir la presencia de una o más enfermedades en una misma persona, muchas veces derivada del mismo TDAH.

Entre los trastornos comórbidos que coexisten con el TDAH tenemos:

Trastorno Negativista Desafiante (TND)

Este tipo de trastorno en los pacientes con TDAH, tiene características inconfundibles como cóleras repetidas acompañando a ello pataletas y adoptando una conducta de no acatar las órdenes que reciben de las personas adultas. No cumplen las peticiones que se les hacen, molestan a las personas que los rodean, son muy susceptibles y no vacilan en echar la culpa 5

de sus errores a las demás personas. Su actitud tiende a ser rencorosa y vengativa Pueden ser rencorosos y vengativos. De estudios realizados en España se considera que entre un 9,7% y el 16,5% de los escolares padecen de este trastorno

Trastorno de Conducta Disocial (TC)

Los niños que presentan este trastorno son protestones y no tienen empacho alguno el momento de amenazar e inclusive amedrentar a las personas de su entorno. Se involucran en riñas e inclusive muchas veces actúan de manera muy cruel con los animales. El porcentaje de población con TDAH que puede padecer un trastorno de esta naturaleza es del 40%-50%.

Trastorno Depresivo

Este trastorno tiene como característica fundamental el estado depresivo crónico del paciente, durante largos períodos del día. Por ello su conducta es irritable lo que ocasiona que quien lo padece pierda o aumente su apetito, carencia de energía, baja autoestima, falta de concentración, tiene insomnio o lo contrario la hipersomnia que es la presencia del sueño demasiado largo y profundo.

Es necesario destacar que el observador puede fácilmente confundirse con los síntomas de la depresión que presenta el paciente ya que la agitación puede ser confundida con hiperactividad y el retraso psicomotor con la falta de atención. De los estudios realizados se conoce que la prevalencia de este trastorno es de un 26,8%.

Trastorno de Ansiedad

La sintomatología es evidente, el paciente actúa de manera inquieta, impaciente, se cansa con facilidad, no puede concentrarse, tiene alternación en el sueño siendo difícil poderlo conciliar, se pone muy tenso, entre otros más. Los trastornos de ansiedad más frecuentes que experimentan los pacientes con TDAH son: ansiedad por separación, trastorno de angustia, trastorno obsesivo compulsivo y ansiedad generalizada. Los estudios efectuados en relación a este trastorno señalan que este tiene una prevalencia de 34% en los niños en un 40% en la población adulta con TDAH.

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Trastorno del Aprendizaje

Este trastorno interfiere de manera reveladora en el área escolar del paciente limitando su rendimiento académico puesto que no pueden desarrollar de manera adecuada actividades que requieren destrezas para la lectura, escritura, cálculo matemático y desarrollo del lenguaje expresivo, descriptivo y narrativo. El paciente con este trastorno se ve afectado en su productividad y fluidez por ello sus tareas carecen de organización. Su vocabulario es bastante limitado teniendo dificultad para construir frases llegando a conjugar los verbos de manera limitada. De estudios realizados se conoce que el trastorno al que se hace referencia afecta al 20% de los niños con TDAH.

Trastorno del Espectro Autista (TEA)

Se evidencia este trastorno cuando el paciente tiene problemas de interacción social, problemas de comunicación y un patrón repetitivo en su conducta. De acuerdo a estudios realizados se estima que el 33% de los niños con TEA muestran señales de TDAH de tipo inatento, el 26% de tipo combinado y el 41% no presenta comorbilidad.

Trastorno por Uso de Substancias (TUS)

Tener TDAH con la presencia del trastorno TUS como se lo conoce, significa el aumento y el riesgo de desarrollar un trastorno por consumo de sustancias adictivas. Estudios efectuados dejan entrever que al TDAH se lo asocia con un inicio temprano del abuso de sustancias, con un mayor número de diagnósticos comórbidos de TUS y con mayores dificultades para mantener la abstinencia tras las desintoxicaciones.

Es un tanto difícil identificar a los pacientes con abuso de sustancias que padecen TDAH, puesto que frecuentemente se asocian a variados trastornos psiquiátricos que se encubren por llamarlo de alguna manera con variados síntomas del TDAH. Se conoce que en un 52% de pacientes diagnosticados con TDAH presentan este tipo de trastorno.

Trastorno Bipolar

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Características básicas presentes en este trastorno es haber padecido más de dos sucesos en los que su estado de ánimo y nivel de actividad asoman alterados. Aquí su carácter es extremo, aumenta el nivel de energía, su pensamiento se acelera, disminuye el sueño, pudiendo tener hasta alucinaciones o delirios.

Su diagnóstico es muy discutido puesto que se produce un disfrace entre los síntomas del TDAH y del Trastorno Bipolar en los pacientes. Se dice que su presencia en los pacientes, especialmente en los niños es del 10%.

