REVISTA SOY - Diciembre 2018

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UNA MUJER REAL

 Reflexionemos: Venciendo la autocompasión  Historias de Vida: Conociendo su voz en la espera.  Rincón Literario: “Rebeca: camino a casa”  Libro del Mes  Espíritu, Alma y Cuerpo

REFLEXIONES ❖ ENTREVISTAS ❖ TESTIMONIOS ❖ SALUD ❖ ESPIRITUALIDAD MODA Y BELLEZA ❖ LITERATURA ❖ POEMAS Y CUENTOS ❖ JUEGOS ❖ ¡Y MUCHO MAS!

Número 9 – Diciembre 2018

Soy


Editorial

Nuestro Primer Aniversario!! Todo comenzó como un taller de amigas y se ha convertido en una hermosa travesía que ni siquiera sospechábamos. En el camino, hemos conocido grandes personas – incluso de otras latitudes – que nos han motivado a seguir, nos han ayudado con sus relatos y esperan cada edición con ansias. No tenemos más que palabras de gratitud por todo lo que ha sucedido. La escritura nos mueve y este medio ha sido fascinante. Esperamos que puedas sentir la pasión que derramamos en cada letra de esta revista y que alguna de las reflexiones o alguno de los poemas pueda tocar tu corazón con el amor del Padre. Dios ha sido fiel y lo seguirá siendo!! No sabemos qué nos depara los días que vienen, sólo sabemos que seguiremos escribiendo para agradar el corazón del Padre y traer esperanza a mujeres reales como tú y yo.

¡Gracias por tanto! Carolina Neira Campos, editora asociada


Reflexionemos…



En este primer aniversario de la Revista, he meditado en nuestro propósito de vida: No quisiera seguir cumpliendo años sin acercarme a quien me pensó desde antes que naciera. Por Carolina Neira Campos Recientemente una amiga me también está interesado en hizo esta pregunta y no pude sanarte. dejar de recordar cuando yo En estas líneas pretendo contarte misma me enfrenté a esta lo que hice para alcanzar la interrogante. No es el restauración y en el próximo sentimiento más agradable del apartado te contaré lo que Dios mundo ni es muy fácil me mostró que era necesario combatirlo. La buena noticia es cambiar para tener victoria. que innegablemente debe ser Quizás algo de eso también te abordado desde adentro hacia esté ocurriendo a ti. afuera y tenemos a un especialista en ello: DIOS TRINO, y nos asegura la victoria. VERDADES QUE LLEVAN A LA Si estás pasando por algo así o crees que puedes ayudar a alguna amiga a superarlo, te animo a seguir leyendo… REVELACIÓN Claramente, Dios ha estado revelando en tu vida que estás sumida en la autocompasión. No se revela solo por arte de magia y es muy difícil aceptarlo, aunque nuestros cercanos nos adviertan de ello. La autocompasión se manifiesta dado un dolor provocado, muchas veces, por alguien que estimamos y de alguna manera nuestro ser cree que somos merecedoras de ese agravio. Esa mentira se arraiga con fuerza en nuestro corazón y será el principal obstáculo para sanar (Romanos 12.2 nos motiva a cambiar nuestra forma de pensar para conocer la perfecta voluntad de Dios). No obstante, estoy convencida de que si Dios te ha mostrado este sentimiento

VICTORIA: A) En el único lugar que Dios te hablará será en esos momentos a solas contigo… hay cosas que crees que están muy claras, pero será necesario que Dios te dé más claridad. Puede que sepas muy bien lo que te ha pasado últimamente y creas que es el motivo que gatilló este sentimiento, pero puede haber más trasfondo… B) Nadie más conoce tu corazón como Dios. Será bueno que pidas ayuda a especialistas cristianos, consejeros en tu congregación o personas que consideres de oración y que te amarán en el proceso, pero sólo Dios podrá darte la victoria!! C) A pesar de lo que puedas creer o por lo que estés pasando o lo que hayas hecho, Dios quiere tener una relación contigo, así que anímate a acercarte al Padre para disfrutar de su presencia.


