[ P E R S O N A J E S]
Acampando bajo las estrellas de Sudáfrica, caminando dos días para encontrar al que ordenara la muerte del Ché Guevara, documentando la vida de pescadores artesanales en Malawi o recorriendo Suramérica por tierra en el Chunche, la vida de Sebastián Castro está llena de experiencias cultivadas por un instinto curioso y aventurero.
SEBASTIÁN CASTRO
FORMADO EN LA AVENTURA POR
GOLDY LEVY | FOTOGRAFÍA KURT AUMAIR
“Historias que pueden cambiar la percepción y por ende la realidad”, dice Sebastián, es éste el componente común de todos sus proyectos. Sebas es consultor de storytelling, entrenando a diversas personalidades en el arte de contar historias, entre ellos Ismael Cala. Además, lidera dos ambiciosos proyectos: ECHO y Wondermore, además de estar planeando desde ya un nuevo capítulo de “Subite al Chunche”. Todo inició cuando se mudó a Atlanta a estudiar en la Universidad de Emory, gracias a una beca del Gobierno. Recién llegado, sucedió el terremoto de Cinchona. En pleno invierno, alzó una tienda de campaña en el campus y vivió simulando la situación de los damnificados. El proyecto creció, CNN le dio cobertura y lograron generar un ingreso suficiente para construir tres casas. “En ese momento yo me di cuenta que todo estaba en eliminar el intermediario, en no estar sujeto a las noticias, más bien crear noticia”, comenta Sebas. El “Tico Tent Project” fue su pase de entrada a CNN, donde hizo una pasantía por seis meses. Poco después fue contratado por la FIFA, evento que Sebas considera el inicio de sus decisiones atrevidas. “En cuestión de una semana tomé la decisión de
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prácticamente irme a vivir a Sudáfrica”. Durante el mundial, comenzó a enviarle a CNN videos que grababa sobre lo que se vivía. Al volver a Estados Unidos, con un nuevo interés por el periodismo ciudadano, fue oficialmente contratado por CNN. Su segmento “Reportero Aventurero” lo llevó a 39 países en tres años, acompañado tan sólo de su cámara y una mochila. En estilo selfie, sin que en ese momento existiera la palabra, Sebas abarcó una nueva manera de contar historias: desde la vulnerabilidad, de humano a humano. Poco después de culminar su tiempo de nómada, se encontró en Sudáfrica un viejo vocho que había apodado El Chunche. Se atrevió una vez más. De nuevo junto a su amigo Oliver Nowalsky, lanzó “Subite Al Chunche”, recorrido televisado desde Costa Rica hasta Brasil, rumbo al mundial. El proyecto le valió una beca para estudiar una maestría en emprendedurismo en Londres. En el 2015, funda ECHO con Javier Carda, amigo de la universidad. “ECHO es una empresa que está innovando la manera en que nos relacionamos cara a cara, es una oportunidad de quitarse la máscara. Logramos esto mediante un encuentro de cuatro días donde 150 agentes de cambio, en diversidad
radical (van desde CEOs hasta músicos), se salen de su zona de confort para explorar un nuevo paradigma de relacionarse. Eso lo logramos con diversión, talleres de inteligencia emocional y mucho diseño”, explica Sebastián. Se trata de encontrar una nueva manera de interactuar, rompiendo con jerarquías, invitando a la vulnerabilidad y empatía. Su próximo evento será BLOOM, una celebración alternativa de cuatro días para fin de año. En el último año junto a su pareja, Christine Raine –fundadora de la empresa social ConversABLE– fusionaron el amor por la aventura y la autorealización en Wondermore. “Inner Journeys, Outside” (Viajes internos, afuera), llevando a grupos hasta locaciones remotas con el propósito del desarrollo personal, en destinos como Nueva Zelanda y África. Sebas ha tallado su vida en las formas de los paisajes que ha cruzado, el aprendizaje que ha recibido, las contribuciones que ha logrado ofrecerle al mundo. El factor del éxito de este joven líder se resume en la valentía para probar nuevas experiencias y su deseo por compartirlas.