Trastorno de Tics (Tourette)

Sus características identificables con los movimientos y las vocalizaciones involuntarias de forma rápida y recurrente, que presentan los pacientes no mantienen un ritmo adecuado es decir al inicio se presentan de manera repentina y rítmica mientras que en su apariencia escasea la finalidad. El estrés aumenta su frecuencia de reproducción y desaparecen durante el sueño. Este trastorno crea un gran malestar y deterioro de las relaciones sociales.

6.

Procedimientos para el diagnóstico

Como ya lo hemos manifestado el TDAH es un trastorno diverso y por ello es un tanto difícil de diagnosticar, naciendo aquí la importancia y la necesidad de a la primera sospecha de su presencia, acudir a un profesional idóneo para realizar el diagnóstico.

De entre las formas de diagnosticar el TDAH tenemos en primera instancia el levantamiento de la historia clínica que realizan los médicos mediante una entrevista (anamnesis) y la respectiva exploración física del paciente.

La entrevista realizada con el paciente y en caso de menores de edad con sus familiares, debe considerar la historia perinatal, es decir aquello aspectos que hablen sobre el embarazo, el parto, consumos de estupefacientes, alucinógenos, los primeros meses de vida, cuando se detectaron los primeros síntomas, como afectan al paciente, antecedentes familiares centrados especialmente en entre trastornos psiquiátricos pero de manera fehaciente en los que tienen relación el TDAH, estos entre otros aspectos decidores.

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Cuando el paciente es adulto y no se detectó en su infancia el TDAH, es más difícil realizar este estudio para su detección ya que el especialista debe recorrer mucho tiempo atrás es decir hacer una retrospectiva de su vida para hacer su respectiva valoración corriéndose el riesgo de que en muchos de los casos el paciente no recuerde con claridad meridiana los hechos pasados.

Otro procedimiento para su detección son las exploraciones físicas constituyéndose las mismas en indispensables para descartar la presencia de cualquier enfermedad que pueda explicar los síntomas que presenta el paciente o que pueda contribuir a su presencia.

Entonces, es importante desechar que en casos de síntomas de déficit de atención, que el o la paciente no tenga problemas de audición.

Es conocido que al TDAH se asocian trastorno comórbidos siendo necesario en este caso que el médico tratante evalúe al paciente para verificar si no presenta síntomas de algún otro trastorno psiquiátrico y lógicamente efectuar las pruebas necesarias en caso de que haya temor de alguna comorbilidad. De otra manera esto llevará a determinar en el caso de que se presenten varios trastornos, en cuál se encuentre el TDAH, es decir cuál de ellos es el trastorno principal y el que será prioritario a la hora de plantear el tratamiento.

Otro de los procedimientos efectivos es realizar la evaluación psicopedagógica la misma que se lleva a efecto luego de levantada la historia clínica, aquí se investiga la existencia de trastornos del aprendizaje y se evalúa el rendimiento académico del paciente a lo largo del tiempo. En este procedimiento juega un papel primordial la participación de los docentes o el equipo de orientación educativa.

El siguiente procedimiento al que haremos referencia so las escalas de diagnóstico de TDAH, las mismas que son las encargadas de ayudar a identificar los síntomas básicos presentes en el o la paciente debiendo luego valorar su intensidad y la evolución del trastorno. Es importante recalcar que estas escalas nunca pueden sustituir a la historia clínica.

Estas escalas por lo general funcionan a través de entrevistas estructuradas y semiestructuradas y ayudan a la hora de realizar el diagnóstico o detectar posibles comorbilidades.

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Los instrumentos que pueden utilizar los especialistas en el diagnóstico del TDAH de acuerdo a sus variadas características, sintomatología, comorbilidades o afectación que se evidencie en los y las pacientes son: - Las escalas específicas para el TDAH y escalas de psicopatología general; entrevistas estructuradas y semi-estructuradas; pruebas de inteligencia y neuropsicológicas; evaluación psicopedagógica y exploraciones complementarias.

Finalmente, cabe mencionar que el diagnóstico del TDAH se debe adaptar a las condiciones de cada uno de los pacientes que son evaluados. Dicho en otras palabras y de acuerdo a la particularidad e individualidad de todo ser humano, cada caso ha de ser valorado con la aplicación adecuada de pruebas que llevarán a emitir un diagnóstico pertinente, sostenido y fundamentado.

7.

Claves para iniciar el tratamiento

De entre los componentes claves que de una u otra manera pueden garantizar el éxito en el inicio del tratamiento de los pacientes con el TDAH y que deben ser tomados en consideración son los siguientes:

-

Aceptación activa y una actitud positiva: aquí juega un papel destacado tener claros los objetivos a ser alcanzados en el tratamiento jugando un rol importante para su logro el apoyo de padres de familia, docentes y personas del entorno en el que se desenvuelve el paciente.