TIEMPO A SOLAS Es muy importante que pases tiempo a solas con Dios, para que Él traiga más revelación y sanidad a tu vida. No sé si lo tienes como un hábito espiritual, si no lo has hecho nunca o si por lo que has pasado te has alejado de conversar a diario con el Padre. Pero hoy es tiempo de volver a buscar esa intimidad, es el gran secreto de la victoria. Para que tu tiempo con Dios sea fructífero te recomiendo que lo organices de manera intencionada… lugar, horario, coloca tu celular en modo avión, vestuario cómodo y abrigado si es necesario, música, algo para picar, tu biblia, cuaderno de apuntes y un lápiz (podrías requerirlo). Piensa en un tiempo y lugar donde no seas incomodada por llamadas telefónicas que debas atender o quehaceres que no puedas soslayar. Por experiencia te recomiendo tener una caja de pañuelos… a veces (o muchas veces) lloramos. “Los planes bien pensados y el arduo trabajo llevan a la prosperidad, pero los atajos tomados a la carrera conducen a la pobreza.” (Proverbios 21:5 NTV) ¿Y AHORA QUÉ? Más arriba ya había mencionado que contamos con un especialista y, más aún, está muy interesado en caminar contigo esta senda de sanidad. Así que no desaprovechemos esta ayuda.

En el tiempo a solas debes insistir que sea un diálogo. Espera las respuestas. Pídele a Dios que tus oídos sean abiertos a lo que Él quiere decirte. Recuerda que como ovejas debemos reconocer la voz de Nuestro Pastor. Ahora te mostraré una manera de cómo orar a Dios y versículos que puedes reclamar como promesas. A Dios Padre a) Ora pidiéndole que te muestre su gran amor, para que confiando en eso puedas experimentar la verdadera sanidad. Que se muestre como Padre fiel y amoroso. Que nos quiere como princesas en su Reino, su especial tesoro, la niña de sus ojos… b) Pídele que sea tu revelación para descubrir cuáles fueron los momentos dolorosos que hacen sentirte así (aunque parece obvio, Dios podría revelarte otras cosas) c) Ahora que ya sabes qué sucedió y quién lo causó, pregúntale a Dios ya no por el dolor sino por qué ese dolor te afecta de esta manera… por qué es tan significativo para ti. Versículos sobre el Padre Isaías 64:8; Salmos 103:13; 2 Corintios 1:3; Salmos 68:5; Mateo 7:11; Mateo 3:17; 1 Pedro 1:3; Juan 3.16; Romanos 5.8; Jeremías 31.3; Deuteronomio 4.7.


A Cristo a) Si hablamos de heridos y maltratados tenemos el ejemplo perfecto. Sabe bien cómo te sientes… te comprende ya pasó por eso. Recuerda que él cargo nuestras heridas y tuvo la victoria. b) Pídele que te ayude a confiar en Él y que te dé nuevas fuerzas. c) Agradécele por haber cargado este dolor que te angustia, porque sola no podrías llevarlo. Él ya lo hizo. Tu victoria está basada en la victoria que Él tuvo en la cruz. d) Pídele a Jesús que te muestre que Él ha estado contigo en ese dolor y cuánto se ha entristecido contigo. e) Recurre a la paz de Jesús para que no tengas miedo… Él la ha puesto a tu disposición. Versículos sobre Jesús Isaías 53.5; Lucas 19.41; Salmo 23; Isaías 40.31; Mateo 1.23; Mateo 11.28; Mateo 28.20; Hechos 10.36; Colosenses 1.20; Mateo 17.7; Juan 16.33. Al Espíritu Santo a) Él siempre ha estado contigo y en ti. De hecho, camina a tu lado. Reconócelo en tu día a día. b) Déjalo que haga su obra. Que traiga luz para que veas con claridad. c) No dejes las heridas abiertas. Pídele que traiga su consuelo y

empiece a sanar esas heridas. Ruega para que el Espíritu Santo traiga vida a tus días y te dé propósito. d) Pide por justicia. En Él tienes al mejor abogado defensor y se preocupará en traer justicia y victoria a tu vida. Versículos sobre el Espíritu Santo: Juan 16.13; Juan 15.26; Juan 14.16, 26; Romanos 8.11. CUANDO TENGAS TUS TIEMPOS A SOLAS CON DIOS, VUELVE A HACER LAS PREGUNTAS HASTA QUE TENGAS LAS RESPUESTAS QUE TU ALMA NECESITA. Considera que la autocompasión se podría traducir como ¿por qué me está pasando esto a mí? No dejes de preguntarle a Dios… está muy interesado en responderte.


