Cardenismo Historico

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El presente manual es continuación del correspondiente al Módulo 5, pero por su tema, el Cardenismo Histórico, se decidió darle un tratamiento y espacio especial. Es de suma importancia que los miembros de la Central Campesina Cardenista comprendan y dominen lo más puntualmente posible el pensamiento y proyecto que nos guía, por lo que este trabajo intenta aclarar lo más posible el contexto histórico que dio origen al cardenismo histórico, así como sus más destacadas características, sosteniendo que su estudio nos revela su vigencia en los tiempos de dominio del neoliberalismo, que oprime a las masas campesinas y a todo el pueblo mexicano.

CENTRAL CAMPESINA CARDENISTA Instituto de Educación y Capacitación Campesina “Antonio Luna Cervantes” S.C. Programa Integral de Capacitación y Educación Curso Taller de Formación de Formadores, Tronco Común. Manual del Módulo 5. Aplicaciones prácticas de la Filosofía: Cardenismo Histórico Responsable de Redacción: Jorge Ignacio García Ponce Diseño: Julio César Cervantes Ortega


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Las izquierdas del Cardenismo Historico.

Es importante hablar del cardenismo histórico, ya que es nuestro pilar ideológico, el pensamiento y programa que nos guía e inspira. Pero también es importante, antes de hablar de este tema, entender de dónde surgió esta corriente a la que nos adherimos y qué otras formas ideológicas y políticas de izquierda se desenvolvieron junto a ella en los años treinta del siglo XX. 3.1. ¿Dónde se gestó el cardenismo histórico? El proyecto constitucional de 1917 y la facción revolucionaria del PNR. El cardenismo histórico tuvo su origen en dos raíces políticas e ideológicas, el proyecto de la Constitución de 1917 y la facción revolucionaria del Partido Nacional Revolucionario.

Venustiano Carranza Garza (Cuatro Ciénegas, Coahuila, 29 de diciembre de 1859 Tlaxcalantongo, Puebla, 21 de mayo de 1920). Fue Presidente de México de 1917 a 1920. Cuando Madero fue asesinado, formuló el Plan de Guadalupe que desconocía a Victoriano Huerta como presidente de la República, formaba el Ejército Constitucionalista y se ponía a la cabeza de este con el título de Primer Jefe. Promulgo la Constitución de 1917.

La Constitución de 1917, como sabemos, fue resultado del proceso revolucionario desplegado desde 1910, aunque es propiamente el proyecto de la facción vencedora de ese largo y violento proceso, es decir, la carrancista. Esta facción estuvo encabezada precisamente por Venustiano Carranza, siendo su característica la de contar con un proyecto de transformación nacional, que en un inicio era exclusivamente política, aunque ante la presión de los ejércitos y proyectos campesinos de Emiliano Zapata y Francisco Villa, debió asumir las demandas sociales. Para finales de 1916 y principios de 1917, el Congreso Constituyente de Querétaro, convocado por Carranza, discutió un nuevo proyecto de constitución política para el país. Los diputados de este congreso retomaron el proyecto original carrancista, en especial la idea de un régimen presidencial y un sistema federalista, pero también hicieron valer la necesidad de las demandas sociales. Legisladores como Francisco J. Múgica o Heriberto Jara, hicieron posible la creación de los artículos 27, 123 y 3º, con lo que el proyecto revolucionario se fortaleció y 2


otorgó a las mayorías populares del país plenos derechos para su desarrollo en el futuro. Sin embargo, al correr de distintos gobiernos entre 1917 y 1934, entre los que destacan el del propio Carranza y sin duda los de Álvaro Obregón y Plutarco Elías Calles, entre otros, la realización de las demandas sociales no fue la prioridad. Principalmente la tierra no fue repartida ampliamente y los derechos laborales no fueron apoyados, por lo que el proyecto revolucionario de la constitución no se impuso para transformar la situación del pueblo y el país.