Dentro del campo educativo la información que ofrecen las personas que sufren de un trastorno psicológico, debe además ir el apoyo emocional, la resolución de problemas y otras técnicas para con ello arribar a la meta y de esta manera hacer que el paciente entienda y sea capaz de manejar el trastorno que presenta.

El manejo de una actitud positiva y conciliadora en el tratamiento es fundamental ya que esto determina en gran medida su éxito, todos juntos con sus aportes desde su respectivo rol (padres de familia, docentes, especialista y personas del entorno, si se requiere) darán paso a un manejo eficaz en las posibles situaciones que vayan surgiendo.

Algo que debemos destacar es que los niños y adolescentes que padecen de este trastorno también deben tener una actitud positiva para afrontar el proceso. Los padres de familia en 10

esta parte del tratamiento se convierten en los modelos a seguir por sus hijos, por esta razón es aconsejable que ellos (padres de familia) les hablen con un vocabulario claro, les brinden su apoyo cuando tienen dificultades en su escuela o con los compañeros y en definitiva mostrarles sus capacidades y puntos fuertes y prepararlos para que manejen sus dificultades, expresen sus emociones, se tracen metas y objetivos y alcancen sus logros.

-

Objetivos realistas, expectativas alcanzables: es primordial que objetivos terapéuticos y académicos sean factibles, particularizados, alcanzables y ajustados a unas expectativas realistas. A efectos de caer en la desmotivación, el rechazo, la frustración o una baja autoestima por no alcanzar los objetivos planteados es necesario comenzar con metas y objetivos que deben ser alcanzados en un corto plazo, todo ello guardando relación con las dificultades y características sintomáticas así como a su potencial de desarrollo. El grado de exigencia en el alcance de los objetivos debe guardar estrecha relación con los resultados y el estilo de aprendizaje. Una vez alcanzados los primeros objetivos planteados debemos avanzar en el planteamiento de nuevos objetivos más “complicados” y para ser cumplidos a mayores plazos puesto que sin duda alguna requerirán de mayor esfuerzo.

-

La intervención psicológica: cuyo establecimiento y/o aplicación ayudaría a los niños y adolescentes con TDAH a desarrollar su capacidad de autocontrol, a potenciar sus capacidades cognoscitivas, a manejar la sintomatología propia del trastorno, ayudaría en el manejo y control de la frustración, a trabajar el desarrollo personal e interpersonal en la búsqueda de soluciones a las problemáticas que se presentaren.

-

Implicación familiar: es importante que los padres de familia y personas que se encuentran al entorno del paciente con TDAH, acepten, comprendan y se involucren de manera efectiva en el tratamiento del paciente mediante la aplicación de técnicas de manejo del estrés y la ansiedad para propiciar una adecuada organización de la familia y el mejoramiento del paciente con las personas de su entorno familiar y escolar.

-

Intervención y seguimiento médico: la presencia del profesional idóneo juega un papel vital en el tratamiento del paciente con TDAH, en él o ella deben los padres de familia confiar plenamente para que juntos impulsen al niño o niña a salir adelante. Los docentes también deben trabajar con el médico tratante del caso debiendo ellos (docentes) igual que los padres aprender a manejar el trastorno para lograr en el niño un buen desarrollo.

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-

Implicación educativa activa: se considera partiendo desde el punto de vista mediante el cual se evitaría el fracaso escolar y favorecería el logro de éxitos en el rendimiento académico del paciente, es decir al trabajar el profesional junto a las personas que se encuentran en el entorno cercano del paciente, apuntarán a la búsqueda de la solución al trastorno del niño/niña con TDAH, evidenciándose una mejoraría efectiva en el rendimiento académico todo ello mediante adaptaciones curriculares que beneficien y potencien su aprendizaje de manera significativa.

8.

Estrategias de apoyo en la escuela

Para que el fracaso escolar en los niños con TDAH no sea su presa fácil y así conseguir el éxito en el rendimiento académico, es importante que haya una implicación educativa activa.

El Doctor Barkley, recalca que no se podrán hacer cambios si los docentes no conocen el trastorno y su base biológica. Sostiene que el TDAH no es el resultado de padres malos y que por el contrario se debe aceptar la discapacidad y dar igualdad de oportunidades a quienes padecen el trastorno.

El Doctor Barkley hace hincapié en 5 recomendaciones:

1.

Debido a su falta de retención en mente: Crear a su alrededor listas, tarjetas, signos,

pegatinas.

2.

Por tener un deterioro en el tiempo: Poner un reloj en su mesa, dividirles el tiempo.

3.

Por no poder ver el futuro: Desglosar en etapas o tareas, leer varias páginas y hacer

apuntes (libro).

4.

Tratar el problema con motivación, aprender técnicas de modificación de la conducta y

aplicación de consecuencias tanto positivas como negativas.

5. pueda.