Verdades para compartir Puedes usar estas imágenes para compartirlas en tus redes sociales

Y pelearán contra ti, pero no te vencerán; porque yo estoy contigo, dice el Señor, para librarte

Reconócelo en todos tus caminos, Y él enderezará tus veredas. Proverbios 3:6

Jeremías 1:19

Pide, y se te dará; busca, y hallarás; llama, y se te abrirá”. Mateo 7:7

Él les dijo: Lo que es imposible para los hombres, es posible para Dios Lucas 18:27


No olvidaré mi pacto, ni mudaré lo que ha salido de mis labios

Yo pelearé contra quienes peleen contigo, y salvaré a tus hijos. Isaías 49.25

Salmo 89:34

Y este mismo Dios quien me cuida suplirá todo lo que necesiten, de las gloriosas riquezas que nos ha dado por medio de Cristo Jesús. Filipenses 4.19

¡Tú guardarás en perfecta paz a todos los que confían en ti! Isaías 26.3



Historias de Vida



Una reflexión de Denisse Flores Medina Soy

una

mujer

que

está

40 es un número muy usado en la

embarazada, actualmente tengo 33

Biblia

semanas y ha sido un ir y venir de

procesos en donde se ven implicado

emociones en estos largos casi 9

mucho crecimiento, dolor, renuncia,

meses que se toman para finalmente

pero sobre todo aprender a escuchar

conocer a la persona que se está

la voz de Dios.

formando dentro de mí.

Uno de los ejemplos clásicos que

Una

mañana

desperté

como

temprano

para

describir

podemos encontrar en la Biblia, es el tiempo que el pueblo de Israel pasó

costumbre, tomé mi celular y decidí

en el desierto. Le tomó a Dios 40

comenzar a leer información acerca

años, guiar al pueblo, revelarse a él,

del embarazo y de cómo funcionan

cuidarlo, otorgarle hasta los más

las semanas versus los meses

mínimos detalles, corregirlos, etc.

dentro

espera.

Les fueron dadas las tablas de la ley,

Mientras leía sobre cómo el feto se

en donde no solo conocieron un

va

conjunto de reglas y estatutos, sino

esta

desarrollando

semana a

como

Dios

de

de

y

cualquiera,

por

dulce y

creciendo

semana, algo

llamó

pudieron experimentar a Dios mismo

ponderosamente mi atención. Este

a través de ellas. Sin duda fue un

es mi segundo embarazo y la verdad

tiempo/proceso por el cual ellos

jamás se me había cruzado por la

experimentaron un sin fin de cosas,

cabeza esta verdad que me fue dada

pero lo más importante es que

esa mañana.

pudieron conocer y distinguir la voz

Así como los bebés se desarrollan,

de este Dios que los había sacado

crecen, cada día van tomando forma

de la tierra de Egipto para llevarlos

y sus sentidos se agudizan, sobre

hacia la tierra prometida que tanto

todo en los dos últimos meses, ellos

anhelaban sus corazones.

son capaces de reconocer la voz de

No solo el pueblo de Israel pasó por

sus padres, interactuar y reaccionar

la espera de un determinado número

a ellos.

de días y semanas; podemos ver al

Todo este crecimiento y desarrollo lo

mismo Jesús apartarse 40 días y 40

realizan idealmente en 40 semanas,

noches en ayuno, para estar en una

40 semanas en donde el bebé está

conexión más profunda con su

completamente formado en donde

Padre,

es capaz de salir y enfrentar al

ministerio aquí en la tierra.

mundo. Esto me llevó a pensar que

antes

de

comenzar

su


El no solo no comió ni bebió agua,

Dios nos está llevando a crecer, y

sino que también fue fuertemente

durante el proceso no deja de

tentado,

la

cuidarnos, acompañarnos, animar-

convicción de hijo, su identidad y su

nos, corregirnos, y sobre todo,

conexión profunda con el Padre lo

dejando que reconozcamos su dulce

llevaron

voz.

pero

a

finalmente

resistir

y

terminar

victorioso su tiempo de ayuno.

Cada vez se hace más notorio,

Algo

somos

así

nos

sucede

cuando

y

seremos

capaces

de

estamos en los procesos con Dios.

distinguirle, cualquiera sea nuestra

Nos vemos desafiados, muchas

temporada, podremos tener la plena

veces confundidos no sabiendo para

confianza de que El guiará y será fiel

dónde va el asunto. El dolor se hace

en

notoriamente presente, el corazón

nosotros.

cumplir

sus

promesas

en

no da tregua en esta lucha interna que nos pide renunciar y tomar lo nuevo. tiempo

Independientemente que

nos

tomen

el estos

procesos, ya sean 9 meses, 40 días, 40 semanas, 1 año o lo que sea,

Mis ovejas escuchan mi voz; yo las conozco y ellas me siguen. Juan 10:27 NTV


Y el ángel le dijo a María: Concebirás y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Él será muy grande y lo llamarán Hijo del Altísimo. El Señor Dios le dará el trono de su antepasado David. Y reinará sobre Israel para siempre; ¡su reino no tendrá fin!