Francisco Plutarco Elías Campuzano, mejor conocido como Plutarco Elías Calles, autonombrado «Jefe Máximo de la Revolución», (25 de septiembre de 1877 – 19 de octubre de 1945) Se desempeñó como Presidente de los Estados Unidos Mexicanos en el cuatrienio de 1924 a 1928. Sin embargo el es una fígura clave en un periodo histórico y político dentro del desarrollo histórico de México el Maximato que corre de 1928 a 1934. Periodo en el cual los tres presidentes que le sucedieron fueron subordinados a los intereses y políticas del ex presidente. La influencia del ex presidente llegó a su fin cuando Lázaro Cárdenas le expulsó del país en 1936, luego de haber sido electo presidente en 1934.

La búsqueda por la realización o no de las demandas sociales hizo que los revolucionarios, herederos de Carranza y el Congreso Constituyente de Querétaro, se dividieran. Fue al interior del Partido Nacional Revolucionario (PNR), que surgió en los primeros días de marzo de 1929, a convocatoria de Calles, que la división de los revolucionarios se hiciera más profunda. Esta división fue muy clara para la Convención de diciembre de 1933. Esta reunión del PNR fue sumamente importante, pues debió decidir dos cuestiones determinantes para el resto de los años treinta: el candidato presidencial del PNR a las elecciones de 1934 y su programa de gobierno. La división en el partido tomó forma con la creación de dos facciones, una de ellas es conocida como la facción conservadora, que asumía que las demandas sociales no debían aplicarse ampliamente y menos con la participación activa de las masas organizadas, su representante visible era precisamente Plutarco Elías Calles. Por otro lado estaba la facción revolucionaria, esta tenía la convicción de que las reformas sociales debían realizarse de inmediato, de modo profundo y con la firme actuación de las masas populares organizadas. Durante la Convención del PNR, de diciembre de 1933, las dos facciones se enfrentaron en los debates y las votaciones, la primera gran discusión fue precisamente el diseño del programa de gobierno, mejor conocido como Plan Sexenal; este era el proyecto que el candidato del PNR defendería en la campaña y llevaría a cabo como gobierno. La facción revolucionaria tuvo con esto su 3


primer triunfo, pues logró que en el Plan Sexenal se contemplara el reparto agrario y el apoyo a los campesinos, además del impulso de los derechos laborales y la afirmación de la soberanía sobre los recursos naturales y energéticos, es decir, el preámbulo a la expropiación petrolera. La segunda victoria de la facción revolucionaria en la Convención del PNR fue la designación del candidato presidencial. Una de las posibilidades era precisamente el General Lázaro Cárdenas del Río, que al ser propuesto, la facción conservadora no se opuso, especialmente porque Calles consideró que no era una designación riesgosa. Sin embargo, Cárdenas ya había demostrado su carácter revolucionario al apoyar las demandas y organización de las masas populares, campesinas y obreras, cuando fue gobernador de Michoacán. Al final, bajo estas circunstancias, el General Cárdenas fue designado candidato presidencial del PNR el 3 de diciembre de 1933. Es por esto que afirmamos que el cardenismo histórico surgió al asumirse heredero del proyecto revolucionario de la Constitución de 1917 y específicamente cuando la facción revolucionaria del PNR, en especial con su actuación en la Convención partidaria de diciembre de 1933, es el origen del cardenismo histórico, diseñó e impuso el proyecto de reformas sociales y nacionalistas en el Plan Sexenal y al conseguir que el General Cárdenas fuera el representante idóneo de dicho proyecto. 3.2. ¿Qué otras izquierdas convivieron con el cardenismo histórico? 3.2.1.