Permitir más manipulación externa de las tareas y normalizar el problema tanto como se Tomado ww.fundacioncadah.org/web/articulo/el-manejo-del-tdah-en-el-aula-estrategias-para-el-exito.html

De igual manera el Dr. Barkley nos da las consideraciones básicas para utilizar en nuestras aulas y que en Estados Unidos se utilizan con éxito:

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

Tener en los centros una profesora experta en TDAH encargada de todos los niños con TDAH

y que recomiende a los profesores que hacer en el aula. Mantener una comunicación bilateral. 

No retener en el mismo grado: Cuando se les retiene los niños se vuelven más agresivos y las

niñas más depresivas. 

Centrarse durante las 2 primeras semanas del curso en el comportamiento más que en la

materia que se va a dar. 

No se les debiera dar tanto trabajo como a los demás o al menos dividírselo.



Todos los pupitres deben estar mirando al profesor y al afectado situarle delante.



Enfocar en la productividad. El punto de rendimiento está en clase, no en casa (punto de

desempeño). Se les debiera de dar los lunes la tarea a realizar a lo largo de la semana, anotada o fotocopiada. Así la vida familiar se podrá organizar en torno a los deberes. 

Los deberes no tienen ningún valor en primaria. Son importantes en secundaria. Superior a 1

hora y media es improductivo. Lo ideal es utilizar 10 minutos por curso. 

Mayor libertad de movimientos, ejercicio físico, más descansos, clases más interactivas.

Cuanto más se puedan mover, mejor aprenderán. 

Para no hacer distinciones entre los que levantan la mano y no la levantan utilizar una "pizarra

contestación" para todos. 

Mantener un contacto físico y visual para llamar su atención.



Preguntarle cuantos problemas puede hacer.



Dejarles manejar el ordenador.



Para usar recompensas: La primera semana se les dice a todos los padres que limpien los

armarios y lo lleven en una caja al colegio para usar ese material como recompensa. 

Ganarse una recompensa en casa por su comportamiento en el colegio.



Usar cartulinas de colores para comunicarse cuando se pueden mover o acercarse a la mesa

del profesor. 

El castigo no funciona si no existe una compensación disponible por algo positivo.



Se debe implementar el castigo inmediatamente. Ejecutar la justicia inmediatamente. Tomado

ww.fundacioncadah.org/web/articulo/el-manejo-del-tdah-en-el-aula-estrategias-para-el-exito.html

El Dr. Barkley haciendo referencia a los adolescentes destaca la importancia del uso de la medicación y que en el centro educativo el docente debe por tres veces al día darse espacio para organizar, revisar y reforzar los deberes del estudiante con TDAH y vigilar sus habilidades sociales.

9.

Estrategias de apoyo en el área social 13

Otra de las estrategias a manejarse con los niños y niñas que tienen TDAH es las que sustentas y/o apoyan a su desenvolvimiento en el área social, siendo de suma importancia aplicar sesiones con estrategias adecuadas en donde los pacientes creen un clima de confianza y respeto en la clase de forma propicia y adecuada para prepararlo en sus nuevas intervenciones que realicen en grupo.

Las dinámicas van enfocadas a que los niños aprendan a verse de una manera realista, a que se conozcan y sepan actuar en consecuencia a su forma de ser. Es importante porque ayuda a desarrollar y mejorar su propio auto concepto y su autoestima.

En el texto de Consejería de Educación y ciencia de la Junta de Andalucía. Las habilidades sociales: una propuesta para su desarrollo dentro y desde el aula. (1996), se señalan las siguientes dinámicas como estrategias de apoyo en el área social para los pacientes con TDAH, a saber: Primera dinámica: Me miro en el espejo I.

Para la primera dinámica que vamos a desarrollar, preguntaremos a los niños cómo están más cómodos para desarrollarla, si sentados, si prefieren en el suelo. La finalidad es crear, un ambiente de confianza.

Les daremos unas hojas con la premisa `Yo Soy` escrita muchas veces, y les explicaremos que deben completarlas con cualidades personales, pero evitando las características físicas, es decir que se describan por dentro. Si observamos que presentan dudas, podemos ponerles algunos ejemplos, como por ejemplo, soy simpático, soy agradable, etc.

Cuando acaben, uno por uno irán leyendo las características que han ido escribiendo y explicando al resto de compañeros por qué son así, por qué se consideran de esa manera.

Segunda dinámica: Me miro en el espejo II.

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Continuaremos con una dinámica que ha dado muy buenos resultados, por la cantidad de información que nos brinda a los terapeutas, por ejemplo, el grado de timidez de los niños, aspecto relevante sobre el que también hay que intervenir.

Nos sentaremos en círculo en el suelo, para crear un clima de relajación y confianza, y con un espejo que pondremos delante de ellos, deberán ir describiéndose a ellos mismos, con la premisa de: ¿Qué veis en el espejo?`. Va a ser común que comiencen con los aspectos físicos de su persona, así como describiendo la ropa o los zapatos. Si observamos que se quedan ahí, que no continúan con el interior, emplearemos preguntas para guiarles en su expresión.