Rincรณn Literario


AUN ASÍ (Canción basada en Habacuc)

¿Hasta cuándo, Señor, hasta cuándo Te suplico sin que Tú me escuches ¿Hasta cuándo, Señor, hasta cuándo Debo contemplar el sufrimiento. Si Tú eres el Señor Eterno El Santo, el Inmortal ¿Por qué entonces guardas silencio Al ver todo este mal? “Estoy por hacer grandes cosas” Tu respuesta me dejó asombrado “Espera, aunque creas que tarde, Será en el tiempo señalado”. Viniste a salvar a tu pueblo A salvar a tu Ungido Y yo esperaré con sosiego Tu voz me ha estremecido. Aunque la higuera esté seca Y los campos también Aunque vea la destrucción. Aunque no entienda tu mente Ni tu voluntad Aunque todo parezca acabar Aun así, aun así, esperaré Aun así, aun así, te alabaré


Para recordar… Sigan por el camino que el Señor su Dios les ha trazado, para que vivan, prosperen y disfruten de larga vida en la tierra que van a poseer. Deuteronomio 5:33 Guía mis pasos conforme a tu promesa; no dejes que me domine la iniquidad. Salmos 119:133 El Señor mismo marchará al frente de ti y estará contigo; nunca te dejará ni te abandonará. No temas ni te desanimes. Deuteronomio 31:8 Una vez más Jesús se dirigió a la gente, y les dijo: —Yo soy la luz del mundo. El que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida. Juan 8:12


REBECA: Camino a casa


Por Carolina Neira Campos (Primer capítulo de la novela que lleva este nombre) Capítulo Uno: El cumpleaños de Antonio Peinaba sus largos rizos en medio del silencio de su habitación, cuando sintió que tocaban. Su cuarto estaba iluminado sólo con suaves velas y parecía un oasis en medio de tanta locura. Reconoció la voz de Amalia al otro lado de la puerta y la autorizó a entrar. Amalia era una gran mujer. Sirvió en la casa de sus padres y no dudó en acompañarla el día que contrajo nupcias con Antonio, venido de Andalucía. Su ternura y braveza la caracterizaban, siempre tenía palabras con dulzura, pero sus convicciones eran fuertes e inamovibles. La dulce Amalia. No venía con buen semblante como de costumbre. Siempre estaba de buen ánimo, a pesar de todo lo que pudiese ocurrir. Rebeca la miró y sabía que algo malo había sucedido. Dejó su cepillo sobre el tocador y se acercó a Amalia. Parece que nunca había visto esa cara. Amalia se abalanzó sobre ella y la abrazó con mucha fuerza, lo que le debía contar no era fácil. - ¿Mis padres? - preguntó Rebeca. - Sí - dijo Amalia. Los padres de Rebeca vivían a unos 20 kilómetros de la casa patronal. Poco como para verse seguido, pero mucho para un esposo como Antonio. Después de la boda, sólo volvió a verlos cuando llegaron de visita a la gran casa y estuvieron unos días con ellos. La madre de Rebeca, Agustina, había tenido un sueño que la perturbó y, por tal razón, decidieron viajar de sorpresa. Su esposo, Bernardo, no dudó en acompañarla para ir a ver a su hermosa y única hija. Siempre anhelaron lo mejor para ella. En casa, le dieron la mejor educación que pudieron, dado que internarla en el Convento Manos Piadosas, como lo hacían las otras muchachas de clase, era inalcanzable para ellos. Aprendió a cocinar, realizar costuras y bailar, ante la constante instrucción de su

madre. Pero su mayor placer era cuando tomaba el arpa y podía esparcir por todo el cuarto las bellas melodías aprendidas. Agustina la preparó para la vida y se esmeraba en educarla según los gustos y deseos de los españoles. Ahora ellos habían sido víctima de una ola de delincuencia que estaba azotando la zona. Unos encapuchados, provistos de armas blancas y antorchas, entraron a su casa con la intención de robar. Agustina estaba bordando en el corredor y fue golpeada ferozmente en la cabeza, cayendo desmayada y perdiendo mucha sangre. Al escuchar los gritos, Bernardo vino a verla y se encontró con tres malhechores que, sin piedad, le dieron muerte. Su casa no ostentaba grandes privilegios, sin embargo, se sabía de ellos que hacían buenos negocios y nada les faltaba. Entraron a la casa y desordenaron todo en busca de dinero o especies de valor, pero no se llevaron nada. El cuerpo de Bernardo yacía cerca de Agustina, quien no pudo soportar las lesiones y también cerró sus ojos para siempre. Los vecinos se acercaron a ayudarlos, pero todo fue en vano. Mariano, el amigo de infancia de Rebeca, fue a dar el aviso a la casa patronal, pero no lo dejaron entrar. Ya nada podía andar peor. Lejos de su familia y amigos, en una casa llena de lujos y vacía de sentimientos, se encontraba Rebeca sin saber con quién desahogar su gran pena. Sólo estaba Amalia, lo más cercano a familia y recuerdos de infancia… recuerdos que ahora traían sosiego a su alma. Cuando Rebeca se casó con Antonio, sus padres le regalaron una hermosa cajita de madera, donde podría guardar sus joyas y sus más delicados secretos. Fue tallada por su propio padre y barnizada de un marrón oscuro, tal como a ella le gustaba. Allí guardaba algunas pinzas especiales para recoger el cabello, unas que su madre le había regalado, pero otra muy especial que le obsequiara Mariano cuando aún eran niños. También guardaba ahí, su diario de vida que era su fiel compañero de viaje. Quiso comenzar a escribir su desbordante pena, pero no pudo siquiera colocar la llave en la pequeña cerradura. Sólo pudo reclinarse sobre ella y con dolor dejar caer las más amargas lágrimas. Al intentar


