Innata dos web

Page 33

DUCACIÓN

ante las necesidades que presenta la vida, ese rio vuelve a la superficie convertido en recursos creativos. El juego también planta una semilla, al igual que los cuentos, que florecerá en capacidades relacionadas con la resolución de problemas, la creatividad, la flexibilidad, la salud, etc. Un factor que enriquece mucho el juego en el jardín Waldorf es el hecho de tener una sala integrada por niños de diferentes edades, donde todos terminan interactuando en la hora de juego libre; por ejemplo los mayores suelen organizar juegos y los más pequeños los siguen, o existen diferentes grupos de juegos acorde a la edad. Los niños aprenden a convivir con las necesidades de los demás y van tomando responsabilidades sobre los más pequeños. Las maestras supervisan el juego haciendo cosas necesarias en la sala: cosiendo, arreglando juguetes, ordenando, etc., tratando de no intervenir salvo que sea necesario y sólo mediando y anticipando en las situaciones de conflicto. En el afuera el juego transcurre inmerso en la naturaleza. La espiritualidad en el jardín Waldorf tiene que ver con estar atento, con mirar lo que la naturaleza ofrece con atención, con devoción: cómo estaba la luna, el color del cielo, las formas de las nubes, los bichitos del jardín, las formas de las hojas, etc. También con la gratitud, el agradecer antes de comer, agradecer a quien nos da algo, el pedir luz para quien está enfermo y para quien cumple años. Todos estos elementos son germen de religiosidad y funcionan como semillitas para la vida. Quienes han recibido estas semillas en el alma siendo niños se convierten en personas más fuertes y más conectadas con su entorno, con capacidad para empatizar y ser más solidarios. En euritmia se trabaja el movimiento a través de la imagen -en rondas, rimas, cuentos y canciones –de una manera sumamente artística y placentera para los niños. Los niños imitan y son capaces de ver realmente las imágenes que les proporciona el euritmista. La música es una presencia muy importante en el jardín. Las maestras cantan en la ronda, cantan cuando trabajan en la sala, cantan durante el transcurso de toda la mañana o la tarde. Las canciones son pentatónicas en su mayoría aunque también se cantan canciones tradicionales y populares. La música pentatónica acompaña al niño en su proceso encarnatorio durante este primer septenio. El ritmo diario en el jardín tiene que ver con la estructuración de las actividades dia-

rias. Con las variantes propias de cada escuela se llega al jardín, se ponen las pantuflas, se juega, se hace la ronda, se ordena, se prepara la merienda, se limpia el espacio, se sale al parque a jugar, se vuelve a la sala, se escucha el cuento y se termina el día. Los niños terminan asimilando que siempre se escucha el cuento antes de irse a casa, por ejemplo. El ritmo semanal tiene que ver con las actividades que se repiten semanalmente como la comida y labores específicas. Todos los lunes se come arroz y se pinta con acuarelas, los martes se come cebada y se trabaja con arcilla y así sucesivamente. Los días suelen estar asociados a un color. El ritmo anual está marcado en el jardín por épocas. Estas épocas comprenden las estaciones del año además de, en algunas escuelas, las fiestas cristianas. Cada época tiene una cualidad que llega a los niños en forma de manualidades, rondas, la decoración y los colores de la sala, los cuentos y los juegos que siguen un núcleo conceptual. Las fiestas son puntos culmines de

las épocas en las cuales aparecen todos los elementos trabajados. Los niños saben que después de la fiesta de farolitos viene la de enanitos, o que su cumpleaños es después de la fiesta de primavera. Este ritmo diario/semanal/anual del jardín permite que el niño pueda desarrollar y estructurar las nociones de tiempo y espacio de manera natural. El jardín de infantes Waldorf es un especio cálido y acogedor, una especie de segundo hogar para el niño del primer septenio. Permitir que crezca el sentido natural de admiración y curiosidad que el niño tiene, hace que se transforme en interés y entusiasmo para toda la vida y forma el núcleo para cualquier búsqueda del conocimiento posterior.

En el jardín de infantes Waldorf los cuentos de mesa son fundamentales. El armado del escenario del cuento y la preparación del momento son todo un ritual.


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.