Una variante o actividad complementaria puede ser que después del espejo, sean el resto de compañeros los que vayan nombrando cualidades de cada uno de los niños, de forma que verán como son percibidos por los demás. Tendremos la premisa de aspectos positivos. No olvidemos que pretendemos trabajar sobre la autoestima y el autoconcepto positivo.

Tercera dinámica: Otra realidad.

Esta tercera dinámica que presentamos se trata de imaginar. Los niños tienen mucha imaginación, y a través de las historias que cuentan nos brindan la posibilidad de conocer mucho sobre ellos, sobre lo que desean, lo que les asusta, etc.

Los vamos a invitar a tumbarse en el suelo, con los ojos cerrados. Podemos poner una música suave, a bajo volumen, que invite a la tranquilidad. Las premisas que les daremos a los niños es que tienen que imaginar e inventar un personaje, y todo lo relacionado con él: cómo es, cómo es su familia, que cosas le gustan y que cosas no, cuál es su deporte favorito, etc. Todo lo que se les ocurra.

Cuando haya pasado el tiempo estipulado, cada uno deberá contar la vida completa de ese personaje que han inventado.

Cuarta dinámica: Me expreso con mi cuerpo.

En la dinámica que proponemos ahora, trabajamos también con la expresión corporal. Para ello, indicaremos a los chicos que en silencio deben expresar con su cuerpo cuál es su afición favorita. Los compañeros deben adivinar qué están representando sus compañeros. A continuación, deben salir y representar lo que ha hecho el compañero y luego lo que más le gusta a él, y así sucesivamente, deben recordar lo que han representado todos los compañeros.

Quinta dinámica: ¿Qué opinan de mí?

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La siguiente actividad es genial para trabajar sobre la autoestima, ya que son los demás los que opinan sobre cada uno de los chicos. Con una hoja, realizaremos un abanico en el que los chicos irán escribiendo cualidades positivas de la persona a la que pertenezca el abanico.

Podemos sentarnos en círculo, comenzaremos haciendo los abanicos, de forma que el terapeuta explica cómo se hace, es decir es modelo y los niños los van haciendo personalmente. Luego, pondrán su nombre y entonces los iremos pasando, de forma que por cada niño vaya pasando el abanico de todos. Cuando acabe la ronda, irán leyendo en voz alta, uno a uno, las cosas que han escrito de cada uno, de esa forma trabajamos sobre la percepción que los demás tienen de nosotros mismos.

En esta dinámica el terapeuta también puede participar, recibiendo opiniones de los estudiantes y dando las suyas sobre cada niño.

Sexta dinámica: Los siete deseos.

En esta actividad, los chicos deben ir poniéndose de acuerdo entre ellos, empleando estrategias de resolución de conflictos, escucha activa… para que entre todos decidan qué siete deseos pedirían a un mago que entrase por la puerta. Lo que pretendemos con esto es que debatan, se pongan de acuerdo entre ellos y nos dejen ver un poco más de las cosas que esperan y desean.

La amistad puede variar dependiendo de tres dimensiones: 

Calidad: puede ser positiva (confianza, cuidado) o negativa (antagonismo, conflicto y

competición). 

Estabilidad: duración, interrupciones.



Integración o ajuste: los niños tienden a entablar relaciones de amistad con personas con

un ajuste (características) similar (por ejemplo, los estudiosos tienden a tener amigos estudiosos), y eso suele reforzar las tendencias que comparten, sean ajustadas.

Algunos estudios indican que un 56% o un 76% de los niños con TDAH de primaria no tienen amigos, una proporción superior al, aproximadamente, 30% de niños sin TDAH que se encuentra en esa situación. Respecto a las dimensiones de la amistad, distintas investigaciones apuntan a que las relaciones de amistad de los niños con TDAH podrían ser de menor calidad, y más breves que las de otros compañeros, y que tienen una ligera tendencia a tener como amigos a otros niños con TDAH.

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Los problemas de relación que presentan los niños y adolescentes con TDAH puede ser una de las dificultades más preocupantes a las que deban enfrentarse, puesto que tienen graves problemas para establecer una buena relación con otros niños. La sobre actividad y la impulsividad que les caracteriza, causa a menudo dificultad en los otros niños, especialmente cuando están intentando trabajar o jugar juntos. En otros casos, los otros niños no soportan la franqueza o brusquedad de sus comentarios, especialmente cuando hacen observaciones crueles. De hecho, muchos niños se sienten amenazados puesto que los niños con TDAH con facilidad se ofenden, se frustran o se vuelven agresivos. Los problemas de relación con otros niños se empeoran, especialmente cuando los niños con este trastorno son verbal o físicamente agresivos, desafiantes, oposicionistas u hostiles. El resultado final es que se ganan una mala reputación entre los niños del vecindario y los compañeros de clase.