abrir sus ojos, su mirada se enfocó en la trabajada cubierta de la caja que tenía un texto tallado: “Quoniam pater meus et mater mea dereliquerunt me, Dominus autem assumpsit me” Si sólo hubiese sabido lo que significaba. Ahora debía prepararse para la celebración del cumpleaños de Antonio. Por un momento, su cabello debió esperar y el vestido siguió colgado. Infructuoso sería pedirle a Antonio que la dejara ir a enterrar a sus padres. Pero hizo el intento. Al escucharla, Antonio no se compadeció de ella y no la dejó partir. Muy por el contrario, frunció su ceño en notorio malestar pues Rebeca aún no estaba lista. Antonio era un hombre venido de Europa, de carácter fuerte y prepotente. La más dulce de sus voces era como un ladrido de un perro con rabia. Gustaba de la vida social y disfrutaba que lo admiraran por sus negocios o por la última importación de tabaco traído desde Paraguay. Estaba a punto de celebrar su cumpleaños, a su parecer, una buena razón para que Rebeca se quedara en casa. Mientras ella sube a su cuarto, los sirvientes terminaban de preparar hasta el más pequeño detalle para atender a los trescientos invitados. Las flores, las velas, las copas, los músicos, la vajilla española, el aperitivo… todo debía estar a la perfección. El salón principal ya estaba agasajado, fueron semanas de preparativos, donde ni las largas y costosas cortinas, ni los muebles de alerce, ni las alfombras turcas, ni los grandes ventanales se libraron de la intervención de los sirvientes. Sólo faltaba que llegaran los invitados; y para ese momento, Antonio y Rebeca deberían estar en la puerta principal recibiéndoles con la más flamante sonrisa. Luego de 12 años de matrimonio, Rebeca ya no sé sorprendía de la conducta de Antonio ni de sus decisiones. Ante la sociedad y sus amigos, se mostraba como el mejor amante y el más preocupado marido, pero Rebeca sabía que era sólo una máscara que utilizaba para posicionar sus negocios y su promisoria vida política. Con ella, en la intimidad, era el más descarado egoísta de todos los hombres.


Volvió a su tocador, tomó su cepillo y con mucha rabia continuó cepillando sus hermosos y largos rizos. La velada había comenzado mal y no tenía otro final: no solo tendría que soportar el festín de su marido, sino que además debía sonreír cuando por dentro lloraba. Han sido 12 años en los cuales Rebeca se ha arrepentido en cada segundo de haber dicho Sí, acepto.

Sólo debía cubrirse con su mantilla bordada y tomar el infaltable abanico.

El tiempo de noviazgo fue excepcional. Creyó haber conocido al hombre que la amaría por siempre y se sentía como una princesa cuando estaba con él. La belleza y ternura que la caracterizaba lo embobaron, su inteligencia y destreza con el arpa lo cautivaron, de tal manera que no consideró la diferencia de las clases sociales como motivo para alejarse.

Cuando Antonio la vio bajar por las escaleras, sus ojos quedaron asombrados y no hubo motivo ni espacio para recordar el vestido que le había comprado con finos aires franceses.