El Lombardismo

Esta corriente ideológica de izquierda surgió a partir del liderazgo de Vicente Lombardo Toledano, líder magisterial y de la Confederación Regional de Obreros de México (CROM) en los años veinte y que para los años treinta se escindió de esta organización, para formar la Central General de Obreros y Campesinos de México, de la que fue Secretario General. El lombardismo fue una corriente que se ca4

Vicente Lombardo Toledano (Teziutlán, Puebla, 16 de julio de 1894 - Ciudad de México, 16 de noviembre de 1968). Fue un sindicalista, político y filósofo mexicano de tendencia marxista.


racterizó por su afirmación socialista, de corte marxista, y por su perfil esencialmente obrerista, más que campesino. Su importancia frente al cardenismo histórico es que al mismo tiempo que afirmaba sus objetivos socialistas, asumió una firme alianza con el régimen nacionalista y revolucionario del General Cárdenas. Su colaboración implicó, en lo político, que nunca cuestionó el liderazgo de Cárdenas y su figura presidencial. En lo ideológico, sustentó el nacionalismo revolucionario imperante con un marcado discurso antiimperialista. La utilidad política específica que tuvo para el cardenismo histórico fue la de conseguir la conformación y liderazgo de la Confederación de Trabajadores de México (CTM) entre febrero de 1936 e inicios de 1937. Esta fuerza fue uno de los pilares con los que se construyó el carácter popular del que en su momento fue el nuevo Partido de la Revolución Mexicana, que más adelante será comentado. El Partido Comunista Mexicano (PCM) de tendencia marxistaleninista, es un partido político histórico de México, existió oficialmente entre 1919 y 1981, enfrentando un largo proceso de reconstrucción de 1981 a 2006, fue legal apartir de 1979. El PCM es el partido histórico de la izquierda mexicana. A lo largo de su historia sufrió escisiones, reunificaciones, pasos por la clandestinidad, guerra sucia y cambios doctrinarios. Tras la desaparición del partido, varios de sus miembros pasaron al Partido Socialista Unificado de México y de ahí Partido de la Revolución Democrática.

3.2.2. El Partido Comunista Mexicano El Partido Comunista Mexicano (PCM) nació entre los meses de septiembre y diciembre de 1919, bajo la convocatoria de la III Internacional o Internacional Comunista, que los bolcheviques rusos, tras triunfar en su revolución en 1917, habían formado ese mismo año del diecinueve. La idea de los comunistas rusos, dirigidos por Vladimir Ilich Lenin, mejor conocidos como bolcheviques, tenían una idea basada en el marxismo: que la revolución no bastaba si se reducía a un solo país, pues para destruir al capitalismo, que era su objetivo fundamental, la revolución debía extenderse por todo el mundo, pues precisamente ese era el carácter del sistema capitalista. Para impulsar la llamada “revolución mundial”, los bolcheviques determinaron que debían existir partidos comunistas en distintos países y a partir de ellos se haría realidad dicha revolución. No debemos dejar de lado que los bolcheviques pretendían que la dirección de la revolución mundial dependía en buena medida de ellos mismos, por lo que los partidos comunistas organizados en el mundo estarían sujetos en buena medida a su dirección. 5


