y mi atuendo carnavalero estoy
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artista del carnaval
E n e l Car
Director de Indios Farotos de Villanueva, Los Indios Caribanos y El Cuarteto
listo para gozar en una presentación.
Soy natural de Zambrano, Bolívar, donde nací el 10 de octubre de 1949. Viví unos años en Pinillos y estoy radicado en Barranquilla desde 1976. Soy carnavalero de pura cepa. La historia de cómo me hice carnavalero es esta. Cuando yo tenía diez años de edad, en Pinillos, mi pueblo, los ensayos para el carnaval iniciaban en octubre. Danzas, comedias y disfraces poblaban las plazas del pueblo las noches de sábados y domingos. Los Indios Farotos ensayaban en el Barrio Abajo a las siete de la noche. Yo no me perdía un ensayo. Su capitán se llamaba Torcuato Obregón y antes de iniciar prácticas revisaba si estaban completas las parejas o faltaba alguien. Fue una de esas noches cuando empecé a bailar. Como faltaba un parejo, Torcuato me preguntó: “Rafa, ¿quieres danzar? Ven que falta uno”. Sin pensarlo le dije que sí, entré a la fila, pero le dije que tenía que hablar con mi mamá. Yo sabía cómo era ella. Yo contento porque estaba bailando. Antes de que se terminara el ensayo mis amigos corrieron y le contaron a mi mamá que estaba bailando indio, así que cuando llegué a la casa ella ya sabía y me dijo: “¿Que estabas bailando de indio? Ya me contaron. Que tu capitán hable conmigo, yo no tengo plata para las telas”. El domingo antes del ensayo estuvieron en la casa el capitán Torcuato Obregón y la capitana Sixta Mejía y dialogaron con mi mamá. Yo escuché todo. Luego ella me preguntó si yo quería bailar, le dije que sí y me dio permiso. Yo más contento que cachaco en playa, salí corriendo a contarle a mis amigos. Desde entonces estoy en el carnaval. Mi papá era gaitero y mi mamá, muy alegre, no se perdía un carnaval. Me apoyaron mucho en todo lo que hacía. Desde el domingo que hacíamos el desembarque en canoas a las seis de la mañana, hasta el martes de carnaval, recorríamos las calles. El domingo salíamos al rebusque en los pueblos vecinos y regresábamos el Miércoles de Ceniza. Esta es la historia que me hizo carnavalero hoy hace 53 años de alegría y folclor.
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El goce del carnaval es algo que se siente, que se vive con alegría y armonía familiar los 365 días del año. Cuando se va el carnaval con la muerte de Joselito ya estamos pensando en el siguiente y en la innovación del grupo, cómo vamos a salir, cómo van a ser los vestidos, los disfraces, los colores, el calzado, la danza, y le pedimos a Dios que nos dé salud para iniciar de nuevo las actividades. Nuestra vida es carnaval, nuestra pasión es carnaval, nuestro goce es carnaval. En la actualidad estoy casado, tengo cinco hijos y dieciséis nietos. Soy licenciado en Humanidades y Educación Básica con énfasis en Lingüística e Idioma Extranjero. No trabajo. Colaboro con la Regia de Barranquilla y con la Arquidiócesis. Soy presidente de Praesidium María Madre del Buen Consejo, Legión de María, corresponsal por la Regia en Magdalena (Bolívar) y catequista en la U. O. San Nicolás de Tolentino en el centro y en mi comunidad. Presido Foculremoc y soy director de los Indios Caribanos, de los Indios Farotos y de la comedia El Cuarteto. Bailo todo el año muchas músicas y ritmos de mi país. Escribo versos, canciones folclóricas, poemas y tengo nociones de canto.
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so mos a rt i s t as
del Joe Arroyo
Rafael E. Morales Cañas
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somos c arn a v a l
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Soy Con el gorro
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