Agustina siempre deseó que su hija conociera algún aristócrata o un influyente hombre de negocios, por tal razón y desde pequeña la educó para lograrlo. A pesar de sus carencias, siempre la vistió con hermosos vestidos y la preparó con buenos modales. Por su parte, Rebeca siempre resaltó sin necesidad de sus vestidos. Sus grandes ojos y su pelo ondulado hacían que llamara la atención y sean muchos los que admiraran su hermosura. Siempre sonreía y era atractiva para todos en el pueblo. Cada domingo su familia acostumbraba a ir a la iglesia y su voz sobresalía entre la multitud. Muy lejos estaba ahora Rebeca de esos recuerdos. Amalia era la única que la seguía acompañando. - Amalia! Búscame el vestido de seda negro gritó Rebeca. - Pero, señora... - replicó Amalia - el señor le compró el vestido burdeo exclusivamente para esta ocasión, hará que se moleste y usted sabe cómo se pone cuando está enojado. - Hoy no se enojará o al menos no me importa si lo hace - respondió con firmeza Rebeca. Amalia trajo el vestido y ayudó a Rebeca a ceñírselo. Era de total influencia española, con telas rígidas y brillantes. Con mangas amplias y volados, y con el miriñaque levantaba sutilmente la parte posterior del vestido. A pesar del luto, Rebeca dejó el escote pronunciado, acomodó sus rizos de tal manera que lucían más hermosos todavía y buscó las joyas de la abuela engalanándose con ellas.

Al salir de su habitación, escuchó a Antonio reprender a Amalia por la demora de Rebeca. Los invitados ya estaban por llegar y él estaba en la puerta esperándolos. - Voy bajando, mi querido Antonio dijo Rebeca.

- Me estaba preparando para ti, querido esposo - continuó Rebeca - Discúlpame por la demora. - Te ves preciosa, dulce Rebeca. Digna de ser llamada mi esposa. Muy pronto empezaron a llegar los comensales y Rebeca sonreía como en el mejor de sus días. Lo peor de estas fiestas eran los invitados. Venían los amigos de Antonio que lo acompañaban en las tardes de caza y que evidentemente le guardaban los secretos de aquellas reuniones que jamás divulgarán. Rebeca sentía que cada vez que la miraban, por dentro decían Pobre de ella. Por otro lado, estaban ellas: las amigas de Antonio. Apenas conocía sus nombres, no sabía nada de ellas. A Rebeca le incomodaba la coquetería con su marido y la forma en que mecían su abanico, tratando de decir mil cosas con él. No era secreto que según los pliegues abiertos o los golpes que daban en sus dedos con él, significaba una manera “oculta” de acordar una cita. Después de todo, estas tertulias servían para eso: presentar en sociedad a las jóvenes damiselas y encontrar un marido las que aún no se habían casado. Ya no escuchaba los saludos, no sabía cuántos halagos había recibido, ni cuánto faltaba para poder hacerse invisible. Sólo sabía que debía estar de pie junto a Antonio y no dejar de sonreír. Pasó por su mente las veces que ha tratado de huir, siendo amenazada por su marido con hacerle daño a sus padres. Tal vez, ahora era el momento de hacerlo, ya no habría razón para temerle.


Dentro de los invitados, se podían observar hombres de las más altas jerarquías del ejército, aristócratas renombrados y exitosos personeros de los negocios y la política. Obviamente, no podía faltar el padre Alfredo Latorre, que a sus cercanos les permitía que lo llamasen sólo Alfredo y Rebeca era una de ellas. Disfrutaba cada domingo en la misa, aunque poco y nada entendía pues todo se expresaba en latín. Pero la vulnerabilidad del padre y su continuo cuidado por sus ovejitas, la hacían creer todo lo que decía. Había terminado la primera responsabilidad de la velada. Ahora venía el brindis en honor de Antonio y los discursos malolientes de admiración de los comensales. Rebeca respiró profundo y se dio ánimo para seguir con la farsa. Antes de dirigirse al salón principal, tomó un respiro en su sala de música. Hizo percutir las cuerdas del arpa y aunque sin una melodía definida, la hizo olvidar por un instante su dolor. Mientras tanto, Antonio festejaba con los invitados en el salón. Recibía toda clase de adulaciones por parte de aquellos que querían cerrar un contrato con él y por las que esperaban con ansias pasar un tiempo a solas a su lado. Comenzaron las partidas de lotería, entretanto algunos barajaban los naipes. La tabla de ajedrez también se unió a los juegos. Las risas desenfrenadas y el coqueteo descarado se tomaron la fiesta. Al parecer a nadie le importaba el cumpleaños de Antonio, pero era un buen momento para alcanzar los ambiciosos fines personales. En un rincón y notoriamente incómodo, estaba Alfredo. No perdía la oportunidad de aconsejar sobre todo a las más jóvenes, pero el contexto hacía que sus palabras sean más lejanas que las del día domingo. Miraba por todos lados, buscando a Rebeca y al no encontrarla decidió buscarla en otros lugares de la casa. Rebeca había salido a uno de los balcones, uno que tenía vista al pueblo. Fue allí donde la encontró Alfredo y se acercó a hablarle. - Te andaba buscando, Rebeca - dijo Alfredo me gustaría saber cómo te sientes. Alfredo había estado velando a los padres de Rebeca y sabía que ella no podría ir.

