Biblia Diaria - Gracia para todo momento

Page 44

43

Enero 13

Salmo 7.6–9 6

¡Pero, Señor, levántate airado contra la furia de mis enemigos! ¡Despierta! Exige que se me haga justicia, Señor. 7Reúne a todas las naciones delante de ti; siéntate muy por encima de ellos y juzga sus pecados. 8Pero justifícame en público; establece mi honra y mi verdad ante todos ellos. 9Pon fin a toda maldad, Señor, y bendice a todos los que genuinamente te adoran porque tú, el justo Dios, miras hasta lo profundo del corazón de todo hombre y mujer, y examinas todas sus intenciones y pensamientos.

Proverbios 3.9–10 9

Honra al Señor con tus riquezas y con los primeros frutos de tus cosechas. 10Así tus graneros se llenarán hasta reventar, y tus bodegas rebosarán de vino nuevo.

Mateo 9.18–38 Una niña muerta y una mujer enferma 18 Apenas terminó de pronunciar estas palabras, cuando un jefe de los judíos llegó y se postró ante él. —Mi hija acaba de morir —le dijo—, pero sé que resucitará si vas y la tocas. 19 Jesús y los discípulos se dirigieron al hogar del jefe judío. 20Mientras iban, una mujer que llevaba doce años enferma de un derrame de sangre, se acercó por detrás y tocó el borde del manto de Jesús. 21Ella pensaba que si lo tocaba sanaría. 22Jesús se volvió y le dijo: —Hija, tu fe te ha sanado. Vete tranquila. Y la mujer sanó en aquel mismo momento. 23 Al llegar a la casa del jefe judío y escuchar el alboroto de los presentes y la música fúnebre, 24Jesús dijo: —Salgan de aquí. La niña no está muerta, sólo está dormida. La gente se rió de Jesús, 25y todos salieron. Jesús entró donde estaba la niña y la tomó de la mano. ¡Y la niña se levantó sana! 26 La noticia de este milagro se difundió por toda aquella región. Jesús sana a los ciegos y a los mudos 27 Cuando regresaba de la casa del jefe judío, dos ciegos lo siguieron gritando: —¡Hijo de David, apiádate de nosotros! 28 Al llegar a la casa, Jesús les preguntó: —¿Creen que puedo devolverles la vista? —Sí, Señor —le contestaron—; creemos. 29 Entonces él les tocó los ojos y dijo: —Hágase realidad lo que han creído. 30 ¡Y recobraron la vista! Jesús les pidió encarecidamente que no se lo contaran a nadie, 31pero apenas salieron de allí se pusieron a divulgar por aquellos lugares lo que Jesús había hecho. 32 Cuando se fueron los ciegos, le llevaron a la casa a un hombre que había quedado mudo por culpa de demonios que se le habían metido. 33Tan pronto como Jesús los echó fuera, el hombre pudo hablar. La gente, maravillada, exclamó: «¡Jamás habíamos visto algo semejante en Israel!» 34 En cambio, los fariseos decían: «Él puede echar fuera demonios porque tiene dentro al mismísimo príncipe de los demonios». Son pocos los obreros 35 Jesús recorría las ciudades y los pueblos de la región enseñando en las sinagogas, predicando las buenas nuevas del reino y sanando a la gente de sus enfermedades y dolencias. 36 Al ver a las multitudes, sintió compasión de ellas, porque eran como ovejas desamparadas y dispersas que no tienen pastor. 37 «¡Es tan grande la mies y hay tan pocos obreros!» —les dijo a los discípulos—. 38«Pidan que el Señor de la mies consiga más obreros para sus campos».

01-ENERO-GRACIA_TODO_MOMENTO.indd 43

23/4/10 15:31:03


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.