Para los años treinta, la Internacional Comunista buscaba impulsar la revolución mundial a partir de una táctica concreta: el Frente Unido. El propósito era que en aquellos países en que no era posible la revolución socialista, como México, porque la clase obrera y los comunistas eran débiles, había que apoyar las revoluciones democráticas, dirigidas por las que los comunistas definían como “burguesías nacionales”. Para el caso mexicano, apoyar la “revolución democrática burguesa” era apoyar el nacionalismo revolucionario del gobierno del General Cárdenas. Bajo esta directiva, el PCM se abocó al apoyo del cardenismo histórico, en un momento en que los comunistas mexicanos tenían una influencia en sindicatos obreros como los de ferrocarrileros y petroleros, de los más fuertes en esos años. Podemos decir entonces que el PCM apoyó al cardenismo histórico por una directriz de la Internacional Comunista, con sede en Moscú, y no por un análisis propio sobre la realidad mexicana. Obviamente, el General Cárdenas mantuvo una alianza con el PCM pues éste tenía una influencia entre sectores obreros, pero nunca confió en este partido y su política, pues en los hechos representaba los intereses de otro país: la Unión Soviética. El PCM dejó de tener fuerza cuando el lombardismo obtuvo el control de la CTM, siguiendo un plan trazado para fortalecer uno de los ejes populares del Partido de la Revolución Mexicana. 3.3. ¿Qué es el Cardenismo Histórico? El General Lázaro Cárdenas del Río tomó posesión de la Presidencia de la República el 1° de diciembre de 1934, a partir de lo cual se abrió la posibilidad de una serie transformaciones contenidas en el Plan Sexenal. Este gobierno implicó varias acciones de gobierno como la reforma del artículo 3º para establecer que la educación del Estado será socialista y laica, en diciembre de 1934; la creación del Banco Nacional de Crédito Ejidal y Ley de Crédito Ejidal, el 2 de diciembre de 1935; el apoyo a la II República Española durante la Guerra Civil de este país entre 1936 y 1937; la expropiación petrolera en marzo de 1938; la gran obra de reparto agrario con 18 millones de hectáreas a lo largo de los años de 1936 y 1939, la fundación del Partido de la Revolución Mexicana el 30 de marzo de 1938, entre otras acciones. Pero esta relatoría de obras de gobierno es apenas una parte de lo que definimos como cardenismo histórico. Entonces ¿qué es el cardenismo histórico? Para el caso de este manual, tenemos que hacer un esfuerzo de sistematización para tener un manejo de este pensamiento y proyecto que llamamos Cardenismo Histórico. El cardenismo como producto histórico. Los cececistas no hablamos del cardenismo a secas, lo que podría confundir con otras tendencias o personalidades ligadas al apellido del General Cárdenas, por ello secundamos con el término “histórico”, porque nos referimos específicamente a la obra revolucionaria y nacionalista del sexenio del general, en especial los años 1935 a 1938. Al hablar de “histórico” deci6


mos también que esa obra tiene una importancia tan determinante que trascendió su época, al nivel de convertirse en un proyecto vigente en nuestros días, más aún cuando el proyecto neoliberal ha combatido y destruido mucha de la obra resultante del sexenio cardenista.

Lázaro Cárdenas del Río (Jiquilpan, Michoacán 21 de mayo de 1895 - México D.F. 19 de octubre de 1970) militar, político y estadista mexicano, Presidente de México del 1 de diciembre de 1934 al 30 de noviembre de 1940. Destacó, entre otras acciones de gobierno, por la reforma agraria y la creación de los (ejidos) en el agro mexicano; por la nacionalización de los recursos del subsuelo, en especial, del petróleo. Entre 1937 y 1938 completó la nacionalización de la red ferroviaria, fundó el Instituto Politécnico Nacional (IPN), el Colegio de México (Colmex), y el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y permitió la entrada a los refugiados políticos de muchos países, entre ellos 40 mil refugiados españoles de la guerra civil. Así como, por haber consolidado las bases del funcionamiento del Partido Nacional Revolucionario y su proceso evolutivo, mediante la incorporación de las grandes centrales obreras, hacia el Partido de la Revolución Mexicana, antecedente del Partido Revolucionario Institucional.

El Cardenismo Histórico como obra colectiva. Los cececistas no reducimos el cardenismo a la figura del General Cárdenas, lo reconocemos como el representante de un momento histórico, en que fue impulsado el proyecto revolucionario contenido en la Constitución de 1917 y en el Plan Sexenal de 1933. Ese proyecto y su reaización no fue obra exclusiva de Lázaro Cárdenas, sino de su gobierno, integrado en buena medida por revolucionarios y nacionalistas consecuentes, además, esa obra fue apoyada y fortalecida por las masas campesinas, obreras y populares que hicieron suyo el proyecto revolucionario. El Cardenismo Histórico como vertiente nacionalista revolucionaria. La CCC es un organismo de izquierda, pero específicamente, en correspondencia con el proyecto cardenista, asume esencialmente la línea ideológica del nacionalismo revolucionario, lo que significa que la prioridad es la nación, el pueblo que permanentemente debe afirmar y hacer efectiva su soberanía, ya sea como voluntad popular para dirigir las directrices del Estado o para detentar la propiedad sobre los recursos naturales y energéticos. El Cardenismo Histórico como ejercicio efectivo del poder. Para que el gobierno del General Cárdenas aplicara el proyecto revolucionario, tuvo que vencer la influencia del General Plutarco Elías Calles, que sin ser el Presidente, mantuvo un influjo por encima de tres presidentes, lo que también quiso hacer con el General Cárdenas. En México, al ser el nuestro un régimen presidencial, el Presidente de la República es el jefe del gobierno y jefe del Estado, esto hacía que Calles, al mantener su influencia, no afectaba a los presidentes en turno, sino al Estado y al país en su conjunto. Cárdenas debió vencer la influencia de Calles, en abril de 1936, porque el Estado estaba debilitado 7


