homenaje a LeandRo Mbomio
Por Juan Luis Rodríguez-Vigil Rubio y Félix Fernández de Castro Fernández-Shaw Fundación Asturias-África
Participar en este acto constituye un honor, que nos permite, además, recordar y, sobre todo, añorar a un gran amigo, cuya calidez humana, importancia artística y política, hacían que estuviese especialmente capacitado para, contra viento y marea y pese los factores de incomprensión existentes entre los mundos español y guineano, de los que era muy consciente, forjar consensos, tender puentes y anudar lazos de cooperación entre Guinea y España La personalidad y la obra artística de Leandro Mbomio se integran claramente, y de manera señera, en el escogido elenco de políticos y artistas que han convertido en universal la cultura africana moderna mediante criterios y creaciones plásticas y literarias que, en su mayor parte, han visto la luz coincidiendo con el final del periodo colonial y los primeros, y generalmente muy convulsos, tiempos de la emancipación y consiguiente creación de los estados africanos independientes. La obra de artistas como Valente Malangata, Everlyn Nicodemus, Ibrahin el Salahi, Iba Ndiaye, Mohamadou Mbaye, Abou Traore, Able Glober, Cheri Samba y, por supuesto, Leandro Mbomio, es hoy testimonio del vigor expresivo de los artistas de las nuevas sociedades africanas, a la vez que da fe de la vinculación plena, del engarce armónico y carente
de prejuicio alguno, del arte tradicional africano con la estética contemporánea globalizada. En palabras de Cheik Anta Diop, a través de la reinterpretación de las imágenes relativas al culto a los antepasados, las figuras de poder y las utilizadas para combatir el mal, o de las mascaras rituales, o festivas, ligadas a ritos de paso, al ciclo agrícola o a ceremonias funerarias, ese movimiento cultural, esa experiencia artística, ha forjado un auténtico y vigoroso renacimiento cultural africano, creando una plástica nueva, que impresiona, como lo hace la obra de Leandro Mbomio, por su naturalidad, vitalidad, frescura y potencia expresiva, ajenas por completo a cualquier exotismo primario y, aun más, al banal sensacionalismo estético, que tan común es aún en la mirada occidental sobre África.
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