- Tus padres han recibido todo el cariño del pueblo. Nadie faltó a su despedida - le contó Alfredo. - ¿Nadie? - preguntó Rebeca y el silencio se hizo ensordecedor. - Sé que hubieses querido estar ahí, pero que Antonio no te dejaría. Todos en el pueblo, incluso Mariano, se preocuparon de despedirlos como a ti te hubiese gustado. Rebeca sentía como si a tirones trataran de arrancarle los intestinos. El dolor y la congoja la hacían desvanecer. Pero ahí estaba Alfredo, que con palabras dulces y un abrazo paternal la contenía. Rebeca trae a su memoria la cajita de madera. Esa frase enrevesada que no pudo comprender podría ser descifrada por Alfredo. Corrió a su habitación, tomó una pluma y una hoja y transcribió lo que ahí decía. Volvió al balcón con grandes expectativas y le mostró el escrito a Alfredo. - Sin lugar a duda, estas palabras son para ti. Este verso es un pasaje inspirado por el salmista David cuando sentía que todos lo habían abandonado. Lo que quiere decir este verso es: Aunque mi padre y madre me dejaran, Dios me cargará en sus brazos. Las lágrimas de Rebeca resbalaban sin temor por sus mejillas, haciendo que el maquillaje se esfumara. Su corazón luchaba con dos pensamientos antagónicos e irreconciliables. Por un lado, esta verdad la conmovía por la infinita bondad de Dios. Pero por otro lado se preguntaba, ¿dónde estaba ese Dios?, ¿cómo la cargaría en sus brazos?, ¿dónde ha estado todo este tiempo donde la angustia y la soledad han sido sus únicas compañeras? Amalia se acercó y le dijo que Antonio la buscaba. Rápidamente, Rebeca apretó sus mejillas para sonrosarlas y nuevamente respiró profundo para continuar con su rol de anfitriona. Antonio la esperaba para pasar a las mesas. Le pidió a Alfredo que bendijera la comida, mientras que Rebeca seguía con la batalla en su mente, sin saber las respuestas. La cena estuvo de maravilla. El plato de residencia se desbordaba con carne y el guiso sobreabundaba de choclo y papas. A Antonio


le gustaba ostentar nuevas recetas europeas, pero las exquisitas manos de quienes las preparaban le daban ese reconocido sabor criollo. De postre, un desfile de deliciosas frutas donde se destacaban las chirimoyas y lúcumas. Pero antes que llegara una agüita milagrosa, Rebeca golpeó suavemente su copa y se puso de pie. No era habitual que lo hiciera, pero no quiso dejar pasar esta oportunidad. - ¡Es tu cumpleaños, amado esposo, y no he brindado en tu honor! Permíteme decirte una gran verdad, que ha impactado mi vida - dijo rebeca mirando tiernamente a Antonio.

- Espero feliz tu brindis, mi amada Rebeca. Alzó su copa y con gran convicción, dijo: ¡Quoniam pater meus et mater mea dereliquerunt me, Dominus autem assumpsit me! ¡Salud! Todos la miraban con extrañeza. Algunos pensaban que había bebido demasiado. Pero para no quedar como ignorantes, sonrieron y gritaron a una Salud. Sólo Alfredo entendía que Rebeca había dejado de luchar en su interior y que había comprendido el mensaje de su cajita de madera.


Libro del Mes


Se acerca Navidad, época que nos recuerda que Dios es un cumplidor de promesas. Dijo que enviaría un Salvador y lo hizo. Ese es el estándar del amor del Padre, porque fue tan grande su amor por ti y por mí, que envió a su propio Hijo para darnos vida. Ese gran y perfecto amor no se disipa con el tiempo, ni con las circunstancias. Tampoco cambia de color según nuestras acciones. Él siempre nos amará igual, aunque a veces creamos que estamos lejos de ese amor. Joyce Meyer, la autora de éste y muchos otros libros, quiere ayudarnos a entender la verdad poderosa de que Dios nos acepta totalmente. No importa lo que hayamos hecho o dónde nos encontremos en el viaje de nuestra vida, estamos destinadas a recibir este regalo.