El rechazo que soportan continuamente por parte de sus compañeros puede llegar a hacerles sufrir muchísimo, teniendo un grave impacto bajando su autoestima y padeciendo, en muchas ocasiones, soledad.

La actividad que proponemos para trabajar en equipo, se apoya en la necesidad de los niños con TDAH para el desarrollo de sus habilidades sociales, de mejorar las relaciones con el entorno y con las personas que en él se desenvuelven y de dotarlo de estrategias y análisis de sus funciones que les hagan ver qué cosas deben trabajar y mejorar para ser capaces de realizar una buena labor y trabajar en equipo.

Los niños con TDAH presentan ciertas dificultades ante esta actividad debido a sus características propias, como son: impulsividad inhibición de las conductas, falta de autocontrol, excesiva producción física y verbal, etc.

Es necesario una intervención específica relativa al desarrollo del trabajo en equipo, para que ahora en el colegio y en las relaciones con sus compañeros, y en un futuro de cara al proceso de desarrollo que va a experimentar el niño, cuente con las estrategias necesarias para hacer frente a las diferentes situaciones que se le presentarán en la sociedad.

La reflexión personal y de la conducta es un punto fundamental en la intervención psicopedagógica realizada con los alumnos, por lo que deberemos tener presente, como siempre, una serie de pautas a la hora de planificar las sesiones.

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Es importante pensar a quiénes van dirigidas: se trata de pensar en los niños que tendremos en el aula, en sus características, estilos de aprendizaje, sus motivaciones y su disposición a aprender, ya que debemos intentar que sean lo más personales y ajustadas a la realidad posibles. Es necesario pensar en los contenidos trasversales: nunca vamos a trabajar un concepto o aspecto determinado del TDAH por aislado, sino que nos vamos a apoyar en diferentes conceptos, en conocimientos previos y en aspectos relevantes que deben ser trabajados siempre: impulsividad, asertividad, reflexión, paciencia, etc.

Debemos ser constantes, no podemos plantear una sesión de cualquier aspecto, como en este caso del proceso a seguir en la toma de decisiones, y esperar que solo como ella los niños ya adquieran los objetivos. No. Debemos ser constantes, pedir feedback, introducirlos como contenidos trasversales en otras actividades y pasado cierto tiempo volver a incidir sobre él con actividades nuevas, recordando lo que se ha trabajado anteriormente.

El desarrollo de las habilidades sociales es un aspecto prioritario en el proceso de desarrollo y socialización de cualquier niño, hay que definir las habilidades sociales como un conjunto de comportamientos socialmente adecuados, que empleamos como recurso para desarrollarnos satisfactoriamente a nivel familiar, escolar, laboral y social.

El objetivo principal que se persigue es que el estudiante con TDAH aprenda a ser una persona auténtica, teniendo en consideración sus características personales y cómo estas encajan en la sociedad, que aprenda a convivir y a pensar, resolviendo los conflictos que puedan surgir y teniendo positivas relaciones sociales con las personas que le rodean en los ámbitos más cercanos en los que se desarrolla: familiar, escolar y social.

El niño con TDAH prácticamente desde la primera infancia manifiesta un deseo intenso de agradar a los demás y de recibir aprobación social por lo que hace. Al no verse cumplidas todas estas expectativas el niño sufre una gran ansiedad y miedo al fracaso, por lo que nunca se les debe permitir a estos niños establecer objetivos a medio y largo plazo sino intentar que vayan consiguiéndolos y planteándolos progresivamente, de modo que, al ir viendo que pueden aprender y mejorar y ser aceptados, su auto-concepto mejora y su autoestima aumenta.

Se ha encontrado que los niños con TDAH presentan habilidades interpersonales deficientes, en comparación con sus iguales, socialmente más competentes, puede tener 18

dificultades en las habilidades sociales por diversos motivos. Una de las grandes razones es por su impulsividad pero también destacan: el reclamo constante e inadecuado de atención social, el escaso conocimiento de sí mismo, la dificultad en el reconocimiento y regulación de sus propias reacciones emocionales, la sobre-personalización de las acciones de los otros y su dificultad para aprender de las experiencias.

Las dificultades de interacción y habilidades sociales de estos niños y adolescentes están directa o indirectamente relacionadas con la sintomatología del TDAH o de los trastornos asociados o comórbidos: 

Mala lectura de las señales o de las situaciones sociales



Mala autoevaluación



Dificultad para internalizar y generalizar las normas



Dificultad en el control de las emociones



Dificultades para respetar promesas, secretos o favores



Dificultad para respetar normas y limites.

Los programas de entrenamiento en habilidades sociales para niños tienen como objetivos principales, el de aumentar el comportamiento social apropiado y disminuir aquellas conductas sociales inapropiadas con su contexto, extrapolando los aprendizajes a diferentes situaciones reales de la vida del niño/a lo aprendido en clase y por tanto, mejorar la calidad de vida del niño. Esto se consigue a través del trabajo en los siguientes aspectos:

El niño debe identificar: - Las normas y comportamientos sociales adecuados y correctos a cada contexto.

