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I Tiempo de oportunidades

Tiempo de oportunidades

“En medio de la dificultad reside la oportunidad”. Esta frase, atribuida al científico más importante del siglo XX, Albert Einstein, bien podría aplicarse actualmente a la situación del colectivo instalador. Y no, no es que pretenda lanzar un mensaje excesivamente optimista en mi primera columna como responsable de contenidos de este medio, es que los instaladores tienen motivos de sobra para estar ilusionados de cara al futuro.

Los retos que deberán abordar los profesionales del sector HVAC en los próximos años pueden permitirles abrir puertas detrás de las que esconden grandes oportunidades. Y es que, si los instaladores consiguen adaptarse correctamente a los últimos cambios que está experimentando la profesión a un ritmo casi vertiginoso, tendrán por delante “una década magnífica”, como predijo el economista Gonzalo Bernardos durante su ponencia en el Congreso CONAIF, celebrado recientemente en Sevilla. Las razones que lo explican son varias y todas ponen al instalador en el centro de la ecuación.

La evolución de la demanda de los usuarios (que cada vez solicitan servicios más integrales) obliga a los profesionales a presentar una oferta multidisciplinar si no quieren reducir su cartera de clientes. Algo similar sucede con las nuevas exigencias de conectividad de los equipos derivadas de la digitalización, que son actualmente un requisito sine qua non para la mayoría de las soluciones.

Si además sumamos la necesidad acuciante de acometer las tareas de rehabilitación (más de 9 millones de viviendas tendrán que ser rehabilitadas energéticamente en España), el proceso de renovación de calderas murales que se instalaron en los primeros años de siglo, o la tan esperada llegada de los fondos europeos, el futuro que se dibuja es demasiado prometedor para el instalador.

Sin embargo, la realidad que ya están viviendo en primera persona muchas empresas del sector es un aviso a navegantes para los próximos años: no hay suficiente mano de obra para cubrir la demanda de un mercado en plena efervescencia. Si exigimos a los profesionales adaptarse a los nuevos cambios, también debemos pedir a la Administración pública que haga los deberes ofreciendo procesos formativos de altura y con el atractivo suficiente para seducir a las nuevas generaciones. El futuro tan ilusionante que hemos esbozado en estas líneas para las próximas décadas solo será posible con formación de calidad

“No hay suficiente mano de obra para cubrir la demanda de un mercado en efervescencia”

Javier Espada

Responsable de contenidos de Climatización y Confort

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