y de esa forma no se podía llevar a cabo el proyecto revolucionario. El gobierno del General Cárdenas nos mostró así que para impulsar los cambios, la transformación revolucionaria, hay que tener el control del poder y ejercerlo de manera efectiva.

Ultimos momentos de Calles en México antes de ser exiliado.

El Cardenismo Histórico como derecho a la educación. Cuando se aprobó la reforma constitucional del artículo 3º se habló de la educación socialista; en realidad se buscaba afirmar el carácter laico y popular de la educación, que en los planteles educativos no hubiera difusión de credo religioso alguno y que el sistema educativo en general estuviera al servicio efectivo de las masas populares, confiando en que el conocimiento fuera un arma de liberación de sus distintas cadenas de opresión. El Cardenismo Histórico como realización de los derechos agrarios. El Plan Sexenal se construyó, como dijimos bajo la reivindicación decidida de aplicar la Constitución de 1917, fundamentalmente en sus aspectos sociales y particularmente para que se aplicara el artículo 27 en su parte agraria. El gobierno del General Cárdenas del Río fue resuelto en aplicar una política agraria integral, basada en el reparto y la restitución de tierras, lesionando sin miramientos el sistema latifundista; generando las instituciones de crédito y asistencia técnica para la productividad del campo (recordemos tan sólo al Banco Nacional de Crédito Ejidal y a la Universidad Autónoma de Chapingo); el fomento de la organización de la base campesina, como garantía de la defensa de las conquistas agrarias por los campesinos mismos, destacando la conformación de la Confederación Nacional Campesina (CNC) y finalmente, la consolidación de la alianza entre las masas campesinas organizadas con el Estado revolucionario del cardenismo histórico. El Cardenismo Histórico como garantía de los derechos laborales. El proyecto de gobierno de los años cardenistas consideraba necesario consolidar los derechos de los obreros y trabajadores asalariados en general, particularmente con una Ley Federal del Trabajo, pero especialmente al otorgar garantías a la sindicalización de los distintos sectores obreros, a la manifestación libre y pública de sus demandas, a la realización del derecho de huelga, a la realización del concepto de los contratos colectivos de trabajo, a la contención decidida de las intenciones retrógradas y hasta represivas de los sectores empresariales, y a la organización nacional obrera, con la Confederación de Trabajadores de México (CTM), entre otros aspectos. 8


El Cardenismo Histórico como internacionalismo revolucionario. Para el gobierno cardenista la lucha revolucionaria del pueblo mexicano estaba hermanada con las de otros pueblos, luchas que perseguían objetivos similares a los del programa revolucionario mexicano, como la igualdad social, la soberanía nacional y el poder basado en el pueblo organizado. La solidaridad o el internacionalismo con otras gestas populares, se reflejó en las simpatías del cardenismo con luchas en América Latina, pero muy destacadamente con la defensa del pueblo etíope contra la invasión italiana de 1936 y de la II República Española contra la sublevación de Francisco Franco y las fuerzas derechistas de ese país, apoyadas incluso por destacamentos de la Alemania nazi y la Italia fascista.

Participación masiva de la población en el pago de la expropiación petrolera.

