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I Entonces, ¿en quién confiamos?
El blog de Patricia González
Entonces, ¿en quién confiamos?
Todos leemos informes sobre la importancia de la ciberseguridad y sobre cómo los gobiernos y las grandes organizaciones son objetivo de los hackers para extraer información crucial.
Sin embargo, un nuevo y sorprendente participante ha entrado en esta lista: la logística y las redes de la cadena de suministro.
Ya en 2017, el ciberataque a los sistemas informáticos de Maersk provocó el caos en todo el mundo, causando retrasos en los puertos de Nueva York, Nueva Jersey, Los Ángeles, Rotterdam en Europa y el mayor puerto de contenedores de la India, JNPT.
Esta fue la primera amenaza cibernética masiva dirigida a un gigante de la logística y la cadena de suministro y, desde entonces, los piratas informáticos no han parado de intentar poner en jaque al sector.
Ahora bien, aunque la lógica podría llevar a pensar que este tipo de actividades delictivas solo apuntan a las grandes empresas, cuando hablamos de la logística entra en juego el razonamiento aplastante que indica que una cadena es tan fuerte como su eslabón más débil y, para qué engañarnos, la supply chain tiene muchos eslabones.
Con el aumento de la digitalización de la cadena de suministro y la introducción de soluciones tecnológicas avanzadas, desde el IoT, la computación en la nube, la IA y el análisis de datos para un funcionamiento eficiente, el sector está llamando cada vez más la atención de los hackers y de los potenciales ciberdelincuentes.
Ahora la pregunta se centra no solo en si puede fiarse de un proveedor, sino en si, en realidad, este, o incluso su compañía, puede suponer un punto de acceso para esta actividad criminal. Y no, no se trata de desconfiar de todo. Se trata de que, paralelamente a la adopción de la tecnología, la cadena de suministro prepare sus sistemas y sus recursos, entre ellos los humanos, para evitar que ello pueda poner en peligro el intercambio normal de las mercancías.
Es de esperar que la adopción del blockchain y los contratos digitales garantizados puedan ayudar a crear transparencia y seguridad en la cadena de suministro de información, pero, hasta que se convierta en una nueva norma, las empresas deben volver a examinar su infraestructura actual e invertir con la orientación adecuada en soluciones efectivas
Patricia González
Responsable de contenidos