- Las diferentes esferas de la interacción social.

- El proceso de socialización y sus partes.

- Las diferentes técnicas de interacción social.

El niño debe descubrir: - Las relaciones de causalidad entre el comportamiento social y sus consecuencias en el entorno.

- Las aptitudes y habilidades sociales propias y en los demás.

El niño debe desarrollar 19

- Funcionamiento empático: solidaridad social.

- Manejo asertivo de los conflictos.

El niño debe tener - Entrenamiento afectivo: mejora de la expresión emocional.

- Asertividad - En el uso de las técnicas mediante prácticas de rol-playing.

El niño debe mejorar - La expresividad (verbal y no verbal) y la comunicación social.

- La comunicación en los diferentes entornos: social, escolar y familiar.

Además se trabajaran las siguientes habilidades para su adquisición: 

Habilidades sociales básicas: Sonreír y reír, saludar, presentaciones, favores, cortesía y

amabilidad, dar las gracias, 

Hacer amigos: Reforzar a los otros, iniciaciones sociales, unirse al juego con otros, ayudar

a los demás, cooperar, compartir, pedir disculpas, responder a las bromas, negociar y convencer a los demás. 

Conversaciones: iniciar, mantener y terminar conversaciones, unirse a la conversación de

los otros y establecer conversaciones en grupo, formular preguntas, 

Expresar sentimientos, emociones, y opiniones: autoafirmaciones positivas, expresar y

recibir emociones y defender los propios derechos y opiniones. 

Optimizar la relación con los adultos: cortesía, refuerzo, conversar, realizar peticiones,

pedir ayuda, aprender a negociar y solucionar problemas con adultos.

10.

Estrategias de apoyo en casa

El tratamiento del niño con TDAH dependerá de sus particularidades, por lo que no se tratará exactamente igual a un paciente que a otro. Sin embargo se menciona algunas estrategias generales que pueden ser adaptadas considerando la dificultad que tiene para Debido a que los niños con TDAH suelen tener dificultades para organizarse, así como para identificar las tareas de prioridad sobre el resto se sugiere: 

Utilizar referentes visuales y auditivos para organizar, planear e identificar objetivos, por

ejemplo con el uso del reloj, alarmas, calendario o agenda, etc.

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

Comprar un calendario o agenda en donde se apunten fechas de entrega de tareas y así

ayudarlo a estructurar tiempos y prioridades. También podemos usar relojes de arena o alarmas para aumentar su velocidad de ejecución ante ciertas actividades.

Es importante

tomar estos elementos con cautela para no someterlos a un estrés innecesario. 

Escoger lugares con el menor número de distractores cuando esté trabajando.

En la escuela, es necesario no sentar al niño cerca de ventanas, puertas u otro tipo de distractores. Lo ideal sería sentarlo cerca del pizarrón o de la maestra, en un lugar donde este rodeado de compañeros que no sean muy activos o lo distraigan con facilidad.

En casa, a la hora de hacer la tarea, debe de ser en un lugar en donde haya calma (sin la televisión prendida), con buena iluminación, donde se le puede estar monitoreando pero sin hacerle ruido ni distraerlo. 

Emitir órdenes claras y cortas. Emitiendo instrucciones de acuerdo a su nivel y

manteniéndose contacto visual con él. Se le pueden dar ciertas pautas sensoriales como tomarlo de los brazos haciendo ligeras presiones. 

Dividir las tareas largas en varios pasos, es decir bien especificadas.



Bajar el nivel de actividad antes de la hora de dormir (con actividades que lo relajen). Si el

niño es muy activo o se le dificulta conciliar el sueño, no es conveniente correr o a ver la televisión antes de dormir. Quizá sea mejor leerle un cuento y poner música clásica. 

Promover la organización de ideas en la elaboración de trabajos escritos utilizando

organizadores gráficos como los mapas conceptuales y otros. 

Hacer la tarea en un horario en el que el niño aún no esté tan cansado. Es importante

considerar los efectos del medicamento y procurar que las actividades que requieran de más atención se hagan cuando el medicamento está ayudando. 

Es importante realizar las tareas empezando por las que requieren de mayor atención

sostenida y dejar para el final las que son más fáciles. 

Es importante intercalar actividades que requieran de atención y un mayor autocontrol,

con actividades de movimiento. 