El Cardenismo Histórico como defensa irrestricta de la soberanía nacional y energética. La Constitución de 1917 se convirtió en un texto poderoso en la medida en que rompió con un dogma propio de la era moderna y el liberalismo: que la propiedad privada no se toca, es única y es sagrada. Los constituyentes de Querétaro fueron determinantes al afirmar que el territorio y su riqueza le pertenecen exclusivamente a la nación, al pueblo mexicano. Dejando en claro que el concepto de propiedad privada debe convivir con otros conceptos de propiedad como la colectiva y la patrimonial, para garantizar así los derechos de todos y no sólo de los que cuentan con los medios para hacerse y acrecentar una propiedad privada. Más aún, garantizar los derechos de todos, en lo relativo a la propiedad, es hacer realidad la voluntad popular, precisamente la base de la soberanía nacional. Entender esto es importante, pues en aquellos años, particularmente la riqueza energética o petrolera, no le pertenecía en los hechos a la nación, sino a empresas privadas extranjeras con lo que los principios constitucionales eran violados y la soberanía nacional no se cumplía. En el momento en que el General Lázaro Cárdenas del Río y su gobierno asumieron la valiente decisión de expropiar la riqueza petrolera a las poderosas empresas extranjeras, en marzo de 1938, hicieron efectivos los conceptos de la riqueza para la nación, es decir, la propiedad patrimonial, así como el de la soberanía nacional, es decir, el de la voluntad popular. El cardenismo histórico como unidad política de las masas populares organiza9


das. El 30 de marzo de 1938, en la parte final del gobierno cardenista, fue fundado el Partido de la Revolución Mexicana (PRM), en sustitución del PNR, de origen callista. Para varios autores este suceso no es más que la consolidación del régimen autoritario, que en el resto del siglo XX estuvo dominado por el Partido Revolucionario Institucional (PRI), ya que incorporó a los sectores populares al llamado partido oficial, bajo un esquema de afiliación en masa, lo que también es conocido como “corporativismo”. En pocas palabras, para esos autores, el PRM es un antecedente del PRI y parte de la historia del autoritarismo mexicano del siglo XX, sin considerar diferencias importantes. Por nuestra parte diferimos, como cardenistas históricos, contamos con otra interpretación de la formación del Partido de la Revolución Mexicana y su significado. La voluntad del gobierno del General Cárdenas era que las masas populares se organizaran para alcanzar y defender sus conquistas sociales, económicas y políticas, pero también que se unificaran políticamente para sostener al Estado revolucionario y su gobierno. Esto era urgente en 1938, en un momento en que las fuerzas de derecha y enemigas del proyecto revolucionario estaban organizadas y contaban con una presencia considerable en el país. Para el gobierno cardenista no había más unificar a las fuerzas revolucionarias y defender así lo obtenido. La conformación del PRM fue entonces la intención legítima de constituir una fuerza política revolucionaria perdurable. Cierto es que por encima de esta intención, fue construido posteriormente el PRI, pero no significa que sean proyectos similares, por el contrario. El Cardenismo Histórico como apego a la legalidad constitucional. La Constitución de 1917 no sólo fue la fuente inspiradora de las reformas sociales, económicas y políticas del cardenismo histórico, sino su base legal. El gobierno del General Cárdenas, nunca actuó fuera de la legalidad que le confería la Constitución, esa era parte de su fuerza: estar apegado a la ley y siempre exigir su cumplimiento. Hacer valer la Constitución Política no sólo como cuerpo de reformas sino como marco normativo para la sociedad en su conjunto, fue una de las principales convicciones del cardenismo histórico, podemos decir que reforma y legalidad iban de la mano en este proyecto transformador que encabezó el General Cárdenas. 3.4. ¿El Cardenismo Histórico fue continuado al terminar el gobierno del General Cárdenas? En la recta final del sexenio del General Cárdenas se presentó un dilema fundamental: ¿el proyecto revolucionario tendría continuidad o no? La respuesta estuvo centrada en los precandidatos que deseaban suceder al General Cárdenas. Uno de ellos, el General Francisco J. Múgica, representaba sin duda la continuidad del cardenismo histórico y con ello del proyecto revolucionario. El otro, el General Manuel Ávila Camacho, contaba con perfil más bien moderado que suponía ser un punto medio entre las pretensiones conservadoras y los objetivos revolucionarios. La lucha por la candidatura del PRM se presentó especialmente en 1939, los contendientes, Múgica y Ávila Camacho, desenvolvieron sus actividades con entrega y esfuerzo. Finalmente, en el mes de febrero, la CTM y la CNC, fuerzas fundamentales del partido, declararon al Gral. Manuel Ávila Camacho como el más idóneo para ser candidato presidencial por el PRM, con lo que el 3 de noviembre, Ávila Camacho asumió la candidatura a la Presidencia de la República del Partido de 10