¡Qué mejor que buscar entre las páginas de este hermoso libro la esperanza que hemos perdido! ¡Qué repiquen las campanas del trineo! ¡Qué canten los cantantes de villancicos! El exitoso autor Max Lucado ama todo esto, porque en medio de la alegría, alguien está obligado a preguntarse: "¿Cuál es la gran cosa acerca de un bebé en un pesebre? En este libro, Lucado explica que la Navidad comienza lo que celebra la Pascua --- la historia que cambia vidas de nuestro amigo, Rey y Salvador. Lucado revela porque gracias a Belén, tenemos la promesa de que Dios está cerca de nosotras, siempre por nosotras y siempre con nosotras. Gracias a Belén, cuando hablamos con Dios acerca de nuestras luchas y nuestros tiempos difíciles, él nos comprende. Pero también, tenemos un amigo en el cielo. Podemos olvidarnos de él, pero él nunca se olvida de nosotras. Navidad nos recuerda que «Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman» (Romanos 8.28 ). Luego de que los invitados se


¿Te sientes como una rama rota en el árbol genealógico de Dios? ¿Sientes que Dios elige a los superespirituales y a los «perfectos» pero que estás fuera mirando hacia adentro? ¿Tienes miedo de que Dios no te acepte porque no eres perfecto? Dios no está buscando gente perfecta. Está buscando a las personas que necesitan su gracia extraordinaria. Este es un maravilloso libro escrito para que todos puedan comprender la grandeza de Dios. ¡Descubre el tesoro escondido de la gracia extraordinaria de Dios! "La gracia extraordinaria de Dios es difícil de captar, pero es mucho más fácil de entender a través de las historias del pueblo de Dios".



ESPÍRITU, ALMA Y CUERPO


EMPRENDIMIENTOS

Que nos acompañaron este año





Verano: ¿La mejor estación del año?

Se viene el verano y las vacaciones ¿La mejor estación del año? Por Marco Sánchez, Psicólogo Clínico de Centro Amaranta.


De algún modo, el período de vacaciones

subir las escaleras y pasear durante más

nos invita a develar aspectos íntimos de

tiempo al perro).

nosotros mismos. Qué hacemos con nuestro tiempo libre nos da claves muy significativas de quién somos. Si en nuestro tiempo libre lo que nos motiva es carretear y perder la conciencia, esto último nos muestra que estamos siendo personas hedonistas. Con esto no me refiero a que esté mal que queramos compartir

tiempo

carreteando

con

nuestros amigos, sino que en que esto sea el centro motor de nuestra existencia: trabajar sufriendo y esperar todo el año para ser feliz tres semanas en el caribe bebiendo alcohol luciendo un cuerpo bronceado.

¿En

serio

vale

la

pena 345

días

pasándolo mal para tener 20 días de “descanso”?

¿Vale la pena dedicarle

cada día entre 9 horas o más a una labor que no nos hace felices para luego salir del trabajo y disfrutar de un par de horas de “alegría”? Memes del tipo “Hoy es viernes y tu cuerpo lo sabe” nos hacen pensar que vivimos en una sociedad que no es feliz trabajando o conviviendo con nuestros seres queridos y familia ¿Por qué lo hacemos entonces? ¿Dónde está el problema? ¿Es que entonces no debemos trabajar ni vivir en familia? No lo creo. Creo que debemos aprender a

Por otro lado, está el vivir con temor al

hacer del trabajo y de la convivencia

verano o a las vacaciones porque nos

humana un espacio central de nuestra

avergonzamos de nuestro cuerpo, debido

vida y de quien somos, realmente

a que durante todo el año no nos

disfrutar de lo que hacemos y de las

preocupamos por nuestra salud, por

actividades a las que les dedicamos más

nuestra alimentación o por tener actividad

tiempo en nuestra vida o, mejor dicho,

física. Esto último no es solamente un

dedicarnos a hacer las cosas que

tema de ser atractivo o tener un cuerpo

disfrutamos. Las vacaciones son un

deseable o ajustado a los cánones de

tiempo para cuidarnos, para dedicarnos a

belleza

tendencias

nuestros intereses y a estar con quienes

actuales, sino que tiene impacto en

queremos, pero son solamente tres

nuestras

semanas cada año ¿No sería mejor hacer

que

dictan

emociones,

las en

nuestros

pensamientos (principalmente en cómo

esto

nos vemos y cómo nos ven los otros) y en

realmente vacaciones para cuidarnos,

nuestras conductas. No se trata de que

disfrutar, descansar y estar con quienes

seamos fisicoculturistas, pero sí de que

queremos?

cuidemos nuestro cuerpo teniendo una alimentación balanceada y saludable, una buena higiene de sueño y actividad física (a veces basta con ir caminando a comprar, andar en bici,

más

seguido?

¿Necesitamos


HIDRÁTATE CONTINUAMENTE COME MÁS FRITAS Y VERDURAS EVITA EL ALCOHOL HIDRATA TU PIEL

PROTÉGETE DEL SOL


PROTEGE TU CABELLO PROTEGE TUS OJOS USA ROPA CONVENIENTE HAZ EJERCICIOS BRONCÉATE CON PRECAUCIÓN


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