Mujrs Q Amn Demsd

Page 79

Las Mujeres que aman demasiado

Robin Norwood

Greg estuvo ausente, cumpliendo su sentencia en la cárcel, que Alana encontró fuerzas para dejarlo, aun en forma temporaria. Inevitablemente regresó, lista para volver a empezar donde habían quedado, como dos adictos practicantes. Greg y Alana sólo sabían estar enfermos juntos. Con la adicción de Alana aún fuera de control, ella sólo podía sentirse fuerte y sana si Greg se mantenía drogado, tal como él podía sentir que su uso de las drogas estaba bajo control en comparación con los festines y el exceso de peso de Alana. La recuperación de Greg hizo que la falta de recuperación de Alana fuera demasiado obvia para que pudieran sentirse cómodos. Ella habría tenido que sabotear la sobriedad de Greg para que volvieran a un statu quo viable. ERIK: cuarenta y dos años; divorciado y vuelto a casar. Hacía un año y medio que estaba divorciado cuando conocí a Sue. Un instructor de la universidad donde trabajo como entrenador de fútbol me había convencido de que asistiera a una fiesta que daba para inaugurar su nueva casa, así que allí estaba yo, un domingo por la tarde, sentado solo en el dormitorio principal mirando un partido mientras todos los demás estaban en la sala disfrutando de la fiesta. Sue entró a dejar su abrigo y nos saludamos. Salió y ni media hora después volvió para ver si yo seguía allí. Bromeó un poco acerca de que yo estaba escondido allí solo con el televisor, y durante los avisos comerciales conversamos un poco. Bueno, volvió a irse y regresó con un plato de todo lo bueno que estaban sirviendo en la fiesta. Entonces la miré realmente por primera vez y noté lo bonita lo que era. Cuando terminó el partido me reuní con los demás, pero ella ya se había marchado. Averigüé que trabajaba parte del tiempo como instructora en el departamento de inglés, entonces el lunes pasé por su oficina y le pedí que me permitiera retribuirle la comida que me había llevado. Aceptó, con la condición de que fuéramos a algún sitio donde no hubiera televisión, y ambos reímos. Pero en realidad no era una broma. No sería exagerado decir que, cuando conocí a Sue, el deporte era mi vida entera. Eso es lo que tienen los deportes. Si uno quiere, puede dedicarles toda su atención y no tener más tiempo para otra cosa. Yo corría todos los días. Me entrenaba para las maratones, entrenaba a mis jugadores y viajaba con ellos a los partidos, seguía los deportes en televisión, me ejercitaba. Pero también me sentía solo, y Sue era muy atractiva. Desde el comienzo me prestó mucha atención cuando yo la necesitaba, y no interfirió con lo que yo quería o necesitaba a hacer. Ella tenía un hijo, Tim, de seis años que me caía bien. Su ex esposo vivía en otro estado y rara vez veía al niño, de modo que fue fácil hacerme amigo de Tim. Yo notaba que Tim quería tener un hombre cerca. Sue y yo nos casamos un año después de conocernos, pero pronto las cosas comenzaron a andar mal. Ella se quejaba de que nunca les prestaba atención a ella ni a Tim, que siempre estaba fuera de casa y que lo único que me importaba era mirar los deportes por televisión. Yo me quejaba de que lo único que ella hacía era fastidiarme y que desde el día en que me conoció sabía cómo era yo. Si no le gustaba, ¿qué estaba haciendo allí? Gran parte del tiempo estaba enojado con Sue, pero por alguna razón no podía enojarme también con Tim, y sabía que la forma en que ella y yo peleábamos lo lastimaba. Si bien en aquel tiempo yo nunca lo admitía, Sue estaba en lo cierto. Estaba eludiéndolos a ella y a Tim. Los deportes me daban algo que hacer, algo de qué hablar y en qué pensar y eran un tema inofensivo y cómodo. Yo había crecido en una familia donde el único tema que se podía tratar con mi padre era el deporte; era la única forma de obtener su atención. Eso era casi lo único que yo sabía acerca de ser hombre. Bueno, Sue y yo estábamos casi a punto de separarnos; peleábamos mucho. Cuanto más Página 79 de 161


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.