la Revolución Mexicana. ¿Por qué no fue el sucesor del General Cárdenas el más cercano al proyecto revolucionario, como lo era el General Múgica? Tenemos varias razones: 1. Las fuerzas conservadoras dentro del PRM aún contaban con fuerza, de tal modo que Múgica no era de todas sus simpatías.

Francisco José Múgica Velázquez (Tingüindín, Michoacán, México; 3 de septiembre de 1884 - Ciudad de México, Distrito Federal; 12 de abril de 1954). Fue un militar revolucionario, General de División y político mexicano. Constituyente en 1917 y Gobernador de los Estados de Tabasco y Michoacán, así como del entonces Territorio de Baja California Sur, además de titular de las Secretarías de Economía Nacional y Comunicaciones y Obras Públicas durante el gobierno de Lázaro Cárdenas. Participante del Congreso Constituyente de 1917, por sus posiciones y sus debates fue siempre recordado como uno de los mejores constituyentes y de los fundamentales ideólogos de la Revolución Mexicana. Su trabajo se enfocó a los Artículos referentes a temas de religión, política, economía y educación de la Constitución. Su ideología quedaría plasmada en los Artículos 3º, 27º y 123º de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

2. Las fuerzas de derecha en el país estaban organizadas y contaban con presencia, tan sólo en mayo de 1937, en Guanajuato, fue fundada la Unión Nacional Sinarquista (UNS) y el 16 de septiembre de 1939, Manuel Gómez Morín encabezó la constitución del Partido Acción Nacional (PAN). 3. La presencia de una derecha organizada era para el gobierno del General Cárdenas una amenaza a la estabilidad nacional, lo que una posible candidatura de Múgica podría exacerbar, era preferible un candidato moderado. 4. La derecha podía contar con líderes importantes que la unificaran, como el Gral. Juan Andrew Almazán, que renunció al PRM y que el mismo año de 1940 contendió por la presidencia, por el Partido Revolucionario de Unificación Nacional (PRUN), de plena filiación derechista. 5. El mismo General Múgica no contó con la suficiente fuerza y oportunidad para hacerse del apoyo de las organizaciones de masas del PRM, por lo que se facilitó el pronunciamiento de éstas por Ávila Camacho. ¿Con la candidatura y posterior gobierno de Manuel Ávila Camacho se garantizó la continuidad del proyecto revolucionario y la estabilidad nacional? El 1° de diciembre de 1940, Ávila Camacho asumió la Presidencia de la República, tras ganar en las elecciones por encima de Almazán. Parecía entonces que el candidato del PRM había triun11


fado sobre la derecha, sin que ello hubiera significado un costo de guerra civil para el país y poder continuar en un modo pacífico con el proyecto revolucionario. Es cierto que hubo actos de gobierno positivos, como el aumento de la industrialización, la creación de instituciones como el IMSS, la renegociación de la deuda petrolera, entre otros; pero eso no significó una continuidad del proyecto revolucionario en sí mismo, pues la demandas agrarias fueron de nuevo contenidas, los apoyos al campo restringidos, en los sindicatos obreros se facilitó la anti democracia, el PRM perdió su carácter revolucionario y las masas obreras y campesinas fueron excluidas de su estructura y puestos de mando y muy especialmente se favoreció la llegada al poder de Miguel Alemán Valdés y la reforma completa del PRM para constituir al PRI, bajo un proyecto distinto al del cardenismo histórico y sumadamente moderado en relación a las aspiraciones históricas de la Constitución de 1917. No podemos condenar como tal al General Cárdenas y a su gobierno por elegir o aceptar la candidatura de Ávila Camacho, aunque éste haya sido quien traicionara finalmente al proyecto revolucionario una vez en el poder. Las decisiones de los hombres debemos entenderlas considerando los momentos tan complicados por los que atravesaron, no podemos afirmar tan simplemente que son “errores”, no debemos juzgar a quien ya no puede defenderse. Pero es también cierto que de aquí tomamos una enseñanza, que la continuidad del proyecto revolucionario no podía depender de un moderado sino de los revolucionarios, asumiendo los costos, la revolución y la transformación que los pueblos desarrollen nunca será fácil, pero podemos considerar como preferible el costo de la revolución a los de la contra revolución, que fue lo que se impuso tras 1940. 3.5. ¿Es vigente el cardenismo histórico? El actual contexto opresivo del neoliberalismo y sus gobiernos anti patrióticos, como son los que desde 1988 han desfilado en el poder, no ofrece 12

