Lineamientos de acción para el diseño de programas de superación de la pobreza desde el enfoque del capital social. Guía conceptual y metodológica.
A continuación, se presentan algunas preguntas básicas que contribuyen a orientar, en el ámbito de la formulación, el posicionamiento de los programas desde el enfoque del capital social. Cuadro 7
PREGUNTAS CLAVE EN PROGRAMAS Y PROYECTOS SOCIALES DESDE EL ENFOQUE DEL CAPITAL SOCIAL Nivel de análisis
Micro
Nivel meso/ macro
Preguntas relevantes
Implicaciones generales
Al intentar mejorar las estrategias de vida de la población, ¿ trabajan directamente sobre los activos de la población pobre?
Uso de herramientas técnico- metodológicas para fortalecer tipos de capital social: de unión (proyectos que involucran grupos existentes a un nivel subcomunal), de puente (proyectos que involucren la creación de foros intercomunales) , y/o de escalera (vínculos con agentes externos de mayor poder)
¿El programa trabaja sobre los activos en forma aislada, o busca sinergias entre diferentes tipos de activos?
Estrategias que buscan fortalecer y crear tanto capital social como por ejemplo capital financiero de una manera sinérgica (Ej.: por la vía de formación de bancos)
¿Intenta cambiar las estructuras e instituciones locales que influyen en el acceso social a los activos y a los espacios económicos y políticos?
Trabajar indirectamente en la expansión de las bases de activos, cambiando las reglas y las estructuras sociales que limitan tanto el acceso que la gente pobre tiene a varios activos, como su capacidad para transformarlos en ingresos, poder o calidad de vida. Ejemplos de tales tipos de intervención: programas de reforma agraria para redistribuir tierras, de reforma educativa para facilitar el acceso de grupos étnicos a la educación secundaria y universitaria, cambios en la regulación de mercados para facilitar la entrada de organizaciones de pequeñas comunidades
¿Cómo es el capital social que existe dentro del programa público y qué lo vincula con sectores pobres?
Esto implica el análisis de las redes burocráticas de los agentes estatales encargados de ejecutar a nivel local los programas un tema que se puede tratar por la vía del concepto de cultura organizacional. (Lewis y otros, 2002).
¿Se promueve el capital social de escalera mediante la creación de nexos entre comunidad o unidad local y el gobierno regional, federal, nacional?
Esto implica el análisis de los vínculos entre las instituciones públicas del nivel central, regional y local, en su capacidad de coordinación, comunicación, reglas del juego transparentes, u otras. Fuente: Elaboración de las autoras.
Para iniciar la formulación y el diseño de un programa a partir de estos elementos, se requiere delimitar el alcance del impacto en capital social que se plantea el programa: si sólo intentará trabajar sobre los activos disponibles en el nivel local, o si se intentará potenciarlos mediante líneas de acción para el fortalecimiento del capital social con metodologías de intervención. Esto involucra fortalecer las capacidades de negociación, de propuesta y de influencia sobre las decisiones y las acciones del programa. Es importante también la existencia de acciones de apoyo de las organizaciones comunitarias y su reconocimiento como interlocutores válidos por parte de instancias con mayor poder. Desde esta definición de impacto en capital social –como una base sobre la cual proyectar procesos de empoderamiento colectivo- pocos programas en marcha calificarían en las líneas de trabajo del capital social. Esto quiere decir que los programas sociales pueden fortalecer o generar capital social sólo si se lo proponen en forma exigente y premeditada, pues supone poner en marcha algunos procesos, definir determinados pasos, instalar determinados procedimientos y privilegiar ciertas metodologías. De no asumirse la tecnología necesaria, es posible lograr resultados en el área de capacidades, participación o voz pública, que no necesariamente se enmarcan en lo propio del capital social: acción cooperativa en función de objetivos comunes (Raczynski y Serrano, 2003). 24