Es necesario anticipar que pasara, dándole seguridad en la secuencia a realizar. Por

ejemplo, el niño va a jugar y después va a tocar ir a la terapia, “vas a jugar media hora y después vamos a ir a la terapia” Cuando falten 10 minutos para ir a la terapia puedo decirle “en 5 minutos vas a empezar a recoger porque ya va a ser hora de ir a la terapia” 

Es importante utilizar los recordatorios gráficos. Estos chicos suelen tener dificultades de

memoria. Puede ayudar el uso de recados / letreros/ listados para recordar ciertas cosas, por ejemplo, traer el suéter del colegio o lo que debe llevar en su mochila a la escuela. Los 21

mensajes deben de ser cortos y los recordatorios se colocan en lugares estratégicos (en dónde sea fácil para él mirarlos). No hay que abusar de esta estrategia. 

Desarrollar alerta utilizando lenguaje no verbal o para lenguaje. Por ejemplo, si se puso los

zapatos al revés, en vez de decirle “te pusiste mal los zapatos” se puede voltear a ver sus pies y hacer un gesto de que algo no está bien. 

Incrementar la toma de conciencia sobre los gestos de los demás para que puedan ir

calculando (dándose cuenta del lenguaje no verbal del otro). Por ejemplo, que puedan identificar el gesto de desagrado de otro niño durante un juego rudo y destacar que el otro niño hizo esa cara porque no le gusto jugar así (provocando la identificación de la expresión), cuestionándolo sobre lo que podemos hacer para no molestar al otro y las consecuencias de ese comportamiento. 

Seleccionar ambientes estructurados y establecer rutinas, el orden mental empieza desde

afuera, es decir en el lugar que se desarrolla el niño. 

Informar lo que toca y no toca hacer para ayudarlo a autorregularse, por ejemplo, “ahorita

no toca hablar de eso, ahorita toca poner atención y hacer el dibujo”. 

Es importante retroalimentar de manera positiva específica. Esto quiere decir que no

solamente le voy a decir “muy bien” sino que le voy a explicar que fue lo que hizo bien, por ejemplo, “te felicito porque me estabas mirando y estabas en silencio mientras yo explicaba la actividad” Cuando yo doy atención a la conducta positiva, hago que disminuyan hasta en un 50% las conductas negativas.

Es importante que el niño identifique lo que significa poner atención y estar distraído. Para esto, se puede llegar a un acuerdo con él en clase, de que cuando este distraído la maestra va a pasar junto a él y de manera discreta le va a tocar un hombro. Así el sabrá que ha perdido la atención.

Por otro lado, cuando él esté atento, hacérselo saber y darle el reconocimiento. Hay que cuidar mucho el no evidenciarlo con el resto del grupo o con los hermanos, decir siempre estás muy bien sigue así y de esta manera no bajar su autoestima.

Los niños requieren conciencia sobre las estrategias que utiliza y que le ayudan a alcanzar el éxito ya que así pueden repetir el proceso a voluntad, para esto es útil tener a un lado un mediador consiente, es decir el padre, madre de familia o el docente, que pueda guiar y poner el ejemplo; no le puedo pedir a mi hijo o a mi estudiante que no grite, si yo le hablo a gritos.

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Aunque el TDAH es un trastorno que no se cura, la calidad de vida del paciente puede mejorar notablemente con el tratamiento multidisciplinario, pero es prioritario como padres y/o maestros de un niño con TDAH, apoyarlo y orientarlo.

11.

Tips de manejo de crisis

En niños con TDAH, es importante monitorear las emociones y reacciones que tengan con los demás y evitar las reacciones motoras o verbales que puedan dañar a los demás o a ellos mismos.

Explícale a tu hijo la emoción que experimenta, dale nombre y enséñale a cómo reaccionar en cada ocasión. Si no sabemos que lo que sentimos se llama enojo, es difícil que lo sepamos manejar correctamente.

No minimices las emociones y sentimientos de tu hijo, dale importancia a lo que siente a lo que exprese, por muy sencillo que resulte desde tu perspectiva; bríndale apoyo y comprensión, esto le dará seguridad y confianza que a la larga se traducirá en una alta autoestima.

A veces como padres queremos proyectar una imagen intachable con el fin de proteger a nuestros hijos, cuando también es importante que ellos sepan cómo te sientes, conversa con tus hijos a su nivel de entendimiento, no es necesario dar detalles de tus problemas o tristezas, simplemente comparte lo que sientes. Esta comunicación le dará a tu hijo la confianza para compartir contigo y tu familia sus emociones, sueños, intereses y metas, es importante compartir con ellos las alegrías y las tristezas.

Debemos tener presente que no existen emociones negativas, lo importante son las habilidades que tengamos para canalizar nuestras reacciones; aprovechar los estados de euforia, destres o energía que surjan a partir de lo que sentimos y aprender de nuestras propias experiencias.

Bibliografía consultada:

Consejería de Educación y ciencia de la Junta de Andalucía. Las habilidades sociales: una propuesta para su desarrollo dentro y desde el aula. (1996). http://www.fundacioncadah.org/web/articulo/definicion-y-caracteristicas-del-tdah.html http://www.fundacioncadah.org/web/articulo/diagnostico-del-tdah.html (DIANOSTICO) 23

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