Manuel Ávila Camacho (Teziutlán, Puebla; 24 de abril de 1896 – Ciudad de México; 13 de octubre de 1955). Fue un militar y político mexicano que se desempeñó como Presidente de los Estados Unidos Mexicanos del 1 de diciembre de 1940 al 30 de noviembre de 1946. El gobierno de Ávila Camacho, que tendía hacia la consolidación, la unidad nacional y el fomento a la industrialización, hubo de dedicarse necesariamente a limar las asperezas entre patrones y obreros y, cuando llegó a darse un conflicto, mostró mayor dureza hacia los trabajadores. Fundó el Instituto Mexicano del Seguro Social.


un país atrasado y humillado, así como un pueblo empobrecido, que aborrece su presente y que desconfía de su futuro. Ese no es el país que imaginó el cardenismo histórico, por el contrario, imaginó un México unificado a partir de la sólida lucha de su pueblo por la libertad, su soberanía, la democracia, sus derechos sociales y la hermandad con los otros pueblos oprimidos e igualmente revolucionarios. Sólo el pueblo organizado y actuante por sus legítimos intereses puede resolver sus problemas, esa es la gran enseñanza del cardenismo histórico. No es necesariamente el Estado el que resuelve la situación del pueblo, no es ni por asomo el sobre estimado libre mercado, es el pueblo junto a su Estado revolucionario el que transforma y crea el país de todos. El cardenismo histórico es patrimonio de aquellos que buscan precisamente que el pueblo mexicano luche y transforme para hacer efectivas su libertad, su soberanía, la democracia, sus derechos sociales y la hermandad con los otros pueblos del mundo. No es patrimonio del PRI, que surgió bajo el liderazgo de un enemigo declarado del proyecto revolucionario, Miguel Alemán Valdés, y que hoy, al seguir las pautas del neoliberalismo, afirma su carácter contra revolucionario. No es patrimonio del PAN que nació en contra del cardenismo histórico y el pueblo que lo defendía, no en balde en nuestros días, con dos gobiernos panistas, nos han confirmado su perfil anti patriótico y anti popular. Los neoliberales, tecnócratas y conservadores nos dicen que el cardenismo es un proyecto rebasado, superado, que lo actual es el libre mercado y la democracia restringida a lo electoral. Nosotros debemos decir que el liberalismo mercantilista es un proyecto que ha fallado muchas veces y aún así insisten en aplicarlo, porque de ello se favorecen fuerzas oligárquicas que se sustentan en la explotación y pobreza de las mayorías. Nosotros defender el cardenismo histórico como el proyecto que dio sentido y futuro al país y que incluyó y favoreció a las mayorías, tal como lo mandaba la Constitución de 1917. Las demandas y problemas que buscó resolver el cardenismo histórico están presentes aún, su vigencia es por tanto innegable y su posibilidad de realización no está en función de su edad sino de que esas mayorías lo hagan suyo. Nosotros, como cececistas, debemos llevar este proyecto a las masas populares y oprimidas del país, que el cardenismo histórico es su legado y con él transformarán su presente y sembrarán un futuro de esperanza y bienestar.

Entre otras acciones el presidente Lazaro Cardenas fortaleze el derecho de las mujeres a la educación y les otorga derechos